Horchata: ?delicia veraniega o "leche que sabe a tierra"?
El refresco de chufa es sano, barato y fresco, y cuenta con multitud de fans. Pero tambi¨¦n tiene sus detractores, que lo consideran un bebedizo infumable. Repasamos argumentos a favor y en contra.
Cuando le cont¨¦ a un amigo que iba a escribir un art¨ªculo sobre la horchata, me dijo que, a sus treinta y pico a?os, no la hab¨ªa probado. Pero baj¨® al supermercado y compr¨® una botella. Al rato, me mand¨® un mensaje: ¡°Es una mezcla de tierra y leche. Si la leche fuese una seta, sabr¨ªa as¨ª¡±. Mi amigo es un poco silvestre, como se ve, pero la definici¨®n me pareci¨® bastante aguda. Al fin y al cabo, la chufa es un tub¨¦rculo, que despu¨¦s de secado durante tres meses se tritura con agua, az¨²car y ya est¨¢. Qu¨¦ hambre ten¨ªa el primero que prob¨® el invento, lo veo lamiendo hormigueros.
La horchata, orgullo de Valencia, se ha convertido en un producto com¨²n de estanter¨ªa que adem¨¢s disfruta la categor¨ªa de superalimento (sea lo que sea eso). Pero, ?merece ser considerada una bebida realmente veraniega, fiestera, o es cosa de ni?os y gente saludable, esa que madruga para hacer running por el resort? ?Es la horchata una leche terap¨¦utica, o podemos colocarla tambi¨¦n a la altura de la cerveza y la sangr¨ªa, del negroni y el mojito, en nuestros brindis de playa y monta?a? De hecho, ?se puede brindar con horchata?, ?no te sientes un poco morm¨®n? ?Vosotros mir¨¢is raro al amigo o a la amiga que en una ronda pide una horchata, busc¨¢ndole las mallas de ashtanga por debajo del ba?ador?
Ah¨ª van siete motivos a favor y en contra de este refresco cuyo ingrediente principal cuenta 4.000 a?os de cultivo, que vende hasta Starbucks (sin chufa, por supuesto) y que debe su nombre a una leyenda que parece sacada de Pepito Piscinas. Seg¨²n el folclore, cuando una moza le ofreci¨® un vaso al rey de Arag¨®n Jaime I El Conquistador, este respondi¨®, ajust¨¢ndose el slip Speedo: ¡°?Aix¨® no ¨¦s llet, aix¨® ¨¦s or, xata!¡± (¡°?Esto no es leche, esto es oro, guapa!¡±). ¡®El Conquistador¡¯, dice el t¨ªo. Ya...
La horchata es sana (cuando lo es)
?Esto es bueno? Me refiero desde el punto de vista vacacional, cuando todas las g¨®nadas nos empujan al abandono, al dolce far niente, al verm¨² largo, al cuarto gintonic vespertino y a la concupiscencia en general. Pues s¨ª, porque la horchata puede alejar tu organismo de tanto exceso. Su ingesta regular convierte tu cuerpo en un santuario libre de colesterol y ¨¢cido ¨²rico, previene la tensi¨®n arterial, colabora en el embarazo, y proporciona energ¨ªa, fibra, minerales y antioxidantes suficientes como para montar un taller o una tienda de alpargatas. Te tomas un vaso y refulges. Te tomas dos vasos y se te ponen los ojos de Bambi, en lugar esos ojos de ciervo encornado que tantos s¨¢bados, solo y piojo de madrugada, descubres desolado en el espejo del ascensor. Los efectos vigorosos de la horchata son similares a los del J?gerbomb, pero sin boquetes neuronales ni remordimientos infames entre saliva pastosa de jarabe. Todo lo contrario. Cuando su elaboraci¨®n es casera, la horchata limpia las arterias y hasta la memoria que quieres borrar. Pero ojo cuando destapamos una horchata industrial: a menudo contienen az¨²car extra como para dilatarte los ojos y que edifiques un castillo de los Grimaldi en la arena en cinco minutos. Algunas horchatas industriales contienen hasta 40 gramos de az¨²car por cada vaso de 250 mililitros, o sea, cuatro sobres de caf¨¦ de esos que antes de abrir sacudes con el paroxismo del perro Agallas. Si es granizada, hasta 70 gramos. El propio sector estudia regular dichos excesos, que tambi¨¦n se producen en las horchatas categorizadas como artesanales. A las empresas que han tratado de vender horchata sin az¨²car, o dejando al consumidor que decida su cantidad al beberla, les ha costado algunos reproches de sus colegas.
