¡°Los churros vienen de China¡± y otros grandes bulos gastron¨®micos que corren por las redes
Las leyendas sobre Marco Polo y la pasta, la invenci¨®n de la tortilla de patatas o el motivo de tomar uvas en Nochevieja circulan sin freno por internet. ?Cu¨¢l es la verdad detr¨¢s de ellas?
Internet y los bulos hacen mejor pareja que las croquetas y el jam¨®n: all¨¢ donde haya un contenido llamativo, entretenido y f¨¢cil de entender, habr¨¢ miles de personas comparti¨¦ndolo sin poner en duda su veracidad y esparci¨¦ndolo como la p¨®lvora. Y la gastronom¨ªa ¡ªtan cercana, tan nuestra y tan presente en el d¨ªa a d¨ªa¡ª, en esto de los mitos y leyendas, merece una menci¨®n de honor.
A fin de cuentas aprendemos de ella por transmisi¨®n oral, que siempre ha tenido menos veracidad que la escrita (por eso nos basamos en textos a la hora de citar fuentes) sin embargo en estos d¨ªas nos encontramos con un fen¨®meno curioso, el ¡°efecto Wikipedia¡±. Alguien a?ade informaci¨®n sin contrastar a la web; un divulgador con prisas publica un art¨ªculo con esa informaci¨®n como fuente de verdad y, en pocos d¨ªas, ese mismo art¨ªculo es a?adido como referencia en ¡°la enciclopedia libre¡±. La pescadilla que se muerde la cola versi¨®n leyendas urbanas. De este fen¨®meno y otros bulos nos hablan las historiadoras gastron¨®micas Ana Vega (Biscayenne), experta cazadora de mitos culinarios en redes, y Mar¨ªa Jos¨¦ Sevilla, autora del libro Historia de la comida en Espa?a.
Recientemente Iv¨¢n Fern¨¢ndez, presentado como storyteller en su perfil de X, ha puesto su granito de arena en esto de los ¡°mitos del comer¡± al publicar alegremente un interesant¨ªsimo hilo sobre el origen chino de los churros, con tan mala pata que result¨® ser falso. A sus m¨¢s de cien mil seguidores expuestos al bulo hay que a?adir a todas las personas alcanzadas por los casi quinientos compartidos. N¨²mero que no har¨¢ m¨¢s que crecer, ya que, a pesar de haber sido se?alada la falacia por la propia Ana Vega, lejos de editarlo, contrastarlo o retractarse, el hilo sigue intacto y el bulo contin¨²a su traves¨ªa de pantalla en pantalla.
Buah, @ivanfamil, c¨®mo manejas el copia-pega de Wikipedia!
— Ana Vega (@biscayenne) November 17, 2024
Ni Elon ni Elan: lo peor de esta red social son los hilos de infulensers tuiteros llenos de mitos y desinformaci¨®n ? https://t.co/laPTNvXrUL
Porque s¨ª, la realidad puede no ser tan divertida, entretenida o f¨¢cil de recordar como esos mitos y leyendas con efecto boca-abierta que tanto gusta repetir y repetir, pero lo de conocer la verdad tiene un je ne sais quoi que alegra el alma cuando es Navidad y puedes responder a ese familiar contrario a contrastar fuentes con una buena dosis de informaci¨®n verificada. Dicho esto, si hubieses elegido la pastilla roja en Matrix, sigue leyendo, porque aqu¨ª va una recopilaci¨®n de los bulos gastron¨®micos m¨¢s populares en las redes.
¡°Los churros vienen de China¡±
El bulo: los churros los trajeron los portugueses y espa?oles a Europa tras regresar de explorar China. Ah¨ª encontraron los youtiao, una masa frita supuestamente creada para honrar a un general muy querido por el pueblo que fue asesinado. Para que nadie olvidase el crimen decidieron fre¨ªr una masa que, en su deformidad, recordar¨ªa a todo el mundo el horrible rostro del asesino. Una vez en Europa fueron popularizados por los pastores ya que no pod¨ªan acceder al pan fresco (y, como ten¨ªan bien cerquita a las ovejas ¡°churras¡±, pues los llamaron ¡°churros¡±).
