La paradoja de T¨²nez: el asalto femenino al poder es islamista
Los mujeres que avanzan en pol¨ªtica en el pa¨ªs proceden del ¨¢mbito m¨¢s conservador y religioso
Pa¨ªs pionero dentro del mundo ¨¢rabe en la emancipaci¨®n de la mujer, T¨²nez hace a?os que cuenta con mujeres en esferas tradicionalmente reservadas a los hombres: la direcci¨®n de empresas, la magistratura, o la cirug¨ªa. Sin embargo, el ¨¢mbito pol¨ªtico se resist¨ªa hasta la aprobaci¨®n de una nueva ley electoral paritaria, que permiti¨® alcanzar la cifra de un 40% de concejalas en las elecciones municipales del pasado mes de mayo. Curiosamente, las principales protagonistas del asalto al poder no han sido mujeres surgidas de los ambientes feministas tradicionales, sino de su bestia negra: el islamismo. Sus m¨¢s conspicuas representantes son Suad Abderrahim, alcaldesa de T¨²nez y Saida Ounissi, ministra de Trabajo.
¡°Las mujeres alcaldesas tenemos una gran responsabilidad. Hemos de demostrar que podemos gobernar tan bien o mejor que los hombres¡±, sostiene Abderrahim en su espacioso despacho, emplazado en un lujoso palacio construido por el dictador depuesto Ben Al¨ª. Mujer de fuerte temperamento, fue ella quien negoci¨® hasta el ¨²ltimo momento el apoyo de otros partidos a su investidura, cuando su formaci¨®n, Ennahda, parec¨ªa haber tirado la toalla. La alcald¨ªa no es el primer cargo pol¨ªtico de responsabilidad que ocupa, pues presidi¨® la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la Asamblea Constitucional en 2012.
A sus 54 a?os, esta exitosa ejecutiva del sector farmac¨¦utico se ha convertido en la primera alcaldesa electa en la capital ¨¢rabe. Abderrahim reivindica la capacidad de la mujer de gobernar con un talante m¨¢s ¡°conciliador¡±, la actitud que debe guiar su mandato. ¡°Durante la campa?a no encontr¨¦ el rechazo de la poblaci¨®n por ser mujer. Solo algunos lo hicieron despu¨¦s¡±, afirma en una velada referencia a sus adversarios. Algunos responsables del partido conservador laico Nid¨¢ Tunis adujeron que el cargo de sheij al-balad¨ªa lo deb¨ªa ocupar un hombre por su funci¨®n representativa en algunos eventos religiosos. Abderrahim fue la ¨²nica candidata femenina en la capital, la principal batalla de las municipales.
El perfil de Ounissi es muy diferente del de la alcaldesa, y no solo por su elecci¨®n de cubrirse siempre con el hijab o velo isl¨¢mico. Hija de un militante islamista, a una corta edad atraves¨® clandestinamente la frontera de Argelia con su familia, y creci¨® en Francia. La revoluci¨®n y una invitaci¨®n para integrar las listas de Ennahda en las legislativas de 2014 frenaron su brillante carrera acad¨¦mica en la Sorbona. Tras los comicios, fue nombrada secretaria de Estado, y en oto?o, ministra, culminando un ascenso fulgurante. ¡°Para m¨ª, es una oportunidad excelente para servir a mi pa¨ªs y poner en pr¨¢ctica lo aprendido en la universidad¡±, explica esta pol¨ªglota de solo 31 a?os, la ministra m¨¢s joven de la historia del pa¨ªs magreb¨ª.
Ounissi, que se define como feminista, se siente c¨®moda en el seno de Ennahda y sostiene que la mentalidad patriarcal es transversal a todos los partidos pol¨ªticos en T¨²nez: ¡°Los mismos problemas y obst¨¢culos que nos encontramos las mujeres de Ennahda se los encuentran las compa?eras de otros partidos¡±. La ministra discrepa de la idea de que su identidad y trayectoria representan una excepci¨®n en la formaci¨®n islamista. ¡°A m¨ª me inspiraron las militantes de Ennahda, unas verdaderas luchadoras. Hace mucho tiempo que la mujer tiene un papel importante en el partido¡±, a?ade.
?Un gesto de 'marketing'?
No obstante, los detractores de Ennahda argumentan que el nombramiento de Ounissi o Abderrahim responde a una mera campa?a de marketing pol¨ªtico. En cambio, sus l¨ªderes aseguran que es fruto de la evoluci¨®n del partido, que en su congreso de 2016 apost¨® por separar pol¨ªtica y religi¨®n, y abrirse a la sociedad. ¡°Durante su desarrollo inicial, el movimiento era reticente a integrar a la mujer en pol¨ªtica ¡ El cambio se inici¨® a finales de los setenta, cuando [el cofundador de Ennahda?Rachid]?Ghanouchi cambi¨® su posici¨®n inicial¡±, sostiene el profesor Mohamed Dhia Hammami. ¡°Tras la revoluci¨®n, Ennahda intent¨® presentarse como defensor de los derechos de la mujer ¡ pero todav¨ªa conserva unas posiciones tradicionalistas sobre la posici¨®n de la mujer en la esfera privada¡±.
En parte, los recelos provienen de la postura de Ennahda durante el debate constitucional, cuando apost¨® por describir como ¡°complementaria¡± la relaci¨®n entre el hombre y la mujer, antes de verse forzado a sustituirlo por el concepto de ¡°igualdad¡± a causa de la movilizaci¨®n de feministas y laicos. Precisamente, una de las cuestiones m¨¢s candentes es la propuesta del presidente Ca?d Essebsi de reformar la ley para garantizar la paridad de sexos en la herencia, alejando la norma de las prescripciones de la ley isl¨¢mica. De momento, el partido islamo-dem¨®crata, seg¨²n su propia definici¨®n, no se ha posicionado de forma oficial, pero todo parece indicar que se opondr¨¢ a la medida.
Las pr¨®ximas elecciones, previstas para finales de 2019, podr¨ªan proporcionar una oportunidad a las pol¨ªticas laicas para revertir la pujanza de las islamistas. Salma Elloumi, exministra de Turismo y miembro de una de las familias m¨¢s ricas del pa¨ªs, suena con fuerza como candidata a los comicios presidenciales de Nid¨¢ Tunis, el partido de Essebsi. Pero, ?est¨¢ T¨²nez preparado para elegir a una jefa de Estado? Una candidata ya lo intent¨® en 2014, Kalthoum Kannou, expresidenta de la Asociaci¨®n Tunecina de Magistrados. ¡°Estoy en conversaciones para diversos sectores y me planteo volver a presentarme en 2019¡±, asegura esta jueza en¨¦rgica y optimista.
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