El ca¨®tico arranque del Gobierno Bolsonaro en Brasil
El ultraderechista cumple cien d¨ªas al frente de la primera potencia econ¨®mica de Latinoam¨¦rica con una gesti¨®n err¨¢tica, dos ministros destituidos y divisiones en el Gabinete
En la ceremonia para celebrar sus 100 d¨ªas en el poder, el presidente de Brasil presumi¨® este jueves de logros, dio las gracias a su equipo e hizo una confesi¨®n: ¡°De vez en cuando le pregunto a Dios, ?yo qu¨¦ hice para estar aqu¨ª?¡±. Es probable que alg¨²n otro mandatario se lo haya planteado, lo llamativo es que el l¨ªder del quinto pa¨ªs m¨¢s poblado del mundo, de la primera potencia econ¨®mica de Latinoam¨¦rica, lo cuente. Esa franqueza entusiasma a sus fieles. Resulta que Jair Messias Bolsonaro, 64 a?os, se hab¨ªa respondido d¨ªas antes, en una entrevista, cuando atribuy¨® a su hijo Carlos, apodado el Pitbull, el m¨¦rito de su aterrizaje en el elegante Palacio de Planalto.
¡°?l me puso aqu¨ª. Realmente fueron sus medios los que me colocaron aqu¨ª¡±, admit¨ªa el antiguo militar y veterano diputado. Bolsonaro es sin duda el presidente m¨¢s at¨ªpico que ha tenido Brasil desde el fin de la dictadura. No solo porque Facebook fue clave en la victoria del ultraderechista, sino porque preside un Gobierno dividido en facciones cuya trayectoria desde el 1 de enero ha sido err¨¢tica, con divisiones internas, estridente en las formas y con cargas de profundidad contra las instituciones.
En solo tres meses, el presidente ha destituido a dos ministros y causado indignaci¨®n dentro y fuera de Brasil al alentar al Ej¨¦rcito a que conmemorara el golpe de Estado de 1964 o afirmar, nada menos que en Israel, que ¡°no hay duda de que el nazismo fue un movimiento de izquierdas¡±. Historiadores alemanes, entre otros, le desmintieron.
Y mientras busca apoyo parlamentario para que sus dos grandes proyectos ¡ªla reforma del insostenible sistema de pensiones y las leyes para combatir el crimen y la corrupci¨®n¡ª avancen en el atomizado congreso, Brasil ha hecho nuevos amigos en la arena internacional. Pero la econom¨ªa sigue sin despegar mientras la oposici¨®n est¨¢ desaparecida y el presidente se empe?a en erosionar la credibilidad de la prensa o de las propias instituciones del Estado.
Capital dilapidado
El nacionalpopulista se estren¨® con un enorme capital pol¨ªtico gracias a su contundente victoria y a la enorme confianza de los mercados. Pero lo ha dilapidado hasta convertirse en el presidente peor valorado en el primer trimestre, seg¨²n Datafolha. Este Gobierno es p¨¦simo o malo para un 30%, regular para un 33% y ¨®ptimo o bueno para el 32% restante. Sus votantes lo eligieron porque encarnaba un cambio radical. Confiaban en que diera la vuelta al sistema y resucitara la econom¨ªa, pero el arranque ha sido accidentado. En este pa¨ªs obsesionado por cuantificarlo todo, los medios se han llenado de balances. O Globo sostiene que el presidente ha cumplido ¨ªntegramente 18 y parcialmente 17 de sus 35 promesas para los 100 primeros d¨ªas. Desde facilitar la posesi¨®n de armas hasta la paga navide?a anunciada el jueves para 13 millones de familias pobres que reciben la ayuda Bolsa Familia.
Expectativas
Para el 60% de los encuestados por Datafolha, ha hecho menos de lo esperado. Al analizar hasta qu¨¦ punto ha cumplido las expectativas, la profesora Tassia Cruz de la Fundaci¨®n Getulio Vargas divide a sus votantes en tres grupos. ¡°Para los que lo eligieron porque no era el PT [el Partido de los Trabajadores, de Lula], con un anhelo de renovaci¨®n pol¨ªtica, de separar la presidencia de los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, de tener un Gobierno de tecn¨®cratas y pol¨ªticas p¨²blicas eficaces, ciertamente no estuvo a la altura¡±, explica. Los atra¨ªdos por su agenda liberal en econom¨ªa ¡°todav¨ªa tienen esperanzas de una mejora¡±, a?ade. Pero la especialista sostiene que gobierna para el tercer grupo, los que abrazan su discurso sin fisuras. ¡°Aunque representan una minor¨ªa de sus votantes, son los m¨¢s ruidosos en redes sociales, generando una imagen de satisfacci¨®n con el desempe?o del presidente¡±. Ah¨ª est¨¢ la h¨¢bil mano de su hijo Carlos, el estratega en Internet, donde el presidente tiene 26 millones de seguidores entre una poblaci¨®n enganchada al universo paralelo de las redes. Su agradecido padre sostiene que merece un ministerio.