Bueno, pues aunque fon¨¦ticamente tenga su gracia decir que los churros vienen de China, hist¨®ricamente es incorrecto. Al fin y al cabo, un churro no deja de ser una masa escaldada (aquella en la que se a?ade agua hirviendo a la harina). Igual que lo son los bu?uelos y las porras. Este proceso, en la antig¨¹edad, se dio con toda probabilidad en m¨¢s de un lugar del mundo de forma espont¨¢nea.
Ser¨ªa arriesgado confirmar que Espa?a fue uno de esos lugares donde se invent¨® pero, tal y como dice Biscayenne, la realidad es que, en el siglo XV, bastante antes del supuesto momento en el que los trajeron a la pen¨ªnsula desde China, ya exist¨ªa el cohombro en la pen¨ªnsula, un dulce de masa habitualmente escaldada llamado as¨ª porque su forma recordaba a la de un pepino (antes cohombros). Era una receta con menos densidad y m¨¢s parecida a la tradicional porra, pero mucho m¨¢s cercana a los churros que las masas fritas asi¨¢ticas.
Sobre el tema de que fueron popularizados por los pastores, s¨®lo hace falta intentar cocinar churros en la comodidad del hogar para darse cuenta de que las probabilidades de realizar con ¨¦xito la haza?a en pleno campo es demasiado retadora como para que se hubiese convertido en costumbre. La teor¨ªa de que su nombre est¨¢ puesto en honor a las ovejas tambi¨¦n hace aguas por el hecho de que, cuando se comienza a tener registro del ¡°churro¡± como lo conocemos hoy por hoy (¨²ltimo tercio del siglo XIX), ya llevaba un largo recorrido por Espa?a y no s¨®lo exist¨ªa en las zonas rurales.
El cohombro no se convirti¨® directamente en churro, sino que ha pasado por diferentes nombres y evoluciones: tallos, calentitos, tejeringos o bu?uelos de jeringa son algunos de sus apodos. A medida que un alimento se hace popular, tambi¨¦n crecen los bulos sobre ¨¦l. Curiosamente, seg¨²n la versi¨®n consultada en Wikipedia, el origen de los churros var¨ªa. En la versi¨®n en castellano se afirma que fueron tra¨ªdos de China, mientras en la catalana se dice que fueron inventados en Valencia.
¡°La pasta la trajo Marco Polo de China¡±
Los tallarines fueron importados de China 200 a?os antes por Marco Polo pero se usaban exclusivamente como adornos en la mesa, no como alimento. Da Vinci crea una m¨¢quina que convierte la pasta en largos delgados hilos, a los que llam¨® ¡°spago mangiabile¡±. pic.twitter.com/JGDMFXY5va
— RelatandoHistoria (@relatandohisto1) May 2, 2019
El bulo: el famoso viajero veneciano Marco Polo descubri¨® y comi¨®, durante los supuestos 23 a?os que pas¨® en China, unos deliciosos fideos alargados. Tanto le gustaron que, al regresar a Italia a finales del siglo XII, llev¨® consigo la receta. La propia estancia de Marco Polo en China ya ha sido puesta en entredicho numerosas veces -sus descripciones del pa¨ªs oriental parecen sacadas de una novela fant¨¢stica, y no menciona datos realmente llamativos como la Gran Muralla-, pero adem¨¢s la pasta ni siquiera aparece en sus textos y es por un simple motivo: no hubiese enga?ado a nadie. En Italia conoc¨ªan la pasta desde que la llevaron los ¨¢rabes all¨¢ por el siglo X. Como dice M? Jos¨¦ Sevilla, ¡°la pasta en Italia es mucho m¨¢s famosa en el Sur que en el Norte y en Sicilia hay una influencia ¨¢rabe tremenda¡±.
