El Gran Hermano de George Orwell naci¨® en la Guerra Civil
Espa?a ser¨ªa la gran ruptura en la vida del autor brit¨¢nico. Su zona cero. La novela transcurre en Londres, pero su embri¨®n est¨¢ en el conflicto armado
A finales de octubre, hablando sobre Ucrania, el presidente Vlad¨ªmir Putin se?al¨®: ¡°La operaci¨®n militar especial tiene lugar no solo en los campos de batalla, sino tambi¨¦n en la mente de las personas, en sus almas¡±. Esa misma semana se descubri¨® que el Gobierno chino ten¨ªa habilitadas ¡°comisar¨ªas¡± en una veintena de pa¨ªses para vigilar a sus ciudadanos m¨¢s all¨¢ de sus fronteras. Y en esos d¨ªas Amazon present¨® una actualizaci¨®n de Astro, su robot dom¨¦stico, del que hab¨ªa quejas porque, seg¨²n explic¨® un usuario, ¡°su agudo sistema de seguimiento a una persona era casi espeluznante¡±.
Cada d¨¦cada, cada a?o y cada semana pasan cosas que nos llevan a 1984, la novela-mundo de George Orwell. Su poder es tal que conceptos como Gran Hermano o la Polic¨ªa del Pensamiento est¨¢n en la cabeza de millones de personas que no han le¨ªdo el libro.
M¨¢s all¨¢ de las noticias, este oto?o tambi¨¦n se respira un aire orwelliano en las librer¨ªas, donde podemos encontrar una nueva edici¨®n de la novela (Akal), un c¨®mic basado en esta (Planeta) o una biograf¨ªa sobre el origen, desarrollo e impacto del libro, escrita por el periodista Dorian Lynskey y titulada El Ministerio de la verdad. Una biograf¨ªa del 1984 de George Orwell (Capit¨¢n Swing).
1984 es percibida como una distop¨ªa, una profec¨ªa, una s¨¢tira, una tesis pol¨ªtica, una novela de ciencia ficci¨®n, de suspense o de terror psicol¨®gico, una pesadilla g¨®tica, un texto posmoderno y una historia de amor. Tambi¨¦n es una de las obras de ficci¨®n m¨¢s famosas del mundo, y Lynskey demuestra que la experiencia de Orwell en la Guerra Civil espa?ola fue el motor propulsor de su creaci¨®n.
Espa?a, zona cero
¡°La historia se detuvo en seco en 1936¡å, le dir¨ªa Orwell a su amigo Arthur Koestler, autor de El cero y el infinito, para referirse al momento del advenimiento del totalitarismo en Europa. Y fue en ese instante, ¡°cuando la historia se detuvo, cuando la idea de 1984 ech¨® a andar¡±, seg¨²n Lynskey.
Espa?a ser¨ªa la gran ruptura en la vida de Orwell. Su zona cero. La novela transcurre en Londres, pero su embri¨®n est¨¢ en la Guerra Civil. M¨¢s exactamente, en las calles de Barcelona. ¡°Orwell lleg¨® a Espa?a lleno de optimismo revolucionario¡±, pero tras los meses que pas¨® en el frente de Arag¨®n, ¡°la atm¨®sfera de terror que luego vivi¨® en la Barcelona de mayo de 1937 es la que despu¨¦s reflej¨® en 1984¡±, explica el autor por videoconferencia.
En esos d¨ªas, los comunistas, bajo las ¨®rdenes del Kremlin, se revolvieron contra sus antiguos aliados anarquistas. Fueron cinco d¨ªas de infamia y violencia que dejaron un millar de muertos, un suceso del que Orwell fue testigo de primera mano por luchar en las filas del POUM (Partido Obrero de Unificaci¨®n Marxista), una agrupaci¨®n disidente del estalinismo. En esas horas fren¨¦ticas vivi¨® la sombra de la sospecha en cada saludo, conoci¨® la persecuci¨®n y el asesinato de compa?eros suyos y entendi¨® que su vida y la de su mujer, Eileen O¡¯Shaughnessy ¡ªtambi¨¦n presente en la ciudad¡ª, corr¨ªan peligro. La pareja inglesa tuvo suerte: pudieron huir de Barcelona y sobrevivir a la represi¨®n, pero nunca la olvidaron.
