Por qu¨¦ el fen¨®meno de los estoicos no tiene fin
El ¨¦xito de los libros sobre estoicisimo responde a la b¨²squeda de valores en un contexto en el que sentimos que no tenemos control sobre nuestras vidas. Pero sus ideas filos¨®ficas tambi¨¦n se han simplificado y se intentan convertir en material de autoayuda que ¡®influencers¡¯ y emprendedores venden como un remedio para aguantar el estr¨¦s
En las mesas de novedades de las librer¨ªas se cuelan desde hace m¨¢s de una d¨¦cada unos invitados inesperados: los fil¨®sofos estoicos. No solo libros de divulgaci¨®n, como los de Massimo Pigliucci (C¨®mo ser un estoico) y John Sellars (Lecciones de estoicismo), sino tambi¨¦n los textos cl¨¢sicos, como el Manual de Epicteto y las Meditaciones de Marco Aurelio, que en los ¨²ltimos a?os han editado y reeditado editoriales como Taurus, C¨¢tedra, Arpa, Alianza¡
Cada a?o se publican adem¨¢s nuevos libros sobre esta escuela filos¨®fica del siglo III antes de nuestra era, fundada en Atenas por Zen¨®n de Citio y que recomienda una vida de autocontrol y fortaleza de ¨¢nimo a trav¨¦s de la reflexi¨®n sobre los aspectos de nuestra vida sobre los que tenemos control. Algunos ejemplos de estas novedades: en enero tendremos las Lecciones de estoicismo, de Antonio Casc¨®n Dorado (en Arpa); Paid¨®s publica tambi¨¦n este mes Ser un estoico, de William Mulligan, youtuber en Everyday Stoic, un canal con m¨¢s de 400.000 suscriptores, y Ariel lanzar¨¢ en primavera la Gu¨ªa pr¨¢ctica del estoicismo, tambi¨¦n de Pigliucci.
Se trata de un ¨¦xito que sorprendi¨® a los propios autores. Pigliucci cuenta por videollamada que todo comenz¨® con un art¨ªculo en The New York Times en 2015, que se convirti¨® en uno de los m¨¢s le¨ªdos y compartidos del peri¨®dico. El mismo d¨ªa que lo public¨® recibi¨® tres llamadas de editoriales que quer¨ªan saber si estaba interesado en escribir un libro sobre el tema, algo que ¨¦l ni se hab¨ªa planteado. C¨®mo ser un estoico, publicado en 2017, lleva una docena de traducciones y m¨¢s de 300.000 ejemplares vendidos en todo el mundo, y ha llevado al autor a escribir otros cinco libros sobre el tema. Desde su editorial en Espa?a, Ariel, nos confirman que las ventas de la edici¨®n en bolsillo, publicada en 2021, llevan dos a?os creciendo.
Pero esta filosof¨ªa no tiene ¨¦xito solo por sus ideas ¨²tiles, sino porque en algunos casos sus reflexiones se han simplificado hasta convertirse en una versi¨®n crossfitera y de autoayuda para aspirantes a influencers y emprendedores. Veamos:
1. El periodo helen¨ªstico no es tan diferente
Zen¨®n de Citio funda la escuela estoica en torno al a?o 300 antes de nuestra era. En ese momento, Grecia vive un momento de crisis tras la muerte de Alejandro Magno en el a?o 323 antes de Cristo. Han desaparecido las ciudades-Estado, se est¨¢n consolidando reinos m¨¢s grandes y los fil¨®sofos se preguntan qu¨¦ puede hacer una sola persona en una sociedad dirigida por un Gobierno muy poderoso y muy distante. Es una situaci¨®n con muchos paralelismos con la actual, como explica Pigliucci: ¡°Vivimos en un contexto con mucha agitaci¨®n social y pol¨ªtica¡±, lo que puede hacer que nos sintamos abrumados y a merced de los acontecimientos: ¡°Abrimos el peri¨®dico y cada d¨ªa hay una crisis diferente¡±.
A este paralelismo se a?adi¨® en 2020 la pandemia, explica al tel¨¦fono Iker Mart¨ªnez, profesor de Filosof¨ªa Antigua en la UNED. La covid llev¨® a mucha gente a replantearse la posibilidad y la necesidad de recuperar valores cl¨¢sicos que parec¨ªan abandonados, como los de la ¨¦tica estoica, que propone defender y cultivar unas virtudes que nos ayudan a vivir mejor, como la justicia, la sabidur¨ªa y el control de nuestros deseos. Coincide Sellars, que apunta en videollamada que, en una sociedad occidental cada vez m¨¢s secular, el estoicismo plantea ¡°un marco ¨¦tico, algo que la religi¨®n sol¨ªa ofrecer a mucha gente¡±. Todos buscamos un conjunto de valores que nos ayuden a ser felices, y esos valores no son los del capitalismo tard¨ªo con su consumismo antiecol¨®gico. Tanto Sellars como Pigliucci recuerdan el inter¨¦s a¨²n mayor que desde hace d¨¦cadas despierta el budismo en Occidente por motivos similares.
