Los pa¨ªses de la UE expresan dudas sobre las plataformas de desembarco para migrantes propuestas por Bruselas

Los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea acogen con tibieza las dos grandes iniciativas comunitarias para serenar el debate migratorio. Se trata de los llamados centros controlados ¡ªdentro de Europa¡ª para evaluar si los migrantes reci¨¦n llegados tienen o no derecho al asilo y de las plataformas exteriores para desembarcar a los n¨¢ufragos rescatados en aguas ajenas a la UE. Lejos de celebrar la inmediatez que propon¨ªa la Comisi¨®n Europea el martes, con un proyecto piloto para gestionar los desembarcos en territorio europeo ya este verano, los representantes de los Estados miembros casi ignoraron este mi¨¦rcoles esa iniciativa interna y se centraron en debatir la dimensi¨®n exterior. El resultado fue poco concluyente, con una apelaci¨®n general a precisar m¨¢s los conceptos, seg¨²n las fuentes consultadas.

Los jefes de Estado y de Gobierno dieron el mandato a la Comisi¨®n para explorar estas dos ideas con rapidez. Pero la primera discusi¨®n formal sobre esas l¨ªneas maestras ha arrojado m¨¢s dudas que certezas. Por iniciativa de la presidencia austriaca, al mando de la UE este semestre, el debate se centr¨® en esas instalaciones que la UE pretende promover en terceros pa¨ªses (previsiblemente del norte de ?frica) para evitar que quienes salen irregularmente de las costas africanas lleguen a Europa. Austria, partidaria de mayor dureza frente a la migraci¨®n, est¨¢ decidida a implicar m¨¢s a los pa¨ªses africanos en la lucha contra las salidas irregulares. Otros Estados (entre ellos Espa?a y Francia) recelan de una aproximaci¨®n estricta hacia los socios africanos porque consideran que puede provocar m¨¢s perjuicios que beneficios.

M¨¢s all¨¢ del obst¨¢culo que supone la negativa ¡ªal menos inicial¡ª de todos estos pa¨ªses a albergar las llamadas plataformas?de desembarco, muchos Estados miembros admiten las lagunas jur¨ªdicas que presenta este modelo. Algunos hasta temen que provoquen un efecto llamada en los flujos migratorios. Los representantes ante Bruselas instan a esperar a la reuni¨®n que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo lunes con las dos agencias de la ONU que deber¨ªan gestionar estas plataformas (la de refugiados, Acnur, y la de migraciones, OIM) para perfilar el esquema.

M¨¢s sorprendente resulta que la reuni¨®n apenas abordase el plan provisional de la Comisi¨®n para desvincular dos obligaciones: la de desembarcar en los puertos europeos y la de acoger a los rescatados, con una oferta de 6.000 euros por migrante acogido para los pa¨ªses que aceptasen voluntariamente asumir la gesti¨®n de los reci¨¦n llegados.

La falta de discusi¨®n revela tambi¨¦n que Italia, el pa¨ªs que m¨¢s ha tensado la cuerda al negarse a abrir sus puertos a algunos barcos (el m¨¢s emblem¨¢tico, el Aquarius, que acab¨® en Espa?a) ha relajado el discurso en los ¨²ltimos d¨ªas. Tras amagar con no permitir ni siquiera que atracaran en sus puertos los barcos de la operaci¨®n militar Sophia, que Italia promovi¨® en 2015 para desmantelar las mafias que trafican con migrantes y que lidera desde entonces, el Gobierno de Roma ha dado una tregua.

A finales de agosto se volver¨¢ a discutir el mandato de esta operaci¨®n y las autoridades italianas aprovechar¨¢n para pedir que los barcos de esta misi¨®n que rescaten migrantes no tengan por qu¨¦ ser acogidos en las costas italianas, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas.