La crisis en Guatemala se debe a haber arrinconado a las mafias
El presidente Morales y sus aliados militares y civiles buscan escapar de las acusaciones de corrupci¨®n
Un juez espa?ol describ¨ªa con tino que a Guatemala le toca construir su democracia y su sistema de justicia independiente sobre cad¨¢veres. Es la herencia de la guerra civil (1960-1996), la pen¨²ltima y m¨¢s sangrienta del continente. Le falt¨® decir en aquella descripci¨®n que el pa¨ªs centroamericano est¨¢ abocado a construir todo sobre cad¨¢veres y con los criminales que ganaron la guerra rondando por las calles y las instituciones del Estado.
Guatemala est¨¢ en este momento en una crisis profunda. No s¨¦ si cuando este art¨ªculo se publique haya ocurrido ya el golpe de Estado que todos esperamos por parte del presidente, Jimmy Morales, y sus aliados militares y civiles que buscan escapar de acusaciones de corrupci¨®n y otros cr¨ªmenes por parte del Ministerio P¨²blico y la Comisi¨®n Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).
Si este golpe ocurre es porque la Cicig y los guatemaltecos estamos m¨¢s cerca que nunca de avanzar definitivamente en la liberaci¨®n del Estado de las mafias que lo han cooptado desde 1978. De las mafias y sus financistas, que son los m¨¢s beneficiados de este sistema pol¨ªtico corrupto en un pa¨ªs con una desigualdad sudafricana, en el que la mitad de los 15 millones de ciudadanos ©¤en su mayor¨ªa mayas©¤ son pobres y en el que el Estado tiene recursos apenas para mantener el statu quo.
La Cicig es un invento de activistas de derechos humanos, que en el 2000 vieron c¨®mo el exdictador Efra¨ªn R¨ªos Montt (1982-1983) retomaba por las urnas el control sobre el Congreso y sobre las instituciones de seguridad y justicia. Pensaron que una Comisi¨®n auspiciada por la ONU, con financiamiento europeo y estadounidense de 18 millones de d¨®lares anuales, y con 150 investigadores y polic¨ªas guatemaltecos, latinoamericanos y europeos, podr¨ªa ayudar a desmantelar ¡°las estructuras que producen impunidad en Guatemala¡±. Despu¨¦s del asesinato de tres diputados salvadore?os a manos de polic¨ªas guatemaltecos, lograron que la ONU y el Estado de Guatemala firmaran la creaci¨®n de la Cicig en 2007.
Desmantelar las estructuras que producen impunidad es neur¨¢lgico en cualquier democracia. ¡°Producir impunidad¡± es la mejor descripci¨®n para esas estructuras que la dictadura dej¨® en las instituciones de seguridad y justicia para asegurarse que en la democracia no perder¨ªan el poder, que se mantendr¨ªan impunes de los cr¨ªmenes del pasado y del presente. Estructuras que desviaban evidencias en el Ministerio P¨²blico, que sobornan a diputados en la elecci¨®n de jueces y a estos para evitar castigos por cr¨ªmenes. As¨ª Guatemala lleg¨® a convertirse, seg¨²n un enviado de la ONU en 2008, en ¡°el pa¨ªs perfecto para cometer un crimen¡±, con un 98% de impunidad.
Desde 2009, Guatemala empez¨® una silenciosa revoluci¨®n desde la justicia: la lucha contra la impunidad. Cuatro mujeres empezaron a aprovechar el apoyo de la Cicig y a hacer que el Ministerio P¨²blico trabajara: Gloria Porras, Claudia Paz, Thelma Aldana y la actual fiscal, Consuelo Porras. Desde entonces, la violencia en el pa¨ªs se redujo de 48 asesinatos por cada 100.000 habitantes a casi la mitad, 27 cr¨ªmenes de este tipo. Y la impunidad se ha reducido lenta pero sostenidamente hasta un 92%, un porcentaje todav¨ªa alt¨ªsimo.
En 2015, este peque?o pa¨ªs centroamericano fue noticia mundial porque despu¨¦s de investigaciones del Ministerio P¨²blico y la Cicig, acompa?adas de multitudinarias manifestaciones, logr¨® derrocar y procesar judicialmente al presidente Otto P¨¦rez Molina, otro general retirado. Esto se debi¨® a que la Cicig, a cargo del juez colombiano Iv¨¢n Vel¨¢squez desde 2013, empez¨® a atacar penalmente no solo a las estructuras que producen impunidad sino a la forma en la que se financian para sobornar jueces y crear campa?as contra la justicia.
Encontr¨® dos formas de financiamiento desde 2015: el contrabando y los aportes electorales il¨ªcitos. Por el contrabando fue acusado y est¨¢ siendo juzgado P¨¦rez Molina. Por financiamiento electoral il¨ªcito est¨¢ siendo acusado el actual presidente, Jimmy Morales. El mandatario es un antiguo actor de un programa de comedia que se postul¨® a las elecciones por un partido de exmilitares. Gan¨® en septiembre de 2015 por ser un outsider, un antipol¨ªtico. La Cicig y el Ministerio P¨²blico no solo encontraron documentos que evidenciaban financiamiento ilegal por dos millones de d¨®lares sino que lograron que 10 de los m¨¢s grandes empresarios lo reconocieran y convocaran a una conferencia de prensa para pedir perd¨®n al pa¨ªs y a sus familias.
El presidente, acorralado y ya solo con el apoyo de una parte del Ej¨¦rcito, de buena parte del Congreso ©¤cuyos l¨ªderes han sido apresados o est¨¢n siendo acusados de corrupci¨®n©¤ y de familiares de grandes empresarios tambi¨¦n procesados, ha iniciado una ruptura constitucional. Este martes, Morales desacat¨® flagrantemente una sentencia de la Corte de Constitucionalidad, el m¨¢ximo tribunal del pa¨ªs, que le hab¨ªa prohibido obstaculizar el trabajo de la Cicig. El presidente orden¨® al Instituto de Migraci¨®n que no permitiera regresar al pa¨ªs al comisionado Vel¨¢squez, que est¨¢ en una gira de trabajo en Washington.
Se prev¨¦ que este mi¨¦rcoles la Corte destituya a los ministros de Estado que no cumplieron con la sentencia y le ordene al presidente permitir el regreso del comisionado. Pero todo apunta a que ni Morales ni sus ministros de Gobernaci¨®n y Defensa acatar¨¢n la orden y que llegar¨¢n al extremo de intentar disolver el alto tribunal.
El intento de un golpe de Estado en 1993, al estilo del peruano Alberto Fujimori, ya fue frenado por una alianza in¨¦dita de fuerzas sociales, empresariales, medios de comunicaci¨®n y la presi¨®n internacional. El entonces presidente Jorge Serrano El¨ªas intent¨® perpetrarlo y lo bautizamos el Serranazo. En 2018, esperamos que si no se logra disuadir a Jimmy Morales de su Moralazo, esta alianza vuelva a formarse en Guatemala para resistirlo y regresar a la democracia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.