Pepe D¨¢maso, el artista canario de 91 a?os cuya obra se reconoce ahora: ¡°Warhol era un gilipollas que no te miraba cuando te hablaba¡±
Del icono neoyorquino a Visconti, el pintor espa?ol se cruz¨® con los personajes m¨¢s influyentes del siglo XX a pesar de que su obra era casi desconocida. Ahora el documental ¡®La vida en Lienzo¡¯ aspira a sacarla de una vez del archipi¨¦lago
Hace 70 a?os, Pepe D¨¢maso hizo el mismo trayecto, de Gran Canaria a Madrid. Entonces viajaba para hacer el servicio militar y encontr¨® un lugar donde comenzar su carrera art¨ªstica. Ahora vuelve a compartir con la Pen¨ªnsula el trabajo de toda una vida. El culpable es el director Gustavo Socorro y la raz¨®n, La vida en lienzo (AtlasleyFilms), un documental concebido para sacar la obra y el legado de D¨¢maso fuera de las islas. Una historia en la que se han cruzado artistas de la talla de Warhol, Visconti y su querid¨ªsimo C¨¦sar Manrique, pero que ha vertebrado un ¨²nico personaje: la muerte. ¡°Mi concepci¨®n de la muerte es tropical, nada dram¨¢tica, de ah¨ª voy hacia la vida¡±. Con 91 a?os, y tras haber superado una grave enfermedad, Pepe D¨¢maso es pura vida, la perfecta encarnaci¨®n de sus palabras.
Aunque no se despega de su bast¨®n, D¨¢maso se mueve con agilidad y habla alto y sin parar. Hace una d¨¦cada que no sale de las islas, pero no pod¨ªa perderse la ocasi¨®n. Es consciente del altavoz que le ofrece volver al Madrid de sus amores, como ¨¦l dice. Tanta es su vitalidad que por la ma?ana casi le dio un ¡°patuto¡± al querer recorrer todo el Museo del Prado. Ah¨ª, como en el C¨ªrculo de Bellas Artes donde se ha presentado el documental, aprendi¨® a pintar imitando a los maestros. ?Casualidad? En absoluto, Pepe D¨¢maso es un firme defensor del destino. ¡°Yo soy vanguardista desde que mis padres echaron el polvo debajo de un platanero. Desde chico soy homosexual y con dos a?os ya bailaba la Rama¡±.
La bajada de la Rama es una celebraci¨®n y baile t¨ªpico de Agaete, localidad de Gran Canaria donde D¨¢maso naci¨® en 1933. Dos a?os despu¨¦s se celebr¨® en Tenerife la Segunda Exposici¨®n Internacional de Surrealismo, evento sin precedentes que reuni¨® a artistas de la talla de Breton o Magritte. Sin embargo, a D¨¢maso, que hab¨ªa quedado marcado desde ni?o por la muerte de su padre, el contacto con las vanguardias no le llegar¨ªa hasta el a?o 1954, cuando viaj¨® a Madrid. ¡°El canario se encuentra con el espejo del mar, solo cuando lo rompe y no se vuelve a s¨ª mismo consigue hacerse internacional¡±, explica.
Detr¨¢s del espejo encontr¨® una capital a¨²n sumida en la posguerra donde lentamente iban despertando las artes. En lugares como el cas¨®n del Buen Retiro coincidi¨® con Antonio L¨®pez, con el grupo vanguardista El Paso y sobre todo con el que se convirti¨® en su gran compa?ero de vida, C¨¦sar Manrique. La irrupci¨®n del arte abstracto en su tendencia a la pintura figurativa le proporcion¨® un rico caldo de cultivo para trasladar al lienzo sus fijaciones personales: la muerte, el erotismo y, como no, las islas Canarias. ¡°Nunca pude despegarme del ambiente t¨¢ntrico y tropical de las islas. Siempre he estado comprometido con su cultura. Soy Archipel¨¢gico¡±.
De hecho, y a pesar del giro internacional que da su carrera en los a?os sesenta, D¨¢maso siempre prefiri¨® vivir en las islas. Exportar el arte desde ah¨ª al principio no fue f¨¢cil. En 1963 para su primera gran exposici¨®n le retuvieron en la aduana una serie de cuadros dedicados a la fiesta de la Rama. Sus amigos le aconsejaron posponerla, pero ¨¦l decidi¨® convertirla en la primera exposici¨®n sin cuadros del Ateneo de Madrid, una llamada de atenci¨®n al olvido general por las islas. A partir de ah¨ª y de la mano de Manrique, que define como un portento del marketing, pudo viajar con su arte por el mundo.
