Merkel y Schulz encarrilan su coalici¨®n en Alemania y una fase de reformas en Europa
Democristianos y socialistas llegan a un acuerdo 110 d¨ªas despu¨¦s de los comicios y tras una intensa noche de negociaciones
Alivio contenido. Los dos grandes partidos alemanes han logrado tras un marat¨®n negociador de 24 horas alumbrar un principio de acuerdo para poner en pie un Ejecutivo, despu¨¦s de 111 d¨ªas sin Gobierno. El desbloqueo de la crisis pol¨ªtica en la primera econom¨ªa de la zona euro garantizar¨ªa un cuarto mandato de Angela Merkel y promete abrir una nueva etapa en la construcci¨®n de una Uni¨®n Europea, necesitada de cohesi¨®n e impulso. ¡°Es necesario un nuevo comienzo en Europa. Junto a Francia encontraremos soluciones comunes¡±, dijo la canciller Merkel ya por la ma?ana, despu¨¦s de trascender que hubo fumata blanca.
¡°Juntos, estamos decididos a utilizar el poder econ¨®mico y pol¨ªtico de Alemania para hacer de Europa de nuevo un gran proyecto¡±, anunci¨® Martin Schulz, el l¨ªder socialdem¨®crata, cofirmante del pacto junto a Merkel y a su aliado b¨¢varo, Horst Seehofer. El pre¨¢mbulo del documento de 28 p¨¢ginas nacido de una extenuante semana negociadora anuncia ¡°un nuevo comienzo para Europa¡±, como prioridad del ¡°nuevo tiempo pol¨ªtico¡±. Pero el borrador de acuerdo no implica ni mucho menos la formaci¨®n inmediata de un Gobierno en Berl¨ªn. Habr¨¢ que esperar todav¨ªa semanas a que los partidos redacten la letra peque?a del pacto.
Hasta ah¨ª el alivio de haber alcanzado un pacto que evita una crisis potencialmente de mayor envergadura, con una posible repetici¨®n de elecciones incluida. La contenci¨®n tiene que ver con que el proyecto de gran coalici¨®n debe a¨²n superar tr¨¢mites peliagudos antes de hacerse efectivo. El principal, lograr la aprobaci¨®n entre las divididas bases socialdem¨®cratas, donde para muchos, la idea de un nuevo acuerdo con el bloque conservador de Merkel levanta sarpullidos.
El pr¨®ximo d¨ªa 21 en Bonn, m¨¢s de medio millar de delegados del SPD tendr¨¢ que decidir si acepta embarcarse en una gran coalici¨®n como la que ha gobernado hasta ahora y que le ha reportado al SPD nefastos resultados electorales ¨Clos peores desde la Segunda Guerra Mundial-. Y dentro de unas semanas, ser¨¢n todos los militantes ¨Cunos 400.000- los que voten sobre el acuerdo final. En el seno de la CDU y tambi¨¦n de la CSU (socio b¨¢varo de la CDU), algunos diputados recelan tambi¨¦n de un pacto que consideran que va a costar muy caro a los ciudadanos debido a las exigencias en gasto social e inversiones que han planteado los socialdem¨®cratas.
El documento consensuado constituye el esqueleto del programa de gobierno del futuro Ejecutivo alem¨¢n. Y constituye la primera respuesta en firme y hasta cierto punto detallada a la invitaci¨®n del presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, dispuesto a ¡°refundar Europa¡± de la mano de la canciller alemana.
CDU, CSU y SPD se comprometen a reforzar la zona euro en cooperaci¨®n con Francia y a transformar el mecanismo de rescate europeo en una suerte de fondo monetario europeo bajo el control del Parlamento. ¡°Estamos preparados para realizar mayores contribuciones de Alemania al presupuesto europeo¡±, dice el texto.
El texto tambi¨¦n indica que no habr¨¢ una subida de impuestos para los ingresos m¨¢s altos como exig¨ªa el SPD y que ha sido uno de los puntos que m¨¢s enfrentamiento ha provocado entre los negociadores. En materia migratoria, fijan un tope de entrada de refugiados como ped¨ªan los conservadores.
Las negociaciones han transcurrido con la mirada de reojo a la extrema derecha, que se frota las manos ante la posibilidad de un prolongado desgobierno alem¨¢n, que en su opini¨®n demostraba la incapacidad de los pol¨ªticos tradicionales.
Con este acuerdo, Merkel ha vuelto a demostrar su habilidad para resistir ¡ªtambi¨¦n f¨ªsicamente¡ª y para arrancar acuerdos a altas horas de la ma?ana. Con ¨¦l, la canciller se garantiza adem¨¢s un cuarto mandato al frente de Alemania, cuando de nuevo arrecian las cr¨ªticas a su gesti¨®n. A pesar de que la canciller gan¨® las elecciones en septiembre, no logr¨® la mayor¨ªa suficiente para formar Gobierno. En las ¨²ltimas semanas Merkel trat¨® de formar un Ejecutivo con los liberales y los Verdes ¡ªla llamada coalici¨®n Jamaica¡ª, pero el intento fracas¨® estrepitosamente. La canciller resucit¨® entonces la idea de una nueva gran coalici¨®n con los socialdem¨®cratas, como la que ha gobernado en Alemania durante ocho de los ¨²ltimos 12 a?os. Un segundo fracaso, hubiera supuesto un golpe tal vez mortal para el futuro pol¨ªtico de la hasta ahora eterna canciller.
Pero la aceptaci¨®n del SPD no estaba ni mucho menos asegurada. Tras los comicios de septiembre, el SPD anunci¨® que pasar¨ªa a la oposici¨®n, despu¨¦s del desgaste sufrido como socio minoritario en el tercer Gobierno de Merkel. Ha sido necesaria una labor de ingenier¨ªa pol¨ªtica para convencer a los socialdem¨®cratas de que se sentaran a la mesa de negociaci¨®n. Lograr adem¨¢s consensuar el esqueleto de un programa de Gobierno sin grandes sacrificios ideol¨®gicos supone un nuevo triunfo para la canciller.
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