Mitolog¨ªa b¨ªblica, egos desmesurados y tres conciertos hist¨®ricos en pleno franquismo: el disco de Genesis que acab¨® con el rock sinf¨®nico
Se cumplen 50 a?os de ¡®The Lamb Lies Down On Broadway¡¯, la ¨²ltima obra de Genesis con Peter Gabriel y, para muchos expertos, el ¨²ltimo disco de un g¨¦nero cuya fascinaci¨®n llega hasta nuestros d¨ªas
El 25 de noviembre de 1974, mientras estaban de gira en Cleveland (EE UU), Peter Gabriel comunic¨® a sus compa?eros en Genesis que, al final de ese tour, dejar¨ªa el grupo. Su ambicioso doble ¨¢lbum The Lamb Lies Down On Broadway llevaba solo tres d¨ªas en las tiendas, y la decisi¨®n se mantuvo en secreto. Cuando Gabriel lo anunci¨® en un comunicado a la prensa, en agosto de 1975, adujo que se hab¨ªa desilusionado con la industria del disco y necesitaba pasar m¨¢s tiempo con su familia. Pero las verdaderas razones apuntaban m¨¢s bien a la falta de empat¨ªa, personal y art¨ªstica, adem¨¢s de celos profesionales. Gabriel, tambi¨¦n letrista e ide¨®logo musical del grupo, iba cada vez m¨¢s por libre y captaba todas las miradas, mientras que las contribuciones de Steve Hackett (guitarra), Mike Rutherford (bajo), Tony Banks (teclados) y Phil Collins (bater¨ªa) brillaban menos en la luz p¨²blica. Por eso, la banda recibi¨® la marcha de su l¨ªder virtual con m¨¢s sensaci¨®n de alivio que de apocalipsis.
Formados en 1969, Genesis hab¨ªan encadenado un ¨¢lbum por a?o ganando un creciente prestigio que lo hab¨ªa convertido en uno de los nombres m¨¢s importantes del rock progresivo o sinf¨®nico. Su quinto disco, Selling England By The Pound (1973), hab¨ªa sido su mayor ¨¦xito cr¨ªtico y comercial. El ascenso de la banda formada en la elitista escuela de Charterhouse, en el condado brit¨¢nico de Surrey, se antojaba imparable. Pero, cuando decidieron grabar su siguiente ¨¢lbum, comenzaron a aflorar los problemas. Rutherford propuso componer un disco conceptual basado en El principito, de Antoine de Saint-Exup¨¦ry, pero Gabriel le respondi¨® que eso era muy cursi y desestimaron la idea. El vocalista, ya entonces muy popular por sus ideas exc¨¦ntricas y su teatralidad en el escenario, contraatac¨® con el surrealista relato de The Lamb Lies Down On Broadway, que, en contraste con su discograf¨ªa anterior, se situar¨ªa en Nueva York y ser¨ªa protagonizado por un chico puertorrique?o llamado Rael. Por primera (y ¨²ltima) vez en la carrera de Genesis, fue Gabriel quien escribi¨® todas las letras, mientras el resto de la banda se dedicar¨ªa a la composici¨®n musical, lo que aument¨® la brecha entre ¨¦l y los dem¨¢s. ¡°Los textos est¨¢n influidos por relatos b¨ªblicos, la mitolog¨ªa griega y latina, los trabajos en psicolog¨ªa de Carl Gustav Jung, El libro tibetano de los muertos, de Timothy Leary, la tradici¨®n de epopeyas religiosas inglesas como El progreso del peregrino de John Bunyan... Todas estas lecturas de Peter Gabriel crean un nivel de intertextualidad vertiginoso, sin el cual resulta dif¨ªcil interpretar la larga b¨²squeda inici¨¢tica de Rael, un personaje completamente sobrepasado por los acontecimientos¡±, apunta la music¨®loga francesa Marion Brachet, experta en Genesis y el rock progresivo.
La exclusividad en la construcci¨®n del concepto del ¨¢lbum por parte de Gabriel llev¨® a considerarlo de facto un disco suyo en solitario, con sus compa?eros como meros instrumentistas de apoyo. Tambi¨¦n hubo algunas contribuciones sonoras de Brian Eno, que en los cr¨¦ditos del disco figuraron como ¡°enosificaciones¡±. La grabaci¨®n fue conflictiva. El proceso comenz¨® en Headley Grange, un antiguo asilo victoriano para gente sin recursos en el que sol¨ªa grabar Led Zeppelin, pero se encontraron aquel lugar infestado de ratas y con el suelo repleto de heces. Terminaron las sesiones en una mansi¨®n al suroeste de Gales, a donde se llevaron un estudio m¨®vil. Eso les permiti¨®, por ejemplo, que algunas de las voces de Gabriel se grabaran en un establo de vacas que se encontraba a tres kil¨®metros del lugar. Entre medias, todos los miembros del grupo ten¨ªan que lidiar con sus propios problemas personales o familiares y, para generar m¨¢s tensi¨®n, el vocalista se ausent¨® durante un tiempo porque iba a trabajar en el gui¨®n de una pel¨ªcula con el cineasta William Friedkin, aunque el proyecto no lleg¨® a salir adelante.
