¡°Nunca llegar¨¢s a la universidad¡±: c¨®mo el rechazo y el acoso explotaron en ¡®Rocky¡¯, la pel¨ªcula que forj¨® el mito de Stallone
Esta semana Sylvester Stallone recala por partida doble en la pantalla: hoy con el estreno de su serie ¡®Tulsa King¡¯ y este viernes con una nueva entrega de ¡®Creed¡¯, que contin¨²a el legado legendario de una pel¨ªcula por la que nadie apostaba
Que los viejos h¨¦roes de acci¨®n no piensan en la retirada lo corroboran cines y plataformas, rebosantes de estrenos en los que hombres (y mujeres) que superan los sesenta siguen repartiendo mandobles. Y liderando la banda, ninguno tan activo y vigente como Sylvester Stallone (Nueva York, 76 a?os). Tras reciclarse en superh¨¦roe de clase trabajadora en Samaritan vuelve esta semana por partida doble: como protagonista absoluto de Tulsa King, uno de los estrenos con los que hoy desembarca SkyShowtime en Espa?a, y como productor de la tercera parte de Creed, el exitoso spin off de Rocky, improbable joya de la corona de una carrera millonaria que nadie pudo predecir.
El guion de Rocky lleg¨® a la mesa de los productores Irwin Winkler y Robert Chartoff con una ¨²nica condici¨®n: el guionista ser¨ªa tambi¨¦n el protagonista principal. Por entonces las ¨²nicas credenciales de Stallone se limitaban a un papel en The Lords of Flatbush (1974), pel¨ªcula independiente sobre una banda callejera de Brooklyn. Los productores la vieron y aceptaron entusiasmados la cl¨¢usula creyendo que el guionista era Perry King, el rubio guapo de mand¨ªbula cuadrada. Su ilusi¨®n se quebr¨® cuando les aclararon que Stallone era el moreno, la mole de carne de mirada bovina.
Se negaron. La pel¨ªcula se rodar¨ªa, advirtieron, solo s¨ª la protagonizaba Ryan O¡¯Neal. A Stallone le ofrecieron 180.000 d¨®lares y le dijeron que se quedara en casa. Un trato irresistible para alguien en su situaci¨®n. Solo ten¨ªa 106 d¨®lares en la cuenta, su mujer estaba embarazada de su primer hijo (Sage, protagonista de la quinta entrega de la saga fallecido en 2012) y hab¨ªa tenido que vender a su perro Butkus porque no pod¨ªa mantenerlo. Dijo que no. Conscientes del potencial de aquella f¨¢bula bienintencionada con el boxeo como tel¨®n de fondo, subieron a 360.000 d¨®lares. Volvi¨® a decir que no. ¡°Le dije a mi esposa que prefer¨ªa enterrar el guion en el patio trasero y dejar que las orugas interpretasen a Rocky. Me habr¨ªa odiado por venderme. Estuvo de acuerdo y dijo que estar¨ªa dispuesta a mudarse a un remolque en medio de un pantano si fuera necesario¡±, explic¨® a The New York Times tras el estreno.
La historia se le hab¨ªa aparecido como por ensalmo despu¨¦s de ver una pelea entre Muhammad Ali y Chuck Wepner, un boxeador del mont¨®n que contaba sus peleas por knock outs y al borde del retiro tuvo la oportunidad de enfrentarse al m¨ªtico campe¨®n, una batalla desigual en la que consigui¨®, para pasmo de la audiencia, lanzarle una vez a la lona. ¡°Estaba viendo la pelea y me dije: de eso voy a hablar, de la ambici¨®n reprimida y la gente que se sienta en la acera observando c¨®mo sus sue?os se van por el desag¨¹e¡±. Se encerr¨® en su casa y Wepner pas¨® a ser Rocky Balboa en honor al boxeador Rocky Marciano y el explorador espa?ol Vasco N¨²?ez de Balboa. Escribi¨® 90 p¨¢ginas en tres d¨ªas; aquel relato de h¨¦roes que se enfrentan a su propio destino era tambi¨¦n su propia historia.
A Stallone las cosas se le torcieron desde su nacimiento, cuando tras un despiste con el f¨®rceps el m¨¦dico cort¨® involuntariamente su nervio facial dej¨¢ndole de por vida el labio, la barbilla y la mitad de la lengua parcialmente paralizados. Eso le provoc¨® un defecto en el habla y lo convirti¨® en la v¨ªctima propiciatoria de todos los abusones del barrio, que se burlaban de su aspecto, de su voz y hasta de su nombre: para ridiculizarlo, le llamaban Sylvia. Los extra?os no fueron su mayor pesadilla. Su entorno familiar era igual de turbulento. Su madre, Jackie Stallone era una fuerza de la naturaleza, para bien y para mal: astr¨®loga, trapecista, empresaria, lectora del destino en culos y concursante de Gran Hermano, y su padre Frank Stallone, un jugador de polo con problemas de agresividad. Seg¨²n su madre, ¡°fue el hombre m¨¢s rudo y s¨¢dico que Dios haya permitido en esta tierra. Cog¨ªa un l¨¢tigo de polo y azotaba a Sylvester hasta que sangraba¡±.
