M¨®nica Garc¨ªa, la portavoz de la calle y el quir¨®fano
La l¨ªder de la oposici¨®n en la Asamblea de Madrid mantiene el pulso contra Ayuso por la sanidad
Sergio Garc¨ªa Reyes, psiquiatra y diputado del Partido Comunista en la Asamblea de Madrid entre 1983 y 1987, acude a una manifestaci¨®n con su hija M¨®nica colgada de los hombros, bien agarrada a caballito. La imagen cuenta mucho de qui¨¦n es, de d¨®nde viene y a d¨®nde quiere ir la l¨ªder de M¨¢s Madrid, n¨¦mesis de la presidenta madrile?a, Isabel D¨ªaz Ayuso, y exportavoz de la marea blanca sanitaria reconvertida en pol¨ªtica. Por eso, el domingo pasado, cuando esta anestesista se suma a la manifestaci¨®n que une a 200.000 personas para defender la sanidad p¨²blica en la Comunidad de Madrid, est¨¢ en su salsa. D¨¦cadas despu¨¦s de que se hiciera esa foto con su padre que a¨²n conserva, ella sigue aplicando los valores que le ense?aron sus progenitores a trav¨¦s de debates, conversaciones y discusiones.
¡°La primera manifestaci¨®n, dec¨ªa Leo Bassi, es el bautismo en la pertenencia a una sociedad, y yo recuerdo haber ido a hombros de mi padre¡±, cuenta Garc¨ªa (Madrid, 48 a?os), a la que s¨ª se le ha olvidado cu¨¢l era el motivo de aquella movilizaci¨®n. ¡°En casa, la pol¨ªtica siempre ha sido una gran protagonista de las cenas familiares, como lo ha sido en mi c¨ªrculo de amistades¡±, contin¨²a sobre sus ra¨ªces. ¡°Discut¨ªamos, por ejemplo, sobre el movimiento del 15-M, y si se deb¨ªa traducir o no en un partido. Yo abogaba por que llegara a las instituciones¡±, a?ade sobre sus inicios en Podemos, el partido en el que milit¨® antes de dar el salto al M¨¢s Madrid de ??igo Errej¨®n y Manuela Carmena. ¡°Con la marea blanca me di cuenta de que mi trabajo depende de la pol¨ªtica¡±, explica sobre por qu¨¦ entr¨® en sus primeras listas electorales.
A la Asamblea lleg¨® en 2015 con referentes intelectuales muy marcados. El dramaturgo y poeta Bertolt Brecht. El m¨¦dico Rudolf Virchow, que ve¨ªa la pol¨ªtica como trasunto de la medicina aplicado a gran escala. John Rawls, te¨®rico del velo de la ignorancia, reescrito por Garc¨ªa como el velo de la empat¨ªa, en referencia a lo mucho que cambiar¨ªa una sociedad si quienes la articulan no tuvieran en cuenta su propia posici¨®n en ella. O Judith Butler, fil¨®sofa feminista, a la que conoci¨® recientemente, acompa?ada, dice, por los nervios de quien se acerca por primera vez a un ¨ªdolo y sabe que va a convertirlo en alguien de carne y hueso.
El coronavirus cambi¨® para siempre su vida. Diputada especializada en sanidad, Garc¨ªa hab¨ªa hecho carrera por su facilidad para explicar con sencillez lo complejo, o por su capacidad para atraer los focos transmitiendo sus propuestas o sus quejas incluso recitando poes¨ªas en el Parlamento. Y en esas estall¨® la pandemia. Y D¨ªaz Ayuso se encontr¨® con una diputada que fiscalizaba su pol¨¦mica gesti¨®n dato a dato, estudio a estudio, con conocimiento y sustancia. Eso catapult¨® a Garc¨ªa como portavoz y candidata de M¨¢s Madrid en los comicios de 2021. Fue un ¨¦xito: su partido, con apenas dos a?os de vida entonces, adelant¨® al PSOE como referente de la izquierda en la regi¨®n y la hizo l¨ªder de la oposici¨®n. Desde entonces, vive un desgaste continuo, pues sus choques con D¨ªaz Ayuso son, como poco, semanales.
Es ¡°m¨¦dica y mema¡±, seg¨²n el comunicador Federico Jim¨¦nez Losantos, que usa el acr¨®nimo ¡°mema¡± para ridiculizar el ¡°m¨¦dico y madre¡± con el que la l¨ªder de M¨¢s Madrid se present¨® ante los electores hace dos a?os. Es la mujer que gesticul¨® en la Asamblea como si sus manos fueran una pistola, denuncia el PP. La misma que ¡°abochorna¡± a los m¨¦dicos hablando por ellos, asegura D¨ªaz Ayuso, que pleno s¨ª, pleno tambi¨¦n, le recuerda a Garc¨ªa que en 2021 tuvo que devolver 13.000 euros a la C¨¢mara por haber cobrado, por error, su sueldo como parlamentaria con dedicaci¨®n exclusiva mientras estaba de baja laboral en el Hospital 12 de Octubre. Que fuera Garc¨ªa quien advirtiera el fallo, y lo comunicara al Parlamento, es lo de menos. El PP y M¨¢s Madrid son como el agua y el aceite, y ambos tienden a la hip¨¦rbole.
¡°Garc¨ªa me recuerda al capit¨¢n Beatty¡±, resume Pedro Mu?oz Abrines, el portavoz de los conservadores en la Asamblea de Madrid, sobre uno de los protagonistas de Fahrenheit 451, ¡°cuya funci¨®n era imponer una visi¨®n concreta de la sociedad, evitar la lectura de libros, para cercenar la libertad de pensamiento, aunque lo hiciera precisamente haciendo referencia a ciertas obras¡±, sigue. ¡°La similitud radica en no aceptar las matizaciones o discrepancias, y hacerla pasar por ignorancia. Y en que usa su condici¨®n de m¨¦dico (como el capit¨¢n la de jefe) para revestir de autoridad sus falacias¡±.
A Garc¨ªa, madre de tres hijos, no le gustan esas descripciones ¨¢cidas, a veces insultantes, propias de un Parlamento que vive de bronca en bronca. Pero ya se ha hecho su coraza. Igual que muchas veces es ella la que ataca, ha aprendido a protegerse. Frente a los momentos de m¨¢xima presi¨®n, cuenta que defiende los titubeos, y la fragilidad, porque eso es defender la normalidad, y entender lo que le pasa a la mayor¨ªa de la gente. Y hace tiempo que encontr¨® un truco para controlar los nervios: ¡°Victorino¡±.
¡°Una vez tuve un susto con un se?or en el quir¨®fano, y por la tarde ten¨ªa reuni¨®n con Ayuso¡±, cuenta sobre su trabajo como anestesi¨®loga. ¡°En el quir¨®fano se pasa mucho m¨¢s miedo que en la pol¨ªtica, y mucho m¨¢s estr¨¦s. Eso te pone en tu sitio¡±, sigue. ¡°Aquel d¨ªa iba a la reuni¨®n nerviosa. Y pens¨¦: esto no es m¨¢s estresante que lo que le ha pasado esta ma?ana en el quir¨®fano a Victorino. La pol¨ªtica es m¨¢s f¨¢cil¡±.
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