La historia de la foto que averg¨¹enza a David Cameron, el nuevo ministro brit¨¢nico de Exteriores
Un libro recrea las trayectorias de la casta de ¡®tories¡¯ de Oxford que se apropi¨® de la democracia brit¨¢nica y del exclusivo y transgresor club Bullingdon, al que pertenecieron Boris Johnson y Cameron. ¡®Ideas¡¯ adelanta un extracto
La fotograf¨ªa m¨¢s famosa de Oxford en la d¨¦cada de los ochenta, probablemente tomada en 1987, es un retrato grupal de Dave Cameron, Boris Johnson y ocho j¨®venes m¨¢s en los escalones de un patio del Christ Church College, vestidos con el traje de levita, la pajarita azul y el chaleco de color mostaza del club Bullingdon. En palabras de [el comentarista] Toby Young: ¡°El uniforme de la clase dominante¡±.
Ninguno de los diez sonr¨ªe; como si alguien les hubiera dicho que no lo hicieran. Alguien ajeno a la instituci¨®n, asegur¨® Rachel Johnson [periodista y hermana de Boris Johnson], ver¨ªa en esa foto a ¡°un grupo de estudiantes de clase alta de la public school [colegios privados] que saben que acabar¨¢n dirigiendo el pa¨ªs en veinticinco a?os¡±. La foto se convirti¨® en una infame representaci¨®n de la privilegiada clase dirigente, hasta tal punto que los fot¨®grafos, Gillman y Soame, acabaron por retirar los derechos de explotaci¨®n de la imagen. Al parecer, los laboristas hab¨ªan planeado usarla como p¨®ster de campa?a electoral.
Entre los exalumnos del Bullingdon tambi¨¦n est¨¢n George Osborne, Jo (el hermano de Johnson) y el que fuera ministro de Asuntos Exteriores polaco Radek Sikorski. Rory Stewart [diplom¨¢tico y ex secretario de Estado brit¨¢nico] asegura que acudi¨® a una cena del club antes de decidir que eso no iba con ¨¦l. Pero el caso es que el Bullingdon es un club tan exclusivo ¡ªreservado a los alumnos de la public school¡ª que yo no supe de su existencia hasta a?os despu¨¦s de dejar Oxford. De hecho, seguro que ni siquiera he conocido a nadie a quien el Buller se molestara en rechazar. Y aun as¨ª, parece que el club no era lo suficientemente exclusivo para algunos... Charles Spencer, buen amigo de Johnson y hermano de la princesa Diana, fue aceptado en el club, pero declin¨® la invitaci¨®n.
Cada vez que veo la famosa fotograf¨ªa del grupito de arrogantes ¡®hijos del privilegio¡¯ me averg¨¹enzoDavid Cameron, en sus memorias
El Bullingdon era un club transgresor solo en su feroz car¨¢cter antimeritocr¨¢tico: casi todos sus miembros eran elegidos en funci¨®n de sus or¨ªgenes sociales y su g¨¦nero. Se los conoc¨ªa por su exhibicionismo del privilegio. Sus miembros se mov¨ªan en manada, arrasando restaurantes o las habitaciones de los nuevos miembros, reventando botellas en las calles, humillando a trabajadoras sexuales contratadas para la ocasi¨®n o baj¨¢ndoles los pantalones a los outsiders de baja casta. Y por si esto fuera poco, degradaban todav¨ªa m¨¢s a sus v¨ªctimas plebes con compensaciones econ¨®micas. ?El mensaje? ¡°Las reglas no se aplican a nuestra clase¡±. Al fin y al cabo, los miembros del Bullingdon eran los que iban a dictar las leyes en el futuro. Por eso Eton es mucho m¨¢s indulgente con los estudiantes que rompen las normas que otras public schools menos prestigiosas. Por citar solo un ejemplo: mientras que en la d¨¦cada de los ochenta los colegios sol¨ªan expulsar a los alumnos por fumar marihuana, en el caso del David Cameron de quince a?os, Eton se limit¨® a mandarlo a su casa durante una semana.
