Ursula von der Leyen, la hija de Bruselas que volvi¨® para comandar Europa
Alemana nacida en la capital belga, su padre fue un alto funcionario que asisti¨® a la firma del tratado seminal de la UE en Roma. La primera mujer en presidir la Comisi¨®n Europea es m¨¦dica, madre de siete hijos y una consumada jinete
Cada vez que Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisi¨®n Europea, levanta la vista desde su escritorio y la posa con gesto mec¨¢nico en el infinito ¡ªpongamos, cuando habla por tel¨¦fono con Emmanuel Macron o con Joe Biden¡ª puede ver el origen mismo de la Uni¨®n Europea. La inmensa fotograf¨ªa en blanco y negro, colgada en la pared de enfrente en su despacho, capta el instante de la firma en 1957 del Tratado de Roma, uno de los chispazos primigenios de la UE. En la imagen figuran los l¨ªderes de Francia, Alemania, Italia, Pa¨ªses Bajos, B¨¦lgica y Luxemburgo, rodeados por decenas de personas. La escena representa el pasado de la instituci¨®n, por lo que Von der Leyen, que encarna el presente y ha observado cada detalle, hace notar algo que no encaja: ¡°Solo hay una mujer¡±, dice se?alando una figura al fondo, abrumada entre hombres con traje.
Sesenta y dos a?os despu¨¦s, esta m¨¦dico de formaci¨®n, pol¨ªtica conservadora de la CDU, ministra durante 14 a?os en los Gobiernos de la canciller alemana Angela Merkel y madre de siete hijos, se convirti¨® en la primera mujer en alcanzar el rango m¨¢s alto del brazo ejecutivo de la UE. Von der Leyen inici¨® su mandato el 1 de diciembre de 2019. No hab¨ªa sido la candidata evidente para dirigir la Comisi¨®n; su nombre sali¨® para desatascar las negociaciones de los Veintisiete. Recibi¨® el aprobado del Parlamento Europeo por los pelos. Y tom¨® las riendas con un programa que gravitaba en torno a la transici¨®n verde, la regulaci¨®n de los mercados digitales y el control de la migraci¨®n. La paz le dur¨® 100 d¨ªas. A los 101, el 11 de marzo de 2020, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud declar¨® una pandemia por la covid-19 e hizo saltar por los aires toda hoja de ruta.
En estos an?os de crisis hemos visto la mejor versio?n de la UEUrsula von der Leyen, presidenta de la Comisi¨®n Europea
No existen manuales para la monta?a rusa que ha venido despu¨¦s. A Von der Leyen, que justo estos d¨ªas cumple el ecuador de su mandato de cinco a?os, le ha tocado bregar con las que seguramente sean las dos mayores crisis del bloque comunitario desde su fundaci¨®n, primero una sanitaria que ha dejado cientos de miles de muertos y tens¨® las costuras entre los Veintisiete hasta l¨ªmites desconocidos; seguida de una guerra en el continente cuyo oscuro veneno amenaza con emponzo?ar la paz sobre la que fue cimentada la Uni¨®n. De ellas, de momento, ha salido airosa, con una imagen personal reforzada y la sensaci¨®n de haber moldeado sobre la marcha un bloque m¨¢s integrado. Ahora las capitales (o al menos la mayor¨ªa) no miran a Bruselas como una amenaza, como sucedi¨® durante la debacle financiera en 2008 y el drama migratorio de 2015: ahora la capital europea es parte de la soluci¨®n.
