S¨¦rgio Moro: el juez que ¡®caz¨®¡¯ a Lula y jur¨® que nunca entrar¨ªa en pol¨ªtica
Alabado por las ¨¦lites como el justiciero que Brasil necesitaba, el instructor de 'Lava Jato' siempre tuvo un perfil pol¨ªtico
El 4 de marzo de 2016 la polic¨ªa se plant¨® ante la residencia de Lula da Silva y le oblig¨® a salir, subirse al coche e ir a comisar¨ªa. Incontables medios reprodujeron el momento, aunque durante horas nadie sab¨ªa exactamente qu¨¦ ocurr¨ªa: ?Estaba Lula detenido? O, como sus muchos detractores esperaban, ?estaba condenado en el caso Lava Jato? ?Era este el fin del expresidente? La respuesta a las dos primeras preguntas era no: Lula solo hab¨ªa sido convocado de manera medi¨¢tica y aparatosa para prestar declaraci¨®n. Pero la ¨²ltima respuesta, a la del fin, es que s¨ª. Aquel fue el d¨ªa que Lula y el p¨²blico vieron por primera vez las garras del nuevo archienemigo del expresidente. El juez S¨¦rgio Moro, quien ahora se convierte en ministro de Justicia de Bolsonaro.
Nacido en Maring¨¢ (Paran¨¢), en ese sur de Brasil que se jacta de germ¨¢nico y met¨®dico, a diferencia del jaranero y corrupto norte; formado en Harvard y curtido en varios casos de lavado de dinero, Moro se dio a conocer con el estallido de la operaci¨®n Lava Jato, en 2015. Como instructor, mostraba un estilo tajante y fr¨ªo, emit¨ªa sin pesta?ear ¨®rdenes de prisi¨®n para los empresarios m¨¢s ricos y poderosos de la primera econom¨ªa latinoamericana y hablaba de un pa¨ªs limpio, lejos del rouba mas faz (roba pero resuelve) de los ¨²ltimos a?os. Era muy p¨²blico. Se dejaba ver todo lo posible, en medios y en vistas judiciales, permitiendo que su nombre se entremezclase con palabras como ¡°Lava Jato¡± o ¡°anti-corrupci¨®n¡±, como sin¨®nimos por asociaci¨®n. Y despu¨¦s de aquel d¨ªa de marzo de 2016 tendr¨ªa un ant¨®nimo: Lula da Silva.
El juez persigui¨® al expresidente de una forma tan obstinada que casi parec¨ªa personal. En abril de 2017, Lula acudi¨® a declarar a la ciudad de Curitiba, donde Moro centraliza sus investigaciones de Lava Jato: para entonces la animadversi¨®n entre ambos era tan popular que aquel hecho judicial se trat¨® en los medios como un encuentro pugil¨ªstico entre dos titanes. Las ¨¦lites y el establishment empresarial adoraban a Moro. Nadie m¨¢s hab¨ªa sido capaz de poner en semejantes apuros al astuto expresidente del PT. Aquello era caza mayor, y la fama de Moro de justiciero intocable, de santo patr¨®n de la corrupci¨®n y el antipetismo, parec¨ªa no conocer techo. En julio de 2017 conden¨® finalmente a Lula. En abril de 2018, se convirti¨® en el primer juez en encarcelar a un expresidente de Brasil. Su victoria se hab¨ªa consumado. Si le correspond¨ªa una recomensa por el trabajo, ahora era el momento.
Hab¨ªa indicios de que Bolsonaro le ca¨ªa bien al juez. Si no a ¨¦l, al menos a su esposa, que no hac¨ªa m¨¢s que subir mensajes a favor del ultraderechista a redes sociales. Tambi¨¦n hab¨ªa indicios de que a Moro le gustaba jugar con la pol¨ªtica. Juraba que no aspiraba a serlo: en p¨²blico y ante periodistas. Pero s¨ª se permit¨ªa gestos como levantar el secreto de sumario de unas delicadas conversaciones grabadas entre Dilma y Lula en el momento en el que m¨¢s da?o les pudo hacer (se disculp¨® por ello). En esta campa?a electoral, public¨® las acusaciones que ten¨ªa de un antiguo n¨²mero dos de Lula a escasos d¨ªas de la primera vuelta.
Y ahora, el cazador de pol¨ªticos se convierte en pol¨ªtico; un gesto que mancha en cierto grado todo lo que ha hecho hasta ahora. Su versi¨®n de la justicia, de repente, cobra todo el aspecto de un acto pol¨ªtico; la caza de Lula, que libr¨® a Bolsonaro de su mayor obst¨¢culo para alcanzar la presidencia, adquiere otra dimensi¨®n. Y cambia el significado de aquel gesto que tuvo, cuando redact¨® la hist¨®rica causa contra Lula y col¨® aquella frase del escritor ingl¨¦s del siglo XVII Thomas Fuller: ¡°Nunca subas tan alto que est¨¦s por encima de la ley¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Sergio Moro
- Operaci¨®n Lava Jato
- Jair Bolsonaro
- Caso Petrobras
- Investigaci¨®n policial
- Sobornos
- Financiaci¨®n ilegal
- Blanqueo dinero
- Petrobras
- Policia Federal
- Esc¨¢ndalos pol¨ªticos
- Corrupci¨®n pol¨ªtica
- Dinero negro
- Financiaci¨®n partidos
- Polic¨ªa
- Corrupci¨®n
- Delitos fiscales
- Fuerzas seguridad
- Partidos pol¨ªticos
- Empresas
- Delitos
- Econom¨ªa
- Pol¨ªtica
- Justicia