Los beligerantes de Yemen acuerdan un intercambio de prisioneros
El gesto no reduce la tensi¨®n en la cita de Suecia con la que la ONU intenta consolidar la pausa en los combates
Las partes en conflicto en Yemen han dado su visto bueno este jueves al intercambio de prisioneros propuesto por el mediador de la ONU, Martin Griffiths. Ese acuerdo ha permitido que Griffiths inaugurara con una nota positiva las primeras conversaciones entre el Gobierno y los rebeldes Huthi desde 2016. No obstante, la tensi¨®n entre las dos delegaciones era palpable en el centro de convenciones cercano a Estocolmo donde se encuentran reunidos. De hecho, momentos antes de la cita, las renovadas exigencias de ambos estuvieron a punto de descarrilarla.
¡°Tenemos ante nosotros una oportunidad ¨²nica. (¡) No quiero mostrarme demasiado optimista pero quiero ser ambicioso¡±, ha declarado Griffiths en la apertura de la reuni¨®n. El enviado de la ONU ha precisado que a¨²n no se trata de conversaciones de paz, sino de ¡°consultas¡± destinadas a crear confianza entre las partes y reducir la violencia sobre el terreno. El intercambio de prisioneros es una de las cuatro medidas que les hab¨ªa planteado y la que sin duda ha encontrado menos obst¨¢culos en ambos bandos.
Griffiths ha celebrado que ese paso permitir¨¢ la reuni¨®n de miles de familias con sus seres queridos. Aunque no ha facilitado cifras, el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR) que va a ocuparse del intercambio estima en al menos 5.000 los beneficiados por la medida.
El ministro de Exteriores del Gobierno internacionalmente reconocido, Khaled al Yemani, dijo a EL PA?S que ellos ten¨ªan 600 prisioneros de guerra y esperaban que los rebeldes liberaran a unos 4.000 de su campo, incluidos un hermano del presidente Abdrabbo Mansur Hadi, el ministro de Defensa y otros dos altos cargos que detuvieron cuando tomaron San¨¢ a finales de 2014. Por su parte, un portavoz Huthi ha declarado que el intercambio afecta a entre 1.500 y 2.000 fuerzas progubernamentales y a entre 1.000 y 1.500 combatientes de su lado.
Con el objetivo de consolidar la fr¨¢gil pausa en los combates conseguida a mediados de noviembre, Griffiths ha planteado tambi¨¦n la reapertura del aeropuerto de San¨¢, la reactivaci¨®n del Banco Central para el pago de los salarios a los empleados p¨²blicos y el libre acceso de la ayuda humanitaria. En una muestra de las dificultades que esperan al mediador de la ONU y a su equipo durante los pr¨®ximos d¨ªas, las amenazas entre las partes se iniciaron incluso antes de entrar en la sala.
¡°Si el aeropuerto de la capital yemen¨ª no se reabre [al tr¨¢fico comercial] durante las conversaciones de paz en Suecia, pido al Consejo Pol¨ªtico y al Gobierno [rebelde] que lo cierre para todos los aviones¡±, tuiteaba a primera hora Mohammed Ali Al Huthi, un alto responsable rebelde, en clara referencia a los aviones de la ONU. Estos son los ¨²nicos autorizados a usar el aer¨®dromo por parte de la coalici¨®n ¨¢rabe que respalda al Gobierno de Hadi y que controla el espacio a¨¦reo yemen¨ª.
Enseguida le respond¨ªa por el mismo medio el jefe de la delegaci¨®n gubernamental. El combativo Al Yemani ped¨ªa que ¡°las milicias golpistas se retiren completamente de la costa occidental y entreguen la zona al Gobierno leg¨ªtimo¡±. El mensaje, que desapareci¨® poco despu¨¦s, se refer¨ªa a Hodeida, convertida desde junio en el principal frente activo. Un ataque sobre ese puerto pondr¨ªa en peligro la principal v¨ªa de entrada de alimentos y medicinas, desatando una hambruna generalizada entre los yemen¨ªes, un 70 % de los cuales viven en la zona controlada por los rebeldes.
La pataleta es s¨®lo un signo de las enormes diferencias que separan a los beligerantes tras casi cuatro a?os de guerra. ¡°Lograr que ambas delegaciones est¨¦n aqu¨ª ya es un avance importante¡±, ha subrayado Griffiths, cuyo primer intento fracas¨® hace apenas tres meses. Este abogado brit¨¢nico, a quien el secretario general de la ONU encarg¨® el complicado dosier yemen¨ª el pasado febrero, intenta ahora aprovechar la preocupaci¨®n internacional que ha suscitado la grave situaci¨®n humanitaria del pa¨ªs y, sobre todo, el mayor escrutinio de Occidente sobre Arabia Saud¨ª tras el caso Khashoggi.
Aunque el conflicto empez¨® con el golpe de Estado Huthi, existe un amplio consenso en que fue la intervenci¨®n militar saud¨ª, con el apoyo de Emiratos ?rabes, para reinstaurar al Gobierno de Hadi, la principal responsable de la crisis humanitaria en que se ha sumido Yemen. Hoy la guerra se ha convertido en nuevo frente de la rivalidad regional entre los pa¨ªses ¨¢rabes sun¨ªes e Ir¨¢n (chi¨ª) que respalda a los Huthi.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.