C¨®mo do?a Sof¨ªa se convirti¨® en la reina del estoicismo: 86 a?os aguant¨¢ndolo todo
¡°Desde muy peque?a me educaron con mucho cari?o, pero con mucha disciplina¡±, apunt¨® la madre del rey Felipe en ¡®La reina¡¯, su biograf¨ªa autorizada. Tolerancia, autocontrol y sabidur¨ªa fueron los aprendizajes que se trajo de Grecia y que la han acompa?ado desde entonces
La reina Sof¨ªa recuerda la primera vez que tuvo que fingir y sonre¨ªr cuando no quer¨ªa. Ten¨ªa seis a?os y se encontraba en el exilio, en Egipto, mientras las Fuerzas del Eje ocupaban Grecia. ¡°Precisamente en El Cairo tuvieron que sacarme una muela. Me anestesiaron con ¨¦ter, pero me dol¨ªa la boca a rabiar y ten¨ªa inflamada la mejilla con un flem¨®n. Sin embargo, tuve que ir con mi familia al hip¨®dromo, a las carreras, y estarme all¨ª quietecita y sin lloriqueos. Entonces aprend¨ª lo que luego les ense?¨¦ a mis hijos: ?aguantoformo!¡±, revel¨® do?a Sof¨ªa a Pilar Urbano en La reina, su biograf¨ªa autorizada, publicada a mediados de la d¨¦cada de 1990. Hoy, a sus casi 86 a?os ¡ªlos cumple este 2 de noviembre¡ª, la reina em¨¦rita sigue utilizando la misma receta para paliar sus penas y dolores: ?aguantoformo!
Sof¨ªa Margarita Victoria Federica de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Gl¨¹cksburg, princesa de Grecia y Dinamarca desde la cuna y reina consorte de Espa?a durante casi cuatro d¨¦cadas, naci¨® en 1938 en el palacio de Psijic¨®, antigua residencia de la familia real griega en el barrio hom¨®nimo de Atenas. El t¨¦rmino psijic¨® significa, literalmente, ¡°acto de caridad¡±. Seg¨²n la leyenda, el corredor que llevaba a Atenas la noticia del fin de la batalla de Marat¨®n, contienda librada en el a?o 490 antes de Cristo, qued¨® exhausto a la altura de Psijic¨®. Par¨® all¨ª, recobr¨® aliento y sigui¨® corriendo hasta llegar a la ciudad. Inmediatamente despu¨¦s de anunciar la victoria de los atenienses, el mensajero cay¨® muerto. De este ¡°buen acto¡± tomar¨ªa su nombre la localidad donde naci¨® la reina.
Theofanos Arvanitopoulos, su tutora en la infancia, fue la primera que le habl¨® sobre el estoicismo griego: tolerancia, autocontrol y sabidur¨ªa para aceptar el momento tal como se presenta, sin dejarse dominar por el deseo de placer, la recompensa inmediata o el miedo al dolor. ¡°Desde muy peque?a me educaron con mucho cari?o, pero con mucha disciplina¡±, apunt¨® do?a Sof¨ªa en La reina. En el oto?o de 1951, con 12 a?os, sus padres, el rey Pablo de Grecia y la prusiana reina Federica, la matricularon en la Schule Schloss Salem, una elitista escuela junto al lago Constanza, en el Estado alem¨¢n de Baden-Wurtemberg. Aquel internado, fundado por el pedagogo Kurt Hahn, era famoso por su filosof¨ªa educativa espartana y sus m¨¦todos severos.
Durante cuatro a?os, tuvo que levantarse todos los d¨ªas a las 6.15, hacer su cama en menos tres minutos, vestirse y bajar al patio para las clases de Educaci¨®n F¨ªsica. ¡°Cuando helaba, en los meses de invierno, a veces, resbalabas, te ca¨ªas sobre la placa de hielo y a la enfermer¨ªa. Ir a la enfermer¨ªa era un alivio¡±, recordar¨ªa a?os despu¨¦s. Despu¨¦s del deporte, se daba una ducha fr¨ªa, desayunaba frugalmente, escuchaba misa, asist¨ªa a clases hasta la tarde y hac¨ªa tareas de tipo comunitario como lavar y secar los platos, servir la mesa o pelar patatas. Al llegar la noche, antes de irse a dormir, deb¨ªa hacer un examen de conciencia, un recuento del d¨ªa que escrib¨ªa en un cuaderno. ¡°En Salem me encontr¨¦ a m¨ª misma. Me conoc¨ª a m¨ª misma. Supe que podr¨ªa ser seria y alegre a la vez. Respetuosa y bromista. Reservada para ciertas cosas y comunicativa para otras. Descubr¨ª la amistad. Y la rebeld¨ªa¡±, explica en su biograf¨ªa. Su mayor acto de rebeld¨ªa fue fijarse en Juan Carlos de Borb¨®n y Borb¨®n, hijo de los condes de Barcelona. Coincidieron en el crucero Agamennon, en el verano de 1954. Los dos ten¨ªan entonces 15 a?os. ?l ni la mir¨®, pero ella s¨ª sinti¨® curiosidad por ese muchacho sin reino, sin trono y sin fortuna, ¡°muy revolucionario, muy gracioso, muy gamberro¡±.