El peor maltrato no fue el f¨ªsico. ¡°?Por qu¨¦ no puedes ser m¨¢s inteligente? Nunca ser¨¢s nada. Has nacido con par¨¢lisis, ?por qu¨¦ no te unes a la Marina? Nunca llegar¨¢s a la universidad¡±, le dec¨ªa su padre. Una de las frases m¨¢s crueles acab¨® col¨¢ndose en el guion de Rocky: ¡°No naciste con mucho cerebro, as¨ª que ser¨¢ mejor que empieces a usar tu cuerpo¡±. S¨®lo le hizo caso a medias. Tuvo una epifan¨ªa tras ver en televisi¨®n a Steve Reeves interpretando a H¨¦rcules en un viejo peplum. Al d¨ªa siguiente fue a un dep¨®sito de chatarra y transform¨® un eje de autom¨®vil en sus primeras pesas. Model¨® su cuerpo para convertirlo en una m¨¢quina perfecta, pero el ni?o que se grababa recitando a Walt Whitman para corregir su defecto de habla tambi¨¦n quer¨ªa demostrar que ten¨ªa cerebro.
Siempre le hab¨ªan infravalorado. Cuando su madre, sospechando (como todas las madres) que su hijo ten¨ªa un gran talento oculto, lo llev¨® a un orientador para que le aconsejara un futuro laboral la respuesta fue muy espec¨ªfica: ¡°Su hijo es adecuado para ser ayudante de electricista, principalmente en el ¨¢rea de operaciones de ascensores¡±. No entraba en sus planes. Alquil¨® un cuchitril en Manhattan y empez¨® a rondar los teatros. Debut¨® interpretando a un minotauro en la ¨²nica obra teatral que escribi¨® Picasso. Quer¨ªa ser actor, pero por encima de todo ansiaba ser guionista. ¡°Un escritor crea trabajo para 300 personas y entretenimiento para tres millones, as¨ª que ?qui¨¦n es la persona m¨¢s importante en una pel¨ªcula?¡±. Pint¨® los cristales de las ventanas de negro para no saber si era de noche o de d¨ªa, cort¨® el tel¨¦fono y la luz y escribi¨® tenazmente a la luz de las velas. Cuando termin¨® el de Rocky ya hab¨ªa escrito una decena de guiones m¨¢s.
El recuerdo de esas penurias le ayud¨® a mantenerse firme hasta que los productores aceptaron que ¨¦l ser¨ªa el protagonista. Las cifras bajaron dr¨¢sticamente a cambio: solo recibi¨® 20 mil d¨®lares por el guion y 625 d¨®lares a la semana por interpretar el papel. Los seis millones ofrecidos pasaron a ser uno, un presupuesto ¨ªnfimo para una producci¨®n de Hollywood. ¡±El estudio no quer¨ªa hacer la pel¨ªcula¡±, reconoci¨® Winkler. ¡°Una pel¨ªcula de lucha no era algo que la gente ir¨ªa a ver sin una estrella en ella. Adem¨¢s, no eran las personas m¨¢s atractivas del mundo¡±. Para abaratar costes, Stallone coloc¨® a parte de su familia: su padre Frank es el hombre que toca la campana antes de cada lucha, su hermano Frank Jr. interpreta a un cantante callejero y su por entonces esposa Sasha aparec¨ªa como una fot¨®grafa. El escenario era inamovible: Filadelfia, una ciudad que representa la clase trabajadora en la que Stallone hab¨ªa vivido parte de su infancia.
Se grab¨® por las calles en plan guerrilla. La sorpresa con la que es observado por los que se lo cruzan cuando corre por el mercado es aut¨¦ntica, al igual que el momento en el que un tendero le lanza una pieza de fruta, que no estaba en el guion. Si la primera cita de Adrian y Rocky fue en una pista de hielo vac¨ªa es porque no hab¨ªa presupuesto para extras. La fluidez de las secuencias del ic¨®nico entrenamiento se logr¨® gracias a una rudimentaria steadicam, un invento que apenas se hab¨ªa utilizado previamente en dos pel¨ªculas y que estaba llamado a cambiar la manera de filmar el deporte. La parte positiva fue que el dinero adelantado permiti¨® a Stallone recuperar a su perro Butkus, que pas¨® a ser tambi¨¦n parte del reparto.
