La vida recortada: de la tasca al ¡®tupper¡¯
La clase media portuguesa, que comienza a respirar de nuevo tras haber recuperado algunas conquistas robadas por la troika, decidir¨¢ este domingo qui¨¦n gobierna
![Asistentes al acto de cierre de campa?a del primer ministro portugu¨¦s, el socialista Ant¨®nio Costa, este viernes en Lisboa.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/G7OAAVPUGXZKVY7TDHUYTSFRQU.jpg?auth=70186ea69b76de3b5091d5be47e7320a7cecaf3864d909cb66a854efc3340d19&width=414)
En abril de 2011, el por entonces primer ministro portugu¨¦s, el socialista Jos¨¦ S¨®crates, solicitaba formalmente un rescate financiero de 78.000 millones de euros para salvar a su pa¨ªs de la bancarrota y poder pagar, entre otras cosas, la n¨®mina de los funcionarios. S¨®crates, que en las semanas precedentes revisaba compulsivamente el valor de la prima de riesgo cada 10 minutos en un monitor instalado en su despacho para ver si remontaba la situaci¨®n, se resisti¨® hasta el ¨²ltimo momento. Sin ¨¦xito.
Para ¨¦l fue el final de su mandato y de su carrera pol¨ªtica. Para los portugueses, el principio de una pesadilla, la de los recortes mordiendo su d¨ªa a d¨ªa, en un declive incesante e imparable. El primer ministro conservador Pedro Passos Coelho, vencedor de las elecciones de junio de 2011, tuvo que encargarse de hacer cumplir las condiciones de los prestamistas, conocidos como la troika: el FMI, la Uni¨®n Europea y el Banco Central Europeo. Y lo hizo a rajatabla, con un orgullo ¡ªalgo masoquista, seg¨²n algunos¡ª de alumno aplicado, m¨¢s papista que el papa, m¨¢s troikista que la troika.
As¨ª, los funcionarios y pensionistas perdieron sus pagas extras; adem¨¢s, la cotizaci¨®n a la Seguridad Social se increment¨® para todos los portugueses, de modo que baj¨® el sueldo de todo el mundo. Mientras, sub¨ªa el transporte p¨²blico, las tasas escolares, las universitarias e, incluso, la sanidad: una visita a urgencias, por ejemplo, lleg¨® a costar 20 euros. El IVA escal¨® hasta el 23% para el f¨²tbol y el cine, pero tambi¨¦n para el queso, los refrescos, el chorizo y el chocolate, entre otros productos. Las autopistas, que hasta ese momento eran gratis, se convirtieron en v¨ªas de peaje, con lo que muchos automovilistas volvieron a utilizar las viejas carreteras nacionales de un carril por sentido, lentas y peligrosas.
La clase media portuguesa, a base de recortes como estos ve¨ªa su vida empeorar semana a semana: se olvidaron de las vacaciones, despu¨¦s de los viajes de fin de semana, y por fin de comer fuera un domingo; el hijo menor abandon¨® los cursos de ingl¨¦s, despu¨¦s decidi¨® repetir para mejorar las notas del bachillerato a ver si mientras tanto los padres ahorraban para la carrera, y el mayor, con m¨¢s suerte y un t¨ªtulo, emigraba a Inglaterra. Esa familia compraba en el supermercado marcas blancas y deb¨ªa recurrir cada vez m¨¢s a los abuelos, achuchados por su parte con su pensi¨®n menguante. Una mujer, en una entrevista en 2013, resumi¨® bien esta desmoralizadora renuncia constante, casi ¨ªntima: "Antes yo pod¨ªa comer en una tasca cercana al trabajo. Costaba cuatro o cinco euros. Ahora no. Ahora, por la noche, cuando acuesto al ni?o, me tengo que poner a hacerme la comida para llev¨¢rmela en un tupper. Antes, ese rato, con el ni?o acostado, era m¨ªo. Lo dedicaba a ver la tele o a leer. Ahora ya no tengo ni ese rato". Esta clase media portuguesa devastada por la crisis, que ha comenzado a respirar de nuevo despu¨¦s de haber recuperado algunas de las conquistas robadas por la troika, decidir¨¢ este domingo qui¨¦n gobierna.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Antonio Jim¨¦nez Barca](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fbb60e462-6db2-4012-988f-f51510e31f70.png?auth=7669172c5cd7ebd827330e281ce58fbefd56b99fd17a3fd2ee1eb156026e8bb9&width=100&height=100&smart=true)