Sin figuras como Assange, Occidente est¨¢ perdido
Frente a la emergencia clim¨¢tica o las guerras, el destino del responsable de WikiLeaks podr¨ªa parecer un asunto secundario. Pero necesitamos a gente como ¨¦l si queremos hacer frente a esos problemas
Este mes, la CNN inform¨® de que un tribunal brit¨¢nico neg¨® a Julian Assange, fundador de WikiLeaks, el ¡°permiso para apelar a una orden de extradici¨®n en su contra a Estados Unidos, donde enfrenta cargos criminales bajo la Ley de Espionaje¡±. Si bien el equipo jur¨ªdico de Assange seguir¨¢ explorando sus opciones, el cepo alrededor de su cuello claramente se est¨¢ apretando. El tiempo no est¨¢ de su lado. Las autoridades brit¨¢nicas y estadounidenses que lo persiguen pueden darse el lujo de esperar a que las guerras, el cambio clim¨¢tico, la ansiedad sobre la inteligencia artificial y otros problemas globales vayan mermando el inter¨¦s p¨²blico sobre su caso.
Pero si queremos hacer frente a problemas como esos, necesitaremos a gente como Assange. ?Qui¨¦n m¨¢s dejar¨¢ en evidencia todos los abusos y las verdades inconvenientes que los que ostentan el poder quieren ocultar, se trate de cr¨ªmenes de guerra o los hallazgos internos de las compa?¨ªas de redes sociales acerca de lo que sus plataformas est¨¢n causando a las adolescentes?
Un ejemplo es el reciente ataque contra el Kremlin con un dron peque?o. Mientras que el Gobierno ucranio neg¨® cualquier tipo de implicaci¨®n (atribuy¨¦ndolo a las fuerzas de oposici¨®n rusas), el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, se apresur¨® a denunciarlo como un ¡°acto terrorista¡±, y algunos observadores occidentales se quejaron de que los ucranios estaban llevando la guerra demasiado lejos. Pero ?qu¨¦ ocurri¨® en realidad? El hecho de que no lo sepamos implica que est¨¢n ocurriendo cosas bajo una peligrosa neblina b¨¦lica.
Pero tambi¨¦n a uno se le vienen a la memoria las ¨²ltimas l¨ªneas de La ¨®pera de los tres centavos, de Bertolt Brecht: ¡°Y algunos est¨¢n en las tinieblas. / Y hay otros en la luz. / Pero s¨®lo quienes est¨¢n en la luz ven / a quienes est¨¢n en las tinieblas¡±. ?C¨®mo describir mejor la ¨¦poca medi¨¢tica actual? Si bien los medios de masas est¨¢n llenos de noticias sobre Ucrania, observa el periodista Anjan Sundaram, las ¡°inmensas guerras¡± en la Rep¨²blica Centroafricana, la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo y en otros lugares reciben poca o ninguna atenci¨®n.
Esta asimetr¨ªa no significa que tengamos que ofrecer nada menos que nuestro total apoyo a Ucrania, pero s¨ª nos obliga a pensar en c¨®mo lo encuadramos. ?Debemos rechazar la idea de que Ucrania se merece ese apoyo principalmente porque ¡°cosas as¨ª no debieran pasar en Europa¡±, o porque estamos ¡°defendiendo la civilizaci¨®n occidental¡±? Despu¨¦s de todo, la civilizaci¨®n occidental no s¨®lo ignora los horrores que ocurren fuera de sus fronteras: a menudo es c¨®mplice de ellos.
En lugar de ello, los europeos y otros occidentales deber¨ªamos reconocer que, con la invasi¨®n de Ucrania, hemos probado el gustillo de lo que todo el tiempo ocurre en otras geograf¨ªas, s¨®lo que un poco m¨¢s all¨¢ de nuestra esfera de preocupaci¨®n. La guerra nos obliga a considerar lo que no sabemos, lo que no queremos saber y lo que sabemos, pero no queremos que nos importe. Necesitamos que gente como Assange nos obligue a hacer balance, a ver a ¡°quienes est¨¢n en las tinieblas¡±.
Por supuesto, se puede criticar a Assange por centrarse exclusivamente en el Occidente liberal y pasar por alto injusticias todav¨ªa peores que ocurren en Rusia y China. Pero estas ya tienen una gran visibilidad en nuestros medios. Leemos sobre ellas todo el tiempo. Si Assange es culpable de aplicar un doble rasero, tambi¨¦n lo son los occidentales que condenan a Ir¨¢n haciendo la vista gorda con lo que pasa en Arabia Saud¨ª.
Como se pregunta en Mateo 7:3: ¡°?Por qu¨¦ buscas la paja en el ojo ajeno y no ves la viga en el propio?¡±, Assange nos ha ense?ado a reconocer no s¨®lo esa viga, sino sus conexiones ocultas con la paja en el ojo de nuestros enemigos, en un enfoque que nos hace ver con una nueva mirada muchas de las grandes luchas en que se consumen nuestros medios y nuestros pol¨ªticos.
Pi¨¦nsese en el conflicto entre la nueva derecha populista y la izquierda woke. A finales de mayo, el Distrito Escolar Davis de Utah retir¨® la Biblia de sus escuelas primarias y secundarias despu¨¦s de que un padre reclamara que ¡°no contiene ¡®ning¨²n valor serio para menores¡¯ porque seg¨²n nuestra definici¨®n es pornogr¨¢fico¡± en virtud de una ley de prohibici¨®n de textos aprobada el a?o pasado. ?Es este un caso de mormones librando una guerra cultural contra cristianos? Por el contrario, el Distrito ha recibido desde entonces una solicitud de revisi¨®n del Libro de Morm¨®n por posibles violaciones a la ley.
Entonces, ?qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de estas demandas? ?Es la izquierda woke buscando vengarse por las prohibiciones de materiales sobre asuntos raciales y LGBT+? ?Es la derecha radicalizada aplicando estrictos criterios de valores familiares a sus propios y atesorados textos? A fin de cuentas, no importa, porque tanto la nueva derecha como la izquierda woke han abrazado la misma l¨®gica de intolerancia. Con toda su animosidad ideol¨®gica, se reflejan entre s¨ª. Mientras la izquierda woke quiere desmantelar sus propios cimientos (la tradici¨®n emancipatoria europea), la derecha puede finalmente haber reunido el coraje para cuestionar la obscenidad que existe en sus propios textos fundacionales.
En una iron¨ªa cruel, la tradici¨®n democr¨¢tica occidental de autocr¨ªtica ha ca¨ªdo en el absurdo, sembrando las semillas de su propia destrucci¨®n. ?Qu¨¦ problemas languidecen en las tinieblas mientras este proceso acapara toda la luz? La m¨¢s grande amenaza a las democracias occidentales no es Assange ni la transparencia que representa, sino m¨¢s bien el nihilismo y la autoindulgencia que han venido a caracterizar el funcionamiento de sus sistemas pol¨ªticos.
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