Enrique Cerezo: ¡°Si tengo enemigos, no los conozco. O al menos no me demuestran que lo son¡±
Posee el 70% del cine espa?ol, fue la ¡®mano derecha¡¯ de Jes¨²s Gil en el Atl¨¦tico de Madrid y lleva dos d¨¦cadas al frente del club. Pero este hombre acostumbrado a los superlativos asegura que todo en su vida es ¡°normal y corriente¡±
Cuando Cristiano Ronaldo marc¨® el ¨²ltimo penalti de la tanda de la final de la Champions entre Real Madrid y Atl¨¦tico de Madrid, en Mil¨¢n, Enrique Cerezo Torres (Madrid, 74 a?os) estaba sentado solo en una barra del bar del antepalco, en el interior del estadio, acompa?ado ¨²nicamente por un camarero italiano que no daba cr¨¦dito a su presencia all¨ª. Hab¨ªa salido disparado de su asiento, el correspondiente al presidente del Atl¨¦tico de Madrid, en cuanto Juanfran fall¨® su penalti. Estaba viviendo los 120 minutos de esa final ag¨®nica como si fuesen los ¨²ltimos de su vida; el penalti fallado hizo que explotase. ¡°No aguant¨¦ m¨¢s. Normalmente, suelen bajar los presidentes de los dos equipos a saludar al perdedor y al ganador, pero yo me cabre¨¦ tanto que fui incapaz de bajar o decir algo. Me qued¨¦ all¨ª en aquella barra. Estaba solo. Me acuerdo perfectamente¡±.
¡ª?En qu¨¦ pensaba?
¡ªEn la mala suerte que hay muchas veces en la vida. El empate, los penaltis, el ¨²ltimo disparo que es el de la confianza, lo que pas¨® el a?o anterior en el descuento. As¨ª es la vida, as¨ª es el f¨²tbol y as¨ª es la historia del mundo.
Cerezo est¨¢ sentado en una sala de sus oficinas ¡ªEnrique Cerezo Producciones Cinematogr¨¢ficas¡ª, en la Ciudad de la Imagen de Pozuelo (Madrid). Ha llegado tarde a causa del tr¨¢fico. ¡°Pero si esto no te llega, hablamos m¨¢s en otro momento¡±, resuelve. Es directo y accesible: una llamada a su tel¨¦fono personal y ¨¦l mismo pone hora y sitio. Es el propietario de 7.000 pel¨ªculas espa?olas que fue comprando durante a?os (m¨¢s del 70% del cine nacional, con el que ha montado la plataforma FlixOl¨¦) y productor de t¨ªtulos y cineastas tan dispares como Luis Garc¨ªa Berlanga, ?lex de la Iglesia, Jos¨¦ Luis Garci, Helena Taberna, Vicente Aranda o Antonio Gim¨¦nez-Rico. De camino al ascensor, cuando se despide, evoca otras entrevistas que le han hecho. ¡°Una que me gust¨® mucho fue de Vanity Fair¡±, avisa mirando de reojo al periodista antes de mandarlo, indirectamente, a su peluquer¨ªa de confianza. ¡°?Fueron hasta la peluquer¨ªa en la que me corto el pelo para preguntar por mi peinado! Eso estuvo bien¡±, exclama. El pelo es importante para Cerezo; para cualquiera de 74 a?os de tenerlo as¨ª, peinado a tup¨¦. A Manu Pi?¨®n, el periodista que fue a la peluquer¨ªa D2 a la que va Cerezo, le dijeron las peluqueras: ¡°Es la envidia de los se?ores, tiene much¨ªsima cantidad¡±. Y ¨¦l le reconoci¨®: ¡°Voy una vez al mes, me crece bastante¡±.
Todo es ¡°normal y corriente¡± en la vida de Cerezo, productor todopoderoso y presidente de uno de los grandes clubes europeos de f¨²tbol (masculino y femenino), si nos atenemos a los adjetivos con los que se describe a s¨ª mismo y su vida. Sus padres, Enrique Cerezo y Flora Torres, vivieron en varias ciudades antes de asentarse en Madrid. ?l es el mayor de cuatro hermanos, y su padre trabajaba de electricista en Renfe, por lo que cambiaba de destino a menudo. ¡°Mis padres eran personas trabajadoras que ten¨ªan una aspiraci¨®n en la vida: vivir bien y estar tranquilos¡±. ?Y ¨¦l? ¡°Un ni?o que se encargaba de poner el cine en el colegio de los curas en el que estaba en Segovia. Todos los s¨¢bados y domingos. Hab¨ªa una sala maravillosa con unos equipos de proyecci¨®n fant¨¢sticos¡±.
