El Cafeto, el bar que m¨¢s marineras vende en Murcia

¡°No s¨¦ si tenemos la mejor marinera, pero si somos los que m¨¢s marineras vendemos¡±. Quien habla es Pedro Jos¨¦ S¨¢nchez C¨¢rceles, responsable y propietario de la Terraza Gran V¨ªa, a la que tambi¨¦n se la conoce como Caf¨¦ Bar Gran V¨ªa, pero sobre todo como El Cafeto ¡ªapodo que le colocaron los universitarios de las facultades vecinas¡ª. Comenz¨® siendo un quiosco en pleno paseo del centro de Murcia, pero desde 1967, cuando se paviment¨® la zona, se traslad¨® a un lateral de la avenida, donde sigue, una vez peatonalizada la calle. No se ha modificado nada de la estructura de este peque?o local, con una agradable terraza, que sirve de punto de comuni¨®n de vecinos, forasteros y de todo aquel que vaya en busca de uno de los aperitivos m¨¢s aut¨¦nticos de la ciudad.

Aqu¨ª la protagonista es la marinera, la tapa de todas las tapas en Murcia: ensaladilla rusa presentada sobre una rosquilla crujiente de pan alargada y cubierta con una anchoa en salaz¨®n. El bocado debe ser compacto, no puede desparramarse. No hay dos marineras iguales, advierte el hostelero, que desde 2013 se ocupa del negocio familiar, que inici¨® su t¨ªo abuelo, Pedro Jos¨¦ S¨¢nchez Vera, y continu¨® su padre, Pedro S¨¢nchez Belande. ¡°Cada sitio tiene su receta y le da el punto que quiere. A nosotros nos gusta la que hacemos y a la gente tambi¨¦n¡±. Ofrece datos: 400 marineras al d¨ªa (2,5 euros), que emplatan al momento, aunque los fines de semana la cifra se multiplica por m¨¢s de tres.

El secreto de su receta, asegura que est¨¢ en los ingredientes, en elegir con cuidado la patata para elaborar la ensaladilla, que gastan de dos variedades, Monalisa, que llevan de Valladolid, y Spunta, de Murcia, cuya temporada empieza en breve. A la patata cocida le a?aden pepinillo y zanahoria encurtidos, adem¨¢s de at¨²n en conserva que compran en Pontevedra, mayonesa sin gluten, eso s¨ª, industrial, y anchoa del Cant¨¢brico, limpiada y sobada a mano. Las rosquillas se las sirve la vecina panader¨ªa de Abelardo. Hay quien prefiere el marinero, que en vez de anchoa lleva boquer¨®n encima (2,5 euros) ¡ªque limpian, congelan y ali?an con vinagre¡ª o la bicicleta, que solo lleva la ensaladilla y el rosco de pan.

El local sirve para tomar el pulso de una ciudad que no perdona el aperitivo, ¡°que cada vez se alarga m¨¢s y llega a ser hasta comida¡±. Por las dos barras de acero inoxidable ¡ªtodo es de este material, incluso la cocina, por una cuesti¨®n de higiene¡ª desfilan algunos de los platos cl¨¢sicos de la casa, que se mantienen en el tiempo, como las salazones de huevas de mujol (4 euros) o la mojama del mar Menor (1,2 euros), que acompa?an con almendras. O las conservas de mejillones, navajas o berberechos por unidad, santo y se?a tambi¨¦n de la casa, aunque esta tapa se va perdiendo porque cada vez es m¨¢s dif¨ªcil encontrar buenas piezas que servir, lamenta S¨¢nchez C¨¢rceles. El marisco fresco es otro de los tesoros que anima las vitrinas: todo lo que lleva concha procede de Galicia, las quisquillas (12 euros los 100 gramos) son de Almer¨ªa, Castell¨®n o Huelva, el langostino (2 euros la pieza), de Vinaroz, de donde llegan tambi¨¦n las coquinas. En mayo habr¨¢ hueco para otro manjar: el sabroso langostino del mar Menor (unos 60 euros el kilo), que solo se encontrar¨¢ ese mes y en septiembre, ya que los meses de captura se reducen a este periodo. Los mariscos los preparan hervidos, excepto la gamba roja que hacen a la plancha.

El futuro de El Cafeto, que atienden nueve empleados con personal de apoyo los fines de semana, es un misterio. Se trata de una concesi¨®n del Ayuntamiento por 75 a?os, otorgada en 1967, por lo que vencer¨ªa en 2042. ¡°Justo cuando me vaya a tocar jubilarme. Y no creo que haya cuarta generaci¨®n al frente del negocio¡±, explica el responsable. Hasta entonces, ¡°seguiremos, porque aunque nos dicen que estamos anticuados por no tener p¨¢gina web ni ser activos en las redes sociales, tenemos lo m¨¢s importante, clientes¡±.

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