¡°No le deseo ese tipo de celebridad ni a mi peor enemigo¡±: la venganza de los ¡®top models¡¯ masculinos
Cl¨¦ment Chabernaud, protagonista de nuestro especial de moda de primavera, lleva casi 20 a?os en la industria. Una carrera pluscuamperfecta que ilustra c¨®mo se triunfa sin necesidad de sobreexponerse: los expertos lo corroboran
Casi resulta un alivio que los gritos no sean por ellos. En las semanas de la moda masculinas, las hordas de fans que se agolpan contra las vallas de seguridad se dirigen a las estrellas del pop o de TikTok o de Hollywood mientras ellos, los verdaderos protagonistas del desfile, llegan tranquilamente por una puerta trasera con deportivas, auriculares y, si ya no son adolescentes, con cara de no haber estado de fiesta la noche anterior. El top masculino se parece m¨¢s a un soldado, o a un deportista, que a una Bella Hadid haci¨¦ndose selfis en un mar de flashes. Trabajan mucho y cobran acorde. Si cogen bien las riendas, se encuentran con una carrera s¨®lida. Y ni siquiera les hacen falta redes sociales. Es el caso de nuestro hombre de portada, Cl¨¦ment Chabernaud (Par¨ªs, 34 a?os), que desfil¨® por primera vez en 2005 para el Dior Homme de Hedi Slimane: el dise?ador que, de un plumazo, inaugur¨® la era de la fr¨¢gil belleza adolescente.
Pero Chabernaud siempre tuvo algo inclasificable. Con su elegancia esbelta, su encanto desgarbado y su mirada noble, saludaba el cambio de paradigma desde las campa?as de Jil Sander, Prada o Balmain. Marcas que abrieron paso a una masculinidad que ya no solo entend¨ªa de cachas o machirulos. ?l se encoge de hombros: ¡°Comenc¨¦ con una agencia que me permiti¨® acceder poco a poco a castings¡±, explica cuando le preguntamos por sus inicios. ¡°As¨ª consegu¨ª mis primeros trabajos, de casualidad. Ve¨ªa los anuncios en la calle y me dije que por qu¨¦ no. Tal vez hab¨ªa un mercado que explotar¡±.
Cuando protagoniz¨® el editorial de moda del primer n¨²mero de ICON, en 2013, su rostro era ya imprescindible. Los testigos de aquella sesi¨®n comentaban su capacidad para ensayar mil poses ante la c¨¢mara, para reinventarse con naturalidad y construir una secuencia fotogr¨¢fica sin monoton¨ªa: nada m¨¢s lejos del acero azul con que Zoolander (2001) inmortaliz¨® muchos de los peores vicios de la industria de los seres m¨¢s bellos del planeta. Su vis camale¨®nica result¨®, desde el principio, inimitable. En 2014, el cr¨ªtico de moda de The New York Times Matthew Schneier tuiteaba desde Mil¨¢n: ¡°Muchos modelos en la pasarela han adoptado la mirada lateral de Cl¨¦ment Chabernaud¡±, constataba. ¡°Chicos, es un privilegio, no un derecho¡±.
Por mucho que Chabernaud describa su trayectoria desde la normalidad, esa capacidad de permanencia no es habitual. Le preguntamos al respecto a Gert Jonkers, ide¨®logo y fundador de Fantastic Man, la revista que en este mismo periodo ha transformado la mirada sobre el hombre. ¡°?Qu¨¦ genial es Cl¨¦ment!¡±, contesta cuando le contamos que va a ser nuestra portada de marzo, la primera de nuestra historia dedicada a un modelo. ¡°No se me ocurre ning¨²n otro con una carrera tan larga, de casi 20 a?os. Y bravo por ¨¦l. Sigue teniendo un aspecto fant¨¢stico. Y lo mejor es que no se comporta ni de lejos como una celebridad, lo cual lo convierte en alguien muy emp¨¢tico y accesible. ?Qui¨¦n necesita drama hoy en d¨ªa?¡±.