Pregunta. ?Alg¨²n problema en ese colegio?
Respuesta. Ni el m¨¢s m¨ªnimo. Era gente muy seria y muy capaz. Y tampoco te obligaban a o¨ªr misa todos los d¨ªas. Hab¨ªa ejercicios espirituales una vez al a?o, pero iba el que quer¨ªa.
P. ?Qu¨¦ le gusta a usted?
R. Lo que se ve: el cine y el f¨²tbol. Poco m¨¢s. No me saques a muchos m¨¢s sitios. Y en mi tiempo libre, lo que hago es irme los s¨¢bados a mi casa del campo. Vuelvo a Madrid si hay partido. Y si no, all¨ª me paso el tiempo viendo pel¨ªculas. Las que ya he visto y me gustan, las que no he visto a¨²n.
P. Tiene el 70% del cine espa?ol y ha dicho que si pudiese comprar el otro 30%, lo har¨ªa.
R. Estar¨ªa encantado. Yo hace tiempo compr¨¦ un cat¨¢logo que era de RKO donde est¨¢ Ciudadano Kane y una serie de pel¨ªculas maravillosas del cine maldito que se hac¨ªa en los cincuenta y sesenta; casi todas en blanco y negro, pel¨ªculas con directores muy raros que luego fueron estrellas en el cine. Ves en esas pel¨ªculas c¨®mo era Estados Unidos en aquella ¨¦poca, c¨®mo eran las gasolineras, c¨®mo eran los pueblecitos: una calle con cuatro casas a cada lado, y se acababa el pueblo. ?Me entiendes? Cuando hablamos hoy de la Espa?a vac¨ªa, me r¨ªo yo compar¨¢ndola con los Estados Unidos de aquella ¨¦poca.
El productor Cerezo, dice, va un d¨ªa al rodaje y no vuelve. ¡°No me meto, dejo hacer¡±. Pero matiza: ¡°Una vez que estamos de acuerdo en el guion, en los actores y en el equipo t¨¦cnico, voy un d¨ªa al rodaje y ya est¨¢ (¡) Luego, en el montaje, si veo alguna cosa que me parece rara, lo digo y si se puede modificar, se modifica¡±. Hace dos a?os le dijo al periodista Borja Hermoso en EL PA?S: ¡°En la vida si no tienes ego es que no tienes de nada. Los futbolistas son chavales admirados cada domingo por miles de personas. El ego de los actores es m¨¢s parsimonioso. Hacen dos o tres pel¨ªculas o series al a?o y dependiendo de los estrenos van sacando su ego¡±. ?Y a ¨¦l? ?Le ha satisfecho el ¨¦xito su ego? ¡°Yo nunca me he imaginado tener ¨¦xito, ni nunca he pensado que lo ten¨ªa. Yo hago todos los d¨ªas lo mismo. A lo mejor eso es el ¨¦xito. Me levanto a la misma hora. Como casi siempre en cuatro o cinco sitios habituales y me sigo yendo a mi casa, que es la misma que hace 40 a?os¡±. Suena el tel¨¦fono, a veces lo cuelga y otras, lo coge. Retoma el hilo. ¡°Mira, cuando acab¨¦ el bachillerato ten¨ªa dos opciones: ir a la escuela de cine o empezar de meritorio. Un amigo de un t¨ªo m¨ªo conoc¨ªa a una persona que trabajaba con Pedro Mas¨®, y se acabaron las dudas¡±.
