Noche en blanco en busca de una coalici¨®n de Gobierno en Alemania
Conservadores, Verdes y Liberales pelean por superar sus abultadas diferencias para forjar un Gabinete Jamaica ante el temor de nuevas elecciones
Noches en blanco negociando contrarreloj, desacuerdos a primera vista insalvables y probablemente tambi¨¦n algo de teatralidad. Las conversaciones de los partidos alemanes llamados a formar una coalici¨®n de Gobierno est¨¢n resultando todo lo complicadas que se preve¨ªan, sin que sea posible de momento atisbar un final feliz. Hasta 15 horas ha durado el marat¨®n negociador la noche del jueves al viernes para tratar de poner en pie un acuerdo de m¨ªnimos que garantice que el bloque conservador de Angela Merkel (CDU/CSU), Liberales y Verdes ser¨¢n capaces en las pr¨®ximas semanas de forjar la in¨¦dita y conocida como coalici¨®n Jamaica.
El plazo que se hab¨ªan fijado expir¨® el jueves por la noche y hoy se han vuelto a reunir en una pr¨®rroga que se prolongar¨¢ hasta el domingo. ¡°Este fin de semana tiene que haber un resultado¡±, consider¨® Volker Kauder, jefe del grupo parlamentario de la CDU de Merkel. Si no lo hay, Alemania podr¨ªa verse abocada a celebrar nuevas elecciones.
La inmigraci¨®n, el clima, la financiaci¨®n del Este de Alemania y Europa siguen siendo los grandes focos de la discordia, mientras el resto de Europa espera el alumbramiento de un Gobierno crucial para el futuro de la Uni¨®n. Merkel reconoci¨® ¡°diferencias profundas¡± entre las partes, pero tambi¨¦n estim¨® que vale la pena ¡°pasar a la segunda ronda¡± que, de alcanzarse en las pr¨®ximas horas, podr¨ªa durar todav¨ªa varias semanas.
Los llamados a entenderse seg¨²n dicta la aritm¨¦tica electoral que result¨® de las elecciones generales de septiembre, son tres partidos ideol¨®gicamente distantes y en algunos puntos hasta contrapuestos. Es un matrimonio de conveniencia, sin el menor indicio de amor e incluso en ocasiones ni siquiera de aprecio, pero los partidos son conscientes de que sin la coalici¨®n que ahora negocian, la primera econom¨ªa de Europa se ver¨¢ abocada a una indeseable fase de inestabilidad pol¨ªtica. La falta de alternativas mejores es de momento, el ¨²nico pegamento que cimenta al tr¨ªo matrimonial.
Saben que sin Jamaica -en alusi¨®n a los colores de los partidos y de la bandera de la isla caribe?a-, Merkel se ver¨¢ abocada a gobernar en minor¨ªa o si no, el presidente alem¨¢n deber¨¢ convoca nuevas elecciones, algo que supondr¨ªa una rareza impropia de estas latitudes. Los principales partidos presienten adem¨¢s que la extrema derecha (Afd), que desprecia unos partidos tradicionales que no habr¨ªan sido capaces de ponerse de acuerdo, ser¨ªa la gran beneficiada en una nueva convocatoria electoral. La falta de alternativas ha contribuido a que los partidos se esfuercen por limar sus diferencias y por buscar el acercamiento rob¨¢ndole incluso horas al sue?o.
Camisas limpias
A las cuatro y media de la ma?ana del viernes hac¨ªan las primeras declaraciones los pol¨ªticos negociadores que fueron saliendo de la ya famosa sede de la sociedad parlamentaria de Berl¨ªn. Los grandes ventanales de este edificio pr¨®ximo al Bundestag se han convertido en un escaparate desde del que los periodistas toman el pulso a las negociaciones. ¡°Las posiciones se han endurecido¡±, explicaba a la prensa este viernes el vicepresidente de los liberales, Wolfgang Kubicki, quien detall¨® tambi¨¦n que debido a la prolongaci¨®n de las negociaciones ya no le quedaban camisas limpias en Berl¨ªn. Desde Kiel, su esposa, una abogada, le contest¨® que se buscara la vida ¨¦l solo.
Los 52 negociadores se fueron a sus casas a ducharse y a las once de la ma?ana del viernes arranc¨® la nueva sesi¨®n, -la final de p¨®ker, seg¨²n ha sido bautizada por la prensa alemana- que se espera resulte en un texto de consenso, que seg¨²n los borradores que se han ido filtrando consta de unas 60 p¨¢ginas y todav¨ªa est¨¢ repleto de corchetes, que se?alan los puntos de desencuentro. Uno de los principales ata?e a la reunificaci¨®n familiar de los refugiados. La CSU, el ala b¨¢vara del bloque conservador de Merkel representa la corriente m¨¢s restrictiva en pol¨ªticas de inmigraci¨®n y quieren reducir a su m¨ªnima expresi¨®n la llegada de familiares de personas que han recibido asilo, mientras que Los Verdes se niegan a que se prolongue la actual moratoria impuesta a la reunificaci¨®n familiar.
El desencuentro gira en torno a las personas con protecci¨®n subsidiaria, es decir con un estatuto con algo menos de garant¨ªas que el asilo y una figura a la que las autoridades han recurrido en los ¨²ltimos meses. Que los familiares de esas personas puedan o no venir a Alemania es una de las claves del debate. ¡°Se trata de unos cientos de miles de personas¡±, estim¨® Horst Seehofer, el debilitado l¨ªder de la CSU.
La llegada de m¨¢s de un mill¨®n de refugiados a Alemania en los ¨²ltimos dos a?os y el ascenso de la extrema derecha xen¨®foba ha sembrado el nerviosismo entre los partidos y en especial entre los conservadores de Baviera que podr¨ªan perder su mayor¨ªa absoluta regional el a?o pr¨®ximo debido al empuje de Afd. El bloque conservador acude adem¨¢s a las negociaciones con un pacto interno previo, seg¨²n el cual no se permitir¨ªa la entrada de m¨¢s de 200.000 refugiados al a?o.
Poner fecha al fin del carb¨®n en Alemania o a los coches di¨¦sel o la supresi¨®n de un impuesto destinado a apoyar al Este de Alemania son otros de los asuntos que merodean la mesa de negociaci¨®n, seg¨²n van dando cuenta detallada a la prensa los pol¨ªticos implicados en innumerables comparecencias.
Los pol¨ªticos son conscientes, adem¨¢s, de que el tiempo apremia. Europa espera un Gobierno en Berl¨ªn como agua de mayo para que por fin arranquen las anunciad¨ªsimas y profundas reformas de la Zona Euro que Francia y Alemania dicen estar dispuestas a acometer. Fronteras para dentro, la impaciencia comienza tambi¨¦n a hacer mella. El viernes, un sondeo de la cadena de televisi¨®n ZDF indicaba que hasta un 68% de los alemanes ser¨ªa favorable a convocar nuevas elecciones si fallan las actuales negociaciones, mientras que apenas un 50% de los preguntados apoya la llamada coalici¨®n Jamaica, siete puntos menos que en anteriores encuestas.
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