El Tribunal Supremo de Brasil aboca a Lula da Silva a su inminente ingreso en prisi¨®n

Brasil es el reino de lo imprevisible, de los meandros burocr¨¢ticos, de los m¨¢s sorprendentes apa?os de ¨²ltima hora, pero todo indica que el expresidente? Luiz In¨¢cio Lula da Silva est¨¢ a punto de convertirse en presidiario en los pr¨®ximos d¨ªas. El Supremo Tribunal Federal (STF) del pa¨ªs decidi¨® cerca de la una de la madrugada del jueves -hora local, seis de la madrugada en Europa- rechazar por un estrecho margen de seis votos contra cinco el recurso de Lula contra su ingreso en la c¨¢rcel como consecuencia de la condena a 12 a?os por corrupci¨®n que le fue impuesta el pasado enero. Es posible que su paso por la prisi¨®n sea ef¨ªmero, tal vez apenas unas semanas, porque a la defensa del expresidente le quedan algunas balas que gastar en esa direcci¨®n. Pero las posibilidades de evitar ese trance parecen ahora m¨ªnimas para quien lleg¨® a ser hace una d¨¦cada uno de los l¨ªderes pol¨ªticos m¨¢s populares del planeta.

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La previsible entrada en prisi¨®n de Lula tendr¨¢ enormes consecuencias pol¨ªticas ya que deja pr¨¢cticamente fuera de la carrera electoral al candidato que, seg¨²n todas las encuestas, encabezaba las preferencias de voto para las elecciones presidenciales del pr¨®ximo octubre. La trascendencia y el simbolismo del acontecimiento, con todo, van mucho m¨¢s all¨¢.

La enorme herida abierta en los ¨²ltimos a?os en la sociedad brasile?a se ensanchar¨¢ con toda seguridad. Unos, sus partidarios -al menos un tercio del electorado, seg¨²n las investigaciones demosc¨®picas- lo vivir¨¢n como un trauma inimaginable, una especie de venganza de la elite contra el obrero metal¨²rgico sin estudios que saliendo del ¨²ltimo escal¨®n social, en un pa¨ªs de un clasismo atroz, logr¨® gobernar con ¨¦xito durante ocho a?os. Otros, los que han venido paseando por todos los rincones del pa¨ªs los mu?ecos con la efigie del expresidente vestido de traje de rayas, celebrar¨¢n su? triunfo. Muchos lo interpretar¨¢n como la se?al de que las investigaciones judiciales contra la corrupci¨®n no se van a detener y que los tribunales han sentado un ejemplo ante la sociedad demostrando que "nadie est¨¢ por encima de la ley". Pero tambi¨¦n resonar¨¢n de nuevo las voces que consideran a Lula solo un chivo expiatorio dentro de un sistema pol¨ªtico donde casi ninguna figura de relevancia est¨¢ a salvo de sospechas. La extempor¨¢nea intervenci¨®n del Ej¨¦rcito en las horas previas a la sesi¨®n, presionando por el encarcelamiento de Lula, reforzar¨¢ los argumentos de estos ¨²ltimos

En uno de los pocos pa¨ªses del mundo en el que las sesiones plenarias de su Tribunal Supremo son retransmitidas por televisi¨®n, los brasile?os que tuvieron el suficiente inter¨¦s y paciencia pudieron asistir a un interminable debate de casi 11 horas de duraci¨®n: comenz¨® a la dos de la tarde del mi¨¦rcoles y acab¨® cerca de la una de la madrugada de este jueves. Lo que el STF analizaba no era en realidad el fondo de la sentencia que consider¨® a Lula culpable de aceptar el regalo de un apartamento en la playa como soborno de una constructora beneficiada con contratos de la petrolera p¨²blica Petrobras. El Supremo simplemente deb¨ªa examinar una solicitud de habeas corpus de Lula, es decir, la petici¨®n de dejar sin efecto la orden de prisi¨®n emitida por los jueces de segunda instancia que lo condenaron, hasta que el expresidente agote su derecho a recurrir a otro tribunal superior.

