¡°El di¨¢logo es la ¨²nica salida. Hay que lograr la reconciliaci¨®n¡±
El ministro de pol¨ªticas nacionales del presidente Daniel Ortega abre la puerta a celebrar elecciones anticipadas, siempre y cuando cese la violencia
Ochenta d¨ªas de m¨¢xima tensi¨®n, 309 muertos, un demoledor informe de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), tres altos funcionarios sancionados por EE UU y una cuesti¨®n clave: elecciones anticipadas s¨ª, o elecciones anticipadas no. Nicaragua est¨¢ sumida en una profunda crisis social y pol¨ªtica en la que la violencia se ha convertido en la protagonista. La ciudadan¨ªa lleva meses en las calles pidiendo un adelanto electoral que el presidente, Daniel Ortega, del Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN), se niega a conceder hasta que no se calme la situaci¨®n. Paul Oquist, secretario de pol¨ªticas p¨²blicas, recibe este viernes a EL PA?S en la Embajada de Nicaragua en Madrid, en una gira internacional para explicar la visi¨®n del Ejecutivo del comandante Ortega, como ¨¦l lo llama, de los acontecimientos del peque?o pa¨ªs centroamericano que tiene en vilo a la regi¨®n y muy pendiente al resto de la comunidad internacional.
Oquist (Chicago, 1944) asegura que ¡°el golpismo ha sido derrotado¡±. Se refiere a los cientos de miles de manifestantes ¡ªmuchos de ellos j¨®venes estudiantes¡ª que ¡°violentamente¡±, insiste, piden el ¡°derrocamiento¡± del Gobierno. Este pol¨ªtico, que renunci¨® a su nacionalidad estadounidense al mudarse a Nicaragua en 1961 con solo 17 a?os, exhorta al di¨¢logo. ¡°La opci¨®n del di¨¢logo es la ¨²nica salida a la situaci¨®n. Se tiene que lograr una reconciliaci¨®n nacional¡± para los seis millones de habitantes del pa¨ªs, dice. ¡°Cese de la violencia, confianza y paz¡±, repite como un mantra.
A pesar de que Oquist, de 74 a?os, asegure una y otra vez que las manifestaciones son el reflejo de un golpe de Estado para colocar en el poder un Gobierno provisional auspiciado por los propios golpistas ¡ªa los que identifica con los manifestantes m¨¢s violentos¡ª, no descarta un adelanto electoral siempre y cuando cesen las agresiones. ¡°Todas las opciones est¨¢n encima de la mesa si cesa la violencia¡±, concede. Y con ¡°todas¡±, tambi¨¦n se refiere a unas elecciones anticipadas.??
Para Oquist, ese cese de la violencia s¨®lo y exclusivamente se centra en un levantamiento de las barricadas por parte de los grupos y ciudadanos opositores. ¡°Son ilegales y anticonstitucionales¡±. Explica que el Gobierno de Ortega ya ha hecho algunas cesiones para intentar rebajar la tensi¨®n que Nicaragua vive ¨²ltimamente. Y enumera; retirar la propuesta de rebaja de las pensiones del 5% ¡ªla chispa que encendi¨® al pa¨ªs el pasado 18 de abril¡ª, abrir la puerta a la negociaci¨®n pol¨ªtica con la que, ¡°por supuesto¡±, volver¨¢n a aceptar la mediaci¨®n de la Iglesia, invitar a observadores internacionales electorales de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) y la Uni¨®n Europea (UE) en unos comicios potenciales y prometer investigaciones forenses que depuren responsabilidades de las decenas de asesinatos que han quedado impunes, seg¨²n la CIDH y tambi¨¦n el propio Gobierno. ¡°Todo eso son gestos¡±, exclama dejando entrever que son ahora los manifestantes opositores los que tienen que dar el siguiente paso.?
La CIDH public¨® el pasado mayo un informe en el que se documentaban torturas, violaciones de los derechos humanos y presencia de francotiradores en las protestas, que ya han dejado m¨¢s de 300 muertos. Oquist no lo rechaza. Tampoco lo niega, pero s¨ª matiza que es s¨®lo una versi¨®n de los hechos. ¡°No hay duda de que la violencia viene de los dos lados¡±. ?l cree que los autores del informe se nutrieron de fuentes opositoras y que nunca investigaron las ¡°atrocidades¡± que han sufrido los ciudadanos que apoyan al Gobierno de Ortega. ¡°Los opositores tienen miedo, los sandinistas tienen miedo, el pueblo tiene miedo. ?Los criminales est¨¢n haciendo su agosto!¡±, exclama.
Recuerdo de los ochenta
Oquist califica de "agresi¨®n" las sanciones que EE UU ha interpuesto esta semana contra tres personalidades cercanas a Ortega; Francisco D¨ªaz, cabeza de la Polic¨ªa Nacional; Fidel Moreno, secretario general de la alcald¨ªa de Managua; y Francisco L¨®pez, vicejefe de Albanisa, la compa?¨ªa encargada de gestionar contratos petroleros con Venezuela. Y est¨¢, por tanto, convencido de que los enemigos del Gobierno de Ortega est¨¢n volviendo a utilizar las mismas t¨¢cticas que usaba la CIA en los a?os ochenta para derrocar algunos Gobiernos en Am¨¦rica Latina.
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