Un debate pol¨ªtico real

Se abre el tercer a?o de la legislatura del Gobierno de coalici¨®n presidido por Pedro S¨¢nchez con la pol¨ªtica espa?ola cada d¨ªa m¨¢s polarizada e hiperpartidista y nada permite creer que esa situaci¨®n vaya a cambiar en un futuro cercano. Es uno de los grandes problemas del pa¨ªs y, desde luego, el que m¨¢s espacio ocupa en el propio debate pol¨ªtico, sea en el Parlamento, sea en las tertulias de todo tipo que siguen colonizando la informaci¨®n. Y, sin embargo, se podr¨ªa decir que los dos a?os que han transcurrido desde enero de 2020 en que el presidente S¨¢nchez tom¨® posesi¨®n han sido escenario de una fren¨¦tica actividad legislativa, impulsada desde La Moncloa, y que es esa pol¨ªtica real, llevada a cabo a ritmo de emergencia, la que saca de quicio a la oposici¨®n y muy especialmente a los sectores m¨¢s conservadores de la derecha.

La agotadora pandemia que todav¨ªa nos sacude y nos llena de incertidumbre se inici¨® pocos d¨ªas despu¨¦s del arranque del nuevo Gobierno. Parece dif¨ªcil recordar el ritmo que lleva el calendario de estos 24 meses, pero las elecciones se celebraron el 10 de noviembre de 2019, el 12 de ese mes S¨¢nchez (PSOE) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos) anunciaron su acuerdo, el 12 de enero S¨¢nchez present¨® su primer Gabinete (con 17 ministros socialistas y 5 de UP) y el 31 se confirm¨® el primer caso de covid-19 en La Gomera. El 11 de marzo, la OMS decret¨® el estado de pandemia mundial y, tres d¨ªas despu¨¦s, S¨¢nchez anunci¨® el estado de alarma y el confinamiento de la poblaci¨®n en todo el territorio nacional. Comenz¨® la gran cuarentena.

Veinte meses despu¨¦s, la covid-19 sigue haciendo estragos, pero 38 millones de espa?oles (de un total de 47 millones) han recibido la pauta completa de vacunaci¨®n. Y en este mismo periodo de tiempo se han aprobado dos Presupuestos Generales del Estado (poniendo fin a la extraordinaria anomal¨ªa que llev¨® al anterior Gobierno de Mariano Rajoy a prorrogarlos durante tres a?os) y han recibido luz verde en el Congreso 19 leyes ordinarias, 10 leyes org¨¢nicas y 30 decretos ley que afectan a muchos de los aspectos m¨¢s importantes de la vida de los ciudadanos: educaci¨®n, pensiones, trabajo, sanidad, seguridad nacional (con una nueva red de alerta temprana)¡­ Paralelamente, un nuevo Gobierno aut¨®nomo encabezado por Pere Aragon¨¦s (Esquerra Republicana) ha restablecido la legalidad democr¨¢tica en Catalu?a. Y en la UE se ha producido uno de los m¨¢s importantes giros de las ¨²ltimas d¨¦cadas: un impresionante programa de recuperaci¨®n econ¨®mica financiado, en parte, con deuda comunitaria, lo nunca antes visto.

Los ciudadanos escuchan much¨ªsimas cosas sobre el presidente, sobre el Gobierno y su vicepresidenta Yolanda D¨ªaz, sobre la oposici¨®n y sobre su l¨ªder, Pablo Casado, pero parecen ser poco conscientes de la esencia real de la pol¨ªtica, que son las leyes y su impacto en la sociedad. Seguramente es pronto para evaluar bien los cambios que se han introducido (sobre todo si sigue sin existir un organismo independiente encargado de la tarea, algo fundamental en las democracias e inexplicablemente imposible en Espa?a). Pero es extra?o que no exista una percepci¨®n m¨¢s clara de los cambios que se han producido, bien sea para analizarlos como insuficientes o para criticarlos como excesivos o ineficaces. Lo cierto es que en estos dos a?os se han producido cambios reales (es decir, legislativos) no solo en las relaciones laborales, con la reforma anunciada esta misma semana, sino en medio ambiente (ley Ribera), educaci¨®n (ley Cela¨¢), pensiones (ley de garant¨ªas del poder adquisitivo y de sostenibilidad), prestaciones sociales (Ley del Ingreso M¨ªnimo Vital, publicada finalmente en el BOE del 20 de diciembre, y real decreto sobre salario m¨ªnimo), sanidad (ley de regulaci¨®n de la eutanasia, que entr¨® en vigor el 25 de julio) o trato a los animales (ley sobre su nuevo r¨¦gimen jur¨ªdico), solo por citar algunos de los 59 nuevos textos legales.

El mandato de S¨¢nchez como presidente no quedar¨¢ definido por sus grandes dotes oratorias (no se puede decir que abunden en su historial piezas memorables de ret¨®rica), ni tan siquiera por lo que previno o evit¨® (si la campa?a de vacunaci¨®n finalmente demuestra ser la mejor arma posible contra la mortandad de la covid-19), sino que deber¨ªa serlo por el conjunto de leyes que se aprobaron en este periodo de tiempo. Es decir, sobre si impuls¨® un cambio eficaz para este pa¨ªs o no. Ese es el ¨²nico debate pol¨ªtico real.

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