¡°En estos a?os de crisis hemos visto la mejor versi¨®n de la UE¡±, resume Von der Leyen su mandato. Esta mujer de 63 a?os, aspecto frugal y poco m¨¢s de 1,60 de estatura, casi et¨¦rea para los est¨¢ndares alemanes, se encuentra sentada en un sof¨¢ de tono pastel en su despacho en la planta 13? del edificio del Berlaymont, el epicentro del poder Ejecutivo del bloque comunitario. En la estancia predominan el orden, la pulcritud y los colores amables, a juego con las chaquetas sobrias y casi mim¨¦ticas que suele vestir a diario. Nada en la sala parece fuera de sitio, empezando por su pelo corto y bien peinado, y cuando uno entra en ella, tras atravesar una puerta de vidrio de seguridad con alarma que solo pueden abrir unos pocos elegidos, es inevitable tratar de adivinar tras cu¨¢l de las dos puertas restantes se encuentra el sobrio apartamento de 25 metros cuadrados donde vive. Fue una de sus primeras decisiones: lo mand¨® habilitar para no perder un minuto en el trayecto del hogar a la oficina, una costumbre que ya tra¨ªa de sus a?os de ministra en Berl¨ªn. Trabajaba sin descanso de lunes a viernes y regresaba el fin de semana a la casona familiar a las afueras de Hannover. Un reportaje de hace a?os describ¨ªa as¨ª su habitaci¨®n en la capital alemana: ¡°Una celda monacal, con cama, silla, tele y ba?o¡±.
A pesar de la rigidez que suele mostrar en sus apariciones p¨²blicas, resulta c¨¢lida y afable. Termina muchas de sus respuestas con una sonrisa, a veces con una carcajada. Elmar Brok, un hist¨®rico eurodiputado alem¨¢n y compa?ero de partido en la CDU, asegura que no le hace justicia la fama de mujer g¨¦lida: ¡°Tiene muy buena voz. A veces canta en celebraciones, tipo Barbra Streisand¡±. Y su sonrisa, dice, es un arma en la que se apoya para negociar. ¡°Se parece a la de su padre¡±.
La trayectoria comunitaria de Von der Leyen no se entiende sin el camino trazado por su progenitor: la presidenta se levanta de un brinco del sof¨¢ y camina hasta otra vieja fotograf¨ªa del Tratado de Roma, tomada el mismo d¨ªa y en el mismo lugar, pero es un detalle ampliado. En ella se distingue el rostro de algunos firmantes, ah¨ª est¨¢ Konrad Adenauer, primer canciller de la Rep¨²blica Federal de Alemania y uno de los sacrosantos padres fundadores de la UE. A su espalda figura un joven de aire desenvuelto llamado Ernst Albrecht que en su momento llegar¨¢ a ministro presidente del estado federado de Baja Sajonia. En la foto tiene 26 a?os, se ha labrado una destacada carrera como agregado en las incipientes instituciones comunitarias; tras la firma ser¨¢ destinado a Bruselas como uno de los primeros funcionarios de la reci¨¦n creada Comisi¨®n. Se mudar¨¢ a la capital comunitaria con su mujer y sus dos hijos, y el a?o en que entra en vigor el acuerdo (1958), bajo el influjo de esos nuevos vientos europe¨ªstas, nacer¨¢ en esta ciudad su primera hija: Ursula Gertrud Albrecht. ¡°Ese es mi padre¡±, dice Von der Leyen (su apellido de casada). ¡°Todo ser humano se pregunta, ?cu¨¢l es mi hogar? Para m¨ª, de forma muy fuerte, es Europa¡±, a?ade. Vivi¨® sus primeros 13 a?os en Bruselas. ¡°Siempre quise volver¡±.
En dos a?os y medio en la ciudad, se ha convertido en un rostro ubicuo; goza de mayor exposici¨®n de la que probablemente jam¨¢s tuvo un predecesor reciente (Juncker, Dur?o Barroso, Prodi, por citar los de este siglo), y su figura sobresale ante cualquier otro mandatario de la UE. Hay incluso quien la coloca en el pedestal de los grandes hacedores europeos, como Jacques Delors. Elmar Brok cree que la comparaci¨®n es exagerada. ¡°No es una visionaria como Delors¡±, zanja al tel¨¦fono. ¡°Pero s¨ª ha sabido lidiar con las crisis con inteligencia y firmeza¡±.
Tiene muy buena voz. A veces canta en celebraciones, tipo Barbra StreisandElmar Brok, eurodiputado alem¨¢n
El liderazgo de Von der Leyen ha sido sobrevenido. Tard¨® en reaccionar a la pandemia. Toc¨® fondo justo despu¨¦s del Brexit, a principios de 2021, cuando no arrancaba la producci¨®n de vacunas y Bruselas se vio obligada a imponer un mecanismo para que los viales de la UE no escaparan por la puerta de atr¨¢s al Reino Unido. ¡°La pandemia golpe¨® duro¡±, resopla ella. ¡°Pero apostar por tener vacunas de forma conjunta fue lo correcto. Si no, hubiera sido un desastre. Imagina que solo Alemania y Francia las tuvieran¡±.