La chispa salt¨® el 3 de mayo, cuando los guardias de asalto, enviados por los comunistas, tomaron el edificio de Telef¨®nica, controlado por los anarquistas. Cerca de all¨ª, en las Ramblas, estaba el hotel Continental, un nido de combatientes, periodistas, buscavidas y esp¨ªas. Y fue en ese hotel donde Orwell escuch¨® c¨®mo un agente de la polic¨ªa secreta de Stalin apodado Charlie Chan ¡°informaba¡± de que el brote de violencia proven¨ªa de un golpe de los anarquistas contra la Rep¨²blica y para ayudar a las tropas de Franco.
Paranoia y conspiraci¨®n
¡°Nunca hab¨ªa visto a nadie cuya profesi¨®n fuese contar mentiras¡±, escribi¨® Orwell en Homenaje a Catalu?a. Las tensiones entre diferentes grupos pol¨ªticos no le sorprendieron, relata Lynskey, pero s¨ª la administraci¨®n organizada de mentiras, como que los comunistas hubieran conseguido ¡°desmontar¡± una red de traidores anarquistas que se comunicaba con los fascistas por medio de emisoras de radio secretas y mensajes en tinta invisible para asesinar a l¨ªderes republicanos.
Durante la purga comunista, Barcelona vivi¨® un clima de pesadilla y se convirti¨® en ¡°un manicomio¡±, seg¨²n Orwell. Un lugar donde la paranoia, las calumnias y los rumores crearon un ambiente tan venenoso que incluso los que no participaban en las intrigas se vieron a s¨ª mismos como conspiradores.
¡°El odio al fascismo hab¨ªa llevado a Orwell a Espa?a, pero la crueldad y la falta de honestidad de los comunistas le impactaron¡±, reflexiona Lynskey, quien relata que, dependiendo del momento, para el autor de Rebeli¨®n en la granja su experiencia en Espa?a le parec¨ªa ¡°emocionante, aburrida, inspiradora, aterradora o reveladora¡±.
Para Orwell, la verdad era lo m¨¢s importante, aunque resultara inoportuna y al llegar a Londres busc¨® d¨®nde publicar lo que vio en Barcelona. Por eso le supuso ¡°una traici¨®n y un shock que se le dificultara esa posibilidad, porque editores amigos suyos alegaban que explicar esos sucesos, aunque fueran ciertos, pod¨ªa favorecer a las tropas de Franco y al fascismo¡±, afirma Lynskey.
Toda la escritura orwelliana pone el acento en el valor de lo vivido y, por ello, la constataci¨®n de la mentira pol¨ªtica en Espa?a y la ocultaci¨®n de la verdad en Reino Unido cambi¨® su percepci¨®n de la realidad, un binomio tenebroso que se transform¨® en semilla de inspiraci¨®n.
¡°Cada rengl¨®n que he escrito en serio desde 1936 lo he creado, directa o indirectamente, en contra del totalitarismo y a favor del socialismo democr¨¢tico¡±, confes¨® Orwell en 1946 en su ensayo Por qu¨¦ escribo, poco antes de ponerse a trabajar en la novela.
Despu¨¦s, en la isla de Jura, en Escocia, en una casa prestada por su amigo David Astor, periodista de The Observer, fumando como un carretero y debilitado por una bronquitis que deriv¨® en tuberculosis ¡ªcon una pistola a mano, convencido que alg¨²n miembro del Partido Comunista Ingl¨¦s podr¨ªa llegar hasta all¨ª para asesinarlo¡ª, George Orwell escribi¨® 1984, que se public¨® en 1949.
El c¨®digo del miedo
M¨¢s all¨¢ del germen espa?ol y de su escritura final en las tierras escocesas, la novela 1984 es un icono cultural con ramificaciones casi infinitas, ¡°un c¨®digo apocal¨ªptico de nuestros peores miedos¡±, seg¨²n Anthony Burgess, autor de La naranja mec¨¢nica, novela deudora de la obra maestra de Orwell.