Todo funcion¨® como un reloj suizo. Desde la ahora ic¨®nica banda sonora compuesta por Bill Conti, elegido s¨®lo por ser el m¨¢s barato, hasta la qu¨ªmica entre los protagonistas. Susan Sarandon hab¨ªa sido la primera opci¨®n para interpretar a su novia Adrian, pero era demasiado guapa. Talia Shire, hermana de Francis Ford Coppola, fue la elegida. ¡°Acababa de tener un beb¨¦ cuando me lleg¨® el guion por correo. No ten¨ªa idea de qui¨¦n era esta persona que lo escribi¨®. Pero fue brillante: el lenguaje, el texto, la poes¨ªa que compuso Sylvester. Realmente hab¨ªa creado un mito popular¡±.
A medida que se acercaba el estreno fue surgiendo un runr¨²n. Empezaron a pensar que tal vez no iba a ser el fracaso que todos vaticinaban. ¡°Pens¨¦ que se acabar¨ªa estrenando en alg¨²n programa doble de un autocine de Mississippi¡±, declar¨® su director John G. Avildsen. ¡°Pero cuando se estren¨® pas¨¦ por delante de un cine y vi una gran cola alrededor de la manzana¡±. No se avecinaba s¨®lo un ¨¦xito popular. La cr¨ªtica tambi¨¦n estaba de su parte. ¡°Sobre el papel, ninguno de los personajes parece atractivo, pero en la pantalla te roban el coraz¨®n¡±, escribi¨® Arthur Knight en su rese?a para el Hollywood Reporter. El productor Irvin Winkler cree que la clave est¨¢ en haber llegado en el momento id¨®neo. ¡°Rocky, nos ofreci¨® un alivio para todo lo que estaba pasando en los setenta: el Watergate, la Guerra de Vietnam, el levantamiento juvenil. Nos dio una mirada optimista al futuro¡±.
Recaud¨® 225 millones y recibi¨® diez nominaciones al Oscar, entre ellas dos para Stallone, lo que le convirti¨® en el tercer actor tras Charles Chaplin y Orson Welles en lograr ser nominado en las categor¨ªas de guion e interpretaci¨®n. En la noche de los premios de la Academia se enfrentaba a Taxi Driver, Todos los hombres del presidente y Network un mundo implacable, pero el nombre que Jack Nicholson pronunci¨® cuando abri¨® el sobre fue... Rocky. Si aquel giro narrativo hubiese sido parte de un guion habr¨ªa resultado incre¨ªble por excesivamente edulcorado. Rocky gan¨® tambi¨¦n los premios a mejor edici¨®n y mejor director. Stallone no se llev¨® ninguna estatuilla a casa, pero fue el gran triunfador de la noche. Por fin hab¨ªa podido demostrar su val¨ªa ante todos: ¡®¡¯Yo entr¨¦ en Hollywood por la puerta de servicio. Los m¨²sculos denotan estupidez: si tienes un buen f¨ªsico, no puedes ser brillante. Fue lo mismo que pas¨® con Marilyn Monroe. Ha sido mi perdici¨®n¡±, explic¨®.
El ¨¦xito tuvo efectos colaterales. De repente, todo lo que llevaba su nombre val¨ªa oro. Algunos cines reestrenaron Bananas, de Woody Allen y en la que apenas aparece unos segundos, como ¡°una pel¨ªcula de Sylvester Stallone¡±. M¨¢s pol¨¦mico fue el rescate de la pel¨ªcula pornogr¨¢fica, para los est¨¢ndares de los setenta, que hab¨ªa rodado en su peor momento. ¡°Me mor¨ªa de hambre cuando la hice. Me hab¨ªan echado de mi apartamento y hab¨ªa pasado cuatro noches seguidas en una estaci¨®n de autobuses tratando de evitar a la polic¨ªa¡±. Sin nada que perder se present¨® en un trabajo que le aseguraba doscientos d¨®lares por dos d¨ªas. ¡°El hecho de que tuviera que quitarme la ropa no fue gran cosa. No hab¨ªa nada duro en la pel¨ªcula, as¨ª que, ?Qu¨¦ me importaba?¡±.
Era tan mala que no lleg¨® a estrenarse, pero tras el ¨¦xito de Rocky los productores pretendieron chantajearlo. ¡°Creo que pidieron 100.000 d¨®lares, pero le dije a mi abogado que no la comprar¨ªa ni por dos d¨®lares. Cuando tienes hambre haces cosas que normalmente no har¨ªas. Es curioso c¨®mo puedes reajustar tu moralidad para sobrevivir¡±. Party at Kitty and Studs, su t¨ªtulo original, acab¨® estren¨¢ndose como Italian Stallion (El semental italiano), un juego de palabras con el nombre del actor, y result¨® ser tan inocente que al contrario que otras cintas er¨®ticas que destrozan carreras no provoc¨® ni una m¨¢cula en la trayectoria de un actor cuyo nombre empezaba a ser leyenda. Hasta hoy.
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