May intenta trasladar a la UE la responsabilidad de un fracaso en el acuerdo del Brexit
Bruselas responde con una oferta para flexibilizar la salvaguarda sobre la frontera irlandesa
Agotados los argumentos, ha llegado la hora de las amenazas. Theresa May someter¨¢ de nuevo a votaci¨®n del Parlamento su acuerdo del Brexit el pr¨®ximo martes, y las perspectivas de que salga adelante no son halag¨¹e?as. As¨ª que la primera ministra ha desistido de intentar convencer a los euroesc¨¦pticos recalcitrantes del Partido Conservador y trasladar sus temores a dos grupos muy concretos: los ciudadanos que votaron a favor de la salida de la UE y los jefes de Estado y de Gobierno de las instituciones comunitarias.
A los ciudadanos brit¨¢nicos les ha avisado de que si el acuerdo fracasa, "quiz¨¢ no salgamos nunca de la UE". Y la advertencia la ha lanzado en la localidad de Grimsby (Reino Unido), donde el Brexit obtuvo un respaldo mayoritario en el refer¨¦ndum de 2016.
Y a los l¨ªderes europeos les ha recordado que la salida sin acuerdo es un arma de destrucci¨®n masiva para ambos lados. "Me transmiten que les preocupa que se agote el tiempo (...) Mi mensaje para ellos es que ha llegado el momento de actuar", ha urgido May a los socios comunitarios a solo 21 d¨ªas de que expire el plazo para la salida del Reino Unido de la UE.
Unas horas despu¨¦s del discurso de May, la Uni¨®n Europea ha dado a conocer una nueva oferta a Londres para intentar salvar el acuerdo sobre el Brexit. El negociador jefe europeo del Brexit, Michel Barnier, ha informado este viernes a los 27 Estados miembros de la UE que ha ofrecido al gobierno de May garant¨ªas adicionales para convencer al Parlamento brit¨¢nico de que el acuerdo de salida no condena al Reino Unido a permanecer de manera indefinida en una uni¨®n aduanera con el resto de socios comunitarios.
El Parlamento brit¨¢nico rechaz¨® en enero por abrumadora mayor¨ªa el acuerdo de salida, por temor a la llamada salvaguarda irlandesa (backstop, en la jerga de los negociadores). Ese mecanismo pretende evitar la aparici¨®n de una frontera entre las dos partes de Irlanda en caso de que tras el Brexit se retrase el futuro acuerdo comercial entre Bruselas y Londres. La salvaguarda obliga a Reino Unido a mantener un territorio aduanero com¨²n con la UE hasta que la nueva relaci¨®n comercial est¨¦ fijada.
La oferta de Barnier ofrece una salida unilateral a Londres de la uni¨®n aduanera siempre y cuando garantice que el resto de la salvaguarda funciona, es decir, que se mantiene la libre circulaci¨®n de bienes y servicios entre la Rep¨²blica de Irlanda e Irlanda del Norte (territorio brit¨¢nico). Barnier no ha concretado de momento c¨®mo se articular¨ªa esa flexibilidad. Pero fuentes diplom¨¢ticas aseguran que se tratar¨ªa de mantener a Irlanda del Norte en la uni¨®n aduanera mientras el Reino Unido la abandona, una f¨®rmula que ya rechaz¨® May hace meses.
La propuesta europea parece destinada a ayudar a May a superar la votaci¨®n del pr¨®ximo martes. Pero hay muchas dudas de que pueda ser la soluci¨®n. Y fuentes diplom¨¢ticas reconocen que se trata, sobre todo, de devolver a Londres la responsabilidad del rechazo del acuerdo.
El Gobierno brit¨¢nico ha apostado todo su capital restante al esfuerzo de lograr obtener de la UE garant¨ªas legales de que el llamado backstop no se mantendr¨¢ por tiempo indefinido. Pero, de momento, el equipo negociador de Downing Street, compuesto por el ministro para la Salida de la UE, Stephen Barclay, y el Abogado General del Estado, Geoffrey Cox, no han logrado avances en sus conversaciones.
Barnier ha asegurado que "continuaremos trabajando intensamente durante los pr¨®ximos d¨ªas para garantizar que el Reino Unido sale de la UE con acuerdo". El negociador europeo recuerda a Londres que el acuerdo cerrado en noviembre del a?o pasado ya incluye un panel de arbitraje que podr¨ªa autorizar a Reino Unido a suspender ciertas partes de la salvaguarda irlandesa si la UE no cumpliera su promesa de negociar de buena fe una nueva relaci¨®n comercial.
