La sociedad civil israel¨ª se moviliza contra la deportaci¨®n de inmigrantes
El Gobierno de Israel fuerza a ilegales africanos a escoger entre la deportaci¨®n o la c¨¢rcel mientras un sector de la sociedad se organiza para esconderlos
La disposici¨®n del Gobierno de Israel a deportar a los inmigrantes ilegales africanos ha puesto en pie de guerra a una buena parte de la sociedad del pa¨ªs. Varios pilotos de la aerol¨ªnea israel¨ª, El Al, aseguran en medios hebreos que no llevar¨¢n ¡°a inmigrantes hacia la muerte¡±. Un postura secundada p¨²blicamente por unos 400 actores, escritores y directores de cine adem¨¢s de centenares de m¨¦dicos, maestros y rabinos. ¡°Si es necesario los esconderemos para evitar su expulsi¨®n¡±, asegura la rabina Tamara Schagas en Jerusal¨¦n.
De hecho, ella, junto con otras dos rabinas -Susan Silverman y Nava Hefetz- se ha puesto manos a la obra para poner en pr¨¢ctica esa iniciativa. ¡°Recibimos numerosos correos electr¨®nicos de gente que quiere ayudar. Tenemos ya un listado de unas 200 personas dispuestas a ocultarlos en sus casas¡±, explica Schagas.
El perfil de los voluntarios es muy variado: j¨®venes que se ofrecen a regresar temporalmente a casa de sus padres para poner su vivienda a disposici¨®n de los perseguidos, familias dispuestas a vivir un poco m¨¢s apretadas o supervivientes del Holocausto. ¡°Hay ofrecimientos por todo el pa¨ªs. Desde Rosh Pina, en el norte, hasta en los kibutzs del sur, cerca de Eilat. Estamos trabajando para conectarlos y organizar la acogida¡±, dice la rabina.
Seg¨²n los datos que manejan, en Israel habr¨ªa unos 50.000 ilegales africanos de los cuales 5.000 son ni?os y 7.000 mujeres. El gobierno los considera emigrantes econ¨®micos pero muchos proceden de zonas de conflicto como Sudan del Sur, Darfur o lugares donde apenas existen libertades, como Eritrea. Grupos de derechos humanos y la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) denuncian que, en Israel, les es casi imposible lograr el estatus de refugiado. ¡°Las peticiones se rechazan sistem¨¢ticamente. Desde el 2.009 s¨®lo diez eritreos y un sudan¨¦s lo han logrado¡±, explica Sharon Harel, responsable adjunta de ACNUR en Israel..
Es el caso de Mutasim Al¨ª, el ¨²nico sudan¨¦s que lo ha conseguido. ¡°Fue muy duro. Me cost¨® siete a?os y medio de papeleos. Y a¨²n tengo que renovarlo¡±, asegura por tel¨¦fono desde Ramat Gan. Hace quince d¨ªas un conocido suyo, Abdalla, no pudo m¨¢s y se quit¨® la vida. ¡°El gobierno se equivoca y es frustrante porque hay vidas en peligro¡±, dice Mutasim.
Lleg¨® en el 2009 desde Darfur, antes de que Israel erigiese la valla anti infiltraci¨®n en el sur. Desde que la terminaron en 2013, la entrada de ilegales africanos cay¨® en picado. ¡°Es cierto que en el sur de Tel Aviv hay mucha presi¨®n por la inmigraci¨®n pero tambi¨¦n hay un problema de inversi¨®n, de renovaci¨®n de infraestructuras y abandono por parte de las autoridades con el que los ilegales no tienen nada que ver¡±, critica.
Se estima que en esa parte de la ciudad viven unos 15.000 inmigrantes ilegales africanos. Una realidad que no gusta a los vecinos y que ha hecho que el primer ministro hebreo, Benjamin Netanyahu, enmarque los planes de deportaci¨®n dentro de lo que ha llamado ¡°la misi¨®n de devolver el sur de Tel Aviv a los residentes israel¨ªes¡±.
En esa l¨ªnea, en 2014 el Gobierno implement¨® una pol¨ªtica para reducir la presencia de inmigrantes en el pa¨ªs a trav¨¦s de acuerdos de acogida con terceros pa¨ªses como Ruanda y Uganda y de incentivos de 3.500 d¨®lares (2.600 euros), para quienes aceptasen abandonar Israel ¡°voluntariamente¡±.
Desde entonces, unos 15.000 inmigrantes ilegales fueron deportados y los que se negaron acabaron en el centro de internamiento de Holot, en el desierto del Negev. ¡°Tenemos constancia de que, al menos, 80 de los que deportaron acabaron jug¨¢ndose la vida para cruzar a Europa por el Mediterr¨¢neo. No se favoreci¨® el retorno seguro. Se favoreci¨® que fuesen v¨ªctimas de redes de trata de personas. No queremos ese destino para los 916 inmigrantes que hay en Holot¡±, asegura responsable adjunta de ACNUR en Israel.
El pasado mes de agosto, la Corte Suprema israel¨ª dictamin¨® que los acuerdos con terceros pa¨ªses solo permit¨ªan la deportaci¨®n voluntaria y que los inmigrantes retenidos en Holot no pod¨ªan pasar m¨¢s de 12 meses all¨ª. Un rev¨¦s para los planes de Netanyahu que, una vez m¨¢s, se sac¨® un as de la manga para lograr su prop¨®sito: el pasado mes de diciembre logr¨® enmendar la conocida como ¡°ley anti infiltraci¨®n¡± para dar luz verde al cierre del centro de Holot en tres meses.
Con ese panorama, la opci¨®n que se les ha dado a los inmigrantes es o firmar la deportaci¨®n voluntaria o terminar en la c¨¢rcel. ¡°Sabemos que de momento no se deportar¨¢ ni a ni?os, ni a mujeres, ni a adultos con menores a cargo. Los de Holot han recibido la notificaci¨®n y deben responder en 30 d¨ªas. Al resto les dar¨¢n 60 d¨ªas¡±, explica Shagas.
El gobierno de Ruanda neg¨® de nuevo esta semana que haya llegado a un acuerdo con Israel para percibir 5.000 d¨®lares por inmigrante acogido, incluso en contra de su voluntad. ¡°Da igual como se haga. Somos un pueblo que ha sido perseguido. Hemos sufrido ser refugiados. Como jud¨ªos, no podemos deportar. Es inmoral¡±, zanja la rabina.
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