Durante unos meses vive con ¨¦l en Nueva York, donde conoce a Warhol: ¡°Un gilipollas que no te miraba cuando te hablaba, pero un verdadero genio¡±, le define. Y poco m¨¢s tarde llegar¨¢ uno de sus mayores m¨¦ritos: exponer en 1970 en la bienal de Venecia su serie dedicada a Samuel Beckett. El destino quiso que Luchino Visconti parara por ah¨ª grabando su afamada Muerte en Venecia y se acercase a visitar los distintos pabellones. ¡°De los miles de pintores que hab¨ªa ¨¦l se antoj¨® de dos dibujos m¨ªos y yo se los vend¨ª. Sigo en contacto con la familia, los tienen sus sobrinos¡±.
Cuando C¨¦sar Manrique volvi¨® a vivir a las islas decidieron crear juntos El Centro Polidimensional El Almac¨¦n en Lazarote, un lugar dedicado al arte moderno que no fue del todo bien recibido. ¡°El Almac¨¦n fue clave, cosas que se hac¨ªan ah¨ª no se hac¨ªan en la Pen¨ªnsula. Ten¨ªamos la autoridad de Manrique pero a¨²n as¨ª se dec¨ªa que era un lugar de putas y maricones¡±. A pesar del reaccionarismo, D¨¢maso vivi¨® entonces una de sus ¨¦pocas m¨¢s creativas. Se aventur¨® incluso al cine ansioso por encontrar nuevos medios para transmitir sus pulsiones de siempre: la muerte en La Umbr¨ªa y el homoerotismo en Requiem por un absurdo.
Ni el dram¨¢tico accidente que acab¨® con la vida de Manrique, ni su posterior enfermedad, le quitaron las ganas de seguir explorando nuevas maneras de contar la realidad de la isla. Con la llegada de las primeras pateras pint¨® sus Tragedias Atl¨¢nticas y, seg¨²n cuenta, hace a?os que avis¨® de la degradaci¨®n de la construcci¨®n en las islas. ¡°Canarias sufre los mismos problemas que la tontorrona Europa, los males del mundo actual¡±, advierte.
A Gustavo Socorro lo conoci¨® cuando el director debutaba con tan solo 15 a?os en la producci¨®n documental. Desde entonces el cineasta, que ahora prepara un largometraje sobre Benito P¨¦rez Gald¨®s, se ha dedicado a narrar con su c¨¢mara historias fundamentales para el archipi¨¦lago. Era por tanto imposible que no acabase retratando la de D¨¢maso. ¡°En su caso sucede que el personaje dentro de Canarias acaba por eclipsar la obra y eso nunca es bueno¡±, confiesa Socorro. Consciente de este riesgo, fue el mismo D¨¢maso el que le encarg¨® la tarea de recoger su legado art¨ªstico en La Vida en Lienzo. ¡°Se ha entregado completamente sin intervenir en las decisiones art¨ªsticas. La pel¨ªcula ha conseguido ser una obra propia sin ser absorbida por ¨¦l¡±, detalla.
Estrenado el documental, ?le puede quedar a D¨¢maso a¨²n algo por hacer? Los m¨¦dicos se empe?an en ense?arle a decir que no, pero ¨¦l se ha propuesto llevarles la contraria. Tiene un proyecto para un museo en Fuerteventura, el Cabildo, quiere construir una casa de artista en su hogar de Agaete e incluso habla de utilizar la inteligencia artificial. ¡°Le tengo respeto y estoy esperando a ver por d¨®nde sale. Lo que me ense?an se parece a ejercicios vanguardistas que yo hac¨ªa de joven. Hay que tener esperanza que de ah¨ª puede salir algo¡±.
Con una sonrisa de oreja a oreja reconoce que a¨²n tiene una vitalidad que supera la decadencia de su cuerpo. ¡°Y con la mente mejor que cuando era joven ?F¨ªjate t¨² el disparate de la existencia!¡±. Con esa misma energ¨ªa da por terminada la entrevista y se levanta para saludar de una vez a los amigos que ha reunido la proyecci¨®n. Si no le llegan a avisar a punto est¨¢ de olvidarse el bast¨®n.
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