La oferta de Barnier incluye ahora el compromiso de reforzar esas garant¨ªas, dando car¨¢cter legalmente vinculante a las cartas remitidas a Downing Street en enero por el presidente de la Comisi¨®n, Jean-Claude Juncker, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Aquellas dos misivas intentaban ayudar a May a superar la votaci¨®n en Westminster con un solemne compromiso de que la UE no ten¨ªa ninguna intenci¨®n de perpetuar la uni¨®n aduanera con Reino Unido. Los parlamentarios ignoraron ol¨ªmpicamente la promesa y rechazaron el acuerdo. La UE propone ahora convertir esas cartas en un compromiso legal, que podr¨ªa ser invocado por el panel de arbitraje para suspender el backstop.
"Los diputados se enfrentar¨¢n la semana que viene a una importante decisi¨®n", ha dicho May en Grimsby, "pero la UE tambi¨¦n debe tomar una decisi¨®n. Ambos somos parte en este proceso. Est¨¢ en el inter¨¦s de la Uni¨®n Europea que Reino Unido abandone las instituciones con un acuerdo. Estamos trabajando conjuntamente, pero las decisiones que la UE tome en los pr¨®ximos d¨ªas tendr¨¢n un gran impacto en el resultado de la votaci¨®n".
Hasta ahora, los intentos del Gobierno brit¨¢nico de incrementar la presi¨®n sobre Bruselas para lograr torcer el brazo a la Comisi¨®n Europea han chocado contra un muro, pero el equipo de May parece confiar -en el fondo, les acusan desde la oposici¨®n, esa ha sido siempre su estrategia- en que el v¨¦rtigo de la cercan¨ªa de la fecha de salida, el pr¨®ximo 29 de marzo, ablande la resistencia europea.
"Creo que en los ¨²ltimos d¨ªas ha habido avances. Se puede lograr m¨¢s y es posible hacerlo", se sumaba el ministro brit¨¢nico de Exteriores, Jeremy Hunt, en declaraciones a la BBC, a la estrategia de May. "Pero si todo esto termina de un modo amargo, las generaciones futuras dir¨¢n que Europa se equivoc¨®. Conf¨ªo en que no sea as¨ª".
En situaci¨®n de espera
La primera ministra se vio forzada la semana pasada, ante la amenaza de dimisiones en bloque de miembros proeuropeos de su Gobierno, a trabajar con un calendario que juega en su contra y ha colocado a los principales actores de este drama en situaci¨®n de espera. El martes volver¨¢ a votarse el acuerdo del Brexit. De resultar derrotado, como todo parece indicar, entre el mi¨¦rcoles y el jueves siguiente se votar¨¢n dos nuevas mociones que el Ejecutivo brit¨¢nico se ha comprometido a presentar.
La primera de ellas preguntar¨¢ a los diputados si est¨¢n de acuerdo en abandonar las instituciones comunitarias sin ning¨²n tipo de acuerdo, a pesar de los vaticinios de desastre que manejan todas las instituciones econ¨®micas. Si dicen que no, se votar¨¢ un segundo texto que otorgue a May el mandato de solicitar a Bruselas una pr¨®rroga en la fecha de salida. Una extensi¨®n "breve y limitada", acot¨® la primera ministra en el Parlamento. Una extensi¨®n en la que ella misma no cree, pero que se ha convertido en el comod¨ªn con el que ya cuentan todas las facciones pol¨ªticas. Los euroesc¨¦pticos, porque creen que una pr¨®rroga de dos meses no servir¨¢ para nada y al final lograr¨¢n lo que pretenden: un Brexit a las bravas. Los moderados, porque ven la oportunidad de que surja un pacto entre conservadores y laboristas que suavice los t¨¦rminos de la salida, lo que llaman la "opci¨®n Noruega". Los proeuropeos, porque ven m¨¢s posibilidades de impulsar un segundo refer¨¦ndum. Y los negociadores de la Uni¨®n Europea, porque se quitan de encima la presi¨®n en incremento que provoca la cercan¨ªa del 29 de marzo.
"Si no logramos que se produzca el Brexit, no podremos avanzar en todos aquellos asuntos dom¨¦sticos que preocupan a la ciudadan¨ªa. Tendremos por delante simplemente m¨¢s meses y a?os de discusi¨®n. Si seguimos por ese camino, puede que nunca salgamos de la UE en absoluto", ha dicho la primera ministra a una ciudadan¨ªa que, intuye May, est¨¢ harta de todo este embrollo y quiere salir de ¨¦l cuanto antes.
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