2. Es una filosof¨ªa pr¨¢ctica
El estoicismo no es solo un intento de entender el mundo, sino que tambi¨¦n nos propone c¨®mo vivir en ¨¦l y c¨®mo participar en la sociedad. No es la ¨²nica filosof¨ªa pr¨¢ctica, recuerda por correo electr¨®nico Mar¨ªa Isabel M¨¦ndez Lloret, decana de la Facultad de Filosof¨ªa de la Universidad de Barcelona, pero s¨ª tiene una ventaja: su aplicaci¨®n depende sobre todo de nosotros mismos, en especial de la fortaleza de la voluntad y de la raz¨®n, que nos ayudan a construir nuestra identidad mediante la reflexi¨®n sobre nuestras decisiones y deseos. El estoicismo ¡°est¨¢ abierto a todas las personas de todo el mundo¡±.
Como explica Pigliucci, una de las herramientas m¨¢s citadas es la dicotom¨ªa estoica del control, especialmente ¨²til en este contexto en el que podemos tener la impresi¨®n de que nuestras acciones no sirven para nada: ni mi tuit frenar¨¢ el avance de la derecha populista ni reciclar este envase resolver¨¢ la crisis clim¨¢tica. En su Enquiridi¨®n (el Manual), Epicteto dec¨ªa que hay cosas que dependen de nosotros y podemos controlar, incluidos nuestros deseos y miedos, y otras que no, como el temor a envejecer o a enfermar, que hemos de afrontar con valor. ¡°No son los hechos lo que turba a las personas, sino sus juicios sobre los hechos¡±, escribi¨®.
Algunas de las herramientas psicol¨®gicas que plantea se han visto refrendadas por la terapia cognitiva
No se trata de una invitaci¨®n a la resignaci¨®n ni a reprimir nuestras emociones, como a menudo se entiende. Los estoicos nos invitan a actuar en lo que podemos y a no dejarnos llevar por la frustraci¨®n o por el resentimiento. Pigliucci pone el caso de un vuelo cancelado: no podemos evitar sentirnos enfadados y frustrados, pero en lugar de ponernos a gritar como descosidos en el aeropuerto, un estoico (como S¨¦neca en su De la ira) nos propondr¨ªa que hici¨¦ramos algo ¨²til, como buscar otro vuelo, reclamar a la aerol¨ªnea y esperar tomando un caf¨¦. Tambi¨¦n recuerda que, para los estoicos, las emociones son naturales y a menudo positivas: por ejemplo, no nos animar¨ªan jam¨¢s a reprimir el amor por nuestra familia.
Otro factor que ha contribuido al ¨¦xito del estoicismo es que algunas de las herramientas psicol¨®gicas que propone, incluida la gesti¨®n de las emociones, se han visto refrendadas en las ¨²ltimas d¨¦cadas por la terapia cognitiva. Como explica Pigliucci, cuando los psic¨®logos estadounidenses Albert Ellis y Aaron Beck empezaron a desarrollar esta corriente en los a?os sesenta, ¡°se fijaron en los estoicos¡±. El estoicismo es una filosof¨ªa y no una terapia, y no sustituye a ning¨²n profesional de la salud mental, pero s¨ª puede ayudar: un ejemplo lo vemos en la Semana Estoica, que organiza cada oto?o y desde 2012 la asociaci¨®n Modern Stoicism (Estoicismo Moderno), uno de cuyos fundadores es John Sellars. Unas 40.000 personas han participado en estas actividades online que animan a probar ideas y t¨¦cnicas de los estoicos. Seg¨²n las encuestas que rellenan al empezar y al terminar, los participantes notan una mejor¨ªa en su estado de ¨¢nimo y un descenso en sus emociones negativas.
3. Lleva m¨¢s tiempo de moda del que parece
La corriente neoestoica surge en los a?os noventa, como explica Iker Mart¨ªnez: en 1998 Lawrence C. Becker public¨® (un estoicismo nuevo, sin edici¨®n en espa?ol), en el que ya propon¨ªa que esta filosof¨ªa puede sernos ¨²til en la actualidad. Pigliucci tambi¨¦n menciona la novela Todo un hombre (1999), de Tom Wolfe, inspirada por el estoicismo: seg¨²n publicaba The New York Times entonces, gracias a Wolfe crecieron las ventas de Epicteto, a quien lee uno de los protagonistas cuando pasa por la c¨¢rcel.