Esto no quiere decir que en China no se inventase antes, pero al ser una elaboraci¨®n con pocos ingredientes b¨¢sicos su invenci¨®n ocurri¨® en distintas culturas de forma independiente, como el pan (o los churros). De todas formas, y por dejar a los italianos en paz, Vega confirma que, igual que el pan ha ido evolucionando, los espaguetis del siglo XVII no ten¨ªan nada que ver con lo que llevaron los musulmanes.
Entonces, ?por qu¨¦ el bulo de Marco Polo y China? La explicaci¨®n en una palabra: Hollywood. Resulta que en 1938, Gary Cooper protagoniz¨® una pel¨ªcula llamada ¡®Las aventuras de Marco Polo¡¯ (si tienes Filmin, la puedes ver aqu¨ª) donde a las inventadas andanzas del viajero original se les a?aden otras tantas de cosecha propia. Una de ellas, la que se muestra en el minuto 11:52, es la culpable de este bulo. Es en ese momento cuando muestran al viajero el supuesto plato tradicional chino llamado espaguet que, en la siguiente escena, Marco Polo guarda crudo en su bolsa de tesoros.
¡°Leonardo Da Vinci invent¨® la servilleta y el tenedor¡±
A que no todos saben que Leonardo da V¨ªnci invento "la servilleta"
— Magdalena (@MagdalenaMSDM) November 7, 2021
Ahora les cuento...
La invent¨® en 1491 y lo dej¨® escrito en sus diarios cuando relataba sus visitas como maestro de ceremonias del duque de Mil¨¢n. Ah¨ª tuvo la idea de ofrecer a los invitados una manera de pic.twitter.com/eq2CEYpqqH
El bulo: en 1981 se descubri¨® el Codex Romanoff, la libreta con apuntes gastron¨®micos de Leonardo Da Vinci donde narra graciosamente c¨®mo invent¨® el tenedor de tres puntas para comer espaguetis de forma c¨®moda, la servilleta para evitar que los comensales se limpiasen las manos usando conejos amarrados a las sillas o el sacacorchos para zurdos. Tambi¨¦n explica inusuales recetas renacentistas y habla de rocambolescos protocolos en la mesa.
La historia detr¨¢s de este mito es digna de cortometraje. Resulta que el d¨ªa de los inocentes de 1987, dos historiadores brit¨¢nicos publicaron un libro sat¨ªrico en el que narraban las falsas andanzas culinarias de Leonardo. Se trataba de un libro humor¨ªstico cuyo ¨²nico objetivo era hacer pasar un buen rato al lector y que goz¨® de gran acogida entre los lectores.
Bueno, pues la cosa se complica cuando en 1999 se publica en Espa?a bajo el nombre Notas de cocina de Leonardo da Vinci. En aquel momento Carlos Capel, que dirig¨ªa la colecci¨®n gastron¨®mica de la editorial Temas de hoy¡± propuso realizar dos peque?as variaciones para darle m¨¢s verosimilitud. No obstante, las descabelladas narraciones del libro parec¨ªan lo suficientemente inveros¨ªmiles como para dar por hecho que ning¨²n lector creer¨ªa que lo que dec¨ªan aquellas p¨¢ginas era cierto. Error.
El periodista confiesa en este art¨ªculo que las alarmas se dispararon cuando descubri¨®, ¡°una rese?a en el Diario de Noticias digital (www.diariodegastronomia.com) del 10/7/ 2011 en la que se aseguraba con desparpajo que Leonardo podr¨ªa haber escrito el Codex Romanoff entre 1481 y 1500¡å. As¨ª llegamos a la actualidad, donde no han sido pocos los que han cre¨ªdo a pies juntillas el contenido del libro: aqu¨ª un medio hablando de c¨®mo el artista invent¨® la m¨¢quina de picar ajos o aqu¨ª una rese?a de la obra hablando de las incre¨ªbles curiosidades que se encuentran en ¨¦l.
