Johny Pitts: ¡°Cuando la gente empobrece, siempre busca chivos expiatorios¡±
Personal y profesionalmente mestizo, el escritor brit¨¢nico cre¨® una plataforma digital para afroeuropeos que ahora es un libro en el que dialogan 14 millones de europeos negros
Johny Pitts naci¨® y creci¨® en Sheffield, al norte de Inglaterra, una zona minera dura y solidaria donde, por un tiempo, la clase era m¨¢s influyente que la raza a la hora de forjar el car¨¢cter de sus habitantes. Hijo de un matrimonio mixto ¡ªsu padre, negro, era un m¨²sico neoyorquino; su madre, brit¨¢nica, blanca, era administrativa y ama de casa¡ª, ha sido cr¨ªtico musical, presentador de televisi¨®n, escritor, fot¨®grafo y periodista. Su diario digital Afropean.com acab¨® convirti¨¦ndose en el libro Afropean. Notas sobre la Europa negra (Capitan Swing, 2022). Es el periplo por varias capitales europeas en busca de un di¨¢logo entre los m¨¢s de 14 millones de ciudadanos de color que Pitts llama ¡°afropeos¡±: Una declaraci¨®n de amor al proyecto de la UE, pero tambi¨¦n una reprimenda a una Europa que camufla, de modo civilizado, un racismo estructural heredero de su ¨¦poca colonial.
Pregunta.?Es casi justicia po¨¦tica que sea alguien de Sheffield, desde el duro norte de la Inglaterra que rompi¨® lazos con la UE, quien reclame el concepto de afropeo.
Respuesta.?Mi generaci¨®n creci¨® con el Nuevo Laborismo de Tony Blair. Ve¨ªamos el futuro con optimismo. Y m¨¢s cercano que nunca a Europa. Crecimos como europeos, form¨¢bamos parte de algo mayor que esta isla. Creo que con la elecci¨®n de Blair en 1997 se produjo el final del Imperio brit¨¢nico, con la entrega de Hong Kong a China. Eran dos las nociones principales de esa nueva era: Europa y el multiculturalismo. Hasta que todo se vino abajo.
P.?Expresa una decepci¨®n profunda con esos a?os de laborismo.
R.?El Nuevo Laborismo engull¨® a mucha gente de izquierdas para someterla despu¨¦s a un capitalismo neoliberal en el que los viejos marxistas pasaron a ser consultores de empresa. Usaron la noci¨®n del multiculturalismo para vender al Reino Unido como un pa¨ªs progresista, pero a nivel de calle nada cambi¨®. Cuando yo crec¨ª en Firth Park, en Sheffield, el diputado de la circunscripci¨®n era David Blun?kett, ministro del Interior laborista. Y ya dec¨ªa que los colegios brit¨¢nicos estaban infestados de inmigrantes. Hablaba de mis amigos jamaicanos, yemen¨ªes o eslovacos. Evidentemente, angelitos no ¨¦ramos, pero hab¨ªa buenas relaciones y se estaba construyendo una comunidad y una cultura.
P.?No es lo mismo la primera generaci¨®n de inmigrantes que sus hijos o nietos. ?La comunidad negra brit¨¢nica se siente integrada?
R.?Sigue habiendo mucho racismo. Quiz¨¢ la comunidad jamaicana, que lleva muchos a?os asentada y responde a un pasado colonial, sea m¨¢s aceptada. Pero despu¨¦s del 11-S, cuando comenz¨® la guerra contra el terrorismo, vimos resurgir un racismo virulento. Primero contra los musulmanes, luego contra todas las comunidades de ?frica. El Brexit sac¨® a la luz ese racismo que no se hab¨ªa ido nunca.
P.?En su libro narra un periplo por Par¨ªs, Bruselas, Berl¨ªn, Estocolmo o Mosc¨². Pero la solidaridad que reclama entre los afropeos no es del todo real. Hay enfrentamientos entre diferentes etnias.
R.?S¨ª, es verdad. Pero es que este libro comenz¨® como un proyecto ut¨®pico. La noci¨®n de afropeo responde tanto a la imaginaci¨®n como a la realidad. Tiene algo de deseo voluntarista. Escribirlo me permite lograr que todas estas comunidades dialoguen entre ellas. Si eres un angole?o que vive en Lisboa, puedes escuchar las experiencias de un somal¨ª en Estocolmo. Puedes ver c¨®mo el imperialismo de Occidente sigue encriptado en nuestras vivencias diarias, c¨®mo perdura el legado del colonialismo y c¨®mo han respondido los diferentes pa¨ªses.
P.??Modelo brit¨¢nico o modelo franc¨¦s? ?Respeto a las diferentes culturas, aunque no se relacionen entre ellas, o una integraci¨®n impuesta con el mismo idioma y la misma cultura para todos?
R.?Complicado. Es verdad que el gran objetivo de Francia ha sido la asimilaci¨®n. Y por eso no elaboran ni publican estad¨ªsticas. Todos son franceses. Pero, si vas a Clichy-sous-Bois [comuna al este de Par¨ªs], compruebas que el racismo sigue muy implantado en la cultura francesa, te das cuenta de que no basta con la asimilaci¨®n. Aunque sean franceses, se enfrentan a m¨²ltiples barreras. A una disparidad econ¨®mica enorme y a distintas oportunidades vitales. No funciona. Hay un cierto complejo de superioridad en muchos pa¨ªses europeos. En Holanda, Gloria Wekker, una escritora afrosurinamesa, habla de la ¡°inocencia blanca¡±. Una cierta amnesia colectiva sobre el legado del esclavismo y del colonialismo holand¨¦s, porque no encaja con la imagen que tienen de s¨ª mismos.
P.?Cada movimiento de respuesta debe adaptarse al racismo en su pa¨ªs.
R.?Exacto, y aprender unos de otros. Eso aprend¨ª yo personalmente a trav¨¦s de mis viajes y mis di¨¢logos con distintas comunidades. Hay miles de modos de afrontar estas viejas estructuras resquebrajadas, pero a¨²n en pie, de la era del colonialismo.
P. A Europa no le gusta esa imagen. Se considera un oasis de civilizaci¨®n, frente a los racistas EE UU.
R.?No es algo tan transparente como all¨ª, con j¨®venes negros asesinados por la polic¨ªa en la calle. Pero en el caso del Reino Unido, por ejemplo, es un racismo estructural. Educado, si quieres, pero grabado en las instituciones. Por eso describo mi relaci¨®n con Europa como una ri?a de enamorados. Quiero que Europa sea un ¨¦xito, formar parte de ella. Pero necesita mirar a su pasado y erradicar la desigualdad de sus estructuras. El t¨¦rmino europeo no puede ser sin¨®nimo de blanco.
P.?Curioso su viaje a Mosc¨², y c¨®mo la fraternidad de razas sovi¨¦tica acab¨® con la ca¨ªda del Muro.
R.?Rusia es casi un or¨¢culo de lo que puede acabar pasando en Occidente. Aquel internacionalismo sovi¨¦tico que respald¨® movimientos africanos de independencia se convirti¨® con la ca¨ªda del comunismo en una ola de resentimiento hacia la escasa poblaci¨®n negra que viv¨ªa en Rusia. Siempre pasa lo mismo. Cuando la gente empobrece, busca chivos expiatorios.
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