Cuando el ¨¢lbum vio la luz, el 22 de noviembre de 1974, fue recibido con disparidad de opiniones, aunque su culto fue subiendo con los a?os y, a d¨ªa de hoy, muchos la consideran la cumbre de Genesis. Seg¨²n Javier de Diego Romero, autor del libro Peter Gabriel: un explorador musical y su tiempo (Ed. S¨ªlex, 2024), ¡°es una obra fascinante porque se ubica en la frontera entre el pasado y el presente que representaba el rock progresivo y el futuro que traer¨ªa consigo el punk. Estamos ante un ¨¢lbum conceptual, como era de rigor en el momento, pero integrado en su mayor parte por canciones relativamente breves y directas. Musicalmente lo considero uno de los grandes ¨¢lbumes dobles de la historia del rock. No sobra ni uno de sus 94 minutos, es un disco consistentemente brillante¡±.
Un directo multimedia que pas¨® por Espa?a
M¨¢s revolucionaria a¨²n que el disco fue la gira que lo acompa?¨®, como bien apunta Marion Brachet. ¡°El ¨¢lbum se tocaba en su totalidad y por orden. Esta pr¨¢ctica era nueva y bastante exigente, especialmente para el p¨²blico estadounidense, que no se hab¨ªa familiarizado todav¨ªa con la obra porque, adem¨¢s, al comienzo de la gira todav¨ªa no hab¨ªa sido publicada. Asimismo, la escenograf¨ªa era compleja: aparec¨ªan numerosas im¨¢genes proyectadas en el fondo del escenario para acompa?ar el desarrollo de la historia (cerca de 1500 diapositivas en tres pantallas). Esto se complementaba con puestas en escena y disfraces que usaba Peter Gabriel. La iniciativa de llevar la creaci¨®n multimedia hasta la sala de conciertos, con la totalidad del ¨¢lbum, sent¨® las primeras bases de una tradici¨®n bien establecida hoy en d¨ªa en el rock, que consiste en dar a cada gira del disco en cuesti¨®n una identidad fuerte y ¨²nica¡±.
La banda ofreci¨® 104 conciertos durante seis meses. En febrero de 1975 aterriz¨® en Europa y aqu¨ª tambi¨¦n fue algo hist¨®rico, ya que pas¨® por tres ciudades espa?olas cuando a¨²n est¨¢bamos en dictadura: Badalona (Pabell¨®n del Joventut, el 9 y 10 de marzo), Madrid (Pabell¨®n del Real Madrid, al d¨ªa siguiente) y San Sebasti¨¢n (el 18 de mayo, en el Vel¨®dromo de Anoeta). A este ¨²ltimo concierto acudi¨® un joven de 14 a?os llamado Ricardo Aldarondo (luego periodista cultural en El Diario Vasco y Rockdelux, adem¨¢s de m¨²sico que form¨® parte de dos grupos pioneros del Donosti Sound: Mogoll¨®n y La Insidia. ¡°Para m¨ª todo comenz¨® con el locutor Gregorio G¨¢lvez y su programa Club 44 de Radio Popular de San Sebasti¨¢n. Cuando la radio se quedaba vac¨ªa por la noche, su estudio era punto de encuentro para los chavales, que iban all¨ª y llevaban sus discos, entre ellos los que consegu¨ªan en Inglaterra o Francia. Gracias a ¨¦l descubr¨ª a Genesis¡±, remarca el periodista.
Por la capital donostiarra han pasado muchos de los grandes de la m¨²sica popular, pero por aquel entonces no era habitual que llegaran all¨ª estrellas de ese calado. Fue un acontecimiento, s¨ª, aunque, como se?ala Aldarondo, lo fue solamente para los muy mel¨®manos. ¡°Colocaron sillas en la pista del Vel¨®dromo, as¨ª que todo el mundo estaba sentado, como en un teatro. Pero no estaba todo lleno de sillas, no fue un concierto masivo, entonces eso era imposible, no hab¨ªa costumbre. No s¨¦ cu¨¢nta gente asisti¨®, pero por mi recuerdo del recinto no creo que fueran m¨¢s de tres o cuatro mil personas¡±. Sin duda, la ciudad vasca se benefici¨® de su emplazamiento, ya que recalaron all¨ª entre el pu?ado de fechas con el que iban a despedir la gira en Francia. Fue el ¨²ltimo concierto de Gabriel con la banda en Espa?a. Despu¨¦s de ah¨ª solo pas¨® por Par¨ªs, Cambrai y Besan?on, donde anunci¨® su partida de modo peculiar: comenzando el concierto con el solo de oboe de Last Post, el c¨¦lebre himno brit¨¢nico que se interpreta en los funerales militares.