¡°La tortilla de patatas se invent¨® en Extremadura / la invent¨® el general Zumalac¨¢rregui¡±
9 de marzo. D¨ªa Mundial de la Tortilla de Patatas. Ninguna fecha mejor para reivindicar que naci¨® en Extremadura. Si es que.... ??? https://t.co/XbRYPt4cF4
— Canal Extremadura (@cextremadura) March 9, 2024
El bulo extreme?o: en el siglo XVIII, en la localidad extreme?a de Villanueva de la Serena, Joseph de Tena Godoy y Malfeyto y el marqu¨¦s de Robledo inventaron la receta de la tortilla de patatas para hacer frente a la hambruna. El bulo navarro: el general Tom¨¢s de Zumalac¨¢rregui invent¨® (o motiv¨® la invenci¨®n de) la tortilla de patata durante el sitio de Bilbao en la Primera Guerra Carlista. Al parecer, una fr¨ªa noche en medio de la guerra se top¨® con un caser¨ªo donde una campesina llamada Mar¨ªa Trigo le ofreci¨® lo ¨²nico que ten¨ªa: patatas y huevos.
Desmontar estos dos mitos puede escocer a m¨¢s de uno. La primera teor¨ªa cogi¨® tanto peso cuando fue publicada por el investigador del CSIC Javier L¨®pez Linag en el 2008 que deriv¨® en que el pueblo Villanueva de la Serena tenga su propio certamen y monumento. Sin embargo, hay algo que se pasa por encima al hablar del susodicho descubrimiento y es que aquella supuesta tortilla primigenia no era lo que nos imaginamos, sino m¨¢s bien algo parecido a lo que conocemos como tortitas. Sobre esto Ana Vega comenta, ¡°con suerte lo que inventaron fue una pasta frita y dulce que llevaba patata cocida, pero era una fruta de sart¨¦n, que nada tiene que ver con la tortilla¡±.
El segundo mito ha sido respaldado por el cocinero que m¨¢s casas ha conquistado de Espa?a: Karlos Argui?ano, que ha llegado a decir que ¡°mientras no se demuestre lo contrario, se invent¨® en Navarra¡±. Pues toca decir lo contrario, porque el verdadero origen de esta receta no se conoce con exactitud. Lo que s¨ª sabemos es que existe un escrito de la segunda mitad de 1700 donde ya se habla de la elaboraci¨®n de tortillas en Espa?a, sin especificar un lugar concreto. M? Jos¨¦ Sevilla a?ade que el momento exacto de la invenci¨®n de esta receta no se conoce, pero que probablemente ocurriese simult¨¢neamente en m¨¢s de un lugar y, con bastante probabilidad, ¡°podr¨ªa haber sido algo m¨¢s corriente en zonas de Espa?a donde la patata llega pronto como Andaluc¨ªa¡± a lo que a?ade que, teniendo en cuenta la calidad de los huevos y la abundancia del tub¨¦rculo, tambi¨¦n tendr¨ªa bastantes papeletas Galicia.
¡°Las tapas las inventaron los Reyes Cat¨®licos / Alfonso X en la Edad Media / Alfonso XIII en el siglo XX¡±
Tapa
— The Guardian of Wine (@GuardianofWine) May 4, 2024
Alfonso X en el s XIII fue quien oblig¨® a los mesones a servir el #vino con algo de comer para que no se les subiera tanto a la cabeza y que sol¨ªan tapar el vaso o copa con una loncha de jam¨®n o unas cu?as de queso para evitar que se metiera algo indeseado dentro del vino. pic.twitter.com/PIiLI7pjGw
Bulo 1: al rey Alfonso X le recetaron beber vino para superar una enfermedad. El monarca decidi¨® acompa?ar ¡°la medicina¡± con algo de comida y observ¨® que los efectos del alcohol se reduc¨ªan considerablemente. A partir de ese momento, orden¨® que la bebida se acompa?ase de algo para llenar el est¨®mago.