La horchata no lleva alcohol
?Esto es malo? Bueno, hay quien desconf¨ªa de las bebidas no alcoh¨®licas y de la gente que nunca empina. Para este target picajoso, la D. O. Chufa de Valencia propone en su p¨¢gina web un combinado ideado por maestros de la cocteler¨ªa y expertos en naming: el Chufa Libre. ?C¨®mo se prepara esta aventura, esta locura, este sue?o de libertad vegetariana? ?Acaso con ron? Pues no, camaradas: echando en un vaso hielo, ginebra, horchata y una rodaja o piel de lim¨®n. Incre¨ªble imaginaci¨®n. My horchata, my rules. ?Esta fantas¨ªa de c¨®ctel decanta la balanza a aceptar la horchata como una bebida indiscutiblemente veraniega? Bueeeh¡ yo qu¨¦ s¨¦. No obstante, a su favor a?adiremos la existencia del Ginself, una ginebra refinada que incluye la chufa entre sus ingredientes junto con la mandarina o el azahar. ?Y qu¨¦ pasa si te preparas un Chufa Libre con Ginself? Pues que probablemente abras una singularidad en el espacio-tiempo mediterr¨¢neo y aparezcas sentado en un descapotable junto a Rita Barber¨¢ y Francisco Camps inaugurando algo. Chufabomb. A ver c¨®mo borras luego eso.
El Pira?a y Julio Camba eran fans
Hinch¨¢ndose a horchata crecieron los cr¨ªos de Verano Azul, y con una horchater¨ªa se ganaba la vida el padre de Ruth Gabriel en Barrio S¨¦samo. No son precisamente dos programas televisivos de parkour, pero bueno, salir de fiesta con un jubilado hipertenso o con un puercoesp¨ªn gigante de mirada lis¨¦rgica tiene su riesgo. Tambi¨¦n era aficionado a las chufas Julio Camba, seg¨²n le contaba en sus cartas a una novieta a la que confes¨® este r¨¦gimen austero con el que pas¨® un verano especialmente caluroso: ¡°Duermo siesta de tres y de cuatro horas y bebo cerveza, horchata, limonadas, Coca-Cola, agua de seltz, etc., etc., con todo lo cual estoy poni¨¦ndome tan gordo que, cuando me veas, no vas a saber si yo soy yo o si soy la marquesa de Casa Calder¨®n¡±. Si quitas todo y dejas solo la horchata, no engordas ni se te pone cara de arist¨®crata flem¨¢tica (u operada, como Corinna. ¡°Amiga¡±, dice el t¨ªo. Ya¡).
Nada bueno puede salir en una canci¨®n de King ?frica
El Consejo Regulador de la Chufa se ha inventado otras muchas campa?as promocionales. Y sin remilgos: en 2010 apoy¨® la candidatura del hit Horchata de chufa, de King ?frica, para el concurso La canci¨®n del verano que organiz¨® el espacio del canal Arte El Hormiguero. El estribillo de la canci¨®n supuso una ruptura radical en las letras de la banda -s¨ª, son un grupo, no es el nombre del cantante-, cuyos versos, de normal desenfadados, se tornaron intimistas para cantarle al peque?o tub¨¦rculo. La canci¨®n narra varios episodios traum¨¢ticos de un hombre al que primero su novia entierra en la playa. Lo que sucede a continuaci¨®n te deja si aliento: ¡°Vino un cangrejo y en la chufa me pic¨®. ?Horchata de chufa, s¨ª, s¨ª! ?Horchata de chufa, no, no!¡±, cantan los coros con desgarro. Posteriormente, ese hombre pinzado rememora otro encuentro con su pareja, esta vez en el lecho conyugal: ¡°Hac¨ªa mucho calor, y para pasar el rato, moj¨¢bamos el fart¨®n¡±. Honda met¨¢fora, piel de gallina. La canci¨®n introduce entonces un estribillo inesperado para cualquiera que haya seguido la trayectoria del monarca africano (que en realidad es argentino): ¡°?Horchata de chufa, horchata de chufa, tienes que bailarrrrrrr!¡±. Pop imperativo el de King ?frica. Incomprensiblemente, Horchata de chufa no gan¨® el certamen del programa cultural que conducen el madelman del machismo y sus dos peluches con dentadura de posguerra.
