El cruel destino de 948 migrantes v¨ªctimas de la ¡®soluci¨®n libia¡¯
Italia deja en manos de los guardacostas libios los rescates y condena a los ocupantes de las pateras interceptadas a ser recluidos en centros de detenci¨®n
La primera noticia de que siete pateras hab¨ªan lanzado un SOS en aguas internacionales frente a Libia lleg¨® al Aquarius pasadas las dos de la tarde del domingo. Para el lunes a primera hora, la Guardia Costera libia inform¨® de que hab¨ªa devuelto a su territorio a 948 migrantes y los cad¨¢veres de otros 10 tras interceptar varias barcazas. Posiblemente estos guardacostas nunca antes hab¨ªan atrapado en un solo d¨ªa a tantos migrantes embarcados hacia Europa. A ojos de Libia, de Italia (y posiblemente de la UE) un ¨¦xito. Justo a tiempo para la visita del ministro del Interior italiano, el xen¨®fobo Matteo Salvini, l¨ªder de la Liga y padre de la pol¨ªtica de puertos cerrados. Culminaba as¨ª la semana con m¨¢s interceptaciones y m¨¢s mort¨ªfera de este a?o en las aguas frente a este pa¨ªs magreb¨ª.
Esta operaci¨®n ilustra c¨®mo ha cambiado la situaci¨®n en el Mediterr¨¢neo central para los que huyen por esa ruta de persecuciones, guerras o de la miseria en busca de protecci¨®n y oportunidades en Europa. Lo que m¨¢s tem¨ªan Adam, Mok, Jessica, Isaiah...?los ¨²ltimos 630 rescatados del Aquarius trasladados a Valencia era ser devueltos a la fuerza a Libia, m¨¢s incluso que perder la vida, porque significa ser inmediatamente recluidos en centros de detenci¨®n oficialmente gestionados por las autoridades donde abundan escasea la comida y abundan los abusos, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional y M¨¦dicos Sin Fronteras. Ni?os, mujeres o varones, todos son encarcelados, acusados de inmigraci¨®n ilegal.
El caso de los 948 tambi¨¦n refleja c¨®mo ha cambiado el panorama para las ONG empe?adas en que no mueran ahogados en el intento. Aunque han salvado a decenas de miles de personas desde su despliegue a partir de 2016, Italia es ya abiertamente hostil. Si hay alg¨²n testigo independiente de lo ocurrido en el ¨¢rea donde las siete pateras iban a deriva (entre 40 y 50 millas n¨¢uticas de la costa), est¨¢ en un mercante porque las autoridades italianas dejaron claro al delegar en los libios su intenci¨®n de mantener a las ONG de rescate al margen. Contactos por radio VHF o¨ªdos desde el puente del mando del Aquarius indican que los guardacostas libios pidieron ayuda a dos mercantes, el petrolero Lisca Nera y el carguero Oslo Wave, mientras las ONG navegaban hacia all¨ª y pese a que est¨¢n especializadas en salvamento.
Cinco d¨ªas cumplen ya el barco Lifeline, de una ONG alemana, con 239 migrantes a bordo, y el carguero Alexander Maersk, con un centenar, a la espera de que alg¨²n puerto seguro los acepte. ?
El Gobierno de Salvini no quiere a los seis barcos y dos avionetas de ONG que, financiados fundamentalmente con donativos, quedan en esta antesala de Europa con la misi¨®n de salvar vidas. En el Mediterr¨¢neo hay adem¨¢s 24 buques y 14 aeronaves militares europeos, pagados por el contribuyente, en operaciones vinculadas a la inmigraci¨®n con el control fronterizo como prioridad de la mayor¨ªa. Estos son los medios operativos, pero jam¨¢s coinciden todos en el mar.
Entre los 948 que regresaron vivos del fallido intento dominical hay eritreos, sudaneses, et¨ªopes, nigerianos, incluso libios... y migrantes de otros 11 pa¨ªses, seg¨²n ha informado la Guardia Costera libia este lunes en Facebook. Este cuerpo que recibe abundante apoyo econ¨®mico y t¨¦cnico de la UE ha a?adido que los ocupantes de una patera "fueron entregados al refugio de inmigraci¨®n ilegal" tras recibir atenci¨®n m¨¦dica.
En esos centros "no se respetan sus derechos humanos m¨¢s b¨¢sicos, [los migrantes] est¨¢n en peligro. Son lugares atestados, donde los tratan como mercanc¨ªa. Y con este aumento de las interceptaciones las condiciones son extremadamente preocupantes", explica Aloys Vimard, coordinador de M¨¦dicos sin Fronteras (MSF) en el Aquarius, que recalca que el acceso de la ONU o las ONG a esas instalaciones "es muy limitado". Por si fuera poco, "Acnur [la agencia de la ONU para los Refugiados]?no considera Libia un puerto seguro" donde desembarcar inmigrantes o refugiados, recuerda Vimard.
Ser¨¢ ilegal para Acnur, pero es cada vez m¨¢s frecuente. Por cada dos migrantes que zarparon de Libia en lo que va de 2018, uno fue interceptado y retornado all¨ª, seg¨²n cifras oficiales de la ONU. Y uno por cada 38 embarcados en una patera muri¨® en el agua. Una tendencia que se ha acelerado en la ¨²ltima semana con 2.000 devueltos a tierra y m¨¢s de 200 ahogados. Eso s¨ª, las llegadas a Italia se han desplomado: 16.179 en lo que va de 2018 frente a 120.000 en 2017, mientras la inmigraci¨®n se convirti¨® en el gran asunto que catapult¨® a la Liga de Salvini a tener cada vez m¨¢s poder.
El barco de Open Arms fue el primero en llegar al lugar. "Solo quedaba una patera vac¨ªa. Ya los hab¨ªan subido a la patrullera" explic¨® a EL PA?S Guillermo Ca?ardo, rescatador de la ONG Proactiva Open Arms, cuando el domingo por la noche acudi¨® con un equipo al Aquarius a recoger unos suministros. Quien estaba a bordo de cualquiera de los dos barcos humanitarios vio pasar una patrullera libia, la Ras el Jaddar, con las cubiertas atestadas de africanos, aproximadamente 200.
Antoine Laurent, responsable de Operaciones Mar¨ªtimas de SOS Mediterran¨¦e, la otra ONG que opera el Aquarius, subraya que la devoluci¨®n de los migrantes a Libia "es consecuencia de una pol¨ªtica europea que pone consideraciones pol¨ªticas por encima de las vidas, sobre todo mediante la financiaci¨®n e instrucci¨®n de la Guardia Costera libia para que intercepte" a personas que a menudo han sufrido graves abusos, lo cual "viola la legislaci¨®n internacional y los valores fundamentales sobre los que la UE se fund¨®". Los rescatadores siguen este lunes peinando la franja de mar frente a Libia, atentos a la radio, a los radares y al correo electr¨®nico mientras uno de ellos hace guardia en el puente con los prism¨¢ticos por si avista alguna embarcaci¨®n en peligro. Porque lo dictan la tradici¨®n y la ley del mar.
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