?Que viene el acuerdo del siglo para Oriente Pr¨®ximo de Trump!
Alerta de exresponsables europeos mientras la Casa Blanca ultima un plan de paz favorable a Israel
Durante m¨¢s dos d¨¦cadas el Departamento de Estado y la diplomacia de la Uni¨®n Europea han puesto el grito en el cielo cada vez que Israel ampliaba sus asentamientos en territorio palestino ocupado, en contra de lo previsto en los Acuerdos de Oslo de 1993. Las expresiones de ¡°profunda preocupaci¨®n¡± llegaban puntualmente a Tierra Santa desde las canciller¨ªas occidentales junto con el mantra de invocaciones a la legalidad internacional, pero casi nunca se correspondieron las reprimendas con acciones ni medidas para frenar efectivamente la expansi¨®n de las colonias.
La mayor¨ªa de los 37 exministros de Exteriores y antiguos altos cargos europeos que el domingo dirigieron una alarmada carta a la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, y a los actuales titulares de la cartera firmaron entonces las notas de protesta. En la misiva, publicada por EL PA?S, se reafirman en la salvaguarda de los principios ¡ªlos ¡°par¨¢metros¡±, dicen¡ª para la paz y reclaman que Europa siga su propio camino en el momento en que la Administraci¨®n del presidente Donald Trump se dispone a clavetear el ata¨²d de los Acuerdos de Oslo, viejo ¡°hito de la cooperaci¨®n transatl¨¢ntica¡±.
Desde la orilla norteamericana del oc¨¦ano, The Washington Post anticipaba precisamente este lunes que altos funcionarios de la Casa Blanca dan por excluida la creaci¨®n de un Estado palestino en el plan de paz que el mandatario republicano prev¨¦ desvelar en los pr¨®ximos meses. Perge?ado por su yerno y consejero, Jared Kushner, y redactado por el letrado de sus negocios inmobiliarios y enviado especial, Jason Greenblatt, el ¡°acuerdo del siglo¡± de Trump estaba ultimado a finales del a?o pasado cuando la convocatoria de elecciones en el Estado hebreo paraliz¨® su anuncio.
Una vez reelegido Benjam¨ªn Netanyahu para un quinto mandato como primer ministro, el calendario religioso vuelve a determinar la agenda en Oriente Pr¨®ximo. Las festividades jud¨ªas de Pascua y Shavuot no concluyen hasta comienzos de junio, al igual que las celebraciones del mes sagrado musulm¨¢n de Ramad¨¢n. La informaci¨®n recabada por el diario norteamericano coincide con anteriores filtraciones a la prensa ¨¢rabe de gobernantes visitados en la regi¨®n por Kushner.
En esencia, el plan de Trump se limitar¨ªa a mantener el statu quo de autonom¨ªa, sin reconocer un Estado palestino, frente a la contrapartida de una inyecci¨®n de cientos de millones de d¨®lares en la econom¨ªa de Gaza y Cisjordania. Los principios de soberan¨ªa y estatalidad no parecen figurar en el borrador de la Casa Blanca para el ¡°acuerdo del siglo¡±.
La consistente certeza de que EE UU se apresta a dar sepultura a la soluci¨®n de los dos Estados ha sido el estandarte que ha movilizado desde su retiro pol¨ªtico a decenas de antiguas glorias de la diplomacia europea, como el franc¨¦s Hubert V¨¦drine o el brit¨¢nico Jack Straw. De cumplirse, la promesa electoral de Netanyahu, ya en la recta final de la campa?a, de extender la soberan¨ªa israel¨ª a los asentamientos jud¨ªos en Cisjordania atravesar¨ªa una l¨ªnea roja del consenso en la comunidad internacional. La amenaza de la anexi¨®n de territorios ocupados se sustenta en la composici¨®n de la nueva coalici¨®n gubernamental de Netanyahu, que previsiblemente incluir¨¢ partidos ultranacionalistas con amplia base electoral en los asentamientos jud¨ªos.
¡°Una entidad desprovista de soberan¨ªa, de contig¨¹idad territorial y de viabilidad econ¨®mica¡±, alertan los exministros de Exteriores europeos, ¡°acelerar¨ªa la desaparici¨®n de la opci¨®n de los dos Estados¡± y deslizar¨ªa la ocupaci¨®n hacia ¡°una realidad de un solo Estado con derechos desiguales¡±, seg¨²n el texto suscrito, entre otros, por los espa?oles Javier Solana y Ana Palacio.
El plan de Trump pone el foco en las necesidades de seguridad de Israel, que incluyen el control militar sobre todo el valle del Jord¨¢n, y hace hincapi¨¦ en el desarrollo de la econom¨ªa palestina, con cargo a las arcas europeas y de las monarqu¨ªas del Golfo. La Autoridad Palestina, que rompi¨® relaciones con Washington tras el reconocimiento de Jerusal¨¦n como capital de Israel, se ha negado hasta ahora a examinar los planes, pese a las presiones de la Casa Blanca.
Esta diplomacia disruptiva ¡ªde patada en la mesa para recolocar las piezas sobre el tablero¡ª solo ha contribuido a favorecer los intereses de Israel, que aspira a cambiar el paradigma de Oriente Pr¨®ximo del ¨²ltimo medio siglo de la mano del l¨ªder republicano. La reciente bendici¨®n de Trump a la anexi¨®n del Gol¨¢n sirio es presagio de nuevos vuelcos.
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