Su presencia creciente ha cogido a muchos con el pie cambiado. Es conocida su rivalidad con el jefe al otro lado de la calle, Charles Michel, presidente del Consejo Europeo. La tensi¨®n explot¨® despu¨¦s de que este se sentara junto al presidente Recep Tayyip Erdogan en una visita a Turqu¨ªa el a?o pasado, mientras ella quedaba relegada a un sof¨¢ alejado de los varones. Arm¨® un contraataque feminista y ya pocos dudan de qui¨¦n lleva la batuta en la orquesta de Bruselas. ¡°La relaci¨®n entre ellos es muy constructiva¡±, sonr¨ªe una fuente cercana a la presidenta.
Cuando ella habla el resto calla. Y se asegura de figurar siempre en los grandes anuncios, ya sea para celebrar el 70% de vacunados en la UE o el embargo al petr¨®leo de Mosc¨², aprobado esta semana. Sus comparecencias, criticadas por no aceptar preguntas de la prensa, denotan a una pol¨ªtica consciente de la imagen que proyecta. ¡°Tiene buenos asesores de comunicaci¨®n. Es buena encontrando palabras claras y hermosas. Le preocupan los titulares, los discursos bonitos, el corte perfecto para televisi¨®n¡±, cuenta al tel¨¦fono Daniel Goffart, coautor de Ursula von der Leyen: Die Biografie (2019).
Pero hay quien censura su presidencia artificiosa y sin pegada: ¡°Se crean planes de autobombo, papeles nuevos con grandes cifras que no son m¨¢s que refritos de otros, las iniciativas no tienen tracci¨®n. ?Cu¨¢nto ha tardado Bruselas en reaccionar al precio de la electricidad?¡±, critica una alta fuente comunitaria. Para algunos, sobre todo entre aquellos con or¨ªgenes m¨¢s humildes, Von der Leyen representa una visi¨®n poco realista del mundo, propia de quien ha vivido siempre en una burbuja protegida.
Desde que asumi¨® el cargo, ha colgado en redes sociales m¨¢s de un centenar de v¨ªdeos estilo youtuber, que graba a menudo con el mismo fondo falso: clava sus ojos marinos en la c¨¢mara y durante dos minutos celebra el nacimiento de una iniciativa. Tambi¨¦n ha explotado al m¨¢ximo el que quiz¨¢ sea su g¨¦nero fotogr¨¢fico favorito: ella hablando por tel¨¦fono en infinidad de posturas con l¨ªderes de medio mundo. Ha publicado m¨¢s de 70, seg¨²n el recuento de este peri¨®dico. ¡°Cada una es original, tomada durante la llamada¡±, asegura un miembro de su equipo.
Se le atribuye a Henry Kissinger la legendaria duda sobre la UE: ?a qui¨¦n debe telefonear la Casa Blanca cuando quiere hablar con Europa? Von der Leyen se ha convertido en esa persona. Para Washington y para el resto del globo. ¡°Gracias a Dios tenemos a Joe Biden en la Casa Blanca¡±, dice ella. ¡°Nos llevamos muy bien¡±. La relaci¨®n ha sido clave para acompasar las sanciones y articular la desconexi¨®n de los hidrocarburos rusos.
Cada semana, el Ejecutivo comunitario parece enfrentarse a decisiones a vida o muerte. La historia europea se ha acelerado quiz¨¢ como nunca desde la Segunda Guerra Mundial. Y en ese tr¨¢nsito Von der Leyen ha gobernado los tiempos y se ha labrado el aura de haber impulsado hitos hist¨®ricos, como la aprobaci¨®n de los multimillonarios fondos de recuperaci¨®n y la primera gran emisi¨®n de deuda conjunta (un pasito m¨¢s hacia la uni¨®n fiscal), la compra centralizada de vacunas (cuyo ejemplo se quiere extender a las importaciones de gas) o la contundente respuesta frente al Kremlin.
