Las facciones de la guerra en Yemen dan pasos hacia un cese de las hostilidades
El rey Salm¨¢n, el Gobierno internacionalmente reconocido y los rebeldes Huthi respaldan las negociaciones de la ONU
Los esfuerzos internacionales para que cesen las hostilidades en Yemen est¨¢n tomando impulso por primera vez en cuatro a?os. En el plazo de apenas 24 horas, los rebeldes Huthi han anunciado que suspenden sus ataques de misiles contra Arabia Saud¨ª, el Gobierno yemen¨ª apoyado por Riad ha comprometido su presencia en las conversaciones de paz que promueve la ONU, y el rey Salm¨¢n ha expresado su apoyo a una soluci¨®n pol¨ªtica del conflicto. A¨²n es pronto para cantar victoria, pero fuentes diplom¨¢ticas vinculadas al proceso esperan que se logre ¡°bajar presi¨®n a la olla¡± y sea posible sentar a hablar a los implicados.
Son los primeros gestos positivos despu¨¦s de que la hambruna que amenaza a los yemen¨ªes y el asesinato de Jamal Khashoggi hayan sacudido a la opini¨®n p¨²blica internacional. De todos ellos, el m¨¢s novedoso es sin duda el paso dado por los Huthi, cuya toma del poder en San¨¢ en 2014 sirvi¨® de pretexto a Arabia Saud¨ª para lanzarn 2015 su intervenci¨®n militar en apoyo del presidente Abdrabbo Mansur Hadi. Lo que el pr¨ªncipe Mohamed Bin Salm¨¢n, hijo del rey y ministro de Defensa saud¨ª, pens¨® que iba a ser un paseo que le ayudar¨ªa a bru?ir su imagen de l¨ªder, se ha convertido en un desastre humanitario sin precedentes.
Desde el principio todos han apoyado de boquilla los esfuerzos de paz de la ONU. Pero en la pr¨¢ctica las negociaciones chocaban con la dificultad del proceso. ?Qui¨¦n da el primer paso para rebajar las tensiones? La resoluci¨®n 2216 de la ONU, adoptada el 14 de abril de 2015 apenas dos semanas despu¨¦s de que Arabia Saud¨ª (apoyada por Emiratos ?rabes Unidos y, en menor medida, otros pa¨ªses ¨¢rabes) iniciara su campa?a, respalda la legitimidad del Gobierno de Hadi y exige el desarme de los Huthi, dejando escaso incentivo a ese grupo para aceptarla.
¡°Anunciamos nuestra iniciativa para parar los ataques con misiles y drones sobre los pa¨ªses agresores¡±, afirma Mohamed Ali al Huthi, el presidente del Comit¨¦ Supremo Revolucionario de Ansarullah (nombre del partido-milicia conocido coloquialmente como Huthi por la tribu que inici¨® el movimiento). La decisi¨®n, explica, responde a una petici¨®n en ese sentido del enviado especial de la ONU, Martin Griffiths. Adem¨¢s, el grupo se muestra dispuesto a un alto el fuego m¨¢s amplio ¡°si hay voluntad de paz¡± por la otra parte.
Poco antes, el Gobierno yemen¨ª hab¨ªa remitido una carta a Griffiths, en la que expresaba su respaldo a los esfuerzos de paz y avanzaba que ¡°enviar¨¢ una delegaci¨®n a las consultas destinadas a encontrar una soluci¨®n pol¨ªtica¡± al conflicto. Llama la atenci¨®n ese anuncio antes incluso de que se conozcan las fechas y el contenido de la cita, que el diplom¨¢tico brit¨¢nico intenta cuadrar para el 3 de diciembre en Estocolmo.
Griffiths, que se hizo cargo del dosier yemen¨ª la pasada primavera, fracas¨® en su primer intento de reunir a las partes en septiembre en Ginebra. Ahora intenta capitalizar el llamamiento al cese de las hostilidades lanzado por EEUU despu¨¦s de que el asesinato de Khashoggi haya elevado el escrutinio internacional sobre Arabia Saud¨ª.