Nada malo puede salir en una canci¨®n de Vampire Weekend
Dos a?os antes de King ?frica, los neoyorkinos Vampire Weekend abrieron su segundo y luminoso disco, Contra, con una canci¨®n titulada Horchata. El esfuerzo que supone para un estadounidense cantar ¡°horchata¡± es importante, pues aparte de la pronunciaci¨®n latina hay que emparejar la palabra en las siguientes estrofas. Ezra Koening, cantante, y yerno ideal donde los haya, rim¨® horchata con balaclava (pasamonta?as), Aranciata (una marca de zumo de naranja) y Masada (un yacimiento arqueol¨®gico donde se ubicaba el palacio de Herodes). Todo, como se ve, muy valenciano. Tanto, que a la Denominaci¨®n de Origen le falt¨® tiempo para enviar a los m¨²sicos unas cajas por ultramar (esta gente no deja pasar una, menudos fenicios). Lo curioso es que el primer verso de la canci¨®n dice: ¡°In december, drinking horchata¡±. ?C¨®mo que en diciembre? Probablemente Koening y sus vampiros se refer¨ªan a la horchata mexicana, una suerte de zumo de arroz que se consume fr¨ªa pero tambi¨¦n en infusi¨®n caliente. El matiz, sin embargo, fue triturado por una sagaz nota de prensa.
Hay un hombre en la chufa que lo hace todo
Se llama Andoni Monforte y ha encadenado tres juicios a cual m¨¢s sonado: contra Facebook, contra Lidl y contra la mayor distribuidora mundial de chufa. A la red social le pide 6.000 euros por cerrarle la cuenta de su empresa, M¨®n Orxata, sin mediar explicaci¨®n. A Lidl le abri¨® un litigio por copiarle un aparato de su invenci¨®n para elaborar leches veganas. Y a Tigernuts Traders le plant¨® un documental sobre la explotaci¨®n de mujeres en los campos de chufa de Burkina Faso y N¨ªger. Esto no tiene nada que ver con el verano, son asuntos serios, pero que exista un empresario batallador, adem¨¢s de animar las charlas de horchata, merece un brindis bien sonoro.
La horchata es afrodis¨ªaca
Este argumento quiz¨¢ incline la balanza del debate, pues la capacidad para elevar cosas muertas es muy apreciada entre los gastr¨®nomos. El Centro Nacional para la Informaci¨®n Biotecnol¨®gica de Estados Unidos (NCBI) ceb¨® a unos ratones con chufas y se mont¨® la de dios dentro de las jaulas: a los machos se les sal¨ªa la testosterona por los bigotes, prefer¨ªan los agujeros antes que el queso. ?Pero solo produce ese efecto la chufa en los ratones? El Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), la Universidad de Qu¨ªmica y Tecnolog¨ªa de Praga, el Food & Health Lab y la Facultad de Farmacia de la Universitat de Val¨¨ncia juntaron sus probetas y constataron la misma reacci¨®n en los humanos, o m¨¢s bien la pronosticaron -probablemente nadie quiso meterse en las jaulas-, pues la horchata natural aporta capazos de arginina, un vasodilatador que cimienta las ganas masculinas de hacer el ardor. Cinco centros cient¨ªficos de prestigio, amigas y amigos, no pueden estar equivocados. Ni siquiera hay un sexto dentista para disimular. As¨ª que la chufa te pone jaranero, seas ga?¨¢n o roedor, haga fr¨ªo o mate la calor. La horchata, pues, lleva dentro su propio verano.
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