Recuerden a Orwell y a Camus
Cada vez hay m¨¢s empresas cuyo objetivo es manipular la verdad en beneficio de creencias e ideolog¨ªas de sus clientes
Albert Camus y George Orwell nunca llegaron a conocerse, pero tuvieron muchas cosas en com¨²n. Una de ellas, su trabajo como periodistas y su convicci¨®n en que la verdad no tiene nada que ver con las creencias o ideolog¨ªas, sino con el mundo real y los hechos. En un momento como el actual, en el que hasta existen empresas y grupos cuyo objetivo es manipular esos hechos y datos, estos dos autores se hacen cada vez m¨¢s necesarios.
William Fear, en un reciente art¨ªcu?lo aparecido en la revista conservadora brit¨¢nica The Critic, recoge un p¨¢rrafo de una carta enviada por Camus a Mar¨ªa Casares el 25 de enero de 1950, cuatro d¨ªas despu¨¦s del fallecimiento de Orwell: ¡°Malas noticias: ha muerto George Orwell. No lo conoces. Un escritor ingl¨¦s muy talentoso, con exactamente la misma experiencia que yo (aunque 10 a?os mayor) y exactamente las mismas ideas (¡). Fue uno de los pocos hombres con los que compart¨ª algo¡±.
Fear explica que los dos autores compart¨ªan una misma ansiedad por la fragilidad de la verdad: ¡°Ambos estaban mucho m¨¢s interesados por los hechos que se pod¨ªan extraer de la experiencia que por los que se pod¨ªan pensar a trav¨¦s de la ideolog¨ªa¡±. La verdad no est¨¢ relacionada con las creencias, al contrario de lo que predicaba el fil¨®sofo pro fascista ruso Alexander Dugin. Tiene que ver con los hechos y los hechos proceden del mundo real.
¡°Ambos entendieron que la mentalidad totalitaria requiere que aceptes que la verdad proviene de la ideolog¨ªa¡±, dice Fear. Vale para Donald Trump y sus seguidores y para todos los totalitarios que entienden la ideolog¨ªa no simplemente como un conjunto de valores o creencias, sino ¡°como una explicaci¨®n cohesiva del pasado, presente y futuro de la humanidad¡±.
No hace falta sufrir paranoia para ser consciente de que cada vez existen m¨¢s empresas cuyo objetivo es manipular la verdad en beneficio de las creencias e ideolog¨ªas de sus clientes. El ¨²ltimo caso conocido es la compa?¨ªa catalana Eliminalia, dedicada durante a?os a difundir noticias ¡°retocadas¡± y a crear webs clonadas y bots para limpiar la imagen de corruptos, abusadores y narcos de 54 pa¨ªses distintos, muy especialmente espa?oles. Pero no es la ¨²nica, y en Israel radican varias empresas que se dedican a manipular la verdad para beneficiar a pol¨ªticos de medio mundo que afrontan campa?as electorales.
Ser¨ªa un error dar por supuesto que manipulaciones de este tipo son capaces de alterar sustancialmente resultados electorales. No existe mucha evidencia cient¨ªfica al respecto y es obvio que Joe Biden gan¨® las elecciones a Donald Trump o que Lula da Silva ha sido capaz de echar a Jair Bolsonaro de la presidencia de Brasil, pese a toda la ayuda ¡°digital¡± recibida por el militar.
Sea como sea, est¨¢ claro que desde que salt¨® a la fama la empresa Cambridge Analytica, denunciada en 2018 por acceder a millones de datos de usuarios de Facebook, analizarlos y ponerlos a disposici¨®n de clientes con objetivos electorales en Estados Unidos, han nacido centenares de firmas que intentan el mismo juego. Unas veces mediante miner¨ªa de datos que les permita conocer a los posibles votantes y buscar la manera de reforzar sus creencias o preferencias; otras, mediante la falsificaci¨®n directa de informaci¨®n que permita introducir el m¨¢ximo posible de confusi¨®n en c¨ªrculos determinados.
Cuanto m¨¢s polarizada est¨¢ una sociedad, estiman numerosos expertos, m¨¢s f¨¢cil resulta organizar esas redes de desinformaci¨®n. Poco a poco, van apareciendo estudios acad¨¦micos donde se aprecia el impacto de esas campa?as destinadas a crear ¡°burbujas de mentiras¡± que tienen efecto directo sobre personas identificadas como vulnerables a una ret¨®rica particular, gracias a los datos ya acumulados sobre ellas.
Las pr¨®ximas elecciones que se celebran en Espa?a son auton¨®micas y municipales, en mayo, un escenario diferente al que implican unas elecciones generales, pero aun as¨ª pueden ser un gran escenario de prueba donde observar hasta qu¨¦ punto se ha avanzado en el dominio de la falsificaci¨®n y manipulaci¨®n. Y la campa?a de las generales, en diciembre, puede ser un teatro donde proliferen esas burbujas de mentiras. No ser¨ªa mala idea ir advirtiendo a los ciudadanos: la verdad procede de los hechos y datos, no de la ideolog¨ªa. Recuerden a Orwell y a Camus.
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