Tras tres a?os bajo el yugo yihadista, la libanesa Arsal atisba un regreso a la normalidad
Este jueves han retornado a Siria los primeros 400 refugiados desde la localidad libanesa convertida en feudo yihadista hasta hace 10 meses
La historia de Arsal es una plagada de excepciones. Este poblado liban¨¦s, encallado en las monta?as que lindan con la frontera siria, ha sido la puerta por la que entr¨® la guerra siria y por donde hoy comenzar¨¢ el retorno de los refugiados. Arsal ha recibido en los ¨²ltimos siete a?os 120.000 refugiados sirios, triplicando en n¨²mero a la poblaci¨®n local. Por sus alrededores han recorrido el camino inverso hasta 10.000 milicianos chi¨ªes de Hezbol¨¢ para combatir en Siria junto a las tropas de Bachar el Asad. El verano de 2014, centenares de yihadistas del ISIS y de Al Qaeda llegados de Siria irrumpieron en Arsal, desbordando la vecina contienda a suelo liban¨¦s y engullendo durante tres a?os este pedazo de L¨ªbano con sus habitantes.
Han transcurrido diez meses desde que las tropas libanesas y milicianos de Hezbol¨¢ expulsaran a los radicales de Arsal y diez d¨ªas desde que el ministro de Exteriores liban¨¦s, Yebran Basil, anunciara el inminente retorno de 3.600 de los 80.000 sirios que aun acoge Arsal. En declaraciones a EL PA?S, el ministro asegura que el plan se har¨¢ en ¡°coordinaci¨®n con el Ej¨¦rcito regular sirio¡± y servir¨¢ de ¡°proyecto piloto¡± para activar un m¨¢s amplio y progresivo retorno de parte de los 1,5 millones de refugiados sirios que alberga L¨ªbano (lo que cuenta por el 25% de la poblaci¨®n total).
¡°Esta ma?ana han salido los primeros 400 sirios del grupo rumbo a la regi¨®n siria de Calam¨²n, en un trayecto monta?a a trav¨¦s que no debe durar m¨¢s de una hora¡±, confirm¨® este jueves Basel Huyeiri, alcalde de Arsal. La partida prevista para la semana pasada, se vio retrasada por problemas log¨ªsticos cuenta un coronel de la inteligencia libanesa: ¡°Los refugiados quer¨ªan viajar en grupos peque?os y quer¨ªan hacerlo en sus veh¨ªculos privados y tractores y no en autobuses¡±. Previo a la partida, tanto el Ej¨¦rcito sirio y como el liban¨¦s han dado el visto bueno a los nombres de las personas que han solicitado el retorno, asegura el militar.
¡°Hemos acogido a m¨¢s refugiados que toda la UE junta. Han pasado siete a?os y queremos facilitar el retorno de forma segura y progresiva, pero la ONU lo obstaculiza contradiciendo una decisi¨®n soberana libanesa¡±, fue la lectura que hizo una semana atr¨¢s Basil durante una rueda de prensa en Arsal, ahondando la crisis que atraviesa con la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) que advierte contra un retorno forzado. La portavoz en L¨ªbano, Lisa Abou Jalil, ha asegurado que la Agencia no ha participado hoy en la operaci¨®n de retorno.
¡°Solo dejaremos este asentamiento informal para volver a casa con seguridad¡±, defiende la agricultora siria Wafaa Ramadan, en la cincuentena. Se ha inscrito en la lista de los 3.600 que quieren retornar. Hace un lustro que dej¨® atr¨¢s sus tierras y un caser¨ªo de 200 metros cuadrados, ¡°con cinco dormitorios¡± insiste, para buscar refugio en L¨ªbano. Desde entonces, se hacina junto a su marido y seis hijos en una tienda de 20 metros cuadrados.
Sin embargo, los refugiados han quedado divididos entre los 30.000 que huyeron de Quseir, al sur de Homs, y los 50.000 que lo hicieron de Calam¨²n. En ambas regiones se han acallado los combates, aunque la guerra prosigue en el pa¨ªs. Los primeros, temen regresar a una ciudad devastada y controlada hoy por los milicianos de Hezbol¨¢ por lo que piden el despliegue de las tropas rusas en su lugar. Los segundos, quieren retornar a una regi¨®n controlada por tropas sirias, donde sus casas siguen en pie pero donde tanto desertores del Ej¨¦rcito como antiguos milicianos rebeldes temen ser arrestados al pisar suelo sirio. ¡°Al menos otros 17.000 refugiados quieren retornar si el viaje del primer convoy a Siria transcurre con normalidad¡±, explica el alcalde Huyeiri. Por ?normalidad?, los refugiados entienden que sus hombres no sean arrestados una vez pisen Siria.