Como pol¨ªtica, no tiene un marcado car¨¢cter ideol¨®gico. ¡°Tiene ra¨ªces conservadoras con inclinaciones sociales¡±, dice su bi¨®grafo Goffart. A diferencia de Merkel y de la mayor¨ªa de la CDU, vot¨® en 2017 a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo en Alemania. ¡°Debido a sus antecedentes internacionales¡±, a?ade, ¡°su religi¨®n es Europa¡±. Si hubiera que definir su bandera pol¨ªtica hoy ser¨ªa una azul con 12 estrellas. Y prueba de ello son las iniciativas conjuntas impulsadas en materia de vacunas, gas y, esta misma semana, el rearme coordinado de la UE.
Mi generacio?n nunca ha vivido una guerra. Y de repente nos damos cuenta de que esto es tan fra?gilUrsula von der Leyen
Su visi¨®n de la UE tiene mucho que ver con esta idea de un bloque que avanza a base de sortear el abismo: ¡°La Uni¨®n Europea es como una bicicleta. Si se detiene, se cae¡±, dice citando a Delors. Estos d¨ªas, a?ade, los Veintisiete se juegan su raz¨®n de ser en Ucrania: ¡°Nac¨ª en 1958, rodeada de una paz y prosperidad crecientes. Mi generaci¨®n nunca ha vivido una guerra. Y de repente nos damos cuenta de que esto es tan fr¨¢gil; una guerra brutal se acerca a nosotros y tenemos que luchar para mantener la democracia¡±.
En Bruselas, de ni?a, Von der Leyen se recuerda recogiendo casta?as de camino a la Escuela Europea, un colegio creado para los hijos de los funcionarios comunitarios. All¨ª aprende alem¨¢n y franc¨¦s, y se sumerge en un ambiente internacional. Su madre era periodista, pero dej¨® el trabajo para ocuparse de sus seis hijos. Mientras el padre asciende en la Comisi¨®n, ella cuida de los ni?os, les recita poemas antes de dormir y escribe obras de teatro para que las representen. ¡°R?schen (Rosita, el apelativo con el que todos llamaban a Von der Leyen) recibi¨® lo mejor de ambos padres¡±, confiesa un amigo en la biograf¨ªa. ¡°La dureza y asertividad del padre, el talento musical de la madre¡±. Claudia Schneider, compa?era de curso en la Escuela Europea, recuerda al tel¨¦fono que eran una ¡°buena familia, sana, unida y muy humana¡±. Visit¨® su casa en las afueras, cerca de los bosques que circundan Bruselas. Ella tambi¨¦n era hija de funcionarios alemanes: ¡°Nuestros padres eran pioneros, cre¨ªan en el sue?o europeo¡±. A¨²n trabaja en la biblioteca de la Escuela Europea.
A los 12 a?os, Von der Leyen pierde a una hermana a causa de un c¨¢ncer y poco despu¨¦s la familia regresa a Alemania. Se instalan en una granja en Ilten, una peque?a localidad a las afueras de Hannover, cerca de donde sigue teniendo hoy su residencia. El padre comienza una fulgurante carrera pol¨ªtica hasta convertirse en ministro presidente de Baja Sajonia entre 1976 y 1990. La trayectoria deja huella en la que es ahora su ¨²nica hija y su ojito derecho, a menudo presente cuando recibe visitas importantes.
Los Albrecht son una familia de clase alta, protestantes profundamente religiosos, rezan antes de comer, celebran bailes en el jard¨ªn y el padre incluso va de caza con la nobleza belga, relata la biograf¨ªa de 2019. Ese aire perfecto y rom¨¢ntico como de otra era ¡°contribuye mucho a la imagen¡± pol¨ªtica del padre. ¡°Los vende a los medios como si fueran producto de su exitoso programa de gobierno¡±. Recuerdan a la familia Von Trapp de la pel¨ªcula Sonrisas y l¨¢grimas e igual que ellos muestran dotes para la m¨²sica. Asisten a la televisi¨®n a cantar una canci¨®n a coro e incluso graban un disco en 1979.
