Pollo con vino, azafr¨¢n y harina tostada
El fraile Juan Altamiras public¨® en 1745 el revolucionario 'Nuevo arte de la cocina espa?ola'. Su receta de pollo guisado con vino sigue estando tan buena como hace 272 a?os.
Si hubo un Ken Follet en la gastronom¨ªa espa?ola del siglo XVIII, ¨¦se fue Juan de Altamiras. Y si hubo un 50 sombras de Grey en el mismo ¨¢mbito, fue su libro Nuevo arte de la cocina espa?ola. Obviamente, en el recetario de este fraile franciscano aragon¨¦s no hab¨ªa ni fustas, ni esposas ni sadomasoquismo light para todos los p¨²blicos, pero s¨ª una colecci¨®n de recetones con el suficiente atractivo como para petarlo en la Espa?a de los primeros Borbones.
Publicado por primera vez en 1745 en Madrid, y reci¨¦n rescatado del olvido por la editorial Ariel, Nuevo arte¡ naci¨® como un manual de cocina para novicios de monasterio, con modestas aspiraciones de servir tambi¨¦n a la ¡°gente de econom¨ªa¡±. Es decir, a los que no ten¨ªan un duro, la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n en aquellos tiempos. En coherencia con ese prop¨®sito, los platos que recog¨ªa eran sencillos, populares y factibles en casas con pocos recursos. Y mucho m¨¢s modernos y menos encorsetados que los que poblaban los recetarios habituales de la ¨¦poca, centrados en las filigranas afrancesadas de la cocina cortesana para nobles y ricos.
La simplicidad fue, seguramente, una de las razones de su inesperado ¨¦xito, que empuj¨® a sus editores a reimprimirlo hasta 20 veces. Pero Nuevo arte era un libro novedoso y excitante por m¨¢s motivos. Gracias al cosmopolitismo de los franciscanos espa?oles, que viajaban por Am¨¦rica y Europa, Juan de Altamiras pudo introducir ingredientes del Nuevo Mundo como el tomate o las patatas, recetas de origen italiano como los passatelli o t¨¦cnicas venidas de Francia y entonces revolucionarias, como el espesado de salsas con harina. Nacido en La Almunia (Zaragoza), en una zona de fuerte implantaci¨®n morisca y jud¨ªa antes de las nefastas expulsiones, tambi¨¦n incorporaba la herencia culinaria de ambas comunidades, en un sutil gesto de tolerancia religiosa.
A la vez, Altamiras no se content¨® con escribir una simple recopilaci¨®n de recetas, sino que truf¨® su obra de comentarios sociales, cr¨ªtica pol¨ªtica -contra el centralismo borb¨®nico, ?os suena?-, man¨ªas personales, chascarrillos y hasta chistes de pedos. ¡°Si comes muchas patatas¡±, escribe, ¡°estar¨¢s de buen aire, y tan favorable que con el aire que soples puedes componer embarcaci¨®n para ir al Papa¡±. Seguramente fue el primer libro en la historia de Espa?a que trata la gastronom¨ªa como un hecho cultural, como bien explica el escritor Sergio del Molino en este m¨¢s que recomendable art¨ªculo.
La nueva edici¨®n de esta joya, a cargo de la hispanista brit¨¢nica Vicky Hayward, no s¨®lo recoge y explica toda esa riqueza al lector de 2017, sino que ofrece, adem¨¢s de las originales, versiones modernas de las recetas. ?stas incorporan cantidades exactas y ajustan t¨¦cnicas e ingredientes a la actualidad, una bendici¨®n para el cocinero contempor¨¢neo teniendo en cuenta que el agraz no est¨¢ muy disponible en los supermercados o que Altamiras llama ¡°fre¨ªr¡± a cualquier cosa que sea poner un alimento en contacto con una grasa: rehogar, pochar, dorar, saltear o confitar todav¨ªa no eran de uso com¨²n entre los fudis del XVIII.
La receta que ten¨¦is abajo es mi versi¨®n de los ¡°pollos lampreados¡± de Altamiras. O mejor dicho, mi versi¨®n de la versi¨®n de Cristine MacKie, historiadora de la cocina. Ella la hace con picantones; yo, con patas de pollo. Seg¨²n se cuenta en el libro, la t¨¦cnica de la "harina quemada" se utiliza todav¨ªa en la cocina caribe?a, y pudo ser llevada hasta all¨ª por los colonos espa?oles o portugueses, o por los propios frailes. Definitivamente, es lo que convierte esta receta en algo especial: su sabor a trigo tostado, combinado con la acidez del vino y la potencia salada del jam¨®n o la panceta, pone a este plato unos pasos por delante del pollo guisado convencional.
Dificultad: Puedes tener 200 a?os y cocinarlo.
Ingredientes
- 4 patas de pollo (con muslo y contramuslo)
- 50 g de jam¨®n curado o panceta ahumada cortada en taquitos
- 1 cebolla
- 3 dientes de ajo
- 2 cucharadas de perejil picado
- 1 cucharadita de tomillo seco
- 8 hebras de azafr¨¢n
- 1 botella de vino blanco
- 1 cucharada de harina
- 60 g de mantequilla
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta negra
Instrucciones
Si haces esta receta, comparte el resultado en tus redes sociales con la etiqueta #RecetasComidista. Y si te sale mal, qu¨¦jate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com.
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