Atracos y rapi?a: el lado oscuro del terremoto en M¨¦xico
Los abusos no opacan la ola de solidaridad que ha cubierto a M¨¦xico en los ¨²ltimos d¨ªas, pero indignan a un pa¨ªs dolido por la cat¨¢strofe y volcado a su reconstrucci¨®n
Cadenas humanas interminables, brigadas de voluntarios que buscan los ¨²ltimos cuerpos entre los escombros, toneladas y toneladas de alimentos, medicinas y productos de primera necesidad. Si una imagen del terremoto en M¨¦xico ha dado la vuelta al mundo es la de la solidaridad. El despliegue ha sido clave para las zonas m¨¢s afectadas, tanto en Ciudad de M¨¦xico como en el sur del pa¨ªs. Pero aun entre miles de luces persisten algunas sombras.
Apenas se hab¨ªa desalojado el edificio de Enrique R¨¦bsamen 241, en la c¨¦ntrica colonia Narvarte de la capital, se form¨® una peque?a asamblea de vecinos ante el inminente riesgo de colapso. "?Qu¨¦ hacemos?", gritaba la presidenta del condominio: "?Hacemos guardias?". "No se pueden quedar dos personas, tenemos que pasar la noche aqu¨ª todos, me est¨¢n diciendo que hay muchos saqueos", respond¨ªa otro vecino desesperado. Desde el pasado 19 de septiembre se han escuchado historias de atracos aprovechando la vulnerabilidad tras la tragedia y la desconfianza ha aflorado en las zonas de devastaci¨®n.
Damnificados que lo han perdido todo se aferran a lo ¨²ltimo que pudieron rescatar. "Hoy duermo aqu¨ª, no vaya a ser que venga alg¨²n ratero a aprovecharse", afirmaba Antonio L¨®pez, de 69 a?os, frente a las ruinas de su casa en Jojutla, una peque?a poblaci¨®n arrasada del vecino Estado de Morelos. La escena se repet¨ªa en cada esquina: vecinos pasando la noche frente a los restos de su hogar por miedo al pillaje. Otros reportes de ladrones disfrazados de personal de Protecci¨®n Civil o brigadistas y de connatos de peleas en centros de acopio y zonas de rescate por supuestos robos se han multiplicado en la prensa mexicana.
Apenas hace un par de d¨ªas, un nuevo caso indign¨® al pa¨ªs, no s¨®lo por el robo sino por la brutalidad del ultraje. Una mujer ha sido violada, dos hombres est¨¢n hospitalizados y tres camionetas fueron arrasadas por la rapi?a. Ese es el saldo de un atraco contra un grupo de voluntarios cat¨®licos que llevaban ayuda al Estado sure?o de Oaxaca, una de las zonas m¨¢s afectadas por los ¨²ltimos dos terremotos. Los atacantes, 26 hombres armados, emboscaron la camioneta del grupo el martes, inform¨® la Arquidi¨®cesis de M¨¦xico.
"Nuestra indignaci¨®n es contra el Gobierno federal, que no est¨¢ protegiendo a las brigadas de ayuda", reclam¨® Carlos Arviz¨², administrador de la fundaci¨®n Papa Francisco Pro Felicitas, que realiz¨® el acopio de los enseres en California y envi¨® a los voluntarios a Oaxaca. "Ellos no est¨¢n ayudando, no trabajan ni llevan v¨ªveres (¡) se han limitado a llamar a la sociedad civil a que apoye, pero el trabajo que a ellos les toca, el de brindar seguridad a quienes ayudan, es pr¨¢cticamente nulo", agreg¨®.
La organizaci¨®n asegur¨® que ya present¨® una denuncia y cancel¨® el env¨ªo de un cami¨®n de enseres a Michoac¨¢n, tambi¨¦n en el suroeste de M¨¦xico. "Deber¨ªamos estar preocupados por las consecuencias del terremoto, y no por la vida de los voluntarios", lament¨® Arviz¨² en un comunicado. El problema se recrudece cuando se considera el alcance del sismo y la urgencia por recibir la ayuda. Tan solo en Oaxaca?murieron m¨¢s de 70 personas tras los terremotos del 7 y 19 de septiembre.
Las historias de abusos han alcanzado l¨ªmites inveros¨ªmiles. La familia de Alejandra Vicente, una estudiante de sociolog¨ªa que muri¨® en el derrumbe del edificio en el Viaducto Miguel Alem¨¢n, ha denunciado que cuando fueron a cancelar sus cuentas bancarias, estas hab¨ªan sido "vaciadas". M¨¢s de 33.000 pesos (alrededor de 1.700 d¨®lares), todos los ahorros de la universitaria, se hab¨ªan esfumado en compras en Zara y la tienda de electr¨®nicos Best Buy. Vicente muri¨® el 19 de septiembre y las transacciones se efectuaron seis d¨ªas m¨¢s tarde.
Otro de los problemas han sido las dudas sobre la entrega de las ayudas. Los choques entre grupos de voluntarios y autoridades locales han dado pie a acusaciones sobre el reparto de las donaciones, que supuestamente se han bloqueado, condicionado o repartido con esl¨®ganes partidistas. Desde la esposa del gobernador de Morelos (cuestionada en redes sociales y los medios por la retenci¨®n de apoyos) hasta los diputados locales en todo el pa¨ªs que impulsan sus campa?as con la mira a las elecciones de 2018, los roces entre los ciudadanos y la clase pol¨ªtica son cada vez m¨¢s ¨¢lgidos.
Los abusos no han opacado la ola de solidaridad que ha cubierto a M¨¦xico en los ¨²ltimos d¨ªas, pero indignan a un pa¨ªs dolido por la cat¨¢strofe y volcado a su reconstrucci¨®n.
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