Durante a?os sufrieron la amenaza terrorista de la Fracci¨®n del Ej¨¦rcito Rojo, por lo que enviaron a Von der Leyen a estudiar a Londres bajo un seud¨®nimo, Rose Ladson: el nombre con el que la llamaban en casa y el apellido de su bisabuela de Carolina del Sur, rama familiar que hab¨ªa hecho una fortuna con plantaciones de algod¨®n nutridas de esclavos. A Londres lleg¨® en 1978 para estudiar en la London School of Economics. En las calles se respiraba la efervescencia punk y ella ten¨ªa 20 a?os: ¡°Hay que pensar en una joven feliz de estar lejos de casa donde el padre era demasiado prominente en la pol¨ªtica. Maravilloso. No estudi¨¦ mucho. Viv¨ª mucho. Es una ciudad fant¨¢stica y prob¨¦ de todo. Lo creo necesario: cuando uno es joven tienes que saber probar cosas diferentes¡±. Asegura que lo suyo no era el punk.
De vuelta a Alemania, estudi¨® Medicina, conoci¨® en el coro universitario a Heiko von der Leyen, un joven emparentado con la nobleza prusiana, hoy m¨¦dico y fundador de una empresa de biotecnolog¨ªa; se enamoraron, se casaron, ella hizo un doctorado (que a?os despu¨¦s ser¨ªa acusada de haber plagiado; la Universidad de Hanover estim¨® que no hubo fraude) y trabaj¨® en la Escuela de Medicina de esta ciudad hasta el nacimiento de su tercer hijo. Von der Leyen ha asegurado que esta etapa con la doble carga est¨¢ entre los momentos ¡°m¨¢s duros¡± de su vida. Cuando se le pregunta por su forma de entender el feminismo, responde:
¡ªA las j¨®venes les aconsejar¨ªa: no teng¨¢is nunca mala conciencia, pod¨¦is hacer todo lo que so?¨¦is, sed audaces.
¡ªMuchos se preguntan c¨®mo lo logra.
¡ªTodos mis hijos est¨¢n ya criados. El m¨¢s joven tiene 22, el mayor 34.
En 1992, aparc¨® su carrera profesional durante siete a?os, mientras criaba a los hijos y segu¨ªa a EE UU a su marido, becado en Stanford. Tras regresar, en 2002, dio un salto t¨ªmido a la pol¨ªtica en unas elecciones locales. Tras esa primera prueba su carrera se dispar¨®. ¡°Ella era muy conocida por su familia¡±, cuenta David McAllister, compa?ero de la CDU. Y tambi¨¦n por ser buena jinete, cuenta este eurodiputado y exministro presidente de Baja Sajonia. En 2003, la CDU gana en este Estado y la nombran ministra de Asuntos Sociales, Mujer, Familia y Salud. ¡°Para muchas fue fascinante ver a una madre de siete entrar en pol¨ªtica¡±, dice McAllister. Los medios mencionaban su aire de ¡°feminista conservadora¡±. Algunas de sus iniciativas, como el subsidio parental, encontraron oposici¨®n entre sus propias filas. ¡°Ten¨ªa la imagen de la mujer perfecta¡±, a?ade Elisabeth Niejahr, coautora de Operation R?schen. Das System von der Leyen¡¯ (Operaci¨®n Rosita. El sistema Von der Leyen), publicada en 2015, cuando era ministra de Defensa y su nombre sonaba como sucesora de Merkel. ¡°Debido a su pasado familiar, tiene un fuerte sentimiento del derecho que le corresponde¡±, dice. ¡°Fue un reto cumplir las expectativas, demostrar que estaba a la altura de sus hermanos¡±.
Merkel se fij¨® en ella y se la llev¨® a Berl¨ªn de ministra en 2005. Dur¨® 14 a?os a su lado, m¨¢s que ning¨²n otro. McAllister destaca la facilidad con la que absorbe dosieres nuevos, lo que le ha permitido saltar a puestos de mayor responsabilidad: del Ministerio de Familia pas¨® al de Trabajo y de all¨ª al de Defensa, una trituradora en Alemania. Ella sobrevivi¨®, a pesar de los ataques por la situaci¨®n de abandono de las fuerzas armadas. La muerte de su padre, enfermo de alzh¨¦imer y al que cuid¨® en sus ¨²ltimos a?os, le pill¨® en Afganist¨¢n, de visita a las tropas.
