?Comer o no comer pescado de acuicultura? Un dilema del siglo XXI
Dentro de siete a?os, dos de cada tres peces que consumamos ser¨¢n de granja. El sector est¨¢ en alza, pero organizaciones de defensa del medio ambiente cuestionan su sostenibilidad
¡°Langostinos de Valladolid¡± suena m¨¢s raro que ¡°mejillones de Galicia¡±. Sin embargo, cada vez es m¨¢s frecuente en los supermercados que ambas especies, m¨¢s all¨¢ de su origen geogr¨¢fico, procedan del mismo modelo productivo: la acuicultura, probablemente la industria alimentaria m¨¢s pujante de Espa?a. Somos el mayor productor en volumen de Europa (23%) en un planeta que ya consume m¨¢s del 50% del pescado criado en granjas. Y aumentando, porque el pescado marino se acaba; o m¨¢s bien, lo acabamos.
?Es la acuicultura la soluci¨®n a los desmanes en los oc¨¦anos? El mercado piensa que s¨ª. Los fondos de inversi¨®n -esa expresi¨®n que define el poder econ¨®mico del siglo XXI camufl¨¢ndolo- han convertido los peces de piscina en un negocio multimillonario bajo los patrones de la nueva econom¨ªa: especializaci¨®n, tecnolog¨ªa, rendimiento matem¨¢tico y renovaci¨®n constante de la oferta. La acuicultura incorpora constantemente especies y productos derivados. La patronal del sector defiende su alimento con tres argumentos: es sano, sostenible y limpio, am¨¦n de la ¨²nica alternativa al cataclismo oce¨¢nico.
Un negocio al alza
Muchas organizaciones ecologistas, sin embargo, lo se?alan como otra aplicaci¨®n perversa del hipercapitalismo: beneficio m¨¢ximo con el menor gasto, sin atender a la nutrici¨®n humana ni al bienestar animal. Cuestionan su salubridad, por la alimentaci¨®n que utiliza -los peces comen piensos elaborados a partir de pescado- y por el sistema de ¡°granjas¡±, que comparan con los recintos de pollos, cerdos o vacas que hacinan miles de animales, engordados con sa?a y f¨¢rmacos, y cuyo sacrificio no puede siquiera llamarse as¨ª (pues no le puedes dar muerte a algo que no ha tenido vida digna). ?Es as¨ª? El debate de la acuicultura quiz¨¢ resuma el dilema de la alimentaci¨®n que nos espera en este siglo de colapsos.
En 2030, dos de cada tres peces y mariscos que lleguen a nuestra mesa los servir¨¢ la acuicultura; unas 350.000 toneladas ser¨¢n producidas anualmente en Espa?a. Incluidos los langostinos de Valladolid, que nacen en Castilla desde hace una d¨¦cada gracias a una empresa que empez¨® en 2008 bajo el nombre de Gamba Natural y que ahora se ha rebautizado como Langostinos Noray, con capital noruego. Es la ¨²nica granja bajo techo que existe para estos animales, con agua marina recreada y un mont¨®n de dinero invertido en innovaci¨®n.
Lo mismo sucede con las lubinas que muchos cocineros compran a Aquanaria, otra de las empresas con m¨¢s proyecci¨®n del sector. Acumula treinta a?os criando ejemplares de gran tama?o en Cantabria y Canarias, que entregan en 48 horas por los cinco continentes. El 60% de sus peces son para la exportaci¨®n; hablamos de 2.800 toneladas anuales, y de un negocio pionero en lubinas que superan el kilo y que, con su ¨¦xito, han modificado los h¨¢bitos de consumo. Muchos chefs c¨¦lebres se han sumado a sus campa?as publicitarias, incluso especifican en sus cartas la marca, dentro de un sector que no acostumbra a hacerlo con las lonjas que proveen sus animales marinos.
La lista de peces de cultivo, de pescados no pescados, comenz¨® en los a?os sesenta y setenta con la humilde trucha, hoy imposible de encontrar natural. Medio siglo despu¨¦s contin¨²a con el rodaballo, las ostras, la dorada, la almeja japonesa, el at¨²n... Con incorporaciones m¨¢s recientes, caso de la corvina o el lenguado, considerado durante d¨¦cadas uno de los pescados m¨¢s exquisitos de cualquier carta: quiz¨¢ comas ya lenguados sin saber que han sido criados, pero no te enteras, porque no siempre te lo cuentan.
