El feminismo planta cara a la campa?a ¡®S¨¦ un hombre y cubre a tus mujeres¡¯ en Marruecos
Una cruzada retr¨®grada contra la libertad de las mujeres en el vestir provoca la movilizaci¨®n de miles personas en las redes
Es viernes al mediod¨ªa en la playa de Los Udaya, en Rabat. Como en tantas otras calas de Marruecos, los hombres descansan en traje de ba?o, con el torso desnudo, mientras casi todas las mujeres llevan el cuerpo cubierto, ya sea con un vestido largo, un burkini o una falda¡ Nadie luce bikini, salvo alguna ni?a. Solo hay una mujer en ba?ador de una pieza. Se llama Safa y vive en Londres desde hace 20 a?os, aunque naci¨® y creci¨® en Rabat. Y solo se ve una con niqab, es decir, con todo el cuerpo cubierto de negro salvo las manos y los ojos. Se llama Hanan y tiene 33 a?os. Hanan est¨¢ absolutamente a favor de la campa?a "S¨¦ un hombre", que ha inundado las redes sociales en Marruecos desde principios de julio.
El hashtag (etiqueta) en ¨¢rabe cl¨¢sico Kun Rajulan o en el dialectal marroqu¨ª Kun Rajel (S¨¦ un hombre) va? acompa?ada del consejo: "Cubre a tus mujeres". Hace tres a?os, en Argelia se produjo una campa?a con la misma etiqueta. Ahora, en Marruecos, decenas de activistas, internautas e intelectuales han expresado su indignaci¨®n contra los v¨ªdeos, tuits y mensajes con ese lema machista que corre por las redes. Un columnista aconsejaba ¡°ignorar a los provocadores¡±, como si se tratara del ¡°idiota del pueblo¡±. Un marroqu¨ª residente en China public¨® un v¨ªdeo que se ha convertido en viral: ¡°S¨¦ un hombre y ayuda a esa mujer a la que agreden bajo tu indiferencia. S¨¦ un hombre y trabaja o estudia, porque esas mujeres a las que atacas est¨¢n activas¡±. Otros han escrito: "S¨¦ un hombre y controla tus impulsos". Y como esos mensajes, muchos otros.
Betty Lachgar, portavoz del Movimiento Alternativo por las Libertades Individuales (Mali), ha impulsado en Facebook la contracampa?a ¡°S¨¦ una mujer libre¡±. Lachgar cree que ignorar la cruzada machista es ser c¨®mplice de ella. Su objetivo no es que las mujeres vayan con ba?ador a la playa, sino que hagan lo quieran. ¡°Como si no quieren ir a la playa... Es igual. Lo importante es que las mujeres act¨²en en libertad y no bajo la dominaci¨®n del patriarcado. No se trata de la ropa, sino del cuerpo. Queremos que los hombres dejen de controlar nuestros cuerpos. Esos mismos que no respetan nuestro cuerpo son los que cuando una mujer es violada dicen ¡®se lo merec¨ªa, por ir como iba vestida'. Son los mismos que me acosan y me insultan", reclama.
Lachgar naci¨® en Rabat, al lado de esta playa de los Udaya hace 43 a?os. Y est¨¢ convencida de que la situaci¨®n de las mujeres en los espacios p¨²blicos en Marruecos ha empeorado en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Ella recuerda que en su infancia hab¨ªa mujeres que bajaban a esta playa en ba?ador sin ning¨²n problema. Hay quienes objetan que en realidad era una ¨¦lite, una minor¨ªa las que bajaban en ba?ador. "S¨ª, era una minor¨ªa, pero no hab¨ªa acoso como lo hay ahora", alega.
Hanan, la mujer del niqab, ha venido a la playa con sus dos hijas peque?as. Est¨¢ casada y su marido le "permite" tomar el taxi sola. Tiene una prima que no puede dar un paso en la calle si no va acompa?ada por el marido. Respecto a la campa?a, est¨¢ plenamente de acuerdo. ¡°Est¨¢ escrito en el Cor¨¢n. Antes que ning¨²n hombre lo dijera es Al¨¢ quien ha dicho que las mujeres deben ir bien cubiertas y as¨ª ser¨¢n respetadas¡±.