Pero la historia del estoicismo no es solo la de una filosof¨ªa puesta de moda hace poco. Cuando Zen¨®n funda su escuela, lo hace en un momento en el que otras corrientes filos¨®ficas intentan responder a los mismos problemas. ?l era disc¨ªpulo de los c¨ªnicos y en esta ¨¦poca Epicuro inicia el epicure¨ªsmo, y Pirr¨®n, el escepticismo, escuelas que tambi¨¦n ofrecen una respuesta pr¨¢ctica a los problemas nuevos que planteaba la sociedad. El estoicismo ha sido, probablemente, m¨¢s longevo e influyente que sus competidoras. En el siglo I de nuestra era, S¨¦neca y Epicteto manten¨ªan sus ense?anzas, y el siglo siguiente, el emperador romano Marco Aurelio escribi¨® sus Meditaciones. Este estoicismo posterior, a?ade M¨¦ndez Lloret, ¡°entendi¨® la filosof¨ªa con mayor flexibilidad¡±, con ideas dirigidas a la reflexi¨®n y a la vida pr¨¢ctica mediante ¡°m¨¢ximas o consejos que orientan la actividad racional y que son f¨¢ciles de recordar y aplicar¡±, lo que ha ayudado a su permanencia.
Sus ideas tambi¨¦n influyeron en el cristianismo. En la Edad Media y en el Renacimiento se segu¨ªa leyendo a autores estoicos como Cicer¨®n y S¨¦neca, a quienes se consideraba paganos de los que se pod¨ªa aprender. Incluso se editaron y difundieron unas cartas (falsas) entre S¨¦neca y san Pablo. Sellars y Pigliucci a?aden que hab¨ªa muchas coincidencias ¨¦ticas, como la importancia que daban al desarrollo de las virtudes. Aunque tambi¨¦n discrepancias: por ejemplo, los estoicos consideraban que el suicidio era aceptable en algunos contextos.
La influencia del estoicismo ser¨ªa tambi¨¦n notable durante la Ilustraci¨®n y hasta el siglo XIX, cuando empieza a decaer. Est¨¢ presente en ideas contempor¨¢neas como los derechos humanos ¡ªes una filosof¨ªa abierta a todo el mundo, de emperadores a esclavos¡ª y el cosmopolitismo, que ya propuso Hierocles en el siglo II, siguiendo a S¨®crates y a Di¨®genes.
El estoicismo no solo ayuda a reflexionar sobre nuestras vidas: nos propone c¨®mo participar en la sociedad
4. ?Y por qu¨¦ el estoicismo y no el epicure¨ªsmo?
El estoicismo no es la ¨²nica escuela de la ¨¦poca que ofrece ideas pr¨¢cticas para un mundo en cambio. Pero s¨ª es la m¨¢s popular, m¨¢s incluso que el epicure¨ªsmo, a pesar de la influencia que tambi¨¦n tuvo. El fil¨®sofo franc¨¦s Michel Onfray escrib¨ªa en EL PA?S que ¡°sin Epicuro no habr¨ªan existido el Renacimiento, ni Montaigne, ni el pensamiento libertino del siglo XVII, ni la filosof¨ªa de la Ilustraci¨®n, ni la Revoluci¨®n Francesa, ni el ate¨ªsmo, ni las filosof¨ªas de la liberaci¨®n social¡±.
Sin embargo, durante los primeros siglos del cristianismo se present¨® a los seguidores de esta escuela como organizadores de banquetes y org¨ªas. No era cierto: los epic¨²reos propon¨ªan una vida centrada en la amistad y en el c¨¢lculo de las consecuencias de las decisiones cotidianas. Prefer¨ªan la moderaci¨®n presente (solo una copa de vino) para evitar males mayores en el futuro (la resaca). Pero planteaban una vida alejada de la pol¨ªtica, lo que perjudic¨® su difusi¨®n, como apunta M¨¦ndez Lloret.
El cinismo tambi¨¦n tiene mala prensa y lo atribuimos a descre¨ªdos sin valores, pero en origen era diferente: esta escuela fundada durante la segunda mitad del siglo IV antes de nuestra era por Ant¨ªstenes y popularizada por Di¨®genes propon¨ªa una vida alejada de las posesiones materiales y una tarea filos¨®fica que recurr¨ªa al humor y la provocaci¨®n. Pero, apunta M¨¦ndez Lloret, la ausencia de una teor¨ªa sistematizada y, de nuevo, su opci¨®n de mantenerse al margen de la pol¨ªtica, la convirtieron en una filosof¨ªa ¡°de dif¨ªcil aplicaci¨®n¡±.