Ciencia y dinero
¡°En Espa?a las condiciones son muy buenas: tenemos equipos cient¨ªficos punteros, universidades y centros formativos. Adem¨¢s del entorno natural. Se juntan todos los factores necesarios, junto a una administraci¨®n p¨²blica sensible a la acuicultura¡±. Lo cuenta Javier Ojeda, gerente de APROMAR, la Asociaci¨®n Empresarial de Acuicultura de Espa?a, cuya actividad respalda, asesora y certifica desde el a?o pasado el reci¨¦n creado Comit¨¦ de Expertos de la Acuicultura. ¡°Nuestro nivel cient¨ªfico es un ejemplo de investigaci¨®n e innovaci¨®n, el m¨¢s destacado de Europa solo detr¨¢s de Noruega¡±.
En realidad, la administraci¨®n se adapta al mercado: el Fondo Europeo Mar¨ªtimo de la Pesca y la Acuicultura (FEMPA) ya concede a la acuicultura espa?ola un 37% de los fondos anuales, frente al 49% reservados para la pesca tradicional. Tiene l¨®gica, cuando escuchas a Ojeda derribar un mito popular: ¡°La merluza ha sido siempre el pescado m¨¢s consumido en nuestro pa¨ªs, ?verdad? Pues desde hace dos a?os ya es el salm¨®n de acuicultura, algo que poca gente sabe¡±. Salm¨®n que, sobre todo, llega de granjas noruegas.
¡°En Espa?a hay unas 5.000 empresas de acuicultura, pero m¨¢s de 4.000 son de moluscos, principalmente mejill¨®n, que se concentra en Galicia, donde casi cada batea es una empresa¡±, a?ade el gerente de la patronal. La caracter¨ªstica del resto es su especializaci¨®n, aupada por fondos extranjeros en los casos m¨¢s destacados. El sector atrae inversiones ingentes a largo plazo, como los 32 millones de euros invertidos por Norcantabric en su planta de Ramales de la Victoria (Cantabria) para vender el primer salm¨®n con certificaci¨®n ecol¨®gica hispano, que espera arrancar ganando un 5% del mercado. La primera cosecha est¨¢ prevista para este 2023.
¡°Acuicultura, granjas y cosechas¡±: el lenguaje mercantil ha cambiado mucho desde la ¡°piscifactor¨ªa¡±. Porque tambi¨¦n lo ha hecho su tecnolog¨ªa: el laboratorio se aplica progresivamente a todas las especies, seg¨²n constata Ojeda: ¡°Hay muchos tipos de acuicultura, porque depende mucho de los animales que se cr¨ªen. En general, se dividen en agua dulce, o continental, y agua salada, o marino. Luego las t¨¦cnicas son variadas: viveros, esteros, tanques de tierra¡ Pero cada especie es distinta, por eso est¨¢ creciendo tanto el sector¡±.
La especializaci¨®n se combina con los beneficios alimentarios que destacan todas estas grandes firmas: sus peces y mariscos no tienen antibi¨®ticos, metales pesados, hormonas, conservantes para la congelaci¨®n o par¨¢sitos, como el temido anisakis. Por contra, la pesca marina cada vez est¨¢ m¨¢s contaminada y mermada. En 2050, cuando la poblaci¨®n mundial supere los 9.000 millones de personas, ni las cuotas servir¨¢n para frenar el impacto ambiental y la merma de las costeras. Ante semejante panorama, la acuicultura se presenta como la ¨²nica alternativa sensata incluso para la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Ganader¨ªa (FAO).
El lado oscuro de la megaproducci¨®n
Ahora, la otra cara de la moneda: la Fundaci¨®n Franz Weber (FFW), especializada en la defensa de los derechos animales, present¨® el a?o pasado un v¨ªdeo inquietante. Hab¨ªa grabado con c¨¢mara oculta la actividad diaria en doce empresas espa?olas de acuicultura, productoras de dorada, lubina, trucha y rodaballo. Detectaron varias pr¨¢cticas en su parte parte legales, pero impactantes.
En primer lugar, el hacinamiento, que impide a los animales ¡°desarrollar sus comportamientos naturales¡± y que provocan ataques entre ellos, seg¨²n indica Rub¨¦n P¨¦rez Sueiras, portavoz de FFW. Despu¨¦s, ¡°el desove forzoso, donde el animal es anestesiado y presionado en el est¨®mago con fuerza para la extracci¨®n de las huevas¡±. Tambi¨¦n, ¡°el sacrificio en hielo, una pr¨¢ctica extendida en la mayor¨ªa de las piscifactor¨ªas espa?olas que prescinde, adem¨¢s, de aturdimiento previo¡±. El enfriamiento prolonga la agon¨ªa, igual que genera sufrimiento el tratamiento con ozono para el transporte, con bombeo de los peces a camiones, grabado igualmente en algunas explotaciones.
En resumen: ¡°Es el mismo sistema de megaproducci¨®n de las macrogranjas para animales de tierra. No soluciona los problemas de sostenibilidad ni de desigualdad en el mundo. ?Qu¨¦ diferencia hay con el buque factor¨ªa que esquilma las costas de Senegal? La acuicultura reduce los animales a n¨²meros para rentabilizar cada especie al m¨¢ximo. Lo vamos a ver en breve con las granjas de pulpo¡±, anticipa Rub¨¦n, quien adem¨¢s se?ala otra contradicci¨®n que considera capital: la alimentaci¨®n. ¡°Los peces de acuicultura se alimentan de piensos elaborados con peces que se pescan en el mar¡±.
Un c¨ªrculo extra?o -peces que comen peces para salvar a los peces-, que tambi¨¦n desprecia Greenpeace, cuyo consejo al consumidor es bien claro: ¡°La acuicultura no es la soluci¨®n a la sobrepesca. Alrededor de un tercio de la pesca mundial se dedica a la fabricaci¨®n de harina de pescado para alimentar la cr¨ªa en cautividad. Adem¨¢s tiene otros impactos sociales y ambientales como la contaminaci¨®n del agua, la introducci¨®n de especies invasoras y la ocupaci¨®n de zonas costeras y marinas en detrimento de su conservaci¨®n y de otras actividades como la pesca tradicional. Opta por la acuicultura m¨¢s tradicional (como el marisqueo) o de especies herb¨ªvoras y aut¨®ctonas¡±.
Hay otros modelos
Frente a algunas malas pr¨¢cticas, Ojeda contrapone la severidad administrativa a la que est¨¢ sometida el sector en todas sus fases: ¡°Las concesiones se dan en el mar o en r¨ªos -salvo Noray, un caso especial-, para lo que hay que cumplir con unos requisitos medioambientales muy serios. Se eval¨²a el impacto ambiental y se establece un plan de vigilancia, que obliga a enviar cada seis meses los resultados a la administraci¨®n. En caso de fallo, se revoca el permiso. El ¨²nico impacto suele ser el visual, el del paisaje¡±. No obstante, reconoce que ¡°nos queda avanzar todav¨ªa en el bienestar animal, porque en el caso de los peces es algo que todav¨ªa est¨¢ estudiando la ciencia¡±.
En Noray defienden que su modelo garantiza ese bienestar: ¡°Hemos demostrado la viabilidad de un proyecto ¨²nico en el mundo, 100% vertical, es decir, que controlamos todas las fases del crecimiento de los langostinos, desde el criadero propio. Vamos por la quinta generaci¨®n de langostinos nacidos en Valladolid, reproducidos por nosotros, con agua de Medina del Campo¡±, explica Yolanda Pati?o, responsable de marketing.
El modelo lo replica Caviar Pirinea, el principal productor nacional de esturi¨®n y de trucha grande, y que, como su nombre indica, tiene por producto bandera el m¨¢s lujoso del mundo: el caviar, que no es ruso, sino de los r¨ªos pirenaicos. Tienen instalaciones en Huesca, Navarra y Lleida. Pedro Mecoleta, tambi¨¦n responsable de marketing, cuenta que producen 4.000 toneladas de truchas arco¨ªris al a?o, de peso superior a dos kilos, capaces de competir con el deseado salm¨®n en tama?o, calidad y sabor. En el caso del caviar -que casi se vende solo-, el reto de la marca ha sido introducir el antiguo desecho, o sea el propio esturi¨®n, poco valorado culinariamente m¨¢s all¨¢ de sus preciadas huevas, pero al que le han aplicado el suficiente ingenio para mejorar su carne y proponer nuevas cocinas, como el ahumado o los escabechados.
¡°El pescado es importante en una dieta sana, as¨ª que somos muy optimistas¡±, concluye Ojeda sobre la expansi¨®n de la acuicultura, mientras la web de Apromar resume semejante transformaci¨®n alimentaria en una cita de Jacques Cousteau: ¡°Tenemos que dejar de ser cazadores en el mar para pasar a ser agricultores y granjeros. porque eso es la civilizaci¨®n¡±. Por contra, desde FFW proponen una campa?a en el sentido contrario: niegan que el pescado sea fundamental en la dieta, porque puedes optar por una alimentaci¨®n vegetal. Y resumen su propuesta en este lema: ¡°La mejor forma de proteger a los peces es no comerse los peces¡±: el dilema del siglo XXI. Por cierto: ?hace cu¨¢nto que no compras en una pescader¨ªa?
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