Decenas de miles de yemen¨ªes celebran la salida del pa¨ªs del presidente

Decenas de miles de yemen¨ªes han celebrado este domingo en San¨¢ y en Taiz el traslado del presidente Ali Abdal¨¢ Saleh a Arabia Saud¨ª, donde ha sido sometido a una primera intervenci¨®n quir¨²rgica para extraerle la metralla que se le incrust¨® en el pecho durante el ataque contra su palacio el viernes. Pero sus c¨¢nticos y el sacrificio de corderos no han logrado ocultar que las decisiones sobre el futuro inmediato de Yemen y del hombre que ha dirigido sus destinos durante casi 33 a?os no est¨¢n en manos del movimiento popular que desde hace cuatro meses pide su salida, sino de los poderes pol¨ªticos de siempre.

Un portavoz del partido gubernamental ha declarado que Saleh "va a regresar en los pr¨®ximos d¨ªas", pero pocos creen que vaya a suceder. "No sabemos c¨®mo est¨¢ su salud. Apenas hay informaci¨®n. Pero en cualquier caso, que regrese o no depende de Arabia Saud¨ª", aseguraba a EL PA?S J. al O., un profesional en paro que a diario acude a la plaza del Cambio de San¨¢ en solidaridad con la protesta.

Sucesi¨®n incierta

La prioridad ahora es establecer qui¨¦n toma el relevo. El vicepresidente, Abd Rabbo Mansur Hadi, ha asumido la jefatura del Estado en funciones, seg¨²n establece la Constituci¨®n. Sin embargo, todo el mundo sabe que la presencia en el Gobierno de este exmilitar procedente de la antigua Rep¨²blica Democr¨¢tica de Yemen del Sur es m¨¢s testimonial que fruto de su peso pol¨ªtico. Ni siquiera se ha trasladado al palacio presidencial, donde al parecer se encuentra Ahmed, el hijo mayor de Saleh y su presunto heredero hasta que la revuelta popular le oblig¨® a renunciar a ello.

Solo hay dos hombres con la suficiente fuerza militar detr¨¢s para aspirar a hacerse con el control: el propio Ahmed y el general disidente Ali Mohsen, al que muchos en el c¨ªrculo del presidente atribuyen el ataque del viernes y cuya rivalidad con el hijo pes¨® sin duda en su decisi¨®n de alinearse con la oposici¨®n el pasado marzo.

"Hadi es un hombre de paja. Entiendo que EE UU va a apoyarle como presidente transitorio", explica por tel¨¦fono un alto cargo yemen¨ª que mantiene contactos con la oposici¨®n. De hecho, el embajador estadounidense en Yemen, Gerald Feierstein, se reuni¨® enseguida con el vicepresidente, seg¨²n la agencia oficial, Saba. Washington hab¨ªa respaldado una mediaci¨®n del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo (CCG) para que Saleh dejara el poder.

Negociaciones para un cambio de r¨¦gimen

La mayor¨ªa de los analistas consultados coinciden en que la salida del pa¨ªs del presidente es una buena oportunidad para retomar aquella propuesta y tratar de evitar que Yemen se convierta en un Estado fallido.

"Hay negociaciones secretas para nombrar a un primer ministro de la oposici¨®n", conf¨ªa el alto cargo yemen¨ª citado antes. Ese era uno de los puntos de la iniciativa del CCG que Saleh acept¨® en tres ocasiones, para rechazarla despu¨¦s en el ¨²ltimo minuto.

"Sabemos que est¨¢ negociando un cambio de r¨¦gimen, pero la gente no puede aceptar las condiciones", se?ala J. al O. Seg¨²n las informaciones que han llegado hasta la plaza, el plan ser¨ªa que el vicepresidente llevara el pa¨ªs hasta las pr¨®ximas elecciones. El nuevo Gobierno abordar¨ªa entonces el asunto de los parientes de Saleh en posiciones de poder. "La gente quiere su cese inmediato, un nuevo Gobierno y un Consejo Presidencial", explica el activista.

De momento, J. al O. se congratula de que ha vuelto la electricidad a San¨¢, aunque la falta de combustible ha encarecido el transporte. La situaci¨®n de seguridad tambi¨¦n es fr¨¢gil. En Taiz han muerto cuatro soldados y tres milicianos cuando la multitud trataba de asaltar el palacio presidencial en esa ciudad. En Ad¨¦n se han reanudado los combates despu¨¦s de un mes. Y el alto el fuego alcanzado este domingo en San¨¢ con mediaci¨®n saud¨ª pende de un hilo.