Muchos sirios aseguran que les retiene en L¨ªbano la seguridad que les confiere una tienda por la que no pagan alquiler, unas ayudas de la ONU de 23 euros mensuales por familiar y los servicios m¨¦dicos casi gratuitos que ofrece Al Rahma, el ¨²nico hospital de Arsal. All¨ª operan 10 doctores, todos refugiados sirios. ¡°Recibimos a 250 pacientes por d¨ªa, un tercio de las visitas son para el pediatra¡±, explica Ziad Abu Hoch, presidente de la ONG Urda Espa?a que financia los servicios del hospital. La comunidad de refugiados sirios aumenta a una media de 100 reci¨¦n nacidos por mes, seg¨²n c¨¢lculos de la alcald¨ªa. Aquellos que se plantean el retorno solicitan que la ONU les preste las mismas ayudas en Siria para poder reconstruir sus vidas.
Tres a?os bajo el cerco yihadista
Oasis conservador sun¨ª en pleno valle de la Bekaa chi¨ª, controlado por Hezbol¨¢, decenas de vecinos de Arsal cerraron filas junto a los rebeldes del Ej¨¦rcico Libre Sirio al inicio de la contienda en 2011, convirtiendo Arsal en una ciudad dormitorio para sus familias. Hezbol¨¢ encarnaba un enemigo compartido por rebeldes sirios y buena parte de los sun¨ªes de Arsal cuya lucha acab¨® alternando entre L¨ªbano y Siria.
La guerra persigui¨® a los refugiados en tierras libanesas aquel verano de 2014, cuando unos 600 yihadistas irrumpieron en Arsal. En los s¨®tanos de la mezquita Al Nur, decenas de radicales sirios de Al Qaeda munidos con cinturones explosivos y kalashniukov quedaron a cargo de la protecci¨®n del peque?o califato que el emir sirio Abu Malek Al Talleh junto con el popular jeque liban¨¦s Mustafa Al Hujeiri, alias Abu Taqiye, edificaron en suelo liban¨¦s. Hoy, el religioso comparte condena con sus seguidores en la prisi¨®n Rumieh de Beirut.
Arsal se convirti¨® en una suerte de Raqa libanesa. ¡°Las calles quedaron desiertas. Las mujeres empezamos a cubrirnos con velos para ir al mercado y comenzaron las ejecuciones a plena luz del d¨ªa¡±, rememora la vecina Itab. Durante 36 meses los radicales del ISIS y de Al Qaeda decapitaron y ejecutaron a 28 libaneses, relatan tanto vecinos como funcionarios en Arsal. M¨¢s tarde, tambi¨¦n sufrieron las guerras intestinas que libraron los dos grupos terroristas. La par¨¢lisis pol¨ªtica que protagoniz¨® L¨ªbano durante m¨¢s de dos a?os retras¨® toda luz verde para una ofensiva por parte del Ej¨¦rcito liban¨¦s que qued¨® atascado en una guerra de desgaste, explica un coronel liban¨¦s. Han encajado m¨¢s de 72 bajas en sus filas y Hezbol¨¢ otras 25 durante los sucesivos combates para expulsar a los yihadistas del territorio nacional.
La boyante econom¨ªa local, que en tiempos de preguerra se nutr¨ªa del contrabando transfronterizo, las canteras de piedra y sus famosos cerezos, ha sucumbido a la guerra. ¡°Los sirios gestionan actualmente el 80% de los comercios de Arsal¡±, resume la n¨²mero dos de la alcald¨ªa, Rima Kronbi. ¡°Abrimos nuestras casas a los sirios y apoyamos la revoluci¨®n para acabar siendo secuestrados por unos armados radicalizados en nuestra propia tierra¡±, es el balance que hace el liban¨¦s Abu Husein. En la campi?a de Arsal, este agricultor se apresta a empaquetar las primeras cajas de cerezas que venda en a?os. ¡°El retorno es hoy seguro para muchos refugiados. Ya es hora de que regresen a su pa¨ªs¡±, concluye.
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