¡®Rebeli¨®n¡¯ china contra el trabajo a destajo
Empleados de empresas tecnol¨®gicas protestan contra jornadas de nueve a nueve, seis d¨ªas a la semana, que apoyan empresas como Alibaba
¡°Mi novia me lo advirti¨®: me estaba cambiando el car¨¢cter. Ya no me re¨ªa con los amigos. Estaba de peor humor, y siempre cansado¡±. Lenny Zhang, de 24 a?os y especialista en medios digitales, recuerda con horror su trabajo en una startup de realidad virtual en Pek¨ªn. ¡°Al principio no estaba mal porque a¨²n no hab¨ªa mucho que hacer. Pero cuando empezamos a tener clientes, eso cambi¨®. Hab¨ªa que estar siempre en la oficina trabajando hasta tarde, y por supuesto sin m¨¢s paga. Los fines de semana el jefe pod¨ªa llamarte, si se daba alguna urgencia, y t¨² ten¨ªas que ir. Si te marchabas pronto, aunque no tuvieras nada que hacer, estaba mal visto: no estabas trabajando lo suficientemente duro¡±, relata.
Lo que Lenny Zhang (nombre supuesto) describe es lo que en China se conoce como la cultura del ¡°9-9-6¡±. Trabajar todos los d¨ªas de nueve a nueve, seis d¨ªas por semana. Algo que en otros pa¨ªses puede sonar familiar; las cr¨ªticas a las duras condiciones laborales han llegado incluso a Silicon Valley. Pero en la segunda potencia mundial, la ins¨®lita protesta de los trabajadores en empresas tecnol¨®gicas surgida en las ¨²ltimas semanas tiene, como casi todo en este pa¨ªs, especiales ¡°caracter¨ªsticas chinas¡±.
Es ins¨®lita tanto por haber encontrado una v¨ªa para expresarse p¨²blicamente ¡ªla plataforma para desarrolladores de c¨®digo GitHub¡ª en un pa¨ªs donde impera la censura, como por el debate nacional que ha generado. Un debate que se ha puesto al rojo vivo despu¨¦s de que magnates como Jack Ma, el fundador del gigante del comercio electr¨®nico Alibaba, hayan salido a defender ese r¨¦gimen laboral.
El descontento empez¨® a palparse, seg¨²n cuentan empleados del sector, el a?o pasado. No es que hasta entonces las largas jornadas laborales fueran algo raro. Pero a partir de entonces, a la intens¨ªsima competitividad de las empresas tecnol¨®gicas chinas empez¨® a sum¨¢rsele la desaceleraci¨®n generalizada de la econom¨ªa. Las compa?¨ªas empezaban a contratar menos. En enero, la oferta de trabajo en el sector hab¨ªa ca¨ªdo un 15% con respecto a 12 meses antes, seg¨²n la p¨¢gina de anuncios de empleo Zhaopin. Hab¨ªa que producir m¨¢s con menos y por el mismo sueldo, y cada uno deb¨ªa arrimar ¡ªa¨²n m¨¢s¡ª el hombro. O correr¨ªa el riesgo de quedarse en la calle, por despido o por quiebra de la empresa.
Claro que nunca dicho expl¨ªcitamente, o en p¨²blico. La ley china prev¨¦ horarios de trabajo de 40 horas semanales. Si se sobrepasan, el empleado debe recibir una compensaci¨®n, y en todo caso el n¨²mero de horas extras no debe superar las 36 por mes.
Un proyecto viral
En marzo un grupo de desarrolladores an¨®nimos cre¨® en GitHub, una plataforma para compartir c¨®digos de programaci¨®n, una p¨¢gina ir¨®nica, 996.ICU. El nombre hac¨ªa referencia a un dicho entre los trabajadores del sector en China: ¡°si trabajas 9-9-6, acabar¨¢s en la unidad de cuidados intensivos (ICU, en sus siglas inglesas)¡±.
La p¨¢gina incluye recomendaciones ¡ª¡°m¨¢rchate a casa sin complejos a las seis¡±¡ª y un listado de m¨¢s de 150 empresas que aplican ese r¨¦gimen de trabajo, incluidos gigantes tecnol¨®gicos como Alibaba, Huawei, o ByteDance, la empresa madre de la aplicaci¨®n de v¨ªdeos cortos TikTok. La ¡°licencia anti996¡±, que ya han adoptado m¨¢s de 90 proyectos en GitHub, obliga a las firmas que quieran usar el software de esos proyectos a respetar las leyes laborales. El golpe de genio de la iniciativa es que la censura, por mucho que lo desee, no puede bloquear GitHub: las tecnol¨®gicas chinas necesitan esta plataforma para compartir c¨®digo.
996.ICU inmediatamente se hizo viral, el proyecto m¨¢s compartido de toda la plataforma. Claramente, mucha gente se sent¨ªa identificada. Pero quiz¨¢ todo hubiera quedado en una an¨¦cdota puntual.
