Las multinacionales ¡®cazadoras de datos¡¯ se apoderan sin parar de la experiencia humana
El n¨²mero de clientes de AT&T en EE UU cuyos datos se han filtrado equivale a la poblaci¨®n de Espa?a, Portugal, Grecia e Irlanda. Un tesoro
El equivalente a la poblaci¨®n entera de Espa?a, Portugal, Grecia e Irlanda, por ejemplo, es el n¨²mero de clientes de la multinacional de telecomunicaciones AT&T cuyos datos han sido filtrados en EE UU. M¨¢s de 70 millones de personas, clientes actuales y antiguos. Teta de novicia para las empresas cazadoras de datos. Un grandioso bot¨ªn. El ¨²ltimo ejemplo del ¡°capitalismo de la vigilancia¡±. Entre los detalles personales que pueden haber salido del control de AT&T (¡°pueden¡±, pues no se conoce con exactitud) figura el nombre completo, la direcci¨®n de correo electr¨®nico, la postal, el n¨²mero de tel¨¦fono, el de la Seguridad Social, la fecha de nacimiento, el n¨²mero de cuenta de la multinacional y el c¨®digo de acceso. Un tesoro.
Reproduzcamos varias de las declaraciones que en el pasado han hecho algunos de los representantes de las empresas cazadoras de datos. Eric Schmidt, en la c¨²spide de Google: ¡°Si nos dais m¨¢s informaci¨®n de vosotros mismos, de vuestros amigos, podemos mejorar la calidad de nuestras b¨²squedas. No nos hace falta que tecle¨¦is nada. Sabemos d¨®nde est¨¢is, sabemos d¨®nde hab¨¦is estado. Podemos saber m¨¢s o menos lo que est¨¢is pensando¡±. O Mark Zuckerberg, que pronosticaba que Facebook ¡°llegar¨¢ a conocer todos los libros, todas las pel¨ªculas, todas las canciones que usted, lector de estas l¨ªneas, haya consumido en su vida, larga o corta. La informaci¨®n de la que dispone la empresa inform¨¢tica servir¨¢ para deducir a qu¨¦ bar ir¨¢ usted cuando llegue a una ciudad extra?a, un bar en el que el camarero ya tendr¨¢ preparada su bebida favorita¡±.
Quiz¨¢ todav¨ªa una distop¨ªa que precisa completarse. En 2020, en pleno confinamiento, la soci¨®loga em¨¦rita Shoshana Zuboff, de la Universidad de Harvard, publicaba su mamotreto La era del capitalismo de vigilancia (Paid¨®s, 2020), plagado de informaci¨®n. La filtraci¨®n de datos de AT&T podr¨ªa a?adirse a nuevas ediciones. Zuboff consideraba que el ¡°capitalismo de vigilancia¡± ya era hegem¨®nico entonces, frente al capitalismo comercial, industrial, financiero¡ Mucho m¨¢s cuatro a?os despu¨¦s. Desarrollaba, entre otras, tres ideas fuerza que vienen al caso: la primera, que un selecto grupo de empresas provenientes de Silicon Valley reivindican de modo unilateral la experiencia humana como materia prima para su traducci¨®n en datos. Estos datos son empaquetados del mismo modo que las hipotecas locas durante la Gran Recesi¨®n, como productos de predicci¨®n, y vendidos en los mercados de futuros de los comportamientos ciudadanos. Entre esas empresas est¨¢n Apple (que acapara el mercado de los tel¨¦fonos inteligentes); Meta, con una posici¨®n privilegiada en las redes sociales con Facebook, Whats?App o Instagram; Amazon, en el mercado del comercio electr¨®nico; Google, que no tiene rivales de su tama?o en la publicidad digital ni en las b¨²squedas; Microsoft, l¨ªder en los sistemas operativos, etc¨¦tera.
Segundo, que los servicios online gratuitos, las aplicaciones que no cuestan nada, solo son un cebo para los consumidores, no un generoso regalo que hacen esas empresas para seguir operando. A trav¨¦s de los servicios digitales que proporcionan se apropian de los datos de la vida de la gente que utiliza internet. La acumulaci¨®n de comportamientos (la leche que beben, si compran pizzas o no, si son j¨®venes, jubilados, asalariados o aut¨®nomos, si siguen yendo a las salas de cine o acuden a los estadios de f¨²tbol, etc¨¦tera) es ¡°horneada¡± para poner en bandeja un fest¨ªn de predicciones listas para ser convertidas en d¨®lares. Esto s¨ª que son beneficios ca¨ªdos del cielo. En tercer lugar, Zuboff subraya que el ciudadano es enga?ado por partida doble: cuando hace entrega de sus datos a cambio de unos servicios casi siempre relativamente triviales, y cuando posteriormente esos datos son personalizados y estructuran un mundo que es m¨¢s opaco que el anterior (y menos deseable), en el que se pierde cualquier atisbo de soberan¨ªa personal.
El fil¨®sofo de origen coreano Byung-Chul Han lo resume en una sola frase: ¡°Pienso que estoy leyendo un e-book, pero en realidad el e-book me est¨¢ leyendo a m¨ª¡±.
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