Econom¨ªa
Es el terreno donde se juega la batalla crucial. Y del que el presidente no tiene idea. ¡°No soy economista, ya dije que no entend¨ªa de econom¨ªa¡±, admiti¨® el viernes despu¨¦s de que su intervenci¨®n para que Petrobras no subiera el precio del di¨¦sel por miedo a que los camioneros le paralicen el pa¨ªs hiciera perder a la petrolera estatal en Bolsa 32.000 millones de reales (7.300 millones de euros). Es el cl¨¢sico desaguisado de Bolsonaro. Tras una breve recesi¨®n, la econom¨ªa crece pero d¨¦bilmente. El mandato presidencial arranc¨® con una sucesi¨®n de r¨¦cords en la Bolsa de S?o Paulo y unas primeras privatizaciones, pero ese optimismo no se ha traducido en mejoras tangibles para la ciudadan¨ªa. El paro ha subido al 12,4% mientras se suceden las rebajas en las previsiones de crecimiento econ¨®mico. La ¨²ltima, la del Ita¨², el primer banco privado, del 2% al 1,3% para este a?o.
Fricciones con el Congreso
Un discurso frentista, nost¨¢lgico de la dictadura, hom¨®fobo y racista dio fama a Bolsonaro pero solo logr¨® sacar dos leyes en tres d¨¦cadas. Con solo 54 diputados, necesita forjar importantes mayor¨ªas en un hemiciclo de 513 para aprobar el nuevo sistema de pensiones, vital para sanear las cuentas p¨²blicas y que la econom¨ªa remonte con fuerza. Bolsonaro, que parece tener mejor instinto que visi¨®n estrat¨¦gica, choc¨® pronto con el presidente de la C¨¢mara, Rodrigo Maia, que le acus¨® de creer que ¡°gobernar Brasil es un juego de ni?os¡±. El otro proyecto estrella es el dise?ado por el juez Sergio Moro, el m¨¢s popular del Gabinete, para atajar la inseguridad y la corrupci¨®n.
Nuevos amigos
El capit¨¢n retirado, cuyo lema es ¡°Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos¡±, se ha alineado con EE UU e Israel adem¨¢s de exigir el fin del chavismo en Venezuela. Toda una revoluci¨®n para una diplomacia conocida por su sutileza. Bolsonaro puede presumir de los acuerdos que logr¨® en su visita a Donald Trump, pero por ahora no traslada la embajada a Jerusal¨¦n.
Familia
Los Bolsonaro son un clan con tres hijos estrat¨¦gicamente situados en sendas C¨¢maras. La enorme influencia de Carlos y sus hermanos en el patriarca ha causado importantes fricciones dentro del Gabinete con humillantes gestos p¨²blicos. Fue Eduardo, diputado y enlace con el movimiento nacionalpopulista, y no el ministro de Exteriores quien estuvo en el Despacho Oval con los presidentes Bolsonaro y Trump. Flavio, el primog¨¦nito, es el flanco por el que le salpican la sombra de la corrupci¨®n porque el tambi¨¦n senador es investigado por recibir pagos irregulares. Y sospechosos v¨ªnculos con las milicias de R¨ªo rondan a la familia hace a?os.
Ruido
Las pol¨¦micas por lo que dice o hace son cotidianas. Abochorn¨® a sus compatriotas con un soez v¨ªdeo de carnaval, se hizo eco de una acusaci¨®n falsa contra una reportera de investigaci¨®n se?alada por los bolsonaristas en Internet, el 8M declar¨® que su Gobierno era paritario aunque solo dos de los 22 ministros son mujeres¡ Cien intensos d¨ªas que incluyeron hasta una operaci¨®n quir¨²rgica.
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