En el mundo en el que vivimos, tan globalizado, hay un problema grave: manda el ¡®marketing¡¯ y las empresas grandes que se dedican a eso
El nombre de Cerezo sali¨® en las grabaciones publicadas por EL PA?S en la serie de los audios secretos de la corrupci¨®n de diferentes pol¨ªticos con el comisario Villarejo. En una conversaci¨®n, hablando de un piso de Ignacio Gonz¨¢lez [expresidente de la Comunidad de Madrid encarcelado], Aguirre dice que Cerezo le sugiri¨® a Gonz¨¢lez que fuese testaferro mientras que Villarejo a?ade que Fernando Mart¨ªn [empresario entonces propietario de Martinsa y expresidente del Real Madrid] ¡°pag¨® a Cerezo y Cerezo pag¨® al testaferro¡±. ¡°Pero a Cerezo no le hemos pagado nada¡±, responde Aguire. ¡°S¨ª¡±, responde Villarejo. ¡°Arganda, la Operaci¨®n Arganda por la que est¨¢ imputado¡±. ¡°Pero eso fue anterior a mi llegada y por supuesto a la de Gonz¨¢lez¡±, responde Aguirre. ¡°No, no¡±, suelta Villarejo.
¡°Esperanza Aguirre sabe muy bien que a m¨ª la Comunidad de Madrid no me puede dar nada y no me ha dado nada¡±, dice Cerezo. ¡°A?ado algo: es muy amiga m¨ªa y una gran persona. Y digo m¨¢s: el piso de Ignacio Gonz¨¢lez est¨¢ perfectamente pagado por ¨¦l¡±.
P. Es dif¨ªcil hacerse rico con el cine.
R. Poca gente lo ha hecho. Incluso como productor. Es muy dif¨ªcil hacerte rico, muy dif¨ªcil. Muchos productores empe?an sus casas para poder hacer pel¨ªculas, piden cr¨¦ditos personales avalados por alguien, y hay pocas pel¨ªculas que den dinero para superar eso.
P. ?Usted tambi¨¦n?
R. Muchas veces. Con much¨ªsimas pel¨ªculas. Yo creo que con casi todas.
P. ?Por cu¨¢l apost¨® m¨¢s y sali¨® bien?
R. Con Juana la Loca. O Las 13 Rosas. Pero vamos, he hecho las pel¨ªculas que he querido, con quien he querido, y nunca he tenido ning¨²n problema, ni enemigos.
P. ?Enemigos no?
R. Si los tengo, no los conozco. O por lo menos no me demuestran que son enemigos.
P. Es usted un empresario de mucho poder, con una voracidad que le ha hecho propietario de la mayor¨ªa de pel¨ªculas del cine espa?ol. ?No tiene enemigos?
R. Cuando nosotros compr¨¢bamos pel¨ªculas ¡ªque seguimos comprando¡ª para distribuir en Espa?a, trabajaba con productores extranjeros. Yo nunca le he intentado quitar una pel¨ªcula a otro compa?ero que trabajara con otras productoras. Y, sin embargo, s¨ª me las han intentado quitar a m¨ª, pero no me import¨®. Quien la quiera comprar que la compre. Si puede pagar lo que se le pide, que lo pague. Yo no tengo ning¨²n problema. Pero no lo hago. Por profesionalidad. No va conmigo. As¨ª que no s¨¦ si tendr¨¦ enemigos, pero poco he hecho para tenerlos.
Yo nunca le he intentado quitar una pel¨ªcula a otro compa?ero que trabajara con otras productoras. Y, sin embargo, s¨ª me las han intentado quitar a m¨ª, pero no me import¨®
P. ?En un futuro podr¨¢ vender ese patrimonio?
R. No tengo ning¨²n inter¨¦s. F¨ªjate si tengo poco inter¨¦s que estoy intentando digitalizar con la m¨¢xima calidad todas las pel¨ªculas, y algunas de ellas restaurarlas. En estas oficinas hay una sala de restauraci¨®n de pel¨ªculas y de escaneo en la que se trabaja d¨ªa y noche.
Una de las cuestiones m¨¢s pol¨¦micas que ata?en a Enrique Cerezo es la relaci¨®n del Atl¨¦tico de Madrid con sus ultras, el Frente Atl¨¦tico. ?l tira balones fuera. ¡°Nuestra relaci¨®n siempre ha sido muy buena. Salvo algunos momentos en los que, por una serie de razones, no hemos estado de acuerdo. Pero la afici¨®n atl¨¦tica es una afici¨®n magn¨ªfica digna de cualquier cosa¡±.
P. Una curiosidad. ?Vio el documental de HBO sobre Jes¨²s Gil?
R. No me interesa. Me llamaron para salir en ¨¦l, y dije que s¨ª. Pero advert¨ª: ¡°Si est¨¢is buscando que se hable mal de ¨¦l, hab¨¦is pinchado en hueso. Primero, porque yo no tengo motivos. Y segundo, porque para m¨ª siempre fue un gran amigo¡±. En los casi 20 a?os que estuvimos juntos, nunca hubo ni una mala mirada, ni una mala palabra.