¡°Es un libro al que recurrimos cuando se mutila la realidad, se distorsiona el lenguaje o se abusa del poder. Por eso funciona en cualquier tiempo¡±, reflexiona Lynskey. En El Ministerio de la Verdad. Una biograf¨ªa del 1984 de George Orwell, enumera las sucesivas interpretaciones del libro: durante la larga Guerra Fr¨ªa fue le¨ªda como una obra antiestalinista, una novela por la que muchos fueron encarcelados o ejecutados si la le¨ªan o la distribu¨ªan, un milagro literario que hizo exclamar a presos pol¨ªticos de Europa del Este ante periodistas occidentales: ¡°?C¨®mo pudo Orwell saber todo esto?¡±, c¨®mo el libro pod¨ªa explicar tan exactamente las condiciones en las que viv¨ªan, c¨®mo se sent¨ªan, c¨®mo los vigilaban.
Lynskey narra el caso espec¨ªfico de Timothy Garton Ash, qui¨¦n en sus viajes por Europa del Este se encontr¨® con muchos admiradores clandestinos de Orwell que le preguntaban: ¡°?c¨®mo era posible que lo supiese?¡± (Garton narr¨® esta experiencia en una pieza de The Observer de 2001). Sobre esto, en el libro Lynskey responde: ¡°lo sab¨ªa porque prest¨® atenci¨®n. Observ¨® el comportamiento de los comunistas en Espa?a, escuch¨® a todos los exiliados y ley¨® todos los libros que pudo¡±.
En los setenta se interpret¨® como una advertencia al resurgimiento de nuevos fascismos, como ocurri¨® en Chile o en Argentina, mientras que en los ochenta se transform¨® en una advertencia contra un nuevo peligro: la tecnolog¨ªa invasiva.
El poder y la esperanza
A finales de 1983, el cr¨ªtico George Steiner escribi¨®: ¡°No ha habido un solo hombre ni un solo trazo que hayan conseguido eliminar un a?o del calendario de la esperanza¡±, en referencia a la obra orwelliana. Como no pod¨ªa ser de otra manera, 1984 naci¨® marcado por la vieja novela y no defraud¨®. Uno de los artefactos que mejor defini¨® la distop¨ªa de Orwell fue el anuncio del lanzamiento de Macintosh de Apple, dirigido por Ridley Scott. ¡°Apple es la ¨²nica fuerza que puede garantizar la libertad del futuro¡±, se oye decir en una grabaci¨®n a Steve Jobs antes de dar paso al v¨ªdeo entre socios y trabajadores de la empresa, precedido por una pregunta del propio Jobs: ¡°?Ten¨ªa raz¨®n George Orwell acerca de 1984?¡±
Seg¨²n la escritora y ensayista Rebecca Solnit, ¡°es posible que el anuncio de 1984 de Apple marque el inicio de esa fantas¨ªa seg¨²n la cual Silicon Valley es parte de la soluci¨®n y no del problema; un rebelde disidente en vez del nuevo establishment¡±, recoge Lysnkey en su libro.
Hoy, como ayer, 1984 es ¡°un recipiente donde cualquiera puede verter su visi¨®n de futuro¡±, subraya el periodista brit¨¢nico. En estos tiempos la novela de Orwell se percibe sobre todo como una alegor¨ªa sobre las noticias falsas y las realidades alternativas que promueven gobiernos como el de Donald Trump, con personajes tan orwellianos como Rudy Giuliani, uno de los abogados del expresidente, que en una rueda de prensa asever¨®: ¡°La verdad no es verdad¡±.
¡°1984 es un libro multiusos, pero es sobre todo un libro-alarma, pensado para despertarnos, porque habla de la fragilidad de la verdad frente al poder¡±, reflexiona Lynskey. Estamos avisados. Meses antes de morir, en junio de 1949, George Orwell confes¨® a su editor Fredric Warburg: ¡°La moraleja que podemos sacar de esta peligrosa pesadilla es simple. No deje que ocurra. Depende de usted¡±.
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