Bulo 2: los Reyes Cat¨®licos, al ver que los efectos del alcohol estaban llegando a producir accidentes, propusieron que los vasos se cubriesen con una porci¨®n de comida y que, hasta que no se hubiese engullido dicho alimento, no se pudiese ingerir el l¨ªquido.
Bulo 3: fue un camarero atendiendo en la terraza del Ventorrillo del Chato, en C¨¢diz, el que invent¨® la tapa queriendo proteger al mism¨ªsimo Alfonso XIII de la arena gaditana levantada por el viento, a?adiendo una loncha de jam¨®n sobre su vaso.
A mayor popularidad, mayor n¨²mero de leyendas. Y para comida popular, la tapa, por lo que el n¨²mero de personajes a los que se les atribuye su invenci¨®n no es peque?o al igual que no son peque?as las voces que han amplificado estas leyendas (v¨¦ase esta resoluci¨®n del propio
BOE del 2018). Eso s¨ª: siempre hay alg¨²n rey de por medio. Tal y como dice Biscayenne, ¡°en las bambalinas de la historia de la gastronom¨ªa siempre ha molado adjudicar ocurrencias y platos a gente importante¡±.
La historiadora ya escribi¨® sobre el posible origen del nombre en este art¨ªculo y, resumiendo mucho, a la opci¨®n de que fuese por la expresi¨®n ¡°echarse tapas y medias suelas¡± (usada para referirse a tomar algo entre horas) se le suma la posibilidad de que, en efecto, sea por su utilidad a la hora de cubrir los vasos. Eso s¨ª: hasta el siglo XX nadie se refiere a ellas con ese nombre.
Sobre su origen, de nuevo, la realidad es menos suculenta. El acompa?ar con comida una bebida no es algo tan original como para pensar que ocurri¨® en un momento concreto en la historia y lo cierto es que no se tienen registros oficiales de d¨®nde se invent¨® la tapa. Para M? Jos¨¦ Sevilla hay algo que est¨¢ claro, ¡°es una forma de comer puramente mediterr¨¢nea¡±. Hay pa¨ªses como L¨ªbano o Grecia donde el gusto por distintos platillos es hist¨®rico pero, si ponemos la lupa en Espa?a, la comunidad protagonista de su libro Cocina de Andaluc¨ªa, si no fue la tierra pionera, al menos es la que m¨¢s arraigada tiene la cultura de acompa?ar la bebida con un ofrecimiento por parte de la casa.
¡°La casa real de Holanda impuso el naranja en las zanahorias¡±
Patriotismo saludable.
— Dirk Janssen (@dirkjanjanssen) August 29, 2019
Originalmente las zanahorias eran p¨²rpuras, blancas y amarillas.
La primera zanahoria naranja se cultiv¨® en la Holanda del siglo XVI.
Fue el resultado de un cruce deliberado para que coincidiese el color del vegetal con el de la casa real holandesa. pic.twitter.com/blSlP4ySY4
El bulo: la primera zanahoria naranja se cultiv¨® en Holanda en el siglo XVI para honrar a los colores de la casa real holandesa y como apoyo a Guillermo I de Orange-Nassau, que luchaba en aquel momento por la independencia de Holanda del reino de Espa?a. Al llegar a o¨ªdos del pueblo tal descubrimiento, el resto de zanahorias quedaron condenadas al ostracismo por querer la gente comprar ¨²nicamente la de color naranja.