Chabernaud, desde luego, no. El franc¨¦s era un deportista ajeno a la moda cuando los primeros agentes se fijaron en ¨¦l. ¡°Creo que mis ¨²nicos referentes eran mujeres modelos, como Kate Moss¡±, cuenta. Aunque s¨ª ha habido estrellas a la antigua usanza. Desde el pionero Cameron, el brit¨¢nico-iran¨ª que irrumpi¨® en la generaci¨®n que convirti¨® la moda en espect¨¢culo ¡ªjunto a Gaultier, Madonna o Elton John¡ª hasta la gran generaci¨®n de tops espa?oles, con Andr¨¦s Velencoso y Jon Kortajarena a la cabeza. Hombres que han trascendido la moda, ya sea dando el salto al cine y/o con una presencia arrolladora en redes sociales y en la cultura popular. Pero que no son la norma. Nuevamente Jonkers pone luz en el asunto: ¡°Siempre ha sido muy distinto, especialmente respecto a la obsesi¨®n de la gente con las modelos famosas. Personalmente, el mundo de los modelos masculinos me parece un poco m¨¢s simp¨¢tico y un poco m¨¢s humano que la locura y el frenes¨ª en que viven las kate moss de este mundo. ?No le desear¨ªa ese tipo de celebridad ni a mi peor enemigo!¡±.
Fama estratosf¨¦rica, igual no. Pero ha habido chispazos. Cuando Mark Vanderloo se sent¨® en cueros al volante de un Peugeot 106 en 1994, dio carta de naturaleza al cuerpo masculino como objeto de deseo en la publicidad. Fue un momento tan fundacional que tom¨® la delantera a las supermodelos: poco despu¨¦s Claudia Schiffer hizo lo propio al desnudarse para conducir su Citro?n. Aquello fue en 1998, justo antes de que el culto a la juventud y a una cierta naturalidad cambiaran las normas. Andr¨¦s Velencoso firm¨® con Chanel en los noventa y protagoniz¨® su primera portada en Arena Homme +, devenida en biblia del sector, en 2005. Will Chalker lo mismo se enfundaba en un traje cl¨¢sico para Zegna como se lo quitaba para ser la imagen de Black XS de Paco Rabanne. Jon Kortajarena encarn¨® la elegancia carnal y sin pre¨¢mbulos de Tom Ford y David Gandy hizo lo propio con un min¨²sculo slip blanco, a pleno sol, para Dolce&Gabbana.
No hay un manual para ser modelo. Ni tampoco el cursus honorum de los gigantes del sector ha discurrido por los mismos cauces. Hay supermodelos publicitarios, como Gandy o Tyson Beckford, que apenas han pisado la pasarela, en un fen¨®meno que recuerda el de las modelos mejores pagadas de la industria, que no son las que se dedican a desfilar, sino a la cosm¨¦tica. Otros, como Chabernaud, siempre se han mantenido fieles al trabajo diario de la moda. ¡°Ha sido una cuesti¨®n de continuidad¡±, explica. Su perfil en Models.com, la base de datos del sector que, tras varios a?os en su top 50, lo ha pasado a la categor¨ªa Icons, la secci¨®n a¨²n m¨¢s restrictiva reservada a los corredores de fondo, recoge un curr¨ªculum con 520 puntos, el doble que Velencoso, 200 m¨¢s que Kortajarena y el cu¨¢druple que Chalker o Vanderloo. En dos d¨¦cadas, y sin apenas redes sociales, Chabernaud no ha dejado de trabajar.
¡°Me parece un modelo de conducta para los tops de hoy, como Leon Dame o Jonas Gl?er, que tambi¨¦n son simp¨¢ticos... y protagonizan nuestra pr¨®xima portada¡±, r¨ªe Jonkers. Cuando le preguntamos a nuestra estrella por su consejo para las nuevas generaciones, vuelve su esp¨ªritu pr¨¢ctico. ¡°Les dir¨ªa que, sobre todo al principio, intenten acumular muchos trabajos para no limitarse a ser el modelo del momento¡±. Dicho por ¨¦l parece sencillo. Pero, como siempre en casi todo en la vida, sucede justo lo contrario.
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