¡°Si no est¨¢s dispuesto a trabajar 12 horas ?para qu¨¦ vienes?¡±, dice Jack Ma
Hasta que la semana pasada hablaron Jack Ma y Richard Liu, el presidente del otro gigante log¨ªstico, JD.com. Y levantaron ampollas. En un comentario en redes sociales, Ma, uno de los hombres m¨¢s ricos de China, opinaba que los trabajadores deben ver como una bendici¨®n poder trabajar 9-9-6. Sin ese r¨¦gimen ¡ªque hizo posible que su empresa despegara¡ª, la econom¨ªa del pa¨ªs ¡°muy probablemente perder¨ªa ¨ªmpetu y vitalidad¡±. ¡°Si entras en Alibaba, tienes que estar dispuesto a trabajar 12 horas al d¨ªa. Si no, ?para qu¨¦ vienes? No necesitamos a los que trabajan ocho horas c¨®modamente¡±.
Liu, por su parte, consideraba que su empresa se ha llenado de ¡°vagos¡± por los que no puede sentir ninguna simpat¨ªa. Sus opiniones son tanto m¨¢s hirientes por cuanto la compa?¨ªa ¡ªen situaci¨®n delicada y que seg¨²n el digital especializado The Information se plantea despedir a 12.000 personas, el 8% de la plantilla¡ª advert¨ªa en un correo interno filtrado que se deshar¨¢ de los que no ¡°luchen duramente¡±, con independencia de sus circunstancias personales.
Comentarios como estos han disparado a¨²n m¨¢s la indignaci¨®n. ¡°En las compa?¨ªas de software de Shangh¨¢i estos d¨ªas no se habla de otra cosa¡±, apunta un analista de datos. En opini¨®n de varios empleados de compa?¨ªas tecnol¨®gicas, si el debate ha calado tan hondo es porque, por primera vez, las empresas han defendido en p¨²blico y a las claras unas pr¨¢cticas que ¡°hasta ahora nadie dec¨ªa directamente que hab¨ªa que cumplir. La presi¨®n estaba ah¨ª, pero funcionaba por insinuaciones, por sobreentendidos¡±.
Los medios de comunicaci¨®n oficiales, que reflejan la opini¨®n del Gobierno chino, han participado tambi¨¦n en el debate, ahora centrado en lo adecuado ¡ªo no¡ª del equilibrio entre trabajo y vida personal que ofrecen las empresas chinas. El Diario del Pueblo, el peri¨®dico del Partido Comunista, aseguraba conciliador en un editorial el domingo pasado que ¡°los trabajadores que critican el 9-9-6 no pueden ser acusados de vagos o pusil¨¢nimes. Hay que tener en cuenta sus verdaderas necesidades¡±.
¡°El problema es que el mercado chino es realmente intenso y competitivo¡±, opina Lenny. ¡°A la mayor parte de la gente no se le pasa por la cabeza que no hace falta estar tantas horas. Nos han inculcado que para tener ¨¦xito y para ganar dinero hay que trabajar muy, muy duro¡±.
Al joven desarrollador le parece una buena noticia la movilizaci¨®n, aunque se declara esc¨¦ptico sobre sus posibilidades de ¨¦xito. ¡°Esto hab¨ªa que haberlo hecho hace 10, 20 a?os, cuando el sector tecnol¨®gico empezaba. Ahora es demasiado tarde, ya est¨¢ todo demasiado consolidado¡±. ?l piensa votar con los pies y marcharse a Europa a ampliar estudios en dos o tres meses. "Si puedo, me quedar¨¦ all¨ª. No quiero volver al 9-9-6".
No todos est¨¢n en contra
Aunque las cr¨ªticas han tenido un amplio eco, no todos los trabajadores del sector, ni mucho menos, se consideran explotados o est¨¢n en contra de echar todas las horas posibles, d¨ªa tras d¨ªa. Amber Qi, de ¡°veintipocos a?os¡± y empleada en una empresa de rob¨®tica en Cant¨®n, es una de ellos. Trabaja cada d¨ªa de diez a diez, seis d¨ªas a la semana. A veces, siete. Pero no considera que sea algo exagerado: ¡°Hay casos peores¡±, asegura.
En el suyo, ¡°no me importa trabajar tantas horas ¡ªdice¡ª. Me gusta el equipo que formamos en la empresa. Es ¨²til trabajar todo este tiempo: si estamos cansados, podemos irnos a casa a descansar un rato, no somos de los que estamos en la oficina perdiendo el tiempo sin ser productivos¡±.
La joven resta importancia a las declaraciones de Ma: ¡°hay que ponerlas en el contexto del t¨ªpico jefe chino, que pretende adoctrinar a sus empleados. Eso puede funcionar para la gente de 30, 40 a?os. Pero a los m¨¢s j¨®venes no nos hace falta que nos lo diga el jefe. Si nos motiva el proyecto, le echaremos las horas que haga falta. Si no, nos iremos¡±. ?Se ve pudiendo mantener este ritmo siempre? Cuando sea mayor ¡ªasegura¡ª, ¡°cambiar¨¦ de trabajo, a uno donde se hagan menos horas¡±.
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