Es disciplinada y esta? en forma, cuando [a su edad] otros poli?ticos son gatos gordosDaniel Goffart, bio?grafo de Von de Leyen
El 30 de junio de 2019, se le acerc¨® un asistente y le dijo: ¡°Tengo a varios jefes de Estado y de Gobierno de la Uni¨®n Europea que quieren hablar con usted al tel¨¦fono¡±. Los Veintisiete estaban reunidos en Bruselas. ¡°Tu nombre se ha mencionado. ?Te imaginas venir aqu¨ª y ser presidenta de la Comisi¨®n Europea?¡±. Von der Leyen tuvo que tomar aire antes de responder, seg¨²n recuerda. Pero no dud¨®.
En Bruselas, su despertador suena a las 6.00, cuando el Berlaymont es un buque fantasma. Desde su cargo ejerce un marcado presidencialismo que algunos critican por ser arrollador y de excesivo corte germ¨¢nico. Ella se defiende asegurando que hay muchas decisiones sensibles que solo puede compartir con pocas personas (como las sanciones); y que en su gabinete hay 19 nacionalidades y solo dos de sus 32 miembros son alemanes (pero mandan: su jefe de gabinete y su asesor de comunicaci¨®n, venidos con ella de Berl¨ªn). Varias fuentes le afean no hacer labor de equipo con el colegio de comisarios europeos y obviar el potencial de miles de empleados. ¡°Seguramente sea recordada por las crisis que le ha tocado lidiar. Pero no hay que olvidar que no es solo una persona quien responde¡±, critica una voz del Ejecutivo. Y la inquina rezuma en alg¨²n grupo de WhatsApp donde alt¨ªsimos servidores p¨²blicos se toman a broma sus v¨ªdeos en las redes, en los que se la ve a ella (sin Charles Michel) sent¨¢ndose en un gran sill¨®n (para ella sola) durante una visita institucional. ¡°Ha tenido muchas reticencias dentro y esas reticencias siguen¡±, a?ade otra voz de alto rango que la trata a menudo. ¡°Pero ha conseguido algo que no es f¨¢cil: llegar a la Comisi¨®n sin haber estado antes en la UE¡±.
Parte de su secreto reside en su aguante y dedicaci¨®n. El m¨¦todo Von der Leyen exige una extenuante jornada de trabajo, capacidad que le reconocen incluso sus enemigos. ¡°Es muy dura, est¨¢ llena de energ¨ªa, es disciplinada, est¨¢ delgada y en forma, cuando otros pol¨ªticos [a su edad] son ya unos gatos gordos¡±, dice su bi¨®grafo Daniel Goffart. No tiene vicios conocidos. Hace jogging los fines de semana en el campo. No es vegetariana, pero casi: solo come pescado. Tambi¨¦n es una jinete experimentada, monta desde ni?a y en su despacho atesora fotos con sus ponis y caballos. Su especialidad es la doma, una competencia dura que requiere concentraci¨®n, disciplina y horas de entrenamiento.
¡ªLos caballos son extremadamente fuertes ¡ªdice Von der Leyen¡ª. Si no quieren hacer lo que t¨² quieres, te arrojan inmediatamente. O pueden galopar contigo hasta Par¨ªs si lo desean. Son fuertes, mucho m¨¢s que cualquier ser humano. Si te gusta la doma, tienes que empujarlos suavemente para que bailen contigo. Necesitas una buena conexi¨®n. Parece ligero, como un baile. La doma es acercarse a lo que un caballo hace de forma natural. No puedes hacerlo contra su voluntad, al menos como mujer, es imposible. Tienen que trabajar contigo.
Cuando habla es inevitable dudar si se refiere a la doma o a su trabajo en Bruselas, si la Comisi¨®n es ese caballo salvaje y ella la jinete, si la UE galopa hacia su destino.
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