Zen¨®n estudi¨® con los c¨ªnicos y la influencia de esta escuela se ve en su defensa de que todas las personas tenemos el mismo valor, con independencia de nuestro estatus y de nuestras riquezas, y en la importancia que ambas corrientes daban a la necesidad de una vida acorde con la naturaleza. Como explica Iker Mart¨ªnez, para los estoicos la naturaleza es ¡°un patr¨®n de conducta biol¨®gico que define al humano y que determina nuestro comportamiento¡±, lo que va en contra de muchas ¨¦ticas contempor¨¢neas que priman lo social y lo cultural. No es que todo venga dado por la naturaleza, pero s¨ª es un l¨ªmite a nuestros deseos y a nuestro control, ya que estamos inmersos en una red de causas y efectos tanto sociales como naturales.
Por supuesto, se publican biograf¨ªas de Di¨®genes, como la de Jean-Manuel Roubineau, y libros sobre los epic¨²reos (C¨®mo ser un epic¨²reo, de Catherine Wilson, o Lecciones de epicure¨ªsmo, del propio Sellars). Pero estas ideas no tienen, de momento, el alcance de las estoicas.
Sellars menciona otro factor importante que ayuda a entender este ¨¦xito. Los textos de los principales pensadores estoicos se conservan muy bien y son f¨¢ciles y agradables de leer: el Manual de Epicteto, las cartas y tratados de S¨¦neca, las Meditaciones de Marco Aurelio. En cambio y por ejemplo, Di¨®genes no dej¨® nada escrito, de Epicuro solo nos han llegado fragmentos, y De la naturaleza de las cosas, del epic¨²reo Lucrecio, tiene m¨¢s de tratado cient¨ªfico que ¨¦tico y pol¨ªtico.
Lo bueno de la filosof¨ªa es que no es una religi¨®n y no hace falta seguir en exclusiva a una sola escuela. Sellars y Pigliucci ponen el ejemplo de S¨¦neca, que le¨ªa y citaba a Epicuro sin complejos. Cuando alguien se lo reprochaba, dec¨ªa: ¡°Toda verdad me pertenece¡±, y animaba a juzgar las opiniones por ellas mismas y no por sus autores.
En ocasiones se ha tergiversado su mensaje para hablar de ¡°liderazgo estoico¡±, poniendo el ejemplo de empresarios como Jeff Bezos
5. El estoicismo ¡®crossfitero¡¯
No todo iba a ser bueno en esta moda editorial y lectora. El estoicismo es una filosof¨ªa pr¨¢ctica que nos ayuda a participar y a reflexionar en una sociedad compleja, pero tambi¨¦n corre el riesgo de simplificarse hasta convertirse en un manual de autoayuda o en una lista de consejos para emprendedores (?Lev¨¢ntate antes de las cinco de la madrugada! ?Ayuna! ?Trabaja 80 horas a la semana!). Es lo que Iker Mart¨ªnez llama ¡°estoicismo empresarial o crossfitero¡±, que est¨¢ siendo explotado en podcasts, v¨ªdeos de YouTube y redes sociales, aparte de en libros que intentan seguir la estela de t¨ªtulos como El obst¨¢culo es el camino, del experto en marketing Ryan Holiday, divulgador del estoicismo desde hace m¨¢s de una d¨¦cada.
Esta tendencia limita el estoicismo a la idea de que venimos al mundo a sufrir y, como a?ade Mart¨ªnez, lo vende como ¡°un sistema operativo para tener ¨¦xito en entornos de estr¨¦s¡±. Se ha llegado a hablar de ¡°liderazgo estoico¡±, siguiendo el ejemplo de empresarios como Jeff Bezos y Elon Musk: centrar el enfoque en el cliente y mantener la calma bajo presi¨®n. Mart¨ªnez aclara que esto ¡°no tiene nada que ver¡± con el estoicismo, sino que intenta fundamentar una estrategia empresarial en una teor¨ªa filos¨®fica conocida, prescindiendo de la reflexi¨®n sobre nuestras vidas.
Pero ni siquiera lo peor de la moda estoica es tan malo como puede parecer. Es un ejemplo de c¨®mo una filosof¨ªa que naci¨® hace 23 siglos en Grecia sigue vigente hoy en d¨ªa porque nos hacemos las mismas preguntas: ¡°La filosof¨ªa estoica piensa en el hombre universal, en el hombre de cualquier ¨¦poca y cultura¡±, explica M¨¦ndez Lloret. Nos sentimos perdidos en una vor¨¢gine de tuits, v¨ªdeos, titulares, guerras, millonarios narcisistas, crisis econ¨®micas o personales y desastres medioambientales. Los estoicos nos recuerdan que gran parte de todo eso est¨¢ fuera de nuestro control, pero tambi¨¦n que siempre hay algo que podemos hacer.
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