Un grupo de alcaldes italianos se rebela contra Salvini por su ley de seguridad
Los regidores de Palermo, N¨¢poles, Parma o Florencia se niegan a aplicar la normativa alegando que viola los derechos humanos
La ley de seguridad de Matteo Salvini, que endurece las pol¨ªticas migratorias, contin¨²a generando divisi¨®n en Italia. Varios alcaldes de algunas de las principales ciudades han lanzado un pulso al ministro del Interior y han anunciado que no aplicar¨¢n las disposiciones de la norma que seg¨²n ellos est¨¢n destinadas solo a complicar la vida de los extranjeros. En un momento de ausencia de oposici¨®n al Gobierno a nivel nacional, este movimiento cobra mayor fuerza.
El germen de la discordia est¨¢ en el art¨ªculo relativo a los empadronamientos de los inmigrantes en los Ayuntamientos y que suspende el derecho a inscribirse como residente a quienes han solicitado asilo y a¨²n est¨¢n a la espera de que se resuelva su petici¨®n, a pesar de que tienen pleno derecho a permanecer en el pa¨ªs, avalado por un permiso espec¨ªfico. Sin el empadronamiento no se puede acceder al sistema de acogida ni a la gran mayor¨ªa de servicios p¨²blicos y privados.
Para el alcalde de Palermo, Leoluca Orlando, heredero del ala de izquierdas de la antigua Democracia Cristiana y el primero en abrir la brecha con el Gobierno central, en este precepto hay mucho de discriminaci¨®n y poco de aut¨¦ntica seguridad. ¡°Apesta a racismo¡±, ha dicho y ha a?adido: ¡°Es un texto inhumano que viola los derechos humanos e induce al crimen al calificar como ilegales a personas que se encuentran leg¨ªtimamente en nuestro territorio¡±. Su ataque directo a Salvini no queda ah¨ª: ¡°Todos los reg¨ªmenes [totalitarios] comienzan con unas leyes raciales¡±, ha lanzado. Los alcaldes de N¨¢poles, Florencia, Reggio Calabria y Parma han sumado fuerzas con Orlando y han anunciado que tampoco aplicar¨¢n el controvertido art¨ªculo.
Salvini, l¨ªder de la ultraderechista Liga, entr¨® de inmediato en la guerra dial¨¦ctica y acus¨® a los alcaldes de explotar la pol¨¦mica ¡°para sentirse un poco de izquierdas¡±. Tambi¨¦n ha pedido p¨²blicamente la dimisi¨®n de los ¡°desobedientes¡±, a quienes ha llamado ¡°amigos de los clandestinos, traidores de los italianos¡±, y ha anunciado inspecciones extraordinarias en los padrones de los Ayuntamientos. ¡°No les env¨ªo al ej¨¦rcito, pero tendr¨¢n que responder legalmente por ello¡±, ha dicho.
Con Luigi De Magistris, regidor de N¨¢poles, Salvini mantiene hist¨®ricamente una encendida rivalidad, particularmente candente en materia migratoria. El alcalde, en declaraciones a este peri¨®dico considera que ¡°es muy grave que el ministro del Interior de un Gobierno intimide a los alcaldes que simplemente quieren aplicar la ley en conformidad con la Constituci¨®n, no quieren eliminarla o romperla¡±. Adem¨¢s, se?ala que en este momento en Italia ¡°hay una gran oposici¨®n social, de movimientos, asociaciones, ciudades, redes c¨ªvicas para intentar construir una alternativa pol¨ªtica desde abajo a este Gobierno que est¨¢ poniendo a prueba la resistencia constitucional del pa¨ªs¡±.
Al margen de la nueva ley de inmigraci¨®n, esta rebeli¨®n, que en otro momento hubiera pasado incluso inadvertida, en este periodo, con una oposici¨®n pr¨¢cticamente inexistente y completamente descompuesta, cobra relevancia y un significado particular. En un escenario en el que el Partido Dem¨®crata, el tradicional aglutinante de las izquierdas est¨¢ sumido en discordias internas, al borde de la extinci¨®n y la derecha de Silvio Berlusconi, Forza Italia, en estado moribundo, en ausencia de una oposici¨®n real, cualquier cosa que se le parezca sirve como tal para ocupar ese espacio antag¨®nico natural. As¨ª se ha interpretado, por ejemplo, el discurso de fin de a?o del presidente de la Rep¨²blica, Sergio Mattarella, en el que llam¨® a rechazar el rencor, el insulto, la intolerancia, que crean hostilidad y temor. ¡°La verdadera seguridad se lleva a cabo, con eficacia, preservando y garantizando los valores positivos de la convivencia, dijo¡±.
El polit¨®logo Giovanni Orsina cree que con esta rebeli¨®n, las posibilidades reales de afectar al Gobierno en este momento son limitadas. ¡°Parece un modo de intentar convencerse de que este Gobierno es d¨¦bil, aunque por el momento resulta que el Gobierno se ha hecho bastante fuerte, aunque solo sea por la falta de alternativas¡±, se?ala. El analista cree que ponerse contra Salvini en un terreno en el que ¨¦l es especialmente fuerte y en el que disfruta de un amplio consenso puede no ser una buena idea. ¡°Corren el riesgo de resultar ineficaces. Al final es un reemplazo de una oposici¨®n real que no existe, tendr¨ªa m¨¢s sentido si reforzaran una oposici¨®n nacional, que a¨²n no se ve¡±, dice.
Pulso a la pol¨ªtica de puertos cerrados
Los regidores de N¨¢poles y de Palermo, Luigi De Magistris y Leoluca Orlando se han ofrecido a abrir los puertos de sus ciudades para el barco Sea Watch 3, bloqueado en el Mediterr¨¢neo desde el pasado 22 de diciembre, con 32 migrantes a bordo, a la espera de un lugar seguro en el que desembarcar.
El socio de Salvini en el Gobierno de coalici¨®n, Luigi di Maio, del Movimiento 5 Estrellas, tambi¨¦n lanz¨® un desaf¨ªo interno a la pol¨ªtica de puertos cerrados del ministro del Interior y se ofreci¨® a acoger a parte de los inmigrantes, con una jugada in¨¦dita hasta ahora. "Que Malta desembarque inmediatamente a las mujeres y ni?os del barco y los env¨ªe a Italia, los acogeremos", escribi¨® en Facebook.
Salvini respondi¨® una hora despu¨¦s en la misma red social que su postura no hab¨ªa variado. "El tr¨¢fico de seres humanos debe detenerse: quien huye de la guerra llega a Italia en avi¨®n, como ya hacen muchos, no con los barcos. Podemos enviar medicinas, comida y ropa, pero basta de chantajes", ha asegurado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.