P. Pero que esa sea su experiencia¡
R. Cuando a m¨ª no me gustaba una cosa, le dec¨ªa ¡°esto no me gusta¡± y al final no se hac¨ªa. Era un t¨ªo que era como era, vale.
P. ?C¨®mo acaba a su lado?
R. Yo era muy amigo de Vicente Calder¨®n padre, y un d¨ªa Vicente me llam¨®. Lo hizo porque yo ten¨ªa muchos amigos que eran jugadores del Atl¨¦tico. Me dijo: ¡°Mira, me voy a presentar para las elecciones a presidente. Y quiero que t¨² seas mi vicepresidente¡±. Esto fue en un restaurante de la Cava Baja. Y yo encantado. Un domingo que volv¨ªa de comer con mis hijas, ponemos la radio del coche y escuchamos: ¡°Acaba de fallecer Vicente Calder¨®n en su domicilio¡±. Me llam¨® todo el mundo, tambi¨¦n los hijos, y la idea era: ¡°Seguimos¡±.
P. ?Con qui¨¦n?
R. Nos unimos a otra lista que era de Manuel Herrero, un peletero de Gran V¨ªa. Perdimos contra Jes¨²s Gil y me march¨¦. Un mes despu¨¦s, cuando estaba en Brasil, me llama Rub¨¦n Cano y me dice que me quiere ver Jes¨²s Gil, al que yo no conoc¨ªa. Gil me dijo que se le hab¨ªa marchado un vicepresidente, y que me quer¨ªa en su puesto. Le ped¨ª que me dejase preguntar a los de mi candidatura, que me dijeron que no hab¨ªa ning¨²n problema. Y dije que s¨ª. En septiembre se cumplir¨¢n 35 a?os.
P. Siempre fue del Atl¨¦tico.
R. No tengo otro recuerdo. Mi padre era del Madrid. Y mis hermanos, al menos uno de ellos, tambi¨¦n es del Madrid.
P. ?Sus hijas?
R. Del Atl¨¦tico, aunque no son futboleras.
P. Pep Guardiola pudo entrenar al Atl¨¦tico.
R. ?Cu¨¢ndo?
P. Cuando fue en la candidatura de Bassat a la presidencia del Barcelona y perdi¨® ante Laporta. Y un amigo suyo y de ¨¦l, David Trueba, le dijo que si lo fichaba, no se arrepentir¨ªa.
R. ?Bueno! Eso s¨ª es verdad. Yo no s¨¦ en aquel momento qui¨¦n nos entrenaba. S¨ª recuerdo que despu¨¦s de unos Goya me encontr¨¦ con Pep y la familia Trueba cenando en un restaurante. Pero all¨ª no se habl¨® nada, claro. Yo tengo buena relaci¨®n con ¨¦l.
P. Cuando ya estaba Guardiola en el Barcelona, lleg¨® Simeone. Hasta ahora.
R. Ser¨¢ muy dif¨ªcil que alg¨²n entrenador del Atl¨¦tico de Madrid, ahora o dentro de 20 a?os, iguale el r¨¦cord de Simeone. La duraci¨®n de la relaci¨®n entre el Atl¨¦tico y ¨¦l es magn¨ªfica. Como todo lo conseguido.
P. Les ha ca¨ªdo una buena con la nueva camiseta, de rayas torcidas.
R. Me parece bonita. Estamos acostumbrados a ver el rojo en rayas rectas, y que haga la forma del r¨ªo, no lo s¨¦¡ En el mundo en el que vivimos, tan globalizado, hay un problema grave: manda el marketing y las empresas grandes que se dedican a eso. Ellas proponen eso porque conocen o creen conocer cu¨¢l es el gusto de la gente joven. Y los ni?os que las vean ahora, dentro de unos a?os, a lo mejor, lo que les cuesta es ver las rayas de la camiseta rectas. ?Me entiendes? En fin: los equipos tienen que dar novedades continuamente y eso a m¨ª no me parece mal, y la camiseta tampoco me parece fea. Con el esfuerzo que hacen los jugadores, y con todo lo que se mueven... lo dif¨ªcil es ver esas rayas con su forma original.
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