Uno a uno, los magistrados fueron emitiendo sus votos en largu¨ªsimos discursos donde se mezclaron exhaustivas referencias de literatura jur¨ªdica, consideraciones estrictamente pol¨ªticas, ataques a la prensa o reflexiones sobre los grandes problemas del pa¨ªs, desde la desigualdad social a la violencia, e incluso sobre episodios de su historia. La suerte de Lula pareci¨® echada cuando la quinta de los 11 magistrados en intervenir, Rosa Weber, que todos los pron¨®sticos situaban como la de posici¨®n m¨¢s dudosa, anunci¨® su voto contrario a la solicitud del expresidente. Pero la teatralidad del momento no se vio defraudada con un desenlace prematuro: la votaci¨®n lleg¨® empatada al final y fue la presidenta del STF, C¨¢rmen L¨²cia, la que inclin¨® la balanza.

Danzas y l¨¢grimas

Fuera del tribunal, en las calles de Brasilia, se volv¨ªan a repetir las escenas que hace tiempo recorren el pa¨ªs. Los contrarios a Lula, envueltos en el verde y amarillo de la bandera brasile?a, se apresuraron a danzar y tocar tambores cuando la derrota del expresidente empez¨® a tomar cuerpo. Casi al mismo tiempo, entre los partidarios del l¨ªder del Partido de los Trabajadores (PT), embutidos en camisetas rojas y portando efigies de su ¨ªdolo, corr¨ªan las primeras l¨¢grimas. A los que se manifestaban para pedir la prisi¨®n de Lula se sum¨® al comienzo de la tarde un sonriente Jair Bolsonaro, el candidato ultraderechista a la presidencia que muy probablemente pasar¨¢ ahora a encabezar las encuestas de intenci¨®n de voto, con un 20%.

Varios de los magistrados hicieron referencia al car¨¢cter "hist¨®rico" de la sesi¨®n. Luis Roberto Barroso, uno de los que votaron contra el recurso de Lula, no dud¨® en elogiar los "¨¦xitos econ¨®micos" y los logros en pol¨ªticas de "inclusi¨®n social" durante los gobiernos del l¨ªder del PT. "Pero aqu¨ª no venimos a juzgar el legado pol¨ªtico de un presidente, sino a aplicar la jurisprudencia", advirti¨® Barroso, quien consider¨® que la decisi¨®n supon¨ªa "un test de madurez de las instituciones". Permitir que un condenado en segunda instancia no tenga que ingresar en prisi¨®n consagrar¨ªa la impunidad, "frustrar¨ªa a la sociedad" y minar¨ªa los esfuerzos en la lucha contra la corrupci¨®n, concluy¨® Barroso en una argumentaci¨®n que luego repitieron varios de sus colegas.

Los que votaron a favor del recurso de Lula alertaron, como el magistrado Ricardo Lewandowski, del riesgo de rebajar? "el sagrado derecho a la libertad". Encarcelar a alguien sin sentencia firme, argumentaron, vulnera tambi¨¦n el derecho constitucional a la presunci¨®n de inocencia, adem¨¢s de agravar el problema de la masificaci¨®n en las prisiones en un pa¨ªs con la tercera mayor poblaci¨®n carcelaria del mundo. Varios de ellos apelaron adem¨¢s a que los tribunales no pueden plegarse a presiones de la calle.

Dura r¨¦plica al Ej¨¦rcito

Uno de los que votaron por frenar el encarcelamiento de Lula, el magistrado decano del STF, Celso de Mello, que acostumbra a actuar como portavoz informal de la Corte en algunos conflictos, realiz¨® una dura declaraci¨®n para responder al comandante en jefe del Ej¨¦rcito brasile?o, Eduardo Villas-Boas, que en v¨ªsperas del juicio hab¨ªa lanzado un alegato "contra la impunidad" en un claro gesto de presi¨®n a los jueces. De Mello evoc¨® el recuerdo de la dictadura que someti¨® al pa¨ªs entre 1964 y 1985 como una experiencia que "no puede ser ignorada ni por esta ni por futuras generaciones" y arremeti¨® contra las "declaraciones impregnadas de ins¨®lito contenido admonitorio que infringen claramente el principio de separaci¨®n de poderes". "Es inaceptable", concluy¨® el magistrado en tono muy firme.

Solo minutos despu¨¦s de conocerse la decisi¨®n del Tribunal, el PT emit¨ªa su primera declaraci¨®n: "Es un d¨ªa tr¨¢gico para la democracia". Parece seguro que Lula ir¨¢ a la c¨¢rcel en los pr¨®ximos d¨ªas, pero la batalla no se detendr¨¢.