A Sof¨ªa le habr¨ªa gustado dedicarse a la historia, a la arqueolog¨ªa, a la m¨²sica y a alguna actividad relacionada con los ni?os. Pero con 22 a?os dej¨® a un lado sus planes para casarse con aquel ¡°gamberro¡± que, tiempo atr¨¢s, la hab¨ªa ignorado. Juanito, como llamaban al rey em¨¦rito, le pidi¨® matrimonio en el verano de 1961. La reina Victoria Eugenia, abuela del novio, estaba encantada. Ena, que hab¨ªa tenido un matrimonio infeliz con Alfonso XIII, se dio cuenta de que Sof¨ªa ten¨ªa madera para ser reina. ¡°Con todos los reveses que tuve, o te haces una amargada, o te haces una sabia¡±, le dijo la anciana reina a quien ser¨ªa su sucesora. Aquellas palabras eran un consejo o una advertencia.
Do?a Sof¨ªa renunci¨® a todo para casarse con Juan Carlos I: su pa¨ªs, su lengua, su familia, su religi¨®n, su estatus de princesa real e hija de un monarca reinante y sus derechos al trono de Grecia. Tras la boda, vivieron una temporada de prestado en Estoril, cerca de los condes de Barcelona, hasta que Franco los acogi¨® en Madrid. El r¨¦gimen les cedi¨® el palacio de la Zarzuela y les ofreci¨® todo tipo de comodidades, pero ella no quiso corte o damas de compa?¨ªa. Nunca ha tenido amistades ¨ªntimas fuera de su familia. Su hermana, la princesa Irene, y su prima, la princesa Tatiana de Radziwill, son sus confidentes.
¡°Nunca he confiado secretos ni desahogos a nadie. No he tenido esa necesidad¡±, reconoci¨® a Urbano. Al menos una vez s¨ª se desahog¨®. Seg¨²n diferentes cronistas reales, en 1975, tras descubrir una deslealtad de su marido, hizo las maletas, cogi¨® a sus tres hijos y se fue a ver a su madre en la India. La reina Federica, nieta del ¨²ltimo emperador de Alemania, famosa por sus injerencias en la pol¨ªtica, le record¨® que la Corona estaba por encima de todo y le orden¨® regresar a Madrid.
Una vez, Pilar Urbano le pregunt¨® al rey Juan Carlos si su esposa era celosa. ¡°S¨ª¡ y no. Yo dir¨ªa que es celosa, pero de un modo elegante. Es celosa con dignidad¡±, le respondi¨® el monarca. ¡°Jam¨¢s ha guardado rencor. No sabe lo que es el rencor. Rumia las cosas por dentro. Interioriza mucho. Y es lenta en sus reacciones. Piensa m¨¢s, decide mejor, va m¨¢s segura a los asuntos y pisa menos callos¡±, continu¨®. Don Juan Carlos fue quien le puso el t¨ªtulo de ¡°profesional¡± a su mujer. Lo hizo en las entrevistas que le dio a Juan Luis de Vilallonga para el libro El rey, publicado 1993. ¡°?Qu¨¦ significa exactamente eso de profesional?¡±, le pregunt¨® Vilallonga. El rey no supo concretarlo en esas entrevistas, a las que accedi¨® gracias a la intermediaci¨®n de Marta Gay¨¢, una de sus ¨ªntimas amigas en esa ¨¦poca.
Un a?o despu¨¦s, s¨ª supo explic¨¢rselo a otra de sus amigas ¨ªntimas. ¡°Como profesional, Sof¨ªa es la n¨²mero uno. Entre t¨² y yo, voy a ser ego¨ªsta para m¨ª, es comod¨ªsimo porque como reina cumple de maravilla. Encima, aguanta, no se va con otro¡±, le dijo el jefe del Estado a B¨¢rbara Rey en una conversaci¨®n que tuvo lugar en 1994. En esa conversaci¨®n, que ha salido a la luz recientemente, tambi¨¦n admit¨ªa que no hac¨ªa vida conyugal con su esposa desde el nacimiento de Felipe VI y que viv¨ªan en zonas separadas de la Zarzuela.
Hay versiones contrapuestas sobre c¨®mo la filtraci¨®n de los audios entre Juan Carlos I y B¨¢rbara Rey han afectado a do?a Sof¨ªa. Seg¨²n ha contado la cronista Pilar Eyre en la revista Lecturas, la reina em¨¦rita ¡°no duerme ni come, y llora mucho¡±. Seg¨²n ha publicado ?Hola! esta semana, la madre de Felipe VI vive ¡°sin amargura ni rencor¡± y est¨¢ llena de ¡°ilusiones y aficiones¡±. ¡°Est¨¢ a lo que est¨¢: el rey, la Corona, y el pa¨ªs. No est¨¢ enfadada ni resentida, no hay amargura ni rencor. Es una mujer serena que no se queja. Siente que todo ha merecido la pena y cuando habla de su marido siempre tiene buenas palabras. No es que tragara con todo, es que fue educada en otra ¨¦poca y estaba casada con el rey de Espa?a, el ¨²nico y gran amor de su vida¡±, aclara el semanario.
La ¨²nica certeza es que los padres del rey no viven juntos desde 2020. Don Juan Carlos reside en Abu Dabi y la reina Sof¨ªa en Zarzuela, en Madrid. Coinciden en contados eventos oficiales y familiares, pero oficialmente llevan casi cinco a?os sin compartir techo. Ella nunca se ha quejado en p¨²blico de los desplantes e infidelidades de su marido. Nunca se ha quejado de nada: ni de los esc¨¢ndalos de su esposo, ni de los de sus hijas y yernos. ¡°Siempre con la sonrisa por delante para hacer lo que tiene que hacer¡±, reza ?Hola! En la ¨²ltima portada de esa publicaci¨®n se la ve con cara sonriente. El semblante es el mismo que ten¨ªa aquella ni?a de seis a?os que aprendi¨® a sonre¨ªr con dolor de muelas.
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