No hay democracia efectiva sin democracia econ¨®mica
El matrimonio entre democracia y capitalismo, que ha durado con tensiones, se est¨¢ diluyendo: hay que reformar su relaci¨®n
El mal funcionamiento de los partidos pol¨ªticos, los populismos, la corrupci¨®n o crisis econ¨®micas mayores como la Gran Recesi¨®n no son las causas de la democracia herida, sino sus consecuencias. El origen principal de sus dificultades es que las democracias todav¨ªa se desarrollan en el interior de los Estados-naci¨®n mientras que el capitalismo es global. La pol¨ªtica (la democracia) ha de ampliarse del mismo modo que la econom¨ªa (el capitalismo) en una especie de ¡°democracia expansiva¡±.
Ello explica por qu¨¦ el matrimonio entre democracia y capitalismo que ha durado con tensiones se est¨¢ diluyendo y hay que reformar su relaci¨®n. La pol¨ªtica democr¨¢tica es nacional mientras que la econom¨ªa de mercado es global. Deben encontrar un nuevo equilibrio si no quieren devenir en ¡°opuestos complementarios¡±. Esta es la tesis central que desarrolla Nicol¨¢s Sartorius en su ¨²ltimo libro, La democracia expansiva (Anagrama, 2024), que se une, con personalidad propia, a los estudios que prestan atenci¨®n a la cuesti¨®n de la democracia con connotaciones de emergencia por su incompatibilidad estructural con el capitalismo.
La econom¨ªa, la tecnolog¨ªa y la comunicaci¨®n se han ¡°escapado¡± de la pol¨ªtica, esto es, de la democracia. Esta se ha ¡°jibarizado¡± mientras el capitalismo se expande por el universo con escasas resistencias. El espacio p¨²blico vaciado por la despolitizaci¨®n es ocupado por la l¨®gica econ¨®mica hasta hacer inimaginable un orden diferente del que existe. Sartorius coincide as¨ª con el profesor italiano Fabio Ciaramelli, quien cree que haber ¡°dejado suelto¡± al capital ha derrocado la pol¨ªtica democr¨¢tica de la gesti¨®n de las crisis econ¨®micas, lo que da lugar a momentos crecientes de ingobernabilidad: no hay ninguna intervenci¨®n o iniciativa pol¨ªtica que sea capaz de gobernar los mercados. Por tanto, es preciso limitarse a tratar de predecir los movimientos y domesticar las consecuencias. La desafecci¨®n y falta de motivaci¨®n por los asuntos p¨²blicos es tal que el estrechamiento de los espacios de la democracia se percibe cada vez menos como una p¨¦rdida por la gran mayor¨ªa ciudadana: en ausencia de v¨ªas de salida colectivas, concebidas como ilusorias y poco pr¨¢cticas, se imponen las estrategias de adaptaci¨®n en las que se mezclan la impotencia y el oportunismo, el fatalismo y la aquiescencia al statu quo (La democracia en bancarrota, editorial Trotta).
Por su propia evoluci¨®n ideol¨®gica, uno de los aspectos m¨¢s significativos del libro de Sartorius es sus referencias a la democracia econ¨®mica y al papel en ella de agentes como los sindicatos, aquejados tambi¨¦n de una falta de internacionalizaci¨®n. No hay democracia sin democracia econ¨®mica. Es urgente tratar la cuesti¨®n del poder dentro de las empresas, pues existe una carencia general de democracia en el seno de las compa?¨ªas: en ellas rige el poder absoluto de la propiedad. En general, los trabajadores y empleados no participan en la toma de acuerdos. En el mejor de los casos se les reconoce el derecho a la informaci¨®n.
Conecta as¨ª con una parte de la Constituci¨®n apenas desarrollada (art¨ªculo 129.2: los poderes p¨²blicos ¡°establecer¨¢n los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producci¨®n¡±) y con la iniciativa de la vicepresidenta de Gobierno Yolanda D¨ªaz, cuando lleva a las comisiones del Congreso de los Diputados una iniciativa para que los sindicatos tengan representaci¨®n en los consejos de administraci¨®n de las empresas, una forma de cogesti¨®n que se ha expandido sobre todo en Alemania y en algunos de los pa¨ªses n¨®rdicos. Coincide aqu¨ª con los principios de la Internacional Socialista, presidida en estos momentos por Pedro S¨¢nchez, que en su declaraci¨®n inicial part¨ªa de la idea de extender la democracia pol¨ªtica a la esfera econ¨®mica como la base necesaria para asegurar la participaci¨®n activa de todos los ciudadanos en un proyecto de sociedad, y la convicci¨®n de que ¡°el control social de la econom¨ªa solo se puede alcanzar mediante una amplia gama de instrumentos econ¨®micos¡±.
Estos son los l¨ªmites del reformismo.
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