Brasil busca supervivientes entre el lodo y los escombros provocados por las intensas lluvias
Los equipos de rescate han recuperado ya m¨¢s de medio millar de cuerpos aunque la prioridad en este momento es encontrar personas vivas
Las tareas de rescate de las v¨ªctimas avanzan lentamente en R¨ªo de Janeiro por la dificultad de acceder a ¨¢reas aisladas por monta?as de tierra y piedras. Las intensas lluvias de esta semana han provocado la ya considerada como peor tragedia natural de la historia de Brasil.
Hasta el momento, las 1.000 personas que forman el equipo de rescate han conseguido recuperar de entre las viviendas sepultadas por los deslizamientos de tierras 534 cuerpos sin vida. Pero las previsiones hablan de un n¨²mero mucho mayor.
"Sabemos que a¨²n hay muchos cuerpos, pero estamos d¨¢ndole prioridad en este momento al rescate de los sobrevivientes y rezando para que pare de llover", ha dicho David Massena, secretario de Comunicaci¨®n de Nueva Friburgo, una de las mayores ciudades de la Regi¨®n Serrana de R¨ªo y de las m¨¢s perjudicadas por los temporales. "A¨²n hay barrios aislados a donde los socorristas no han llegado. Otros est¨¢n con dif¨ªcil acceso pero conseguimos llegar en la medida de lo posible", ha a?adido.
Las autoridades carecen por el momento de cifras de desaparecidos y de heridos y calculan que unas 15.000 personas han perdido sus viviendas. En ciudades como Petr¨®polis, en donde se ha creado una central para facilitar el registro de desaparecidos, se contabilizaron en pocos minutos 22 casos, seg¨²n cifras de la alcald¨ªa.
Cifras ofrecidas por los municipios m¨¢s afectados muestran que las inundaciones y los deslizamientos de tierra que sepultaron numerosas viviendas construidas en las faldas de las monta?as, provocaron 242 muertes en la ciudad de Nueva Friburgo, 228 en Teres¨®polis, 41 en Petr¨®polis, 19 en Sumidouro y 4 en Sao Jos¨¦ do Vale do Rio Preto.
Adem¨¢s, las autoridades temen que la situaci¨®n pueda agravarse ya que los meteor¨®logos prev¨¦n que siga lloviendo en los pr¨®ximos d¨ªas.
Otra preocupaci¨®n son los saqueos que se est¨¢n produciendo en algunas ciudades, sobre todo en la periferia, en donde muchas personas se niegan a abandonar sus hogares por miedo a que les roben.
A la cr¨ªtica situaci¨®n se suman las dificultades que se est¨¢n teniendo para restablecer los servicios de energ¨ªa el¨¦ctrica, suministro de agua y telefon¨ªa.
"Una tragedia anunciada"
En los ¨²ltimos d¨ªas, la prensa brasile?a ha estado llena de declaraciones de catedr¨¢ticos de diversas universidades, expertos en desastres naturales, que coinciden en la afirmaci¨®n de que la tragedia "pod¨ªa haber sido evitada". Por ejemplo, en la primera p¨¢gina de O Globo del viernes denuncia a grandes titulares que "el Estado no tiene un sistema de alerta contra las cat¨¢strofes naturales".
Ruy Castro en un art¨ªculo de opini¨®n en Folha de S?o Paulo, recuerda que en los ¨²ltimos a?os no ha habido un solo ministro de los diferentes Gobiernos que no haya paseado por esas tres ciudades, meta de turismo nacional e internacional, que posee las posadas m¨¢s lujosas de la regi¨®n y cuya zona ha sido escogida por la clase media alta para construir sus chalets de verano.
Las bellezas naturales de las tres ciudades de la muerte, como han sido llamadas, han triplicado estos a?os la especulaci¨®n inmobiliaria. No se han respetado las condiciones climatol¨®gicas, pues es una zona de grandes lluvias tropicales. Adem¨¢s, la falta de viviendas populares ha llenado la zona de favelas, construidas en lugares de riesgo evidente, con la complicidad de la clase pol¨ªtica local y estatal.
La misma presidenta Dilma Rousseff, que el jueves visit¨® las zonas afectadas, hizo una grave afirmaci¨®n ante la prensa, al llegar a Rio. Dijo textualmente: "La ocupaci¨®n habitacional ilegal en esas zonas no ha sido algo ocasional sino que ha sido la norma".
La mandataria ha prometido que esta vez la acci¨®n de la Presidencia de la Rep¨²blica va a movilizar todas sus fuerzas no solo para una acci¨®n r¨¢pida de reconstrucci¨®n de las hist¨®ricas ciudades arrasadas, sino sobre todo para acci¨®n seria y planificada de "prevenci¨®n", ya que todos los economistas insisten en que "es m¨¢s barato prevenir que reconstruir".
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