¡°Todo el concierto era un asombro continuo por la puesta en escena, la combinaci¨®n de las diapositivas en la triple pantalla, los extra?os personajes que iba encarnando Peter Gabriel, los elementos esc¨¦nicos y los juegos de luces, realmente lo nunca visto¡±, rememora el periodista. ¡°Ahora podr¨¢ parecer na?f, pero entonces no hab¨ªa habido nada tan avanzado y tan bien concebido de principio a fin. En ese sentido, el asombro y la emoci¨®n que sent¨ªamos los espectadores, a pesar de ser un espect¨¢culo muy calculado, era equivalente al que sentimos una d¨¦cada m¨¢s tarde con el Stop Making Sense de Talking Heads. Pero en directo, claro¡±.
En cuanto al carisma esc¨¦nico del l¨ªder que estaba a punto de partir, ¡°era totalmente fascinante, por la expresividad de sus gestos, la forma de moverse en el escenario, el modo en que las luces potenciaban sus apariciones y desapariciones, y el dramatismo de algunos momentos, tambi¨¦n cierto punto de humor british y surrealista que ten¨ªan los Genesis de Gabriel, que es algo que se suele destacar poco. La extra?a criatura con protuberancias a la que se le hinchaban los globos de la entrepierna, o esa tela cil¨ªndrica que le envolv¨ªa durante la interpretaci¨®n de The Lamia¡ todo era una conjugaci¨®n en favor del conjunto del espect¨¢culo, no una serie de efectos epatantes, y con los ¨²nicos recursos artesanales que hab¨ªa en la ¨¦poca¡±. Recuerda tambi¨¦n el periodista una curiosidad: ¡°Existe un CD pirata del concierto de Genesis en San Sebasti¨¢n con el incre¨ªble t¨ªtulo de Rael is Not Afraid of ETA¡±.
El canto del cisne del rock progresivo
La marcha de Peter Gabriel de Genesis no fue la hecatombe que se esperaba. El vocalista comenz¨® en 1977 una sugestiva carrera en solitario, y Genesis continuaron adelante, en una senda m¨¢s pop, con Phil Collins asumiendo el papel de cantante. ¡°Fue un extra?o caso, nadie lo esperaba, pero ganaron las dos partes¡±, apunta De Diego. ¡°Gabriel, en solitario tuvo m¨¢s libertad para explorar sus ideas, para desplegar su creatividad, y se adapt¨® asombrosamente bien al nuevo orden musical alzado tras el estallido punk. Y Genesis disfrutaron de un ¨¦xito comercial bastante mayor del que hab¨ªan tenido con Peter. Hay que tener en cuenta que todos los miembros del grupo eran grandes compositores, no depend¨ªan de Gabriel y, por tanto, no acusaron su marcha; y Phil Collins era un cantante estupendo. El ¨²nico aspecto en el que salieron perdiendo fue el directo: la cautivadora teatralidad de Gabriel era irreemplazable¡±, indica el cr¨ªtico.
Seg¨²n Marion Bachet, ¡°la partida de Peter Gabriel de Genesis puede ser interpretada como un canto del cisne de la edad de oro del rock progresivo¡±. The Lamb Lies Down On Broadway marca la cima de lo que pod¨ªa dar de s¨ª esa ambici¨®n musical del rock sinf¨®nico. Luego ya todo se desmadr¨®¡±, afirma Ricardo Aldarondo. ¡°Ya lo hab¨ªa advertido Robert Fripp, tambi¨¦n en 1974, al disolver King Crimson: esos grupos se hab¨ªan convertido en dinosaurios y lo que hab¨ªa que hacer en el futuro eran peque?as unidades como laboratorios musicales. Y entonces lleg¨® el punk, que era una vuelta a lo b¨¢sico, descarado y espont¨¢neo, y ser un virtuoso de un instrumento no ten¨ªa ning¨²n sentido. Chocaba totalmente con la elefantiasis del rock sinf¨®nico. Pero precisamente Robert Fripp, Peter Gabriel y Peter Hammill, con Van Der Graaf Generator, supieron romper esas ataduras y liderar cada uno a su modo la nueva vanguardia en paralelo al punk y durante la d¨¦cada de los ochenta. En realidad, ellos conformaron el ala m¨¢s sensata, inventiva y visionaria de todo aquello¡±.
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