A solo cien metros de ella se encuentra Safa, de 40 a?os, la ¨²nica mujer en ba?ador, acompa?ada tambi¨¦n por una hija peque?a. ¡°Soy musulmana y soy libre. El que piense que es un hombre porque se acuesta con una mujer no es hombre ni es nada. Mu¨¦strame a 10 hombres y te dir¨¦ que soy m¨¢s fuerte que ellos. Estoy divorciada, dej¨¦ mi pa¨ªs y mi cultura hace 20 a?os, vivo en Londres y me levanto para trabajar todos los d¨ªas a las seis de la ma?ana. Nadie me tiene que decir c¨®mo tengo que ir vestida¡±.
En la playa hay dos hermanas sentadas en la sombra, ambas sin traje de ba?o. Hanan, de 30 a?os, tiene velo. Y Leila, de 36, lleva el cabello descubierto. Curiosamente, la del velo es quien se declara en contra de la campa?a S¨¦ un hombre porque piensa que las mujeres deben ser libres. La hermana est¨¢ a favor.
F¨¢tima tiene 24 a?os, viste burkini y un peto vaquero encima. Acaba de salir del agua junto a su amigo Hus¨ªn. El amigo dice que no est¨¢ ni a favor ni en contra de la campa?a, que es una cuesti¨®n privada y cada pareja debe alcanzar un acuerdo. F¨¢tima se muestra en contra, se declara libre, pero reconoce que no se atreve a bajar sola a la playa porque se siente muy acosada.
En los ¨²ltimos meses las redes sociales han sido de gran utilidad para denunciar acoso y agresiones contra las mujeres y para detener a los agresores. En uno de esos v¨ªdeos se ve¨ªa a un hombre atacando a una menor en plena calle a la luz del d¨ªa mientras ella gritaba: "?Es que no tienes coraz¨®n, no tienes hermana, te gustar¨ªa que le hicieran esto?". La indignaci¨®n en las redes impuls¨® la detenci¨®n de los agresores en menos de 48 horas. Pero la violencia sobre las mujeres sigue muy palpable en el espacio p¨²blico. Una encuesta de ONU Mujeres elaborada en 2016 en la regi¨®n de Rabat-Sal¨¦-Kenitra y difundida en febrero revel¨® que el 38% de los hombres creen que las mujeres merecen en ocasiones ser golpeadas. Y el 62,8% de las mujeres declar¨® haber sufrido alg¨²n acto de violencia.
Betty Lachgar cree que su contracampa?a no lograr¨¢ cambiar la sociedad marroqu¨ª, pero se niega a bajar los brazos. ¡°La expresi¨®n en ¨¢rabe dialectal marroqu¨ª de ¡°s¨¦ un hombre¡± se emplea a cada momento en la vida cotidiana¡±, explica. ¡°Incluso para las mujeres, cuando se pretende animarlas y que tengan fuerza, se les dice ¡®kun rajel¡¯ , que equivale en espa?ol a ¡®ten cojones¡¯. Sabemos que esto no va a cambiar tampoco en diez a?os. Pero hay que hacer algo. Hay que moverse¡±.
Una enorme desigualdad
La situaci¨®n de las mujeres en Marruecos mejor¨® de forma notable en 2004 cuando el rey Mohamed VI impuls¨® un nuevo c¨®digo de familia, conocido con La Mudawana. Con esa ley se elev¨® la edad de casamiento desde los 15 a los 18 a?os. Hasta entonces, era el esposo el ¨²nico que ten¨ªa derecho a repudiar y emprender el divorcio. Y los hombres se quedaban con los bienes del matrimonio. Con la nueva ley es obligatorio el reparto.
Pero a¨²n queda mucho camino por recorrer en igualdad de derechos. A¨²n se siguen celebrando en torno a 45.000 matrimonio entre adultos y mujeres menores de edad. Las relaciones sexuales fuera del matrimonio est¨¢n castigadas con un a?o de c¨¢rcel por el C¨®digo Penal. Para las relaciones entre personas del mismo sexo se prev¨¦n tres a?os de prisi¨®n y para los ad¨²lteros o ad¨²lteras denunciados por sus c¨®nyuges, dos a?os de prisi¨®n.
Las madres solteras se suelen ver marginadas por sus familias y por la sociedad como si fueran prostitutas. A sus hijos se les llama 'wlad ihram', hijos del pecado, en ¨¢rabe dialectal.
Y en cuanto al derecho a heredar, en Marruecos rige como en casi todos los pa¨ªses musulmanes la ley del Cor¨¢n, que obliga a las mujeres a heredar la mitad de dinero y bienes que los hombres.
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