Que existen zanahorias de varios colores y que en un momento dado se populariz¨® la de color naranja es cierto. Ahora, que ocurriese porque la poblaci¨®n holandesa emprendi¨® una acci¨®n de marketing a favor de su monarqu¨ªa digna de una s¨²per producci¨®n de Netflix, es otra historia. Este bulo comenz¨® a pulular por ah¨ª cuando el bot¨¢nico holand¨¦s Otto Banga public¨® su estudio sobre el origen de la zanahoria cultivada en Europa, en 1957. En aquel texto se afirmaba que las variedades m¨¢s populares de la naranja se hab¨ªan descubierto en Holanda y -aqu¨ª viene el problema desarrolla su teor¨ªa sobre la expansi¨®n de la zanahoria en relaci¨®n a la casa de Orange.
Ana Vega desvela el verdadero motivo: ¡°El color de las hortalizas depende de sustancias con distintas propiedades que aportan color. Hay alimentos, como la zanahoria, que existen en una amplia variedad de colores; ahora s¨®lo cultivamos las naranjas porque las que contienen ese betacaroteno son m¨¢s dulces¡±. Tambi¨¦n expone que el origen de esta variedad es anterior a la fecha que sostiene el mito, solo que hab¨ªa un impedimento: no exist¨ªa un nombre para describir el color naranja en la antig¨¹edad y en las fuentes que consult¨® el bot¨¢nico, as¨ª que Otto no pudo confirmar su error (de haber sabido espa?ol, por cierto, s¨ª que hubiese podido).
¡°Las 12 uvas de Nochevieja se toman por una sobreproducci¨®n en 1909¡å
El bulo: en el a?o 1909, en Alicante, hubo una cosecha espectacular de uvas. Para que el producto no se echase a perder, los vendedores inventaron la tradici¨®n de las uvas de la suerte seg¨²n la cual se tomar¨ªa una uva por cada campanada para despedir el a?o. El turr¨®n, el anuncio de la loter¨ªa y esta leyenda son el tr¨ªo que vuelve a casa por Navidad cada a?o. Pero tiene que ver con una tradici¨®n que s¨ª que es real: la de que las clases m¨¢s bajas imiten a las m¨¢s altas.
En la Francia del siglo XIX se celebraba el fin de a?o con una fiesta llamada r¨¦veillon que se podr¨ªa definir como una larga cena que se extend¨ªa a lo largo de la noche y en la que se serv¨ªa champ¨¢n y tambi¨¦n uvas. ?Qu¨¦ pas¨®? Pues, ¡°la gente fina de Madrid, muy chic, que imitaba todo lo franc¨¦s, lo empez¨® a hacer, aunque las uvas ya eran un postre t¨ªpico de invierno. Esto empieza muy a finales del siglo XIX, y despu¨¦s los pobres, queriendo imitar a los ricos, lo hacen.¡± comenta Biscayenne. Ojo, que en este caso se habla de ¡°tomar uvas¡± no de tomar 12 uvas. Esas uvas de la suerte primigenias eran tres, y pas¨® un tiempo hasta que el n¨²mero ascendi¨® a la docena.
Mucho antes de la sobre producci¨®n de 1909 en Alicante, el peri¨®dico El Imparcial ya publicaba en su edici¨®n del 1 de enero de 1894 un texto refiri¨¦ndose a las uvas de la suerte que dice as¨ª: ¡°Hasta hace pocos a?os eran muy contadas las personas que com¨ªan uvas el 31 de Diciembre al sonar la primera campanada de las doce de la noche. Hoy se ha generalizado esta pr¨¢ctica salvadora, y en cuanto las manecillas del reloj se?alan las doce, comienza el consumo de uvas m¨¢s o menos lozanas¡±.
La lista de mitos gastron¨®micos no acaba aqu¨ª. Quedan grandes temas por tocar, como el supuesto origen neoyorkino del sushi, la presunta procedencia de la vainilla relacionada con el ano del castor o la creencia de que el cachopo es un plato hist¨®rico asturiano. De momento, qu¨¦date con la idea de que no es oro todo lo que reluce, que porque algo salga en Internet no tiene que ser real, y vale m¨¢s contrastar a tiempo que llevarse un chasco en las redes.
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