Consuelo de Saint-Exup¨¦ry: la mujer maltratada por el gran h¨¦roe de la literatura francesa
Una nueva traducci¨®n al espa?ol recupera las memorias de quien inspir¨® el personaje de la rosa de ¡®El principito¡¯
¡°Las flores son d¨¦biles. Son ingenuas. Se defienden como pueden. Se creen terribles con sus espinas¡±, le dice el principito al aviador del famoso cuento de Antoine de Saint-Exup¨¦ry. En apariencia inofensiva, esta afirmaci¨®n cobra un sentido menos entra?able al leer Memorias de la rosa, el libro en el que la mujer del autor de El principito, la artista salvadore?a Consuelo de Saint-Exup¨¦ry (Consuelo Sunc¨ªn Sandoval de soltera), narra la tumultuosa relaci¨®n que mantuvo con su marido. En ella se inspir¨® el c¨¦lebre piloto para crear al personaje de la rosa orgullosa que atormenta al peque?o pr¨ªncipe del planeta B 612 y Consuelo fue consciente de ello. Pero estas memorias, reci¨¦n reeditadas en espa?ol por la editorial Espinas, desvelan la tortura emocional a la que la someti¨® su marido.
Desde su primer encuentro en Buenos Aires en 1930 y hasta la muerte del piloto en una misi¨®n de la Segunda Guerra Mundial en 1944, Antoine la ignora a prop¨®sito para castigarla, la chantajea ¡ªen numerosas ocasiones le dice que se morir¨¢ si lo deja¡ª, la humilla delante de sus amigos y familia, la manipula para que se sienta culpable de sus propias infidelidades con actrices y autoras, la controla, la a¨ªsla de las amistades que ella teje y la intimida. Se podr¨ªa cantar bingo con todas las situaciones del libro en las que se presentan signos de lo que hoy consideran los psic¨®logos una relaci¨®n t¨®xica, en la que la mujer maltratada no es capaz de salir de su situaci¨®n de abuso.
?Por qu¨¦ es tan desconocida la faceta de maltratador del autor franc¨¦s? Para Alicia de la Fuente, la editora de este libro y fundadora de la editorial Espinas, dedicada a resucitar textos de autoras olvidadas por el canon, est¨¢ muy claro: ¡°No interesa que se sepan las cosas que ella cuenta porque Saint-Exup¨¦ry es un h¨¦roe nacional en Francia y casi un m¨¢rtir que muri¨® combatiendo en la Segunda Guerra Mundial. Es peliagudo desmitificar al genio¡±. Disponible en 498 lenguas, El principito es el libro m¨¢s traducido en el planeta despu¨¦s de los textos religiosos y Saint-Exup¨¦ry el autor franc¨¦s m¨¢s vendido, aun 80 a?os despu¨¦s de su publicaci¨®n.
Consuelo escribi¨® estas memorias en Nueva York durante la guerra y despu¨¦s de la muerte de su esposo, pero al acabarlas las encerr¨® en un ba¨²l que se llev¨® consigo a Francia y que no volvi¨® a abrir. A su muerte, en 1979, pasaron a las manos de su secretario, Jos¨¦ Mart¨ªnez-Fructuoso, que hered¨® toda su obra. Este no las sac¨® a la luz hasta el centenario del nacimiento del aviador, en el a?o 2000. ¡°He dudado mucho antes de tomar la decisi¨®n de revelar su existencia¡±, escribi¨®. Le cedi¨® el texto a Alain Vircondelet, bi¨®grafo de Saint-Exup¨¦ry, que coincide con De la Fuente: el heredero no se atrevi¨® hasta entonces a publicarlo ¡°por miedo a romper o, m¨¢s bien, desmitificar al h¨¦roe¡±, explic¨® Vircondelet en una entrevista para France Culture en 2021.
La fundadora de Espinas opina que, en el fondo, Consuelo s¨ª que deseaba que salieran a la luz en alg¨²n momento: ¡°Un manuscrito que no se destruye y que adem¨¢s se deja en herencia es una declaraci¨®n de intenciones. Ella no se atrevi¨® a publicarlo en vida. Creo que sab¨ªa que no se la iba a creer o que iba a pesar m¨¢s la memoria y la reputaci¨®n del autor¡±. Cuando las memorias se publicaron en Francia en 2000 no tuvieron una gran repercusi¨®n, pero en 2021 Gallimard public¨® la correspondencia entre los dos considerados enfants terribles del panorama cultural de los a?os treinta, y puso en evidencia el abuso emocional de ¡°Tonio¡± hacia Consuelo.
