Los caminos del odio

En Parque Jur¨¢sico, el actor Jeff Goldblum pronunci¨® una de esas frases que son a la vez banales, indiscutibles y memorables: ¡°La vida se abre camino¡±. Lo mismo puede decirse del capitalismo, de la pol¨ªtica y del odio. Se abren camino. Lo comprobamos a diario. Pero tal vez estemos en v¨ªsperas de contemplar un conflicto con participaci¨®n del capitalismo, la pol¨ªtica y el odio. Con nuevos caminos abri¨¦ndose de forma violenta.

Donald Trump busca la nominaci¨®n republicana para las elecciones estadounidenses de 2024. Lo mismo har¨¢ Ron DeSantis, el gobernador de Florida que arras¨® en las recientes elecciones. Trump necesita recuperar la presidencia para evitar procesamientos y quiz¨¢ la c¨¢rcel. DeSantis necesita aprovechar su momento: el Partido Republicano se decanta por ¨¦l y los donantes hacen cola ante su puerta.

Ambos, Trump y DeSantis, cavan trincheras en la derecha extrema. Como las diferencias ideol¨®gicas son escasas, su previsible enfrentamiento se traducir¨¢ en ataques personales, maniobras m¨¢s o menos sucias, apelaciones al miedo y el odio y, lo m¨¢s importante, en gritar m¨¢s que el adversario. Esto ¨²ltimo se consigue dominando las redes sociales.

El magnate Elon Musk ha comprado Twitter y ha invitado a Donald Trump, del que fue o es admirador, a reincorporarse a la red social. A Trump, de momento, no le apetece. Por ahora est¨¢ c¨®modo en su propia red, Truth Social (resulta ir¨®nico que la haya llamado ¡°verdad¡±, en ruso ¡°pravda¡±, como el viejo ¨®rgano oficial del Partido Comunista de la URSS). Ocurre que esa red de Trump utiliza tecnolog¨ªa de Mastodon, la red social que intenta perfilarse como alternativa a Twitter. Mastodon consiste b¨¢sicamente en un c¨®digo abierto, pero no puede descartarse una batalla legal con Truth Social por uso indebido de software.

El campo de batalla no se limitar¨¢ al microblogueo. Trump, imbatible en el ¨¢mbito de la megaloman¨ªa, ha anunciado su prop¨®sito de acabar con Meta-Facebook. Esa es la red de la que Cambridge Analytica sustrajo millones de datos personales que ayudaron a Trump a ganar las elecciones de 2016. Y es tambi¨¦n el m¨¢s fr¨¢gil de los nuevos titanes: su capitalizaci¨®n burs¨¢til no deja de caer, pese a contar con recursos tan apetecibles (desde el punto de vista de la desinformaci¨®n pol¨ªtica) como Instagram y WhatsApp.

Otro gigante que se ver¨¢ involucrado es Alphabet, una corporaci¨®n que posee el buscador ?Google (con todos sus derivados, incluyendo Gmail), el sistema operativo Android (en el que bucean los mayores servicios mundiales de espionaje) y, la joya de la corona cuando hablamos de difundir mensajes pol¨ªticos, YouTube.

Meta, Alphabet y Tesla (la empresa automovil¨ªstica de Elon Musk ahora vinculada a Twitter) figuran entre las 10 mayores corporaciones del planeta. De sus reglas de autocontrol (o de su carencia de reglas) y de sus sistemas de seguridad contra infiltraciones depender¨¢n la amplitud y virulencia de las pr¨®ximas elecciones estadounidenses, desde las primarias republicanas (de hecho ya iniciadas) hasta la votaci¨®n decisiva en noviembre de 2024.

Los pr¨®ximos dos a?os, que se har¨¢n largos, definir¨¢n los nuevos formatos pol¨ªticos, la propagaci¨®n fren¨¦tica (o no, seamos optimistas) de las falsedades y el odio y la supremac¨ªa empresarial en el ¨¢mbito de la comunicaci¨®n.

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