Cristina Kirchner, t¨®tem y tab¨²
La figura de la expresidenta divide a los argentinos y polariza la campa?a electoral. Ella alternar¨¢ m¨ªtines y procesos por corrupci¨®n, pero seguir¨¢ siendo protagonista
La indiferencia es imposible. A esta mujer se la adora o se la odia. La simple existencia de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, a la vez t¨®tem y tab¨², genera en la pol¨ªtica argentina esa caracter¨ªstica grieta insalvable que divide un bando, el suyo, del otro, el de los dem¨¢s. Ahora, como candidata a la vicepresidencia por detr¨¢s de Alberto Fern¨¢ndez, que fue su jefe de Gabinete (primer ministro) y luego la critic¨® ferozmente, polariza la campa?a electoral. Hasta el 27 de octubre, fecha de la primera vuelta, alternar¨¢ m¨ªtines y procesos por corrupci¨®n. Siempre es protagonista.
Su libro de memorias, Sinceramente, es el libro m¨¢s vendido del a?o: 200.000 argentinos lo hab¨ªan comprado ya a una semana de la publicaci¨®n. Del libro, probablemente escrito a seis manos (las de ella, las de su secretario Mariano Cabral y las de la periodista Mar¨ªa Seoane), surge una figura sarc¨¢stica, resentida, s¨®lida e ideol¨®gicamente inflexible. Muchos p¨¢rrafos suenan como suena la propia Cristina, una de las oradoras m¨¢s astutas y eficaces del continente americano.
La joven Cristina Fern¨¢ndez que en 1972, poco antes del golpe militar, se matricul¨® en la Facultad de Derecho de La Plata, su ciudad, no parec¨ªa llamada a un gran destino. Hab¨ªa nacido el 19 de febrero de 1953, hija de un padre antiperonista y una madre peronista que se llevaban mal y acabaron divorci¨¢ndose. Fue a un colegio de monjas. Le gustaba salir a bailar, maquillarse y lucir bolsos caros (ciertas cosas no han cambiado), era buena estudiante y ya se interesaba por la pol¨ªtica. Cuando conoci¨® a otro estudiante de leyes, N¨¦stor Kirchner, se form¨® casi instant¨¢neamente una pareja imbatible.
Forjaron un feudo en la provincia patag¨®nica de Santa Cruz, que actualmente gobierna la hermana de N¨¦stor, Alicia, y desde all¨ª conquistaron el poder. N¨¦stor Kirchner, fallecido en 2010, fue presidente entre 2003 y 2007. Ella, entre 2007 y 2015. La Argentina de este primer tramo del siglo XXI no se entiende (en caso de que pueda entenderse) sin la doble figura de los Kirchner.
De su talla da una idea la talla de sus mayores enemigos: la oligarqu¨ªa rural y el mayor grupo de comunicaci¨®n del pa¨ªs. Tambi¨¦n el juez que dirige las principales causas contra ella, Claudio Bonad¨ªo, es enemigo personal. Con Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, casi cualquier asunto se convierte en algo personal, para lo bueno o para lo malo.
Choque frontal
Hace unos meses, cuando la senadora ¡ªsu esca?o la ha protegido hasta la fecha del encarcelamiento¡ª empez¨® a tejer la trama de su retorno, sus mediadores de confianza difundieron un mensaje conciliador: Cristina lamentaba haberse comportado como lo hizo durante su segundo mandato, no era ella, estaba muy afectada por la p¨¦rdida de N¨¦stor, fue demasiado dura. Ahora hab¨ªa recuperado la calma.
A muchos de quienes trabajaron con ella les cuesta perdonarla. Desde Daniel Scioli, que fue candidato peronista en las elecciones de 2015 y a quien Cristina y su grupo m¨¢s devoto, La C¨¢mpora, dirigido por su hijo M¨¢ximo, martirizaron durante la campa?a, hasta Sergio Massa, que fue su jefe de Gabinete (de Gobierno) y estos d¨ªas duda sobre si volver o no con ella, el bando de los damnificados es numeroso. Alberto Fern¨¢ndez, el antiguo jefe de Gabinete de N¨¦stor que en 2015 se sent¨ªa incapaz de encontrar ¡°algo virtuoso¡± en ese segundo mandato y la acusaba de sufrir ¡°una distorsi¨®n de la realidad¡±, ha perdonado y ha vuelto. Cuando Cristina le ofreci¨® aspirar en t¨¢ndem hacia la presidencia, con ella en segundo t¨¦rmino, acept¨®. No le ser¨¢ f¨¢cil convencer a los electores de que es ¨¦l quien manda.
El segundo mandato de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner result¨® ¨¢spero porque ella se comport¨® de manera ¨¢spera y porque la coyuntura internacional, definida por la devastadora crisis financiera de 2008, agrav¨® los problemas de una pol¨ªtica nacionalista, expansionista y proteccionista, culminados con las restricciones cambiarias (el llamado ¡°cepo¡±) impuestas a partir de 2011. La presidencia de Cristina termin¨® entre inflaci¨®n, estad¨ªsticas oficiales falseadas, inseguridad y caceroladas. Pero los grandes conflictos arrancaban de su primer mandato.
El momento decisivo se produjo en 2008, cuando impuso un mecanismo de retenciones fiscales m¨®viles (aumentaban cuando sub¨ªan los precios) sobre las exportaciones de soja y girasol. Los empresarios agropecuarios respondieron con un cierre patronal que dur¨® 129 d¨ªas y con continuos cortes de carreteras. Aquel choque frontal con el formidable poder f¨¢ctico de la oligarqu¨ªa terrateniente abri¨® tambi¨¦n un frente de batalla con los dos principales diarios del pa¨ªs, Clar¨ªn y La Naci¨®n, asociados en la organizaci¨®n de Expoagro, la gran feria argentina del campo. Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner perdi¨® ese envite: su propio vicepresidente, Julio Cobos, emiti¨® un voto contrario que result¨® decisivo en el Senado.
