Ibiza ¡®non stop¡¯
No hay amarres, tampoco hielo, un fen¨®meno quiz¨¢s vinculado a la ola de calor, la guerra en Ucrania o que somos muchos en todas partes, con sed, calor y ganas de fiesta o paseo. ¡°Ibiza puede morir de ¨¦xito¡±, vaticinan

No hay nada peor que viajar a Ibiza sin programa. En el momento que la isla detecta que no lo tienes, tus problemas se multiplican. Y pueden ser de todo tipo. Con la tripulaci¨®n del barco, alquilado o en propiedad, ante la amenaza de una tormenta que se anuncia y jam¨¢s estalla. O con la pareja, frente al inevitable cambio s¨²bito de planes, cuando viajaste sin ninguno. El extrav¨ªo del documento de identidad entre ba?adores. Todo puede ir a m¨¢s en la isla.
Es la pospandemia, ¡°a veces pienso que estamos otra vez en la posguerra¡±, me dice Montse Klein, una de las anfitrionas hist¨®ricas de la isla. En su sal¨®n cuelga un ventilador industrial mientras, al fondo, contemplas un gran trozo de Mediterr¨¢neo. Ser¨¢ en ese mismo mar donde vivir¨¦ el momento m¨¢gico de la isla, al contemplar la Luna como si fuera una pastilla de ¨¦xtasis medio mordida. ¡°Eres como un Lorca de ahora¡±, me dijo Jos¨¦ Corbacho tras o¨ªr mi juvenil met¨¢fora. Para luego contarme que ¨¦l fue a proponerse como Lorca para la serie de TVE de Juan Bardem, que le dijo: ¡°S¨ª, encajas, pero ya llevamos casi dos meses de rodaje.¡± Corbacho es mi nueva fascinaci¨®n ibicenca. Probablemente compitamos juntos en un MasterChef Celebrity que se est¨¢ cocinando para Navidad, as¨ª que puede que nuestra reactivada camarader¨ªa culmine en delicioso duelo culinario.

Cuando la portada de Diez Minutos nos sorprende con la imagen de Urdangarin llorando, creo escuchar a Corbacho proponiendo que la causa ¡°podr¨ªa ser algo que le entr¨® en el ojo¡±. Me tranquilizo. M¨¢s l¨¢grimas se derraman en verano. Mientras navegamos por ese Mediterr¨¢neo hist¨®rico y profundo, nuestros anfitriones se ven atrapados en la ansiedad que genera el no tener punto de amarre para su embarcaci¨®n en ninguno de los puertos de la isla. No hay amarres, tampoco hielo, un fen¨®meno quiz¨¢s vinculado a la ola de calor, la guerra en Ucrania o que somos muchos en todas partes, con sed, calor y ganas de fiesta o paseo. ¡°Ibiza puede morir de ¨¦xito¡±, vaticinan. ¡°?C¨®mo vas a someter a los visitantes a este estr¨¦s?¡±, comentan contrariados mientras entramos a la vig¨¦sima edici¨®n de la Flower Party en Pach¨¢, convocados por el inagotable Carlos Martorell. Nunca hab¨ªa accedido a la parte superior y visto desde ese hist¨®rico balc¨®n VIP c¨®mo se divierten los clientes del mundo ch¨¢rter, bailando ¨¦xitos de Los Archies, que yo bailaba con mi madre en mis primeras fiestas en Caracas. D¨ªas despu¨¦s, en una casa en uno de los bosques m¨¢s v¨ªrgenes de la isla, el m¨ªtico Ricardo Urgell, creador de Pach¨¢, me confiesa: ¡°Pon¨ªamos todas esas canciones porque eran ¨¦xitos de esa ¨¦poca, pero el cierre de cada noche era la banda sonora de 2001: Una odisea del espacio. Era el viaje absoluto¡±.
El futuro ha superado en 21 a?os a la odisea del espacio. Y la nueva odisea es descifrar por qu¨¦ el m¨®vil insiste en advertir una tormenta con vientos de 30 nudos, mientras el mar se ofrece plano casi como un espejo titilante.
Ibiza no para. Parece hincharse de personas, de precios, de lujos, placeres. Alarmas. Nuestros anfitriones deben abandonar la embarcaci¨®n a las ocho de la tarde porque han quedado en L¨ªo, el local que se ha convertido en un nombre propio dentro de la isla. Este a?o, ha renovado su show y esa noche acuden a verificarlo: ¡°Pasan tantas cosas, en tan poco tiempo, tan r¨¢pidas y buenas todas ellas, que casi no puedes probar bocado durante el show¡±. Las cenas en L¨ªo, informa nuestro taxista de Santa Eulalia, recaudan, solo en pan, un delicioso mill¨®n de euros.
Cifras que marean, mucho m¨¢s que desembarcar en cualquiera de los puertos sin amarres disponibles. Te ayudan a recuperar el equilibrio, los nombres de las marcas de lujo al alcance de la mano. Recuerdo la frase de Bob Colacello dicha a Andy Warhol: ¡°?Andy, los ricos caminan despacio!¡±. Y as¨ª avanzamos, como ricos pero todav¨ªa pobres hacia Roto, el c¨¦lebre restaurante de un ganador de Masterchef. All¨ª, cerca de Sienna Miller, encuentro un pelillo en mi porci¨®n de ensaladilla. Como los due?os son tan monos y hay gente, intento disimular, pero Jos¨¦ Corbacho, sentado frente a m¨ª, parece retorcerse m¨¢s que yo ante el evento: ¡°Como dijo Pablo Urdangarin: son cosas que pasan¡±. La cuenta, una noche m¨¢s, ser¨¢ desorbitada. Ibiza est¨¢ a tope.
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