¡°Esta correspondencia permite al gran p¨²blico descubrir que Saint-Exup¨¦ry ten¨ªa una mujer, que era un personaje franco, frontal, exuberante, que asum¨ªa su poes¨ªa y su faceta excesiva. Antoine estaba muy enamorado de ella, ten¨ªa prontos muy violentos y momentos m¨¢s dulces, pero sobre todo exhib¨ªa un narcisismo enorme. Las cartas muestran c¨®mo Saint-Exup¨¦ry se escucha a s¨ª mismo, c¨®mo quiere ser amado antes que amar. Y a pesar de todas sus palabras de amor, nunca dej¨® de enga?ar a su mujer¡±, dijo Vircondelet en la misma entrevista para la radio francesa en 2021.
Memorias de la rosa es, admite De la Fuente, dif¨ªcil e incluso desagradable de leer: ¡°Muchas mujeres se enfadan de que Consuelo sea tan pasiva, tan permisiva con ¨¦l, pero creo que es importante que genere ese rechazo en la lectura de hoy¡±. La monologuista Pamela Palenciano (No solo duelen los golpes) denuncia en el pr¨®logo del libro que las mujeres hayan sido educadas para mirarse a trav¨¦s de los ojos de los dem¨¢s. ¡°Somos la otredad, porque salimos de las costillas de Ad¨¢n. Nos entrenan en la espera porque nuestro lugar es la pasividad¡±, escribe. Tambi¨¦n De la Fuente hace referencia al impacto negativo del lugar de la mujer en los mitos fundacionales: ¡°Desde el mito de Ulises, en el que el papel de Pen¨¦lope es esperar eternamente mientras el gran h¨¦roe vive su epopeya, hasta los cuentos populares, las mujeres siempre han asumido el rol de la persona fr¨¢gil a la que hay que salvar y que, adem¨¢s, sirve de premio al hombre¡±.
La cosificaci¨®n e infantilizaci¨®n de Consuelo por los personajes masculinos en sus memorias es constante. En el primer cap¨ªtulo, muestra c¨®mo sus amigos intelectuales la llaman ¡°ni?a¡± (a los 29 a?os y tras haber estado casada dos veces). Cuando conoce por primera vez a Saint-Exup¨¦ry, ¨¦l la obliga a subirse con ¨¦l en un avi¨®n contra su voluntad, dirige la nave hacia el mar dici¨¦ndole que o le besa o se estrellan y, al final, ella cede. Entonces exclama: ¡°Me gusta porque es una ni?a y tiene miedo¡±. ¡°Yo ten¨ªa que hacerme peque?a, ten¨ªa que vivir en sus bolsillos¡±, escribe Consuelo una vez ya est¨¢n casados.
Parad¨®jicamente, encarna muchas veces el papel de madre, y lo trata como si fuera su hijo o un ¡°ni?o grande¡±. Le prepara la maleta cada vez que parte a una misi¨®n a¨¦rea, cuando se van a vivir juntos a una casa en Tagle (Argentina), ella es quien le fabrica un estudio. Cada noche, le pide cinco o seis p¨¢ginas de Vuelo nocturno, que leen y editan juntos. El bi¨®grafo de Saint-Exup¨¦ry enfatiza la importancia de Consuelo como artista. ¡°Ella fue una de las grandes pintoras y escultoras de su tiempo. Conoc¨ªa a Picasso, era amiga de Dal¨ª, que le ayud¨® mucho en Nueva York, y de los surrealistas, como Andr¨¦ Breton o Max Ernst¡±, cont¨® en la misma entrevista de 2021. Nacida en 1901 en El Salvador, se cas¨® con el diplom¨¢tico guatemalteco Enrique G¨®mez Carrillo, del que se qued¨® viuda en 1927, tres a?os antes de conocer al aviador.
A prop¨®sito de su influencia sobre la creaci¨®n de Vuelo nocturno (al que, por cierto, le encontr¨® ella el t¨ªtulo, porque en principio iba a llamarse Noche pesada), Consuelo escribe: ¡°Estaba tonta. Cre¨ªa que yo tambi¨¦n ten¨ªa derecho a la admiraci¨®n por su obra, cre¨ªa que era de los dos... ?Qu¨¦ error! Nada hay m¨¢s personal para un artista que su obra: aunque le entregues tu juventud, tu dinero, tu amor, tu valor, ?nada de ella te pertenece!¡±. Esta coautor¨ªa silenciada se ve respaldada cuando, despu¨¦s de un fr¨ªo reencuentro en Nueva York, Antoine la instala en un apartamento distinto al suyo, le regala una m¨¢quina de escribir y le dice: ¡°Eres una gran poeta, Consuelo. Si quisieras, llegar¨ªas a ser mejor escritora que tu marido¡¡±.
Babelia
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