En el banquillo
El enfrentamiento con el diario Clar¨ªn, estandarte del grupo de comunicaci¨®n m¨¢s poderoso de Argentina, se hizo sangrante a partir del a?o siguiente, 2009, con la Ley de Servicios de Comunicaci¨®n Audiovisual. El Gobierno dec¨ªa querer evitar una excesiva concentraci¨®n de recursos en manos de un solo grupo. Para el grupo Clar¨ªn, el objetivo era limitar la libertad de prensa. Como siempre, el conflicto deriv¨® en una profunda enemistad personal entre Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner y el propietario y gestor de Clar¨ªn, el discreto e implacable H¨¦ctor Magnetto.
La cosa se agrav¨® con F¨²tbol para Todos, la iniciativa kirchnerista de comprar con dinero p¨²blico los derechos de retransmisi¨®n del f¨²tbol para ofrecerlos de manera gratuita: eso supuso un golpe dur¨ªsimo para Clar¨ªn, que hasta entonces ofrec¨ªa partidos en un canal de pago.
Una de las primeras medidas de Mauricio Macri en la presidencia fue la de acabar con la ley de medios y el Grupo Clar¨ªn ocupa ahora una posici¨®n dominante en el mercado: posee el mayor diario de Latinoam¨¦rica (Clar¨ªn), las televisiones Trece y Todo Noticias, y Cablevisi¨®n, hegem¨®nica en la oferta de Internet y televisi¨®n por cable. La posici¨®n del grupo no ha cambiado: est¨¢ contra Cristina, cada d¨ªa, cada hora. Alberto Fern¨¢ndez se esfuerza desde su nominaci¨®n en negociar la paz con Magnetto, o al menos reducir la agresividad informativa de Clar¨ªn, antes de que empiece oficialmente la campa?a electoral.
En cuanto al juez Claudio Bonad¨ªo, que dirige varias de las causas judiciales contra Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, como la de los cuadernos sobre presuntos sobornos y robo de caudales p¨²blicos o la de la AMIA [Asociaci¨®n Mutual Israelita Argentina] sobre complicidad con Ir¨¢n en el supuesto encubrimiento de responsables del terrible atentado de 1994, tambi¨¦n hay mucho de personal. En 2015, Bonad¨ªo orden¨® un registro en una empresa de M¨¢ximo, el hijo primog¨¦nito de la presidenta, pero previamente hab¨ªa ofrecido canales de di¨¢logo por medio de abogados amigos para evitar el choque institucional. La respuesta fue una acusaci¨®n por blanqueo de dinero y delito fiscal contra Mariano Bonad¨ªo, el hijo del juez. T¨² atacas a mi hijo, yo ataco al tuyo. La animadversi¨®n mutua resulta claramente perceptible en el desarrollo de las causas, donde a veces prima lo visceral sobre lo jur¨ªdico.
Ella llama a Bonad¨ªo ¡°el sicario¡±. ¡°Me enfrento a fiscales y jueces sin escr¨²pulos que me acusan solo para satisfacer las demandas de quienes me quieren fuera del circuito pol¨ªtico argentino¡±, escribe. ¡°Fiscales y jueces que me acusan de corrupci¨®n, mientras ni ellos ni su familia pueden explicar sus viajes y sus altos niveles de vida con los ingresos que perciben¡±.
La actitud de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner cuando se sent¨® por primera vez en el banquillo de los acusados, el pasado 21 de mayo, result¨® bastante reveladora sobre su personalidad. Junto a ella comparecieron tambi¨¦n Julio de Vido, que durante todo el kirchnerismo (2003-2015) fue ministro de Planificaci¨®n Federal e Inversi¨®n P¨²blica, y el constructor patag¨®nico L¨¢zaro B¨¢ez, durante a?os fiel aliado de N¨¦stor Kirchner. La expresidenta no les salud¨® siquiera. Se sent¨® lejos de ellos. Previamente hab¨ªa dicho que ¡°no pondr¨ªa la mano en el fuego¡± por De Vido. Ambos eran ya peones prescindibles. Fuera, en la calle, un par de centenares de fieles (Cristina hab¨ªa pedido a su gente que desconvocara la masiva concentraci¨®n de desagravio que ten¨ªan prevista) acudieron de todas formas para expresar su devoci¨®n y su fe absoluta.
Con un punto de raz¨®n, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner afirma que muchos de los ataques que sufre se deben a que es mujer. ¡°La yegua¡±. ¡°Tambi¨¦n fue el destino de Eva Per¨®n¡±, escribe en sus memorias. ¡°Estoy segura de que si no me vistiera como me visto, si no me peinara como me peino, si no me pintara como me pinto ¡ªcomo una puerta desde los 15 a?os¡ª no me hubieran odiado tanto¡±, a?ade. ¡°Cuando recuerdo los cinco paros generales que hicieron durante mi ¨²ltimo mandato, no puedo dejar de pensar que tambi¨¦n hubo un fuerte componente de g¨¦nero. Dig¨¢moslo con todas las letras: la CGT [principal sindicato argentino] es una confederaci¨®n en la que no hay mujeres que conduzcan¡±.
Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner se compara tambi¨¦n con el general Juan Domingo Per¨®n, ¡°un genio¡±, a quien ¡°abrieron m¨¢s de 200 causas judiciales¡± tras el golpe militar que le derrib¨® y le forz¨® a exiliarse.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.