Dios o la democracia: el momento de la verdad en Israel
El Gobierno de Benjamin Netanyahu pretende acabar no solo con la separaci¨®n de poderes, sino con lo que en Occidente conocemos como separaci¨®n entre Iglesia y Estado
El c¨®nsul general saliente de Israel en Nueva York, Asaf Zamir, ha relacionado su partida con las protestas masivas que est¨¢n produci¨¦ndose en el pa¨ªs y ha afirmado que ¡°lo que estamos viendo en Israel es un despertar prometedor y nuestra ¨²ltima oportunidad de garantizar que nuestro pa¨ªs sea un lugar en el que queremos seguir viviendo¡±. Las protestas planeadas y espont¨¢neas que se suceden desde principios de a?o son la reacci¨®n ante el intento del gobierno de coalici¨®n de Benjamin Netanyahu de llevar a cabo una revisi¨®n judicial que afectar¨ªa a una gran cantidad de procesos, ¡°desde c¨®mo se selecciona a los jueces hasta sobre qu¨¦ leyes puede pronunciarse el Tribunal Supremo e incluso otorgar al Parlamento la potestad de anular esas decisiones¡±.
El riesgo que supone una reforma tan dr¨¢stica no es solo que es una gran amenaza contra el principio democr¨¢tico fundamental de la separaci¨®n de poderes, sino tambi¨¦n, m¨¢s en general, que puede facilitar la desecularizaci¨®n encubierta del sistema judicial, dado el predominio actual ¡ªque previsiblemente va a continuar¡ª de los partidos religiosos y ultraortodoxos en los gobiernos israel¨ªes de coalici¨®n. Si unos gobiernos con un programa abiertamente religioso controlan el aparato pol¨ªtico y el aparato judicial del pa¨ªs, entonces, adem¨¢s de la separaci¨®n de poderes, tambi¨¦n dejar¨¢ de existir la separaci¨®n entre la ley hal¨¢jica y las autoridades seculares (lo que en Occidente se conoce como el principio de separaci¨®n entre Iglesia y Estado). En este sentido, un claro presagio de lo que puede ocurrir en el futuro es la ley reci¨¦n aprobada que recoge los edictos rab¨ªnicos en la legislaci¨®n civil y proh¨ªbe consumir pan en los hospitales israel¨ªes durante la Pascua.
El mayor tema de preocupaci¨®n de los ¨²ltimos estudios sobre las tendencias demogr¨¢ficas en Israel es que la poblaci¨®n ¨¢rabe est¨¢ creciendo m¨¢s deprisa que la jud¨ªa: ¡°En 2020, por primera vez en muchas d¨¦cadas, la poblaci¨®n ¨¢rabe que vive entre el mar Mediterr¨¢neo y el r¨ªo Jord¨¢n aument¨® ligeramente por encima de la poblaci¨®n jud¨ªa, seg¨²n los an¨¢lisis hechos por dos grupos de investigaci¨®n vinculados al aparato de defensa de Israel¡±, y citados por el diario Haaretz. Las conclusiones se han presentado como un problema demogr¨¢fico para la democracia israel¨ª, que en alg¨²n momento tendr¨¢ que elegir entre ser un Estado democr¨¢tico o un Estado jud¨ªo.
Sin embargo, el verdadero problema no es ese, sino, como indican los sucesos recientes, la brecha demogr¨¢fica entre los ciudadanos jud¨ªos seculares y los religiosos. Dado que la poblaci¨®n jared¨ª del pa¨ªs (los ultraortodoxos) est¨¢ creciendo al doble de velocidad que la poblaci¨®n israel¨ª en general, las coaliciones de extrema derecha tienen probabilidades de acabar siendo un elemento constante del panorama pol¨ªtico de Israel. Los r¨¢pidos cambios demogr¨¢ficos indican que la democracia se est¨¢ convirtiendo, con esa misma rapidez, en una no-democracia o en una ¡°democracia antiliberal¡±, como se la ha denominado. El despertar al que alude el ex c¨®nsul general Asaf Zamir es la constataci¨®n de que el peligro para la existencia de la democracia israel¨ª no procede ni del exterior del pa¨ªs ni de la evoluci¨®n demogr¨¢fica de su poblaci¨®n no jud¨ªa, sino de los cambios producidos dentro de la propia ciudadan¨ªa jud¨ªa de Israel.
Aunque el argumento de Zamir tiene peso, el momento de la verdad al que se enfrenta Israel es diferente y m¨¢s profundo. Los ¨¢rabes israel¨ªes constituyen m¨¢s de una quinta parte de la poblaci¨®n del pa¨ªs pero, en gran medida, no est¨¢n representados en sus estructuras pol¨ªticas ni encajan en el concepto que tiene de s¨ª mismo el Estado. Millones de palestinos ap¨¢tridas viven en condiciones precarias y cada vez peores en los territorios ocupados por Israel desde 1967. No hay m¨¢s que ver, por ejemplo, a qu¨¦ situaci¨®n se los redujo en marzo de 2023, cuando el ministro de Finanzas israel¨ª, Bezalel Smotrich, declar¨® p¨²blicamente que ¡°no existe el pueblo palestino¡±. La idealizaci¨®n nost¨¢lgica de Israel antes del golpe judicial que se avecina es incompatible con la experiencia de estos grupos, que evidentemente no lo consideran un lugar en el que ¡°quieren seguir viviendo¡± ni que siga oprimi¨¦ndolos.
Los cientos de miles de israel¨ªes que luchan por la democracia en Israel no pueden aspirar solo a volver al statu quo amenazado por la coalici¨®n gobernante de extrema derecha. Luchar por la democracia en Israel significa luchar por la igualdad pol¨ªtica y econ¨®mica entre los ciudadanos jud¨ªos y los ¨¢rabes y respetar los derechos de los creyentes de todas las religiones y de los ateos. Tambi¨¦n significa poner fin a una ocupaci¨®n que lleva d¨¦cadas causando un tremendo sufrimiento al pueblo palestino ap¨¢trida. Una democracia pujante no puede seguir viviendo de la ocupaci¨®n ni puede pasar por alto a su conveniencia las acciones violentas y las injusticias que se cometen a diario contra una poblaci¨®n vecina. Un verdadero despertar debe arrojar luz sobre este lado negativo del statu quo israel¨ª que ahora est¨¢ alterando la extrema derecha.
Las protestas y huelgas generales que se extienden por Israel quieren decir que lo que durante mucho tiempo se ha considerado un problema es, de hecho, una oportunidad. Y no me estoy refiriendo, por muy importantes que sean, a unos ideales comunes de igualdad y coexistencia, sino a algo mucho m¨¢s pragm¨¢tico: unos intereses comunes. Es posible desarrollar y cultivar la solidaridad, todav¨ªa sin articular, entre los palestinos ¡ªque est¨¢n a¨²n m¨¢s oprimidos con las pol¨ªticas del gobierno actual¡ª, los ¨¢rabes israel¨ªes y los jud¨ªos laicos, que consideran intolerables el clima ideol¨®gico y las condiciones pol¨ªticas que se les imponen. En otras palabras, la lucha por que Israel sea verdaderamente democr¨¢tico es inseparable de un proceso de paz en¨¦rgico e iniciado desde abajo, capaz de reconfigurar la forma del pa¨ªs y dar pie a la creaci¨®n de un Estado palestino largamente esperado.
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