Una noche de 1987, varios miembros del Bullingdon fueron arrestados despu¨¦s de que alguien arrojara un tiesto por la ventana de un restaurante. Johnson explic¨® m¨¢s adelante: ¡°La fiesta termin¨® con unos cuantos chicos gateando entre los setos del jard¨ªn bot¨¢nico intentando escapar de los perros polic¨ªa. Y una vez en las celdas, nos convertimos en unos pat¨¦ticos sentimentaloides¡±. Uno de los estudiantes arrestados sostuvo que las afirmaciones de Johnson de que hab¨ªa pasado la noche en la comisar¨ªa de Cowley no eran m¨¢s que falsas fanfarroner¨ªas. El mismo hombre identifica a los ¨²nicos tres miembros que escaparon del arresto aquella noche: Johnson, Cameron (que huy¨® por una calle lateral) y su compa?ero de Eton, Sebastian Grigg, hoy por hoy, el cuarto bar¨®n Altrincham. Hasta en plena noche de borrachera, este tr¨ªo fue capaz de pensar en sus curr¨ªculums. Una d¨¦cada despu¨¦s, los tres se presentaron como candidatos al Parlamento en las elecciones de 1997. El miembro an¨®nimo del club cont¨® al Financial Times en 2010: ¡°Siempre pensamos que ¨ªbamos a dirigir el pa¨ªs. De hecho, nos pas¨¢bamos el d¨ªa hablando de qui¨¦n liderar¨ªa el Partido Conservador¡±. En cualquier caso, los arrestados fueron liberados al d¨ªa siguiente sin cargos. Los miembros del Bullingdon no vieron sus carreras frustradas por antecedentes penales juveniles. Anne McElvoy, que fue editora del [peri¨®dico estudiantil] Cherwell y que conoci¨® a Johnson en Oxford, a?ade: ¡°El Bullingdon creaba v¨ªnculos duraderos porque sus miembros pasaban por muchos aprietos juntos. Lo m¨¢s probable es que la mayor¨ªa se guardaran en la manga secretos turbios o comprometidos del resto de sus compa?eros¡±.
El Bullingdon ¡°me persigui¨® durante la mayor parte de mi vida pol¨ªtica¡±, escribi¨® Cameron en sus memorias tras ejercer el cargo de primer ministro. ¡°Cada vez que veo la famosa fotograf¨ªa del grupito de arrogantes ¡®hijos del privilegio¡¯ me averg¨¹enzo¡±. Y a?adi¨® excus¨¢ndose: ¡°Fueron los a?os posteriores a la adaptaci¨®n para la televisi¨®n de Retorno a Brideshead cuando muchos de nosotros nos dejamos llevar por la fantas¨ªa de un Oxford como el que describ¨ªa Evelyn Waugh [autor del libro original]¡±. Johnson lleg¨® a decir que estaba ¡°avergonzado¡± de haber sido miembro del Buller y lo describi¨® como una ¡°vergonzosa estampa de la pijer¨ªa, la estupidez y la arrogancia sobrehumana de los estudiantes de Oxford¡±. Sin embargo, a?adi¨®: ¡°En aquel momento, nos parec¨ªa incre¨ªble ir por la vida fanfarroneando¡±. (...)
Es comprensible que el Bullingdon ¡ªuna asociaci¨®n masculina, pija y una red de contactos universitaria¡ª se viera como la cuna de los poderosos del futuro. Ayud¨® a fortalecer los v¨ªnculos establecidos durante los a?os de colegio. Aun as¨ª, era bastante marginal en las vidas universitarias de los tories de Oxford. A Johnson no le gustaba emborracharse hasta perder el control, y Cameron era un tipo sensato que se uni¨® en un af¨¢n de complacer a todo el mundo.
A decir verdad, Cameron era un tory de Oxford bastante inusual, apenas pasaba tiempo estableciendo v¨ªnculos universitarios que le pudieran ser ¨²tiles en el futuro. ¡°Lamento decirlo, pero no recuerdo haberlo conocido¡±, dice Rachel Johnson, una de sus coet¨¢neas. Consigui¨® un t¨ªtulo de primer grado, sigui¨® en televisi¨®n Neighbours y Going for Gold, tuvo varias novias, conoci¨® a gente de la clase media por primera vez, se divirti¨® en clubes y organiz¨® una fiesta de celebraci¨®n tras la victoria de Thatcher del 87, pero jam¨¢s hizo algo tan vulgar como engrosar su curr¨ªculum con pol¨ªtica estudiantil. Recuerda Cameron: ¡°Yo no entraba en eso. Sent¨ªa fascinaci¨®n por la pol¨ªtica, pero no quise fomentarla. Fui a la Oxford Union un par de veces y vi a superestrellas como Boris Johnson, que ya era un orador muy divertido, y a maestros del debate como Nick Robinson, quien m¨¢s adelante se convertir¨ªa en editor pol¨ªtico de la BBC¡±.
Cameron debi¨® de pensar que le resultar¨ªa relativamente f¨¢cil ponerse al d¨ªa. Despu¨¦s de todo, era un pariente lejano de la reina, su padre presid¨ªa el White¡¯s (el Bullingdon de adultos) y su primo, Ferdinand Mount, encabezaba la Unidad de Pol¨ªtica del n¨²mero 10 de Downing Street. Su futuro en el Partido Conservador estaba m¨¢s que asegurado.
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