Respaldo del rey Salm¨¢n al heredero
El rey Salm¨¢n de Arabia Saud¨ª ha respaldado este lunes al aparato judicial de su pa¨ªs, bajo la lupa tras su controvertida gesti¨®n del caso Khashoggi. "El reino se fund¨® sobre los principios isl¨¢micos de justicia e igualdad, y nos sentimos orgullos de los esfuerzos del poder judicial y de la fiscal¨ªa en el cumplimiento de la tarea que se les ha encomendado", ha manifestado el monarca en su discurso de apertura del Consejo Consultivo (un protoparlamento de designaci¨®n real que asesora al Gobierno).
Era la primera intervenci¨®n p¨²blica del rey desde el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el Consulado saud¨ª en Estambul. No ha mencionado el asunto, pero sus palabras, y el respaldo que ha dado a las reformas econ¨®micas y sociales promovidas por su hijo y heredero, el pr¨ªncipe Mohamed, reafirman el cierre de filas de la familia real en torno a ¨¦ste. Aunque tanto el Gobierno turco como la CIA se han declarado convencidos de que el heredero fue el responsable ¨²ltimo del crimen, el fiscal general del reino le exoner¨® por completo en las conclusiones de su investigaci¨®n que hizo p¨²blicas la semana pasada. Mohamed, que gestiona el d¨ªa al d¨ªa del pa¨ªs, tambi¨¦n estuvo presente durante el discurso.
Aunque inicialmente la coalici¨®n respondi¨® reanudando el asalto a Hodeida, el ¨²ltimo gran puerto en manos de los Huthi, desde mediados de la semana pasada las fuerzas progubernamentales han detenido la ofensiva (no obstante en la noche del lunes se reavivaron los combates en algunos barrios). Es muy significativo porque esa ciudad se ha convertido en el foco central de la guerra desde que el resto de los frentes se estabiliz¨® tras la conquista de Mareb el a?o pasado. No ha habido un anuncio formal de alto el fuego, pero las recientes declaraciones de portavoces saud¨ªes y emirat¨ªes a favor de nuevas conversaciones parecen fruto de los esfuerzos diplom¨¢ticos.
En ese contexto, adquiere especial relevancia el apoyo a ¡°una soluci¨®n pol¨ªtica en Yemen¡± expresado por el rey Salm¨¢n de Arabia Saud¨ª durante su discurso de apertura del Consejo Consultivo (Shura). El rey Salm¨¢n ha precisado no obstante que la implicaci¨®n del reino en el conflicto ¡°no fue una elecci¨®n, sino un deber¡± para hacer frente a la milicia Huthi. Riad considera que los rebeldes son un instrumento de Ir¨¢n, su rival geoestrat¨¦gico.
A¨²n quedan muchos escollos por resolver. Pero si se logra sacar adelante la cita de Estocolmo como intenta el enviado de la ONU se habr¨¢ dado un paso que puede ser crucial para los millones de yemen¨ªes amenazados por la hambruna. ¡°Existe una oportunidad para alcanzar una tregua humanitaria¡±, estima un ex embajador yemen¨ª sin hacerse demasiadas ilusiones.
El comunicado de Ansarullah no aclara si va a participar en las conversaciones. En septiembre se negaron a ir a Ginebra porque los saud¨ªes no autorizaron el traslado de 50 heridos de guerra, algo que se les hab¨ªa prometido. El enviado de la ONU dijo el viernes ante el Consejo de Seguridad que ten¨ªa ¡°garant¨ªas firmes¡± de ambas partes de que acudir¨ªan a la cita de Suecia. Dados los recelos de los Huthi a tomar un avi¨®n que pueda ser interceptado por Arabia Saud¨ª (que controla el espacio a¨¦reo yemen¨ª), Griffiths dio a entender